༺ Capítulo LXI ༻
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Recostados en la cama, con Jimin sentado a horcajadas sobre el regazo de su esposo, el doncel rebotaba suavemente de arriba hacia abajo en ese duro eje al cual su interior se había acostumbrado, y con ello, vuelto completamente adicto.
Pero no era solo la sensación de ser llenado lo que le gustaba a Jimin, sino apreciar el rostro de su esposo observándole de aquella forma, como si fuera el ser más sexy en el mundo, lo que también estaba haciendo muy bien su trabajo.
Que aquellos ojos oscuros le observaran con tal intensidad, sentía que todo su cuerpo se quemaba en respuesta y amaba totalmente esa sensación.
—¿En qué estás pensando? —preguntó Yoongi, apretando sus manos que sostenían con firmeza cada uno de sus glúteos para llamar su atención.
—En lo caliente que me siento cuando me miras así —respondió con un pequeño gemido, dejando de saltar para simplemente divertirse apretando sus músculos interior alrededor de ese invasor.
—Joderr —exclamó Yoongi, cerrando sus ojos con fuerza en lo que sus manos se aferraban casi dolorosamente a sus nalgas, seguramente dejando sus marcas ahí—. Cariño, si me sigues apretando así, me vendré —gimió, observándole suplicante.
Sonriendo satisfecho, el doncel arrastró sus manos por el firme pecho de su pareja, asegurándose de dejar un suave rastro rojo de sus uñas que le quitó un gruñido bajo a su esposo.
—Eso es bueno, mis muslos ya me queman de tanto que los he usado para saltar sobre tu polla —expresó, moviendo experimentalmente su cadera de forma circular—. Quiero venirme —gimió.
—Ven aquí —gruñó Yoongi, deslizando sus manos por su espalda para empujarlo contra su cuerpo.
Cayendo felizmente sobre su pecho, Jimin dejó que su pareja devorara su boca en lo que comenzaba a empujar en él.
El nuevo ángulo hizo que el doncel chillara de felicidad y sintió que tocaba las estrellas ante un punto en específico que Yoongi estaba golpeando.
—Ah, es aquí —pronunció su esposo sobre sus labios con una sonrisa.
Gimiendo, Jimin asintió e intentó moverse sobre él, pero por supuesto que su tonto esposo se lo impidió rodeándole con sus brazos con firmeza.
—Ah-ah, es mi turno de moverme —le recordó, retrocediendo hasta que Jimin solo sentía la punta de su miembro para luego empujar profundo, tocando ese punto.
—Más rápido —gimoteó sobre su boca.
Pero Yoongi lo ignoró deliberadamente, manteniendo un desesperante ritmo lento que retrasaba y a la vez aumentaba su deseo por venirse.
—Por favor, necesito sentirte —sollozo, intentando moverse contra él.
La única respuesta que obtuvo fue un profundo beso húmedo que le dejó apenas respirando en lo que sentía que el ritmo aumentaba un poco, pero aun así, seguía sintiéndose tortuosamente lento para el doncel.
Cuando finalmente pudo lograr liberarse, su semilla simplemente pareció explotar sin fin, manchando sus dos cuerpos en lo que disfrutaba de su esposo seguir empujando en él, buscando el mismo placer.
Y aun así, cuando Yoongi llegó, nunca aumentó sus golpes, los mantuvo firme hasta el final. Solo una vez su semilla llenó pero completo a su doncel, golpeó una vez con fuerza en su interior, casi como si buscara ir más profundo y se quedó ahí.
Jadeante, Jimin se quedó dónde estaba, esta vez disfrutando de ser quien se recargaba en su pareja, especialmente por esas caricias que iban desde su espalda hacia su trasero.
Girando su rostro, el doncel empujó su nariz en el cuello del guerrero y cerró sus ojos, sintiéndose completamente devastado, agotado e increíblemente satisfecho.
Yoongi se movió suavemente y Jimin se quejó en respuesta.
—Está bien, cariño, solo quiero tapar tu cuerpo, no quiero que se enfríe —explicó tirando las mantas sobre ellos.
Satisfecho cuando no hubo más movimiento alguno, sintió cierta curiosidad al percatarse de que Yoongi seguía en su interior.
—¿No piensas sacarlo?
—Ni hablar —rechazo—. Esperé demasiado tiempo por esto como para abandonar tu cuerpo ahora.
Jimin resopló un tanto divertido.
—No seas un tonto, ya perdí la cuenta de cuantas veces lo hicimos esta noche.
—No es suficiente.
—Pero no significa que será la última vez que lo hagamos —bostezó—. Se siente demasiado bien como para dejarte ir —murmuro.
Yoongi sonrió todo orgulloso.
