༺ Capítulo LII ༻

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Sentado frente al mueble que le regaló su tonto esposo luego de un agradable baño en el cual torturó a Yoongi dejándole observar cómo lavaba su cuerpo, pero sin permitirle tocarle ni ayudarle en el proceso, el pelinegro doncel sonreía en lo que preparaba más ungüento para sus golpes.

Detrás de él, el guerrero se vestía sin quitarle los ojos de encima. Y por supuesto que el pelinegro doncel sentía el peso de su mirada.

—¿Quieres decirme algo? —preguntó.

—Sí —anunció.

Colocando su espada en su cinturón alrededor de su cintura, Yoongi se acercó a su doncel y apoyó una mano en la silla.

—¿Estás bien? —preguntó—. Deje que mi cuerpo descansara sobre el tuyo, y solo ayer recibiste unos golpes —expresó preocupado.

—Estoy bien —aseguró—. Estoy preparando más ungüento para colocarme, pero no siento más dolor del que debería de sentir —prometió.

—No mientes para hacerme sentir mejor, ¿cierto?

Jimin resopló divertido.

—¿Realmente crees que mentiría por eso? —cuestionó alzando una ceja.

Aceptándolo, Yoongi asintió y se enderezó.

—¿Quieres que te ayude a colocarte el ungüento? —ofreció.

—Lo estoy haciendo para la tarde, no quiero colocármelo cuando me acabo de bañar —expresó—. Por ahora tomaré una infusión de hierbas que me ayudarán con las molestias.

Asintiendo, el guerrero se inclinó y besó su frente.

—Iré con Namjoon, seguramente querrá tratar con Ahin pronto. Sin contar que aún está el tema de tu hermano y parte del clan Park que sigue aquí —expresó.

—¿No comerás algo antes de irte?

—Cogeré algo para comer en el camino —contestó—. Desayuna tranquilo, mandaré a alguien a informar cuando sea la hora de que Ahin reciba su castigo, para que los acompañe.

—Puedo andar por mi cuenta.

—Lo sé, pero tu hermano está aquí y el centro del pueblo se llenará para presenciar el castigo. Namjoon querrá a alguien detrás de él para evitar cualquier inconveniente por el cual SiWon querrá sacar provecho. Y yo no quiero que alguien te pase a llevar, siendo que tu cuerpo está lastimado —expresó.

Observando las horquillas en el mueble, Yoongi tomó aquella que era un palillo con una luna colgando.

—Quiero quejarme, pero no puedo si tus palabras tienen sentido —refunfuñó sin sentimiento, solo por hacerlo.

Sonriendo, el guerrero tomó el cabello de su doncel, tomando aquellos rebeldes mechones del frente que intentaban ocultar su rostro y los amarró con la horquilla.

—Nos vemos después —se despidió.

—Has sufrir a Ahin —se despidió el doncel.

—Lo haré.

Recordando la horquilla con forma de mariposa rota, Yoongi la cogió sin que Jimin se diera cuenta y se retiró.

Quedando a solas en la habitación, el pelinegro doncel terminó de preparar su ungüento y se levantó. Cogiendo las hierbas que necesitaría para su infusión, salió de su habitación y se encontró con su joven esclavo preparando el desayuno.

—¿Tienes agua caliente?

Hoseok asintió y señaló cierta olla, concentrado en lo que cocinaba.

—¿Lograste dormir bien? —preguntó el doncel, preparándose su infusión de hierbas.

—Puedo dormir perfectamente en cualquier lugar mientras tenga mantas, y las pieles que me pasaste definitivamente ayudaron —prometió sonriente.

—De igual forma, siento haberle pasado tu habitación a Baekhyun —se lamentó—. Lo mejor será despejar ese pequeño cuarto que tenemos llenos de cosas, nunca sabemos cuándo tendremos invitados ya sea por una noche —expresó.

—Lo limpiaré pronto y cambiaré mis cosas ahí —prometió.

Jimin le observó extrañado.

—¿De qué hablas? Tú ya tienes tu habitación —indicó.

—Pero... La habitación de un esclavo se supone que debe de ser más pequeña, como en la que llenamos de cosas —expresó, observándole confuso.

—Tonterías, esa será para invitados indeseados. Tú vives aquí con nosotros y ayudas en la casa, tienes el derecho de tener su propia habitación y espacio, ¿de acuerdo?

Una brillante sonrisa surcó en el rostro del joven esclavo e inmediatamente asintió de acuerdo.

