༺ Capítulo II ༻
Parado, no muy lejos de la casa de su padre, Jimin la observa estudiando a las personas que entraban y salían, en su mayoría esclavos que habían adquirido en cada expedición, junto a uno que otro guerrero que trasladaban baúles llenos de tesoros entre otras cosas.
Tal parecía que ese último viaje había ido bien a pesar de no traer más esclavos.
Viendo como el sol comenzaba a caer, el doncel de cabello negro chasqueó su lengua y finalmente se acercó.
Tan pronto como Jimin cruzó la puerta abierta de la entrada, un joven de hermosa piel bien cuidada, largo cabello castaño rubio y ojos azul mar le detuvo junto a dos esclavos.
—Sabía que debía de esperarte —expresó el hermoso doncel, frunciendo sus cejas.
—Hola para ti también, Bae —le sonrió Jimin, acomodando el arco sobre su hombro—. ¿Viniste a recibirme, hermanito? —cuestionó observando a su alrededor.
La nariz de Jimin inmediatamente se arrugó al contemplar que su padre, a lo largo del tiempo parecía haber adquirido más gusto por decoraciones extrañas que no servían para nada.
Sus ojos llegaban a doler de tanto color oro que podía apreciar a donde sea que mirara, incluso su hermano menor parecía estar usando más oro que ropa.
—Estás loco si piensas que te dejaré asistir así a la cena, nuestro padre te cortara en pedacitos —exclamó horrorizado.
—Técnicamente, solo dirá palabras hirientes en las que no estoy interesado —se encogió de hombros.
—Pero yo no permitiré eso si lo puedo evitar —declaró y observó a los dos esclavos que le acompañaban—. Ya saben qué hacer —ordenó.
—Yo no estaría tan seguro de hacer eso —advirtió Jimin, colocando una fría mirada dura sobre ambos esclavos.
—Bruja... —murmuró uno de ellos al apreciar directamente los ojos plateados destellantes del doncel mayor.
Era un gris tan claro que daba la ilusión de brillar como la misma luna, especialmente cuando Jimin se enojaba.
—No te atrevas a hablarle así a mi hermano —jadeó Baekhyun, observando indignado al esclavo.
—¿Qué está sucediendo aquí? —cuestionó Taeyang apareciendo en la entrada solo.
—Le dijo bruja a Jimin —acusó Bae señalando a dicho esclavo.
Cuando Jimin comenzó a murmurar cosas por lo bajo en una lengua inentendible, todos concentraron su atención en él y luego ambos esclavos exclamaron con horror cuando blanqueó sus ojos y sacudió su cuerpo bruscamente.
—Sean felices, acaban de ser maldecidos por la bruja —expresó alegremente, terminando con su acto.
El horror pasó por el rostro de ambos chicos y uno realmente se desmayó.
—Y por eso te acusan de ser bruja —negó su hermano mayor.
—Se desmayó solito —indicó y alzó una ceja—. ¿HyoRin?
—No pudo venir, sus pies se hincharon y no quería comer con mi padre —respondió.
—Tienes que dejar de molestar a otros con esto para que te dejen de tratarte de bruja —reprochó Baekhyun observándole con el ceño fruncido.
—No importa, haga algo o no, ellos encontrarán una forma de molestarme —expresó no muy preocupado—. Y créeme, bruja es de lejos lo peor que he escuchado —resopló.
—Solo terminen con esto aquí —decidió el mayor de los tres hermanos—. Ve con Baekhyun y vístete bien —indicó observando directamente a Jimin.
—Me ofende que me digas eso cuando he venido con mis mejores ropas —expresó ligeramente indignado.
—Tu mejor ropa está manchada con lodo en la parte baja, húmeda arriba y tu cabello es un desastre —observó Bae—. La tela ni siquiera es de la buena, ¿por qué no te has colocado algo del último botín que trajo nuestro padre? —cuestionó.
—¿No le han dicho que a mí me dan las sobras? —preguntó Jimin observando a Taeyang.