—Me esforcé por ello —pronunció.
Al no recibir respuesta alguna, el guerrero observó a su doncel. Al encontrarse con su rostro cansado, finalmente retrocedió saliendo de ese paraíso.
Jimin se quejó en respuesta e inmediatamente odio la sensación de vacío que le dejó. Era algo triste no sentirse tan lleno, pero considerando que no era ni la primera ni la segunda vez que lo habían hecho durante la noche, tal vez era lo mejor para su abusado agujero.
—Shh... Solo duerme un poco —pronunció besando su mejilla—. No sé cuánto falta para que sol salga, pero no creo que sea en mucho tiempo considerando todo lo que te mantuve despierto —expresó y torció sus labios—. Tal vez debí de haberme controlado un poco para tu primera vez.
—¿Controlado?
El tono del doncel fue quejoso y suave, cayendo poco a poco en los brazos de morfeo producto de las caricias de Yoongi, las cuales se concentraron cerca de su cadera.
—Lo hicimos unas cuatro veces durante la noche y la primera vez no fui precisamente amable contigo —explicó y suspiró—. Cuando vuelvas a despertar estarás muy cansado y dolorido.
—Habrá... Valido la pena —murmuró—. Realmente... Me gustó... Mucho...
—Duerme, estaré cuidando de ti —prometió.
—Nadie... Lo hizo... Nunca —bostezó, luchando contra el sueño.
—Yo lo haré desde ahora —anunció Yoongi, decidido.
Y Jimin quiso argumentar que en realidad no necesitaba eso, que podía cuidar de sí mismo, pero el sueño solo hizo que soltara un pequeño suspiro y luego simplemente... Se fue con el cálido cuerpo de su esposo rodeándole y sus tiernas caricias arrullándole.
Para cuando volvió a despertar, Jimin no estaba tan feliz de no sentir el agradable cuerpo y calor de su esposo bajo suyo, ni cerca de él.
Abriendo sus ojos, el doncel dejó escapar un suspiro y sus labios se torcieron hacia abajo al encontrar lo que ya sabía, estaba solo.
Cerrando sus ojos, Jimin intentó ignorar el malestar en su pecho que se presionó repentinamente. Fue entonces que su oído capturó el chispear sonido del fuego en la chimenea y se percató, del agua cayendo.
Curioso, volvió a abrir sus ojos y en vez de mirar solo la cama, se enderezó en un codo para observar la habitación. Tan pronto lo observó, Yoongi le sonrió.
—¿Ya estás despierto?
—¿Qué... Haces? —pronunció a pesar de que tenía la clara respuesta ante sus ojos.
—Coloqué a calentar agua para prepararte la tina, ya está lista —anunció echando el último cubo.
Dejando el cubo cerca de la puerta, su tonto esposo completamente vestido se acercó y tomó asiento en la orilla de la cama.
—Me dijeron que un baño podría calmar todo el malestar de tu cuerpo —expresó, colocando su mano en su muslo.
—Podrías haberle dicho a Hobi.
—Eres mi esposo. Quería hacerlo.
La facilidad y seguridad en su tono sacudió el interior de Jimin, disolviendo ese malestar en su pecho para volverlo todo cálido.
—¿Cómo estás?
—Bueno... —pronunció e intentó sentarse en la cama.
Los gruesos labios del doncel inmediatamente se presionaron juntos al comprender a lo que se refería su esposo con sus palabras antes de quedarse dormido.
—Uh... Tal vez sería bueno no moverme mucho —aceptó y sintió su rostro ligeramente caliente ante la gran sonrisa en el rostro del contrario.
—Bueno, es momento del baño.
Observando a su esposo, Jimin apenas contuvo el chillido de sorpresa cuando este retiró repentinamente las mantas, dejándole completamente desnudo para su placer.
Levantándose, Yoongi se acercó a su doncel y lo tomó entre sus brazos con facilidad.
—Espera... Puedo caminar.
—Pero no necesitas hacerlo en este momento.
Cruzando la habitación, Yoongi dejó con cuidado el cuerpo de su doncel en la tina y sonrió satisfecho al escuchar a Jimin soltar un suspiro feliz.
—¿No te meterás conmigo? —preguntó el doncel al verle tomar un trozo de tela para comenzar a pasarlo sobre su cuerpo.
—No, se supone que estoy cuidando de ti —explicó, bañando su cuerpo—. Si me meto contigo, haré de todo menos cuidarte como te mereces.
—Tampoco me quejaría —murmuró Jimin y Yoongi sonrió.
—Tal vez tú no, pero tu cuerpo sí —expresó—. Te escuché quejarte bajito cada vez que te movías durmiendo, creo que tu cuerpo no necesita otra atención más que esta, por hoy.
