༺ Capítulo LXXII ༻


Montado en su caballo a la orilla de lo alto de un risco, Min Yoongi contemplaba fijamente como un ahora pequeño barco desaparecía sin expresión alguna en su rostro. Al percibir movimiento por el rabillo de su ojo, giró su cabeza y se encontró con su hermano acercándose en su propio corcel hasta que se detuvo a su lado.

—La boda de Jungkook y Taehyung comenzará pronto —informó Namjoon.

—Lo sé, solo me estoy asegurando que los del clan Hwang abandonen correctamente nuestro territorio —expresó con tono plano.

Observando a su hermano fijamente, el jefe del clan suspiro.

—¿Hay algo que me quieras decir que involucre a un doncel y un pequeño que parece tu viva copia? —cuestionó.

Con una expresión llena de desagrado puro, Yoongi contempló a su hermano.

—¿Esa perra te fue a buscar a ti también? —cuestionó con molestia.

—Apareció en mi casa esta mañana, haciendo un escándalo porque aparentemente lo dejaste embarazado y no te quieres hacer cargo del pequeño.

—Esa perra le mintió a Jimin diciendo que era mi amante y utilizó a ese niño, que sigo sin creer que es mío, para que le creyera y luego me exigió que dejara a mi esposo para tomarlo a él como mi pareja y al niño como mi hijo —contó molesto—. Por supuesto que lo mande a la mierda —declaró y volvió su mirada hacia el frente.

—Comprendo que estés enojado con él si le mintió a Jimin, pero lo de ese pequeño no parece ser mentira —indicó—. Y por lo que dijo, también tiene la marca de los Min, por lo que dudo que se haya acostado con un hombre parecido a ti solo para intentar engañarnos.

—Yo no me acuesto con donceles ni mujeres —espeto observándole enojado—. Ambos prometimos solo tener hijos con nuestras parejas y yo cumplí con mi palabra.

—Y yo también cumplí con la mía —aclaró Namjoon—. Si fuera mío, no solamente tendría mis ojos, sino que otros gestos serían mío, pero el pequeño es una copia tuya y ese doncel asegura que sí te acostaste con él.

—Según esa perra, fue hace dos ciclos lunares atrás, acabamos de volver tras conquistar otra tierra y estaba molesto porque Taehyung no me miraba. Bebí de más y me acosté con él, pero no tengo absolutamente ningún recuerdo de ello —explicó—. Sabes que si me hubiera acostado con él y hubiese sospechado que lo deje esperando, lo habría buscado, pero estoy seguro de que cuando desperté en esa cama, estaba solo.

Alzando su mano, Namjoon acarició pensativamente su mentón.

—Siento que algunas cosas no calzan en la historia de ese doncel —comentó.

—Nada en ese tipo tiene sentido, y aun así tiene el descaro de exigirme que deje a mi esposo para tomarlo a él —espeto irritado.

—Creo que deberíamos de reunirnos y hablar bien todo esto.

—Sí, eso sería un poco más fácil si Jimin no hubiera huido al bosque prohibido para no encontrarse conmigo —resopló solo un poco molesto—. No me habría molestado que se retirara un momento luego de tener toda la historia, pero se fue sin dejarme darle explicaciones.

—Tienes que verlo desde el punto de vista de Jimin, quien aparentemente ha estado solo toda su vida —indicó su hermano—. A diferencia de nosotros, que a pesar de tener a un codicioso padre egoísta, contábamos con el abuelo y nos teníamos a nosotros, él no. Ese doncel estuvo solo hasta el día en que llegó al clan y entonces lograste que se abriera a ti y conectara contigo, descubrir de un día para otro que tienes un hijo y supuestamente un amante debió de haber sido un duro golpe. ¿Y sabes por qué?

—Porque no me dejó explicarle.

—Porque te ama, y el amor no deja pensar racionalmente a las personas, en especial cuando están sufriendo producto de este —aclaró.