—¡Eso no es cierto! Nuestro padre no haría algo así, ¿cierto? —exclamó pidiendo apoyo al mayor de los tres.
—No le había dicho nada porque sabía que haría un problema de esto —respondió Taeyang con un pesado suspiro.
—¿Soy el único que no lo sabía? —preguntó preocupado, observando culpable a Jimin.
—Oh, por favor, no llores —expresó acercándose y rodeando sus hombros—. Hace tiempo que dejó de interesarme que nuestro padre me regale cosas o me preste atención —prometió como si no fuera la gran cosa—. Mejor llévame para poder arreglarme, ya tengo hambre.
Soltando un pesado suspiro, el más joven de los hermanos Park asintió y observó con pesar al mayor.
—No me dejes fuera de estas cosas, por favor —pidió Baekhyun.
—No lo haré —respondió y compartió una mirada con Jimin donde le agradecía silenciosamente.
Moviendo su cabeza, Jimin siguió a su hermano más joven subiendo al segundo piso que era donde estaban las habitaciones de su padre y Baekhyun, ya que era joven para vivir solo.
—Todo es tan dorado que me duelen los ojos —comentó entrando en la habitación de su hermano menor.
—Padre ha salido más últimamente y ha tenido la suerte de encontrar verdaderos tesoros —explicó con emoción—. Con tanto oro decidió decorar un poco la casa y dijo que tenía pensado agrandarla para tener más espacio.
—Espacio para otras amantes esclavas —murmuró por lo bajo, observando sin envidia alguna los montones de ropa, joyas y rica piel gruesa para el invierno.
—Perdón, no escuché —expresó dejando de arrojar ropa para observarlo—. ¿Lo repites?
—Descuida, nada importante —aseguró—. No estás pensando en que me coloque algo de tu ropa, ¿cierto? —pregunto alzando una ceja—. Si me ven con ella y la reconocen podrían intentar quitármela ahí mismo acusándome de ladrón —indicó.
—Oh, no lo pensé... —murmuró observando a su alrededor—. Esto es ropa que papá trajo ahora, no me he probado nada —expresó acercándose al montón que Jimin había observado—. ¿Sirve?
—Algo tendrá que ser de mi talla, no somos muy diferentes al ser donceles a pesar de que eres menor que yo por tres años —expresó entrando en la habitación.
—Si viviéramos juntos como antes, podríamos compartir siempre ropa —suspiró con ese rostro lleno de inocencia e ingenuidad.
—Sí, estoy mejor solo —respondió tomando un conjunto con una tela que solo podría utilizar alguien como su padre, Taeyang y Baekhyun.
—Oh, cierto, casi lo olvido —exclamó abriendo un baúl para sacar un par de botas nuevas—. Las tengo de la antepenúltima expedición de papá, me quedaron grandes y pensé en ti, pero no tuve tiempo para ir a dejártelas —explicó.
—Gracias, ya me hacían falta —reconoció Jimin observando satisfecho las botas de buen cuero que llegaban a la mitad de su canilla.
—Te dejaré entonces —anuncio acercándose a la puerta—. También recuerda limpiar y peinar bien tu cabello, en ese cajón encontrarás lo necesario —expresó señalando un mueble con cajones antes de salir.
Soltando un suspiro, Jimin se quitó su capa y observó hacia la puerta cuando esta fue abierta otra vez.
—Lo olvidé —le sonrió—. No uses tu capa y por favor, no te presentes en la mesa con tu arco y flechas —pidió y entonces finalmente se retiró.
—Solo será un momento, Jimin, come todo lo que puedas, ignora su molesta voz y vámonos a la mierda —se alentó así mismo.
Cambiándose de ropa, el doncel corrió la silla y tomó asiento para revisar el cajón, encontrando no solamente un peine para cepillar su cabello, sino que también los adornos que su madre usaba para decorar este.
Tomando uno de los pequeños tubos plateados con diseños, Jimin lo acarició entre sus dedos con cuidado, sintiendo nostalgia de verlo.
—No sé cómo los conseguiste, pero gracias... —murmuró a la nada con una pequeña sonrisa.