—¿Puedo preguntar algo?

Tomando un sorbo de su infusión, Jimin asintió y arrugó su nariz. Necesitaba un poco más de azúcar.

—¿Por qué hacer que su hermano duerma aquí aun cuando no quería?

—Un doncel hermoso, pero un tanto caprichoso y mimado, encerrado en un barco lleno de hombres viriles que están acostumbrados a conseguir lo que quieren y siguen sus propias reglas. Aunque fuera el hijo del jefe del clan, no les habría importado si lo amenazaban correctamente —explicó—. No necesito decir más, ¿cierto?

Hoseok asintió comprendiendo completamente.

—Pero, si es así, ¿qué pasará con su viaje de vuelta?

—Le pasaré un arma, si es inteligente, sabrá como usarla —respondió.

—La comida ya está lista, comenzaré a servir —informó.

Asintiendo, el pelinegro doncel se acercó intentando ayudar a colocar la mesa, pero el joven esclavo se interpuso en su camino.

—Una persona lastimada no debe de esforzarse —indicó y lo llevó hasta la mesa—. Solo siéntate y yo me encargo del resto.

Observando el asiento que su joven amigo corrió para él, Jimin resopló, pero le dejó ser feliz de todas formas. Sentándose, contempló al joven esclavo moverse para servir todo el desayuno en la mesa.

—¿Debería de despertar al invitado? —preguntó una vez terminó.

—Solo avísale, si tiene hambre saldrá a comer por su cuenta —respondió.

Contemplando la comida, el pelinegro doncel se percató de la variedad que su joven amigo había preparado, con unos ingredientes que hasta el momento... No le había visto utilizar.

Volviendo a la mesa, Hoseok tomó asiento frente al doncel.

—Solo me agitó la mano para echarme —informó.

—Ya se levantará —aseguró y le observó—. ¿Qué es todo esto? —preguntó y señaló los platillos.

—Tienes que comer cada uno de ellos, me dijeron que son buenos para la fertilidad del doncel —exclamó alegre.

Las cejas de Jimin no hicieron más que juntarse profundamente en lo que admiraban los platillos.

—¿Fertilidad?

—Sí, debes de comer mucho, te servirá —explicó sonriente.

El doncel le observó varios segundos con cierta confusión, luego, a su mente llegó lo que había estado haciendo con su tonto esposo en la mañana y un profundo sonrojo se apoderó de su rostro por haber sido atrapado.

—No es lo que piensas. Realmente no lo hicimos —expresó.

—Eso no quiere decir que no sucederá pronto —rió bajo—. Y está bien, ambos están casados, es normal que se quieran divertir como una pareja —indicó.

—Solo... No digas más al respecto. Ni le cuentes a nadie —advirtió avergonzado.

El joven esclavo sonrió y asintió efusivamente.

—Los estaré animando silenciosamente —prometió con entusiasmo.

Negando tan divertido como avergonzado, Jimin procedió a comer su desayuno intentando no pensar mucho en las palabras de su joven amigo. Aunque habían dado un paso más en su relación, eso no quería decir que saltaría inmediatamente al sexo, solo que... Tendría más diversión que solo besos.

Justo cuando ya iba a la mitad de su desayuno, Baekhyun finalmente dejó la habitación ya levantado y listo.

—Estuve esperando que me llevaran agua para lavar mi rostro y nunca apareció —se quejó.

—Hobi no es adivino, si no se lo pides correctamente no sabrá lo que quieres —indicó Jimin.

—Pero si te la lleva todos los días a ti, lo normal sería que también se la lleve a los invitados —indicó y tomó asiento.

—Nop, nosotros le avisamos si queremos agua para lavarnos el rostro o para bañarnos, Hoseok solo está preparado en cualquiera de los dos casos —aclaró—. Y es normal que se siente a comer conmigo cuando estoy solo, así que no lo mires extraño —advirtió.

—El clan Min es raro —bostezó y comenzó su desayuno—. ¿Y tu esposo?

—Tiene deberes que atender.

—¿Siempre te deja solo?

—Siempre desayunan juntos o le lleva el desayuno a la cama —informó Hoseok.

—Entonces, ¿tu vida de casado si va bien? —preguntó observando a su hermano.

—En este momento, va mejor de lo que esperaba —respondió honesto.

—Eso es bueno, realmente estábamos preocupados por ti. HyoRin siempre se está quejando, incluso llamó a su pequeño similar a ti, MinJi —sonrió.