La expresión en el rostro de Yoongi se volvió ligeramente suave ante esas palabras.

—Yo también lo amo —reveló, con su tono más calmado.

—Estoy seguro de que se Jimin le encantará escuchar aquello y calmará sus dudas una vez hablen —prometió con una ligera sonrisa—. Vamos, la boda de Jungkook y Taehyung debe de estar por comenzar y tu esposo aparecerá en cualquier momento para estar presente.

Ante esas palabras, Yoongi observó a su hermano tirando las riendas de su caballo para girarlo.

—¿Crees realmente que aparecerá?

—Si no fuera así, no lo habría visto volver con ese joven esclavo que lo sigue a todas partes —contestó, con su mirada volviéndose más severa—. No te mentiré, por culpa de ese doncel muchos están hablando respecto a ustedes y con cada rumor la historia es diferente, pero no puedes saltar sobre cada uno de ellos para callarlos, recuerda el día importante que es para algunos.

—Jimin es más importante para mí.

—Y callando rumores solo te veras más sospechoso. Aclara las cosas con tu esposo, no te preocupes por lo que hablan los demás, llegará el momento en que la verdad salga —prometió—. Yo personalmente me encargaré de ello, nadie viene a mi clan a crear caos y a molestar a mi cuñado favorito.

Con esas palabras, Namjoon tiró de las cuerdas de su caballo y fue el primero en partir rápidamente devuelta al pueblo. Sin dudarlo, Yoongi le siguió de cerca, galopando tan rápido como su caballo se lo permitía.

Luego de haberse bañado y preparado, tan pronto como Yoongi entró en la gran estructura en la que generalmente se juntaban todos cuando había un evento especial o donde la mayoría de los habitantes se reunían a comer, su mirada recorrió todo el lugar en busca de su esposo.

Generalmente, una boda se celebraría al aire libre con grandes fogatas para celebrar y bailar alrededor de ellas, pero considerando el débil cuerpo de Taehyung y el frío clima del exterior ante la caída del invierno, Jungkook había decidido celebrarlo ahí dentro.

De igual forma, todo estaba listo para llevar la fiesta afuera en caso de que otros quisieran seguir celebrando una vez la pareja se retirara, lo cual todos sabían que sucedería.

Cuando no encontró señal alguna de su doncel, Yoongi se dirigió al lado de su hermano, quien sostenía de cerca a su pareja con un brazo rodeando protectoramente su cintura.

—¿Dónde está Jimin? —cuestionó tan pronto como consiguió la atención de ambos.

—Estaba con el abuelo Min —respondió SeokJin con una mirada curiosa.

—Ninguno de los estúpidos rumores que escuchaste es cierto. No tengo un amante. Sigo sin reconocer que ese niño es mío. No dejaré a Jimin. Y no tomaré a ese otro doncel como mi esposo. —explicó con un chasquido de lengua molesto.

—No dije nada —pronunció SeokJin.

—No hace falta, tu expresión lo dijo todo.

—No permitas que esos rumores te hiervan la sangre —aconsejó Namjoon.

—Para ti es fácil decirlo porque no eres a quien están molestando —gruñó su hermano.

—Pero Jimin es una persona inteligente, no caerá fácilmente en esos rumores —comentó el doncel, acurrucándose contra el costado de su pareja.

—No lo sé, si tan solo pudiera hablar con mi esposo al respecto me sentiría mejor —pronunció con una mueca.

—Ya tendrás tiempo para hablar con él, con calma —aseguró su hermano.

No muy feliz, Yoongi asintió y observó a su alrededor. Tan pronto como se encontró con un molesto rostro conocido, miró con furia a su hermano.

—¿Por qué esa perra está aquí?

La mirada de la pareja viajó hacia Byung-cha, el cual se paseaba con descaro con el pequeño entre sus brazos, mostrándolo a todo el mundo con orgullo.

—No ha cometido ningún crimen para mantenerlo encerrado —respondió Namjoon.