Dejándolo en el cajón, el doncel rápidamente tomó el peine y cepillo su cabello.
Haciendo un par de trenzas, tomó uno de los anillos y tubos plateados, algunos con runas y otros simples figuras curvas para colocárselos en ellas, encerrando su trenza con ellos.
Observando el resto de los adornos que le quedaban, Jimin los tomó sin pensarlo y los guardó en el interior de su bolsillo, para nada interesado en que un sirviente o un esclavo lo encontrara y se lo robara.
Observando el resto de sus cosas, Jimin guardó su arco con las flechas bajo la cama y dejó su capa colgada en el respaldar de su silla para que se secara.
Con todo listo, salió de la habitación y bajó entrando en el comedor iluminado por todas partes con antorchas y velas sobre la mesa.
Y a pesar de la extensa mesa que estaba llena de deliciosa comida, los únicos que parecían estar ahí se trataban solamente de sus dos hermanos y su padre, nada de la madre de Taeyang o incluso la de Bae.
Si antes creía que algo malo estaba sucediendo, su mal presentimiento solo empeoró con ello.
—Hasta que finalmente te dignas en aparecer —expresó Park SiWon, vistiendo una extravagante capa roja grande y una cosa extraña en su cabeza llena de joyas brillantes.
Realmente... Con tanto tesoros que había ganado en sus expediciones ya ni sabía qué hacer con ellos y aun así seguía invadiendo las tierras de otras personas.
Algún día su padre se encontraría con alguien mejor que él y hasta ahí llegaría su historia.
—Lamento mi demora, no quería presentarme —respondió honestamente, tomando asiento en el puesto disponible al lado de su hermano mayor.
—Parece que tu castigo no sirvió para nada si sigues teniendo esa boca —expresó con disgusto.
—¿Era un castigo? —preguntó con aparente sorpresa.
—Esa corona que conseguiste en tu última expedición te queda muy bien, padre —interrumpió Baekhyun, atrayendo la atención de SiWon.
No muy interesado en escuchar el parloteo de su padre sobre su grandeza y ego, Jimin comenzó a comer libremente.
Cuando tomó su vaso con cerveza, su nariz se arrugó y observó a su hermano mayor.
—¿Cómo es posible que después de todo este tiempo y viajes siguen con una cerveza tan mala? —cuestionó en voz baja.
—En ninguno de esos viajes nuestra prioridad ha sido exactamente buscar una cerveza buena —explicó.
—Entonces no saben realmente cuales deberían de ser sus prioridades —resopló y echo una mirada a su alrededor—. Es más grande de lo que recordaba.
—Se han hecho algunas remodelaciones desde la última vez, nuestro padre tomó interés por ello luego de conocer un castillo —contó.
—Ni siquiera tienes modales en la mesa —reprochó repentinamente SiWon, observando únicamente al doncel de ojos plateados y cabello negro.
—Adivina de quien los aprendí —le sonrió dulcemente.
—¿Cuál era la noticias que tenías para nosotros? —interrumpió esta vez Taeyang.
—No puedes defenderlo siempre —chasqueó su lengua.
—No lo defiendo, solo tengo curiosidad por esta gran noticia que mencionaste, pero aun así nos hiciste esperar hasta ahora —argumentó—. ¿Y bien?
—En mi último viaje, tarde un poco más en volver porque del dios Njord tenía otros planes para mí y me desvió de la ruta, llevándome cerca del clan Min —anunció, logrando que un silencio sorprendido llenara el lugar.
—¿Hablamos de los mismos Min que son conocidos por su feroz reacción hacia los forasteros que están cerca de sus tierras? —preguntó con sorpresa el mayor de sus hijos.
—Esos mismos —asintió tomando su vaso—. Nuestro barco debió de haberles dicho que no somos personas con las cuales deben tratar menos y por ellos nos dejaron entrar —sonrió con arrogancia.
—¿Viste dragones? —exclamó Baekhyun son sorpresa—. Se dice que sus tierras están protegidas por grandes monstruos alados que solo les obedecen a ellos, ¿eso es cierto?