Una inevitable sonrisa creció en el rostro del pelinegro doncel al escuchar sobre su cuñada.

—¿Fue niño o niña?

—Niña —sonrió—. Mi padre no estaba muy feliz, pero HyoRin dijo que no tendría otro hasta que MinJi pudiera caminar sin problemas y Taeyang le apoyó porque quería disfrutar de su primer bebé —explicó.

—Por eso me agrada, siempre supo lo que quería y lo dijo —sonrió Jimin.

—Ella también te extraña mucho —aseguró su hermano y luego se calló repentinamente.

Y Jimin lo conocía lo suficiente, como para saber que de algo quería hablarle.

—Si quieres decir algo, solo dilo, no te preocupes por Hobi. De todas formas le terminaré contando después —indicó.

El joven doncel se removió incómodo en su asiento.

—No es nada, realmente. Solo que papá... Eh... Él...

—¿Crees que estará preocupado por ti quedándote unos días en el clan Min? —adivinó y alzó una ceja—. Tuviste un viaje largo, debió de haber asumido que te quedarías un par de días para recuperar energías y conseguir cosas antes de volver a viajar —indicó—. No te preocupes porque no pudiste hablar de todo con Namjoon, ocurrieron cosas que necesitaba ver primero como jefe del clan.

—Agradezco que nos dejaran quedarnos y no nos sacaron inmediatamente de sus tierras, pero no era de eso de lo que quería hablar —expresó dudoso.

—¿Qué sucede? —preguntó curioso.

—¿Qué pensarías si te dijera que papá está arrepentido y preocupado por ti y por eso es que realmente me envió aquí? —planteó.

—Te diría que es pura mierda y que no seguiré cualquier conversación en la que se nombre —respondió tajantemente—. ¿Terminaste de desayunar? Quiero salir y averiguar sobre Ahin y los otros traidores —anunció.

—Minnie... —pronunció su hermano.

—No. —le cortó, levantándose de la mesa—. No hablaré nada respecto a SiWon y punto —sentenció.

Baekhyun observó al joven esclavo, quien a pesar de seguir comiendo, era bastante obvio que estaba escuchando todo.

—Está bien, no lo mencionaré más —pronunció con un suspiro.

Asintiendo conforme, Jimin observó hacia la puerta cuando esta fue golpeada.

—Debe de ser la persona que Yoongi dijo que enviaría —anunció el pelinegro doncel.

—¿Puedo ir a mirar contigo? —pidió Hoseok.

Jimin asintió y observó a su hermano.

—Tú también vienes —informó y se levantó.

Dirigiéndose a la puerta, el pelinegro doncel la abrió encontrándose con un hombre más alto que él, con apariencia fuerte, pero con menos masa muscular que su esposo y de semi larga cabellera castaña chocolate. Era el mismo guerrero que Jimin veía últimamente al lado de su tonto esposo más que SeHun.

—El señor Yoongi me envió como su escolta —informó—. Soy Jackson.

—Bien, solo ten un ojo sobre mi hermano —indicó Jimin señalando sobre su hombro.

—El señor Yoongi me dijo que usted era mi prioridad, y no es por nada, pero prefiero escucharlo que ser regañado después —explicó—. Sus castigos son horribles —comentó con una expresión de horror.

Cuando la mirada del guerrero viajó sobre su hombro, Jimin la siguió con curiosidad y contempló a su joven amigo acercarse.

—He traído la capa del señor Yoongi, seguía haciendo algo de frío cuando salí por ingredientes para el desayuno —informó Hoseok acercándose y ayudándole a colocársela.

Tan pronto como el esclavo se dio cuenta de la presencia del guerrero, se sonrojó y bajó la mirada.

"Interesante" Pensó Jimin, observando al guerrero que no le quitaba la mirada de encima a su amigo y como este se colocaba tímido.

—Ya estoy listo —anunció Baekhyun acercándose—. ¿Qué sucede?

—Nada —sonrió Jimin y salió primero.

Caminando de los primeros, el pelinegro doncel tiro de su hermano para que le acompañara, dejando a los otros dos a un paso detrás de ellos.

Al ver tanta gente caminando en la misma dirección que ellos, Baekhyun observo con curiosidad al otro doncel.

—¿Qué es lo que está ocurriendo?

—Una mujer malvada recibirá su castigo junto a sus secuaces —anunció.

—¿Intentó robar?

—Peor, dañar a la pareja del jefe del clan Min —anunció.

—Uy, esto no será bonito de ver —se estremeció.