—Le mintió a mi doncel —gruñó—. Y con su presencia solo alimentará los rumores.

—Intenté pedirle que se fuera —reveló SeokJin—. Pero se puso a gritar como loco y no quería arruinar la boda, le pedí que se comportara o estaría siendo sacado.

—Tómalo como la oportunidad para demostrarle a los demás lo poco que te interesa —indicó el jefe del clan.

—Bien, pero si ese imbécil se llega acercar a mí o a mi doncel, utilizaré mi espada —amenazó, colocando su mano sobre el puñal.

—Me parece bien —aceptó Namjoon y observó hacia la entrada—. Jungkook ya ha llegado, supongo que Taehyung debe de estar listo —anunció.

—¿Quién entregará a Taehyung si no tiene un familiar aquí? —preguntó SeokJin.

—No me mires a mí, hace tiempo tracé una línea entre nosotros —le recordó Yoongi, cruzando sus brazos.

—Dudo que nuestro abuelo quiera acompáñalo. Iré yo —decidió Namjoon y observó a su pareja—. Quédate con Yoongi, cuidará de ti mientras estoy lejos.

Sonriendo, SeokJin besó castamente a su pareja antes de alejarse. Con Namjoon retirándose, Yoongi volvió a recorrer con la mirada la extensa sala arreglada y se sintió molesto de no encontrar a su doncel.

—Solo espera un poco más, vendrá —aseguró SeokJin.

Observando al doncel de su hermano, Yoongi entrecerró ligeramente sus ojos.

—Ya lo viste, ¿cierto? ¿Hablaste con él? —indagó.

—Estuve con él hasta hace poco, le ayudé con la ropa —explicó con un suave encogimiento de hombros.

—¿Te dijo algo?

—No me quiso contar nada, pero se veía tranquilo considerando todo —comentó.

Guardando silencio, ambos observaron al jefe del clan acompañar a Taehyung a lo largo de la sala, hasta que finalmente llegó con Jungkook y se lo entregó.

Alejando su mirada de la pareja, el guerrero volvió a observar a su alrededor, buscando a su doncel con la mirada. Cuando finalmente pudo encontrarlo junto a su abuelo y su fiel esclavo, el aliento quedó atrapado en sus pulmones.

—Se ve hermoso... —pronunció Yoongi en una lenta exhalación apreciativa.

Vestido con tonos oscuro y una hermosa capa roja para destacar, Jimin mantenía su cabello alzado en una coleta alta en las cuales tenía pequeñas trenzas decoradas con argollas de plata.

Cuando sus ojos se encontraron, el guerrero se quedó perdido en ese hermoso tono plateado, el cual le sostuvo la mirada en todo momento, aún cuando el jefe del clan comenzó la ceremonia uniendo las vidas de Taehyung y Jungkook. De vez en cuando, Jimin observaría a su alrededor y luego volvería su mirada hacia él, con sus hermosos ojos intentando no reflejar emoción alguna.

Tan atrapado estuvo en la hermosa imagen de su esposo, que Yoongi realmente no prestó atención alguna a la ceremonia hasta que todos estallaron en un grito alegre para celebrar la feliz pareja casada.

—Debo de hablar con Jimin.

Alejando su mirada de su pareja, SeokJin le observó y asintió.

—Vamos, no creo que Namjoon esté muy feliz si se entera de que me dejaste solo —explicó.

La mirada del guerrero inmediatamente fue hacia su hermano, quien estaba atrapado entre la feliz pareja y todos los que se acercaban para felicitarle.

Asintiendo, cruzó el lugar con el doncel a su lado y se detuvo solamente cuando estuvo frente a su pareja y abuelo.

—Necesitamos hablar —pidió.

—Lo sé, pero no creo que sea el momento adecuado de hacerlo —respondió su doncel tranquilamente.

—Si no es ahora, ¿entonces, cuando? —preguntó manteniendo su mirada.