—Lo sé —aceptó Jimin en un suspiro—. Pero no sabía que hacer ese tipo de cosas se sintiera tan bien —dijo con sus ojos cerrados, disfrutando de esas manos acariciando tiernamente su cuerpo, lavando incluso su cabello.
—Es porque di mi mejor esfuerzo contigo —pronunció Yoongi, besando esos carnosos labios sin poder resistirse a ellos.
Abriendo sus ojos con una sonrisa, Jimin le observó.
—No sabía que podías tener un lado así de dulce —comentó.
—Ni yo —suspiro Yoongi—. Sacas lados de mí que ni siquiera sabía que tenía —indicó—. ¿Puedes levantarte? Quiero ver si limpie bien ahí atrás. Después de que te durmieras intenté limpiarte lo mejor que pude —explicó.
—Oh, aún queda algo de tu semilla. La puedo sentir deslizándose fuera entre mis muslos.
Levantándose sobre sus rodillas, el pelinegro doncel le dio la espalda a su esposo. Afirmándose en el borde de la tina, se inclinó mostrándole su trasero y separó sus piernas.
Las manos más grande de Yoongi le tocaron agarrando cada glúteo para separarlos y exponer su pequeña entrada. Cuando no hubo movimiento alguno, Jimin observó sobre su hombro y resopló divertido al encontrar a su esposo observando perdidamente dicho lugar.
—Se supone que ibas a limpiar, no admirar —rió y este gruñó.
—No sabía que esto podía ser tan caliente —se quejó.
Sin resistirse, Yoongi se inclinó hacia adelante para lamer directamente dicha zona. Presionando su lengua por el rojizo y levemente hinchado agujero que tantas veces comió de su polla durante la noche.
—¡Yoongi! —exclamó, con sus manos aferrándose al borde de la tina—. No juegues así conmigo —gimoteó y su esposo rió contra su trasero.
—Bien, de acuerdo —expresó Yoongi, alejando su rostro para lavar cuidadosamente la zona—. Ya estás listo.
Suspirando, Jimin volvió a tomar asiento en la tina y disfrutó del agua caliente rodeando su cansado cuerpo. Cuando su esposo se movió, el doncel le observó echarle más leña al fuego.
—¿Mi hermano ya se fue? —recordó de pronto.
—Está preparándose para irse —anunció Yoongi.
Tan pronto como lo sintió moverse, Yoongi se acercó.
—¿Qué haces? Aún puedes quedarte más tiempo en el agua, sigue caliente —indicó.
—Lo sé, pero quiero ir a despedirle —explicó levantándose de la tina.
—No es necesario hacerlo —refunfuñó Yoongi.
—Les he traído algo de comer —anunció Hoseok, entrando en la habitación sin siquiera tocar.
Entonces, observó a Jimin parado completamente desnudo en la tina y sus ojos simplemente quedaron atrapados en la bella figura del doncel llena de marcas por la apasionada noche con su esposo.
—Será mejor que salgas ahora —espetó Yoongi, colocando su cuerpo frente a su esposo para cubrirlo.
Asustado, Hoseok dejó rápidamente la comida en la mesa que se encontraba en la esquina de la habitación y corrió fuera.
—L-l-lo siento —exclamó cerrando la puerta.
Yoongi volteó a verle con su rostro todo enfurruñado y le ayudó a salir de la tina.
—¿Es en serio? Es Hobi —dijo con una ligera risa.
—El placer de tu cuerpo es solo para mis ojos —declaró Yoongi.
Tomándolo entre sus brazos, sin importarle mojarse en el proceso, el guerrero lo llevó frente a la fogata y lo dejó sobre las pieles. Observando a su esposo alejarse, el doncel bajo la mirada y se sonrojó al percatarse que dichas pieles fueron cambiadas por otras.
—Será mejor que lo recuerdes —anuncio volviendo con él—. No quiero que otros vean la belleza que eres, es un placer solo para mis ojos —declaró rodeándole con una manta.
—Estás exagerando —dijo con una sonrisa.
—No, no lo hago —anunció acercándose para besarlo suavemente—. Anoche durante la fiesta, mientras bailabas y te divertías, te veías tan hermoso que atrajiste más de una mirada.
—Estaba bailando con Bae, seguramente le observaban a él.
—No, fue por ti y esa hermosa sonrisa de ojos, por tu belleza natural. Por la forma en que tus ojos resplandecían como una luna y tu cabello se agitaba como un mar en la oscuridad —describió—. Eres hermoso, aunque tú no lo veas —declaró, besándolo por última vez antes de ayudarle a secar su cuerpo.
Y Jimin... Simplemente dejó llevar por las atenciones de su tonto esposo.