—Eso espero, esa mujer fue realmente una perra malvada —expresó Jimin.

Cuando llegaron al centro del pueblo, en donde todos parecían haberse reunido, justo frente a una tarima hecha de madera con dos grandes pilares gruesos con tallados de dragones a cada costado.

Lastimosamente, con tanta gente reunida y la distancia entre la tarima y donde estaban, Jimin no era capaz de observar correctamente lo que estaba ocurriendo.

—Pónganse detrás de mí —pidió Jackson.

Colocándose frente a Jimin, el guerrero utilizó su gran cuerpo para avanzar entre la multitud, llevando a los tres hacia el frente. Allí se encontraba también Taehyung, junto a un par de esclavos, y SeokJin, con dos guerreros, uno a cada lado.

Sobre la tarima, estaban los cuatro acusados arrodillados, y junto a ellos, todos los miembros directos de la familia Min, incluyendo a Jungkook.

Parándose al lado de SeokJin, Jimin lo saludó junto a Taehyung con un leve movimiento de cabeza. Rápidamente, su hermano se colocó a su lado y seguido Hoseok. Jackson se quedó detrás de ellos, protegiendo que nadie los empujara al intentar acercarse.

Volviendo su vista hacia el frente, Jimin contempló a Namjoon intercambiar un par de palabras con el abuelo Min antes de dar un paso al frente.

—Se han reunido el día de hoy, para escuchar una excelente noticia, y la razón por la cual estas personas están así —anunció,  señalando a los cuatro culpables—. Como muchos sabrán, hace tiempo que estoy buscando tener a mi hijo —dijo con un tono de voz alto y seguro—. Algunos mostraron preocupación porque aun después de cinco ciclos lunares casado con esa mujer, no ocurrió nada... —pronunció señalando a Ahin—. Gracias a los conocimientos de mi cuñado, Jimin, averiguamos que esta malvada arpía todo este tiempo estuvo tomando agua para no tener hijos, perdiendo quizás cuantos de mis bebés en su vientre —informó.

Varias exclamaciones fueron expresadas al respecto, llenas de sorpresa y consternación.

—Por favor, ¿realmente piensan creer su palabra? —se burló Ahin—. Aquí la verdad es que su líder no puede tener hijos, y para ocultar su incapacidad es que me está culpando y todo para quedarse con un maldito esclavo —acusó.

—Gracias por tus palabras, anunciaré mi buena noticia —sonrió Namjoon.

Alzando su mano, el jefe del clan esperó pacientemente a que SeokJin subiera con la ayuda de los dos guardias. Una vez estuvo arriba, lo atrajo a sus brazos y lo apego a su cuerpo.

—Tras enterarme de la verdad de Ahin, me separé de ella e intenté solucionar esto internamente, ya que nuestra alianza fue producto de un acuerdo de paz con el clan Lee —prosiguió manteniéndose firme—. Fue entonces que los dioses observaron en mi dirección y enviaron a mi camino a SeokJin, mi pareja, aquel que me acompañará en mi liderazgo por el clan —sonrió—. Y los dioses aprobaron nuestro amor bendiciendo a mi hermoso doncel con nuestro hijo. ¡Nuestro primer bebé! —dijo alzando su voz en su felicidad.

Y con tan solo esas palabras, el ruido estalló lleno de felicidad y alegría por la gran noticia, inmediatamente celebrando en nombre de su jefe.

Pero solo había una persona que no parecía para nada feliz con la noticia.

—¡Eso no puede ser cierto! —gritó Ahin—. Yo soy tu esposa, no puedes dejar embarazado a otros ni mucho menos a simples esclavos —gritó furiosa.

—Nosotros terminamos tan pronto como decidiste atacarme tras enterarme de tu verdad y encararte por ello —aclaró—. Y SeokJin nunca fue un esclavo, era un invitado en la casa de Gook-Hwan —corrigió Namjoon colocando sus manos en el vientre de su pareja—. Todo este tiempo me hiciste creer que yo era el problema, cuando está claro que eras tú —anunció.

—¡Tú eres el que tiene problemas! —chilló—. Esa puta debió de haberse quedado embarazado de otro y te está engañando —acusó.

—Yo fui el que tomó la pureza de Jin —anunció, logrando que se callara—. Puedes preguntar a las empleadas, ellas lavaron la pureza de mi doncel la primera noche que estuvimos juntos —reveló.

—¡Estás mintiendo! —gritó, enojada.