—Cuando la boda termine.

—No, eso es demasiado tiempo —rechazó Yoongi.

Observando a su tonto esposo y los curiosos ojos que le observaban, el pelinegro doncel tomó su mano y lo apartó un poco de su grupo y otras personas.

—Mira, ya sé lo principal de todo este asunto si es lo que te preocupa. Hobi me contó todo lo que hablaron en la casa del abuelo Min y hoy cuando volví él se encargó de darme su discurso —expresó—. Aún tenemos cosas de las que hablar, lo sé, pero quiero que sea en casa, sin personas intentando escuchar y sin ese tipo dándose vueltas como si estuviera esperando la oportunidad de atacar —ordenó señalando al molesto doncel que seguía paseándose por todo el lugar.

—¿Prometes que irás conmigo a casa a hablar? —pidió Yoongi, apretando su mano.

Observándolo, Jimin asintió, admitiendo para sí mismo que había extrañado el contacto con su guerrero.

—Lo haremos, ambos tenemos que tomar una decisión sobre lo que vamos a hacer —prometió.

—Yo tomé mi decisión desde un principio —declaró Yoongi, entrelazando sus dedos.

Bajando la mirada, Jimin contempló sus manos unidas y su pecho se apretó en un doloroso deseo por ser elegido. Cuando alzó la cabeza otra vez, se encontró con ese profundo tono oscuro.

—¿Puedo darte un abrazo? —pidió Yoongi.

—¿Volveremos a preguntar antes de actuar? —preguntó con una pequeña sonrisa.

—Hasta que esté pisando terreno seguro contigo otra vez, sí.

Observándolo fijamente, Jimin se sintió un poco más seguro al contemplar la expresión de su esposo. Y como esa molesta mosquita muerta parecían estar dando vueltas y mirándolos, el doncel actuó tirando de su esposo para abrazarse y prácticamente ambos se derritieron tan pronto sus cuerpos se tocaron.

—Joder —pronunció Yoongi, abrazándole con fuerza—. ¿No podemos ir a casa ahora?

Con una ligera risa, el doncel negó y se apartó lentamente.

—En casa. Ahora, ve con Namjoon, parece que necesita hablar contigo de algo —indicó señalando a su cuñado con la cabeza.

No muy feliz, el guerrero gruñó y se alejó. Observando a su esposo retirarse, Jimin volvió con Gook-Hwan y SeokJin.

—¿Hablaron?

—Le prometí hacerlo en casa.

—¿Ahora crees en mis palabras? —cuestionó el abuelo Min.

—No lo sé, aún hay decisiones que tomar —indicó observando a Byung-cha.

—Solo un idiota permitiría que otro le quite su felicidad. Ahora, iré a felicitar a ese par y rezar a todos los dioses para que no se separen nunca más —suspiro.

Observando al abuelo alejarse, la mirada de Jimin recayó en su tonto esposo, quien parecía haberse apartado para hablar con Namjoon y un par de guerreros más. ¿Estaría sucediendo algo?

—¿Sabes? Yoongi te estuvo buscando desesperadamente todo este tiempo —comentó Jin comiendo uno de los tantos platillos servidos—. Si no te encontró cuando dejaste el bosque, fue porque estuvo en el mar hasta hace poco —explicó.

—¿Por qué? —preguntó y se dejó arrastrar hasta unas mesas llena de comida.

—Como no sabían si Min-hyuk estaba ayudando a ese doncel en todo este malvado plan, se tomó la decisión de sacarlo del territorio tan pronto como el sol salió —explicó.

—¿Malvado plan? —observó.

—No sabemos la verdad del niño, pero todo lo otro fue una obvia mentira en la cual ese tipo ayudó buscando separarlos —contó SeokJin tomando otro platillo.

Agitando su cabeza, Jimin chasqueó sin poder decir nada al respecto, considerando la actitud de ese idiota.