Interesado por esa información, Jimin dejó de comer y observó a su padre.
—Ciertamente vi las sombras en los cielos de grandes criaturas, pero no te diré que las vi directamente o son reales porque no lo sé —respondió.
—¿Por qué hiciste una parada con ellos? —indagó Taeyang—. La última vez dijiste que no estabas dispuesto ni interesado en cruzar caminos con personas salvajes que pensaban con sus manos que con la cabeza.
—Parece que los Min han comenzado a utilizar la cabeza, porque he conseguido un buen trato —anunció sonriente.
—¿Conseguiste un trato con ellos? —exclamó el mayor de los tres hermanos—. ¿Cómo lo lograste? Incluso se negaron con el clan Chen que limita sus terrenos con ellos.
—Un rey tiene sus trucos —expresó soltando una gran carcajada alegre.
—¿Cuál fue el trato? —cuestionó Jimin sintiendo que algo estaba mal.
Dejando de reír, SiWon observó su vaso y luego dio vuelta todo su contenido en el suelo a su lado.
—Finalmente tendremos cerveza de calidad —anunció.
—¿Cerveza? —repitió Baekhyun, observando su vaso intacto.
—No solo la cerveza, claro —sonrió—. Se nota que esos salvajes son nuevos con los tratos, han aceptado también intercambiar otros bienes y nosotros solo tenemos que darle una cosa a cambio para completar esta unión —anunció.
—Nuestro clan ha aumentado recientemente como para ceder parte de nuestras tierras —comentó Taeyang con el ceño fruncido.
—No seas idiota, nunca dejaría que esos salvajes buenos para nada invadieran nuestra tierra —chasqueó su lengua—. Tal parece que esos imbéciles están cortos de mujeres o donceles, porque pidieron que enviara a mi hijo más hermoso para casarse con el segundo hijo del jefe Min, Min Yoongi —anunció con una sonrisa divertida—. Tu belleza es tan alabada que incluso llegó a un lugar llenos de salvajes —expresó observando a Baekhyun.
—¿Me obligarás a casarme con ellos? —jadeó Baekhyun con miedo expresado en su rostro.
—¡No puedes darle a Baekhyun a esos salvajes! —rechazó Taeyang—. Mucho menos a alguien como Min Yoongi, su reputación como bastardo desalmado no está ahí por nada, es quien lidera todas las guerras que han tenido y ganado, ha matado a centenar de personas y monstruos con sus propias manos —exclamó enojado.
—Cálmate, ¿quién ha dicho que le entregaremos a nuestro Baekhyun a esos salvajes? —resopló, y los labios de Jimin se curvaron en una mueca al sentir esos malvados ojos azul oscuro sobre él.
—¿M-mandarás a Minnie? —jadeó con horror Baekhyun.
—Esos idiotas no especificaron que querían a Baekhyun, dijeron que querían una belleza y doncel —anunció—. Jimin es un doncel y aunque su belleza obviamente no entra a comparación, servirá.
—¡Lo matarán! —exclamó Taeyang levantándose de la mesa.
—No, porque me aseguré de que el nombre de Baekhyun nunca fuera mencionado y nuestros testigos lo saben, por lo que no estoy incumpliendo con mi parte del trato, ellos fueron los estúpidos por no especificar —respondió sonriendo.
Obviamente, sus palabras no hicieron nada por calmar a sus otros dos hijos, quienes siguieron discutiéndole al respecto.
Pero Jimin lo sabía mejor que nadie, aquellos ojos azules tan parecidos a los de sus hermanos, pero tan malvados, ya estaban decididos y nada le haría cambiar de opinión.
Él sería entregado a un clan que se conocía por ser extremadamente salvajes, y peor aún, quien tenía la peor reputación.
Era bastante obvio que SiWon estaba intentando deshacerse de manera definitiva de él.
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Muy bien mis copitos, ya saben... Terminando con "Código rojo ¡No es Amor" se empezará a subir esta, espero que la disfruten <3
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