—Tú eres la única mentirosa aquí, no cumpliste con tu deber de darme un hijo porque tú no quisiste —acusó y dirigió su mirada hacia los otros culpables—. Y como si eso no fuera lo suficientemente malo, en vez de esperar pacientemente volver a su clan, decidiste utilizar a esas personas para dañar a mi doncel—anunció.

—Yo no hice nada, ellos actuaron por su cuenta —mintió Ahin.

Los tres culpables gritaron y se lanzaron sobre Ahin, aun cuando sus manos estaban amarradas, desesperados por lastimarla tras haber arruinado su vida. Y en vez de hacer algo, los cinco presentes que estaban lo suficientemente cerca para hacer algo, solo observaron.

Volviendo su visita hacia el frente, Namjoon señaló a los cuatro que se revolcaban en el suelo.

—Para el guerrero que falto a su deber de cuidar el clan y de seguirme, prefiriendo dejar su honor para ayudar a Ahin a escapar de la casa en que la mantenía retenida luego de que intentó atacarme, he decidido que se convertirá en un esclavo y será grabado en su piel la palabra traidor —declaró.

Jungkook dio un paso al frente con ello y tomó al guerrero del suelo. Quitando su camiseta, le dio vuelta y lo afirmó mientras otro miembro del clan marcaba su piel con un fierro caliente, grabando en su cuerpo la palabra traidor. Por más gritos y llanto del joven guerrero, nadie intentó ayudarle en su castigo.

Una vez terminaron con él, Namjoon observó hacia los dos esclavos horrorizados.

—Para los dos esclavos que en vez de informarme lo que su antigua ama estaba haciendo, prefirieron apoyarla e intentaron lastimar al nuevo doncel que he tomado como pareja, dándole las mismas hierbas que ella tomaba para no tener bebés, son sentenciados a muerte —anunció.

Dos guerreros que hacían de guardia se acercaron con ello, y cada uno tomó a un esclavo para llevárselos hacia su muerte en un lugar apartado para aquellos ojos que seguían siendo inocentes.

—Y para ti, que tienes unas manos tan malvadas como una boca tan venenosa, he decidido que perderás ambas cosas —decidió, observando a Ahin.

Los ojos de Ahin se abrieron en sorpresa.

—No puedes hacerme eso, ¡soy la hija del jefe de un clan! —grito.

—Tu padre lo aceptó. —informó Gook-Hwan—. Les informamos de esto ayer, y aceptó incluso tu muerte, ante tus deshonrosas acciones.

—Pero como la muerte es algo demasiado fácil para ti, es que decidí que contarían tu lengua para que no esparcieras más veneno y perderías tus manos para no dañar a nadie más antes de volver a tu clan —anunció Namjoon, sonriente—. Te dije que no me quedaría de brazos cruzados luego de que intentaras dañar a mi doncel e hijo.

—N-no, por favor... No hagas esto —rogó Ahin, finalmente perdiendo toda arrogancia.

—Tus malas acciones te llevaron a esto —sentenció Namjoon y observó a su hermano—. Hazlo.

SeokJin giró su rostro y se ocultó en el cuello de su pareja, al igual que otros que no soportaban ver tal escena. Pero Jimin, que no era perturbado por la sangre, observó el momento exacto en que su esposo sacaba su espada de su cintura y tomaba las manos de Ahin.

Ignorando los gritos y suplicios de la mujer, sus intentos de escapar, el guerrero dejó caer su espada, separando sus manos de sus brazos con una facilidad que dejó a muchos en silencio. Luego, sin perder el tiempo, tomó un cuchillo más pequeño y abrió la boca de Ahin a la fuerza, cortando su lengua.

Agonizando de dolor, emitiendo sonidos sin sentido, Ahin cayó al suelo acunando sus miembros perdidos mientras se desangraba.

Inmediatamente, los presentes que observaron de principio a fin el castigo aplaudieron satisfechos con la decisión del jefe del clan.

—Yo... Creo que ya entiendo por qué dicen que son salvajes —tragó Bae.

Observando el pálido rostro de su hermano, Jimin sonrió y le rodeó los hombros con un brazo.

—Solo recibió su castigo, Bae —aseguró.

—Traten sus heridas y prepárenle un barco, la quiero fuera de mis tierras hoy mismo —ordenó Namjoon, sin signo de lástima alguna. Observando a su clan, sonrió—. Esta noche hay festín en nombre de mi doncel e hijo —gritó alzando uno de sus brazos, logrando que todos estallaran en alegría con ello.

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