—Como sea, ahora el hecho de que Yoongi tiene un hijo y lo que piensa a hacer con él es de lo que debemos de hablar —aclaró.

Percatándose de cierta ausencia, Jimin juntó sus cejas.

—¿Y Hobi?

—Dijo que tenía que hablar con alguien y se fue —contestó SeokJin.

Sin gustarle mucho que su joven amigo se hubiera ido solo, el pelinegro doncel lo buscó con la mirada, pero solo se encontró con personas que bailaban y cantaban celebrando la boda en todo su esplendor.

Escuchando un quejido, aquellos plateados ojos observaron a su amigo con preocupación.

—¿Qué sucede?

—No es nada, algo de lo que comí no fue del agrado de mi bebé —explicó colocando una mano sobre su estómago.

—¿Quieres vomitar?

Observando el rostro pálido del doncel, Jimin observó a su alrededor en busca de Namjoon, pero no lo encontró, ni siquiera a su tonto esposo.

—Ven, vamos a fuera, pareces necesitar algo de aire —expresó tomando su brazo para guiarlo al exterior.

Saliendo al frío clima de la noche, apenas y si alcanzaron a caminar un par de pasos antes de que SeokJin se inclinara y arrojara casi todo lo que había comido en ese momento. Torciendo sus labios, Jimin sostuvo su largo cabello rubio platinado fuera del camino en lo que acariciaba su espalda.

—¿Estás mejor? —preguntó cuando finalmente dejó de vomitar.

—Algo así —respondió con un quejido, enderezándose lentamente.

Sintiendo un escalofrío siniestro recorrer toda su espalda, el pelinegro doncel observó a su alrededor, alerta. Cuando una ligera brisa impactó en su rostro, Jimin miró en aquella dirección y todos sus músculos se tensaron dolorosamente.

—Hay que entrar —ordenó con sus manos aferrándose al brazo del doncel.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué sucede? —cuestionó SeokJin, confundido.

Y entonces, entre la oscuridad, una masa de cuerpos con armas y escudos aparecieron con todas sus intenciones pintadas en su rostro.

—¡Nos están atacando! —gritó empujando a SeokJin al interior.

Pero debido a la celebración en el interior, nadie reaccionó inmediatamente, y antes de que se dieran cuenta, aquellas personas ingresaron con sus armas, atacando, golpeando, cortando y matando indiscriminadamente tanto a hombres, como mujeres y niños.

El caos estalló, los gritos de dolor explotaron junto con las risas malvadas llenas de júbilo.

Observando con horror a su alrededor, Jimin reaccionó cuando alguien le empujó en medio del caos, llevándolo directo al suelo.

—Mierda —musitó y observó a su alrededor.

Encontrando una mesa apartada, se levantó tomando a SeokJin de la mano para arrastrarlo entre las personas, esquivando aquellos que tenían arma y evitando los cuerpos de otros que luchaban por sus vidas o bien intentaban huir.

Cuando llegaron a la mesa, inmediatamente se agachó y obligó a SeokJin a seguirle.

—Tienes que mantenerte en silencio o nos descubrirán —advirtió en voz baja.

Temblando y con su rostro pálido, SeokJin asintió y alzó sus dos manos temblorosas para cubrir su boca.

Manteniéndose en silencio y rezando a todos los dioses que conocía, Jimin observó un sangriento caos donde personas tanto de su clan caían como aquellos que les habían invadido.

—S-son ellos... Vienen por mí... Me van a llevar —jadeó el doncel a su lado, llamando su atención.

—¿Los conoces? —preguntó, observándole.

—Su bandera, tiene el escudo de mi antiguo clan —explicó—. N-namjoon, necesito a Namjoon —chillo e intentó salir bajo la mesa.

Deteniéndolo, Jimin lo empujó más al fondo cuando un cuerpo cayó justo frente a ellos, y entonces unos ojos sin vida le estaban observando.

—V-vomitaré —jadeó SeokJin.