—Habría sido agradable escuchar esto antes —comentó—. En mi antiguo clan siempre fui comparado con Bae.
Alejándose un momento, en vez tomar la ropa de su doncel, Yoongi fue directamente por una de sus camisetas y se la colocó. Obviamente, al ser más grande que su esposo, está bailó en el cuerpo de Jimin, cayendo sobre un hombro y llegando hasta un poco antes de la mitad de sus muslos.
—Dije que quería ir a despedirme de Bae —le recordó el doncel.
—Cariño, no estarás montando a caballo hoy, montaste lo suficiente otra cosa durante la noche como para hacerlo sobre otra cosa —dijo con una gran sonrisa.
Jimin entrecerró sus ojos en su esposo y permitió que este le tomara entre sus brazos nuevamente para llevarlo a la mesa donde estaba su comida.
—Saldré una vez termine de comer —anuncio y tomó asiento.
Todo su cuerpo se estremeció al sentarse en una sólida superficie. Al verlo, Yoongi le levantó y tomó asiento en la silla antes de acomodarlo en su regazo, lo cual fue mucho mejor para el sensible trasero de Jimin.
—Mi cuerpo está disponible si estás deseoso de montar, pero no saldrás hoy de aquí así como estás —indicó.
—Deja de mencionar tu polla, hay otros días para saltar en ella —refunfuñó con su rostro sonrojado.
Yoongi le observó con una ceja alzada.
—¿Crees que puedes cabalgar?
—Sí.
—Mentira.
—Cierto —aceptó—. Pero iré de todas formas. Estaré bien, me he lastimado peores veces y aun así, hacia mis cosas —comentó observando la comida.
—¿Cómo te lastimaste? —preguntó frunciendo el ceño—. ¿Fue...?
—Mi estúpido padre no me golpeaba si es lo que pasa por tu mente —resopló Jimin—. Él era completamente feliz ignorando mi existencia, pero eso significaba que tenía que conseguir todo por mi cuenta y vivir en medio de un bosque no es exactamente el lugar más cálido y amigable —explicó.
—¿Por qué vivías en tal lugar? —preguntó irritado.
—Park SiWon nos odiaba, no sé si yo no era lo que él esperaba o mi madre simplemente le aburrió o si hizo algo que no fue de su agrado, solo sé que para deshacerse de nosotros nos aisló —contó comiendo felizmente—. No me importaba, era feliz en esa cabaña —aseguró—. ¿No vas a comer? Está delicioso —preguntó cambiando de tema, sin deseos de recordar aquellos momentos.
Soltando un suspiro, Yoongi comenzó a comer junto con él.
—No es necesario salir, te esta esperando en la otra habitación —informó repentinamente.
Jimin observó a su esposo con sus cejas fruncidas en curiosidad.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Porque no quería que hablaras con él —confesó—. Asegura que te tiene que decir algo importante y no quiero que arruine tu día.
—Difícilmente lo arruinará —sonrió—. La pasé demasiado bien anoche. Solo déjale entrar para que se vaya contento.
—Una vez terminemos de comer —accedió finalmente Yoongi.
—Necesitaré vestirme.
—No es necesario, no saldremos de está habitación hoy —anunció su esposo.
El pelinegro doncel le observó con curiosidad.
—¿Nos? ¿Te quedarás conmigo?
—¿Tú qué crees?
—Que solo en la noche podría intentar volver a montar tu polla —advirtió.
Su tonto esposo estalló en una alegre carcajada que sacudió a Jimin y le hizo sonreír. Para cuando terminaron de comer, Yoongi se retiró un momento tras ayudarle a colocarse un pantalón y sus botas antes de que Baekhyun entrara.
—Hasta que finalmente puedo verte, desde que salió el sol que espero —se quejó al entrar.
—Había asuntos importantes que ver con mi esposo —sonrió Jimin.
El joven doncel le observó de pies a cabeza y sonrió alegremente, luego su sonrisa tembló y sus labios se estiraron de aquella forma que le advirtió a Jimin, que no le gustaría escuchar.
—Ya, suéltalo. ¿Te acostaste con ChanYeol?
—Quisiera —suspiró—. El abuelito y tu amiguito esclavo con suerte me dejaron compartir un beso antes de llevarme a casa.
Lo cual era bueno, pero no le decía a Jimin cuál era el problema.
—¿Qué sucede entonces?
—Sé que no quieres escuchar nada sobre papá, pero no me siento bien guardando esto —expresó—. Papá dijo que planea visitarte sorpresivamente en luna llena, pero no me aclaró si en esta o la siguiente.
El rostro de Jimin automáticamente se arrugó ante tan desagradable información.
¿Por qué SiWon deseaba visitarle? ¿Qué estaba planeando ahora?
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