—No lo harás porque nos descubrirán —gruñó—. Cierra los ojos y toma profundas respiraciones, esto terminará pronto y nuestras parejas nos encontrarán —prometió.

Escuchando una conocida voz, Jimin se inclinó más cerca del borde y contempló a Hoseok en el suelo intentando defenderse de un idiota que destrozaba su ropa, sin importarle que a su alrededor todo los demás estuvieran peleando a sangre fría.

Observando el cuerpo frente a él, el pelinegro doncel tomó la espalda entre sus manos y comenzó a arrastrarse fuera de la mesa.

—¿A dónde v-vas? —exclamó SeokJin, sosteniendo su mano.

—Hoseok necesita ayuda, vuelvo enseguida —prometió, apartando su mano.

Sin escuchar los pedidos de este porque no fuera, el doncel salió a enfrentarse a la sangrienta guerra, yendo directamente hacia su joven amigo.

Alzando la espada con ambas manos, Jimin simplemente la bajó con todas sus fuerzas, intentando enterrarla en el cuerpo de este. Lamentablemente, la espalda era demasiado pesada para poder moverla con destreza, por lo que no hubo una herida mortal como esperaba, y aquello terminó alertando al tipo su presencia.

Cuando el hombre giró a observarle con furia, el doncel cayó al suelo tras ser empujado por este mismo. Alzando sus brazos para protegerse, Jimin observó entre ellos como la cabeza del tipo era cortada y el cuerpo caía inerte en el suelo.

Sintiendo como su corazón palpitaba en sus oídos, Jimin alzó su cabeza esperando ver a su esposo, pero quien le miraba preocupado era SeHun.

—¿Estás bien? —preguntó, alzando su mano para levantarlo del suelo—. ¿Jimin?

—S-si, lo estoy —pronunció, agitando su cabeza para volver a concentrarse.

Observando a su joven amigo aún en el suelo, con su ropa manchada de sangre en uno de sus hombros, Jimin corrió hacia él.

—¿Estás bien?

—Solo es... Un pequeño corte —logró responder, observando a su alrededor con horror.

—Vamos, necesitamos buscar un refugio. No solo están atacando aquí, es en todo el pueblo —explicó SeHun, matando a otro tipo que iba hacia ellos.

—Necesitamos ir por SeokJin, lo dejé escondido bajo una mesa —explicó Jimin, observando a su alrededor—. Debemos de decirle también a Namjoon y Yoongi para que no nos busquen y no se distraigan —expresó.

—Luego de que me asegure de que estén a salvo, le diré al jefe del clan —prometió SeHun.

—¿Y Yoongi? A él también hay que decirle o me estará buscando como un loco.

Resoplando, SeHun apuñaló un cuerpo y lo lanzó lejos antes de observar al pelinegro doncel.

—Ese tipo está más preocupado por proteger a su amante e hijo que por buscarte, lo vi con mis propios ojos —reveló.

—No, eso no es cierto. —rechazó Jimin—. Si lo dices por los rumores...

Gruñendo, SeHun alzó su espada nuevamente y cortó a otro tipo.

—Los vi, Yoongi ni siquiera parecía recordar tu presencia. Tan pronto lo vio, se quedó al lado de ese tipo —aseguró.

Observándolo, Jimin negó con su cabeza.

—Estás mintiendo.

—Si fuera mentira, un guerrero tan experimentado y fuerte como Yoongi ya te habría encontrado —gruñó luchando—. Pero no está aquí, contigo.

Negándose a creer en las palabras de un tipo que nunca apoyo su relación con Yoongi, Jimin tomó su espada nuevamente y observó a Hoseok.

—SeokJin está debajo de esa mesa, vayan a buscarlo y salgan de aquí, pronto les alcanzaré —prometió.

Grandes ojos le observaron con horror, pero Jimin solo le sonrió y aprovechó que SeHun seguía peleando antes de recorrer en busca de su tonto esposo, ignorando los gritos de los otros dos que le pedían volver.


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