28 | ¡hay una nave espacial!
UN AÑO DESPUÉS:
2018
Peter y Alina se encontraban en el autobús escolar de camino al Museo de Arte Moderno. Acababan de comenzar su tercer año, y después de cumplir diecisiete, tanto Peter como Alina estaban listos para tener un día en el que no estuvieran preocupados por los exámenes o estresados por asuntos del Hombre Araña.
—Sabes, hay un nuevo lugar de sándwiches no muy lejos del museo —dijo Alina—. Deberíamos saltearnos la excursión e ir allí.
—De ninguna manera. No puedo traicionar a Delmar —respondió Peter—. Son los mejores sándwiches de Queens.
—Nunca he probé uno —dijo Alina.
—Nunca... oh, iremos a Delmar después de esta excursión —dijo Peter, sacudiendo la cabeza—. Y nunca volverás a considerar otro lugar de sándwiches.
Alina hizo una mueca—. Eres muy pasivo-agresivo con ese lugar.
—Sólo estoy defendiendo su honor —dijo Peter, encogiéndose de hombros.
Alina asintió—. Bien.
Peter se congeló, los pelos en su brazo se erizaron cuando su sexto sentido lo alertó de que algo andaba mal. Alina notó el repentino cambio en el comportamiento de Peter y colocó su mano sobre su brazo.
—¿Todo bien? —preguntó Alina, antes de que sus ojos se encontraran con algo fuera de la ventana—. ¿Eso es...?
Peter se giró, con los ojos muy abiertos cuando vio lo que estaba viendo Alina. En el cielo, flotando sobre Nueva York, había una gran plataforma giratoria que parecía una nave espacial.
La mano de Alina agarró el brazo de Peter—. Por favor, dime que tú también ves eso.
—¿La nave espacial giratoria gigante? —preguntó Peter, asintiendo con la cabeza—. Sí, la veo —se volvió hacia Ned, que estaba sentado delante de ellos, y le dio unas palmaditas frenéticas en el brazo—. Ned, necesito que provoques una distracción.
Ned vio la nave espacial y abrió los ojos—. Santo cielo. ¡Vamos a morir! —gritó, levantándose y corriendo hacia la parte trasera del autobús—. ¡Hay una nave espacial!
Cuando toda la clase estaba abarrotada en la parte trasera del autobús, mirando la nave espacial a través de las ventanas, Peter se volvió hacia Alina—. ¿Quieres ayudarme a luchar contra alienígenas?
—Uh sí —respondió Alina—. Esto es una locura.
Activando el traje dentro de sus brazaletes, Alina sintió que la nanotecnología familiar se amoldaba a su cuerpo, cubriéndola con la armadura protectora. Agarrando su mochila y colocándosela sobre su hombro, Alina vio como Peter abría la ventana con una telaraña y saltaba fuera del autobús. Alina lo siguió, saltando por la ventana antes de activar sus propulsores y volar sobre el borde del puente.
Vio a Peter columpiándose debajo del puente y se dio cuenta de que ya no tenía ningún lugar desde donde columpiarse—. ¡Oye, Parker! —se volvió en el aire—. Toma mi mano.
Ella voló hacia abajo y agarró la mano de Peter, atrapándolo antes de que pudiera caer y volando a través del río hacia la nave giratoria.
—¿Tienes alguna idea de qué es eso? —preguntó Peter, gritando por encima de la ráfaga de viento.
—No —respondió Alina—. Parece algo de Star Trek Wars.
—¡Star Wars! ¡Es Star Wars!
—¡Lo siento! —exclamó Alina.
—Está bien —respondió Peter—. No es como si no estuviéramos a punto de ir a luchar contra alienígenas.
—Mejor que una excursión —dijo Alina, mientras volaba por la ciudad—. Odio volar.
—¿Qué? Lo haces todo el tiempo cuando perdemos el autobús.
—Sí, porque de lo contrario llegaríamos tarde —respondió Alina—. Y no significa que lo disfrute. Bien, veo... ¿Ese es Tony?
Peter saltó desde donde volaba Alina y aterrizó en el suelo, corriendo hacia un alíen que se acercaba a Tony. Cuando la criatura levantó el puño para aplastar a Tony, Peter saltó frente a ella y atrapó su puño.
—Hola —dijo Peter, mientras Alina caía junto a Tony—. ¿Qué tal, Sr. Stark?
—¿De dónde salieron? —preguntó Tony, mientras Alina lo ayudaba a ponerse de pie.
—De una excursión al MoMA —respondió Peter, dejando escapar un grito cuando el alienígena lo agarró por la mitad y lo lanzó hacia la fuente.
—Uh, ¿cuál es su problema? —preguntó Alina, mientras le disparaba al alienígena.
—Vino del espacio a robarle el collar a un hechicero —respondió Tony.
Alina volaba justo fuera del alcance del alienígena, pero no fue lo suficientemente rápida como para evitar la garra que la agarró por la mitad. La arrojaron a la mitad del parque y la estrellaron contra un árbol. Si no hubiera estado usando un traje, fácilmente se habría roto todos los huesos de la espalda, pero cuando cayó y aterrizó agachada, miró hacia arriba y entrecerró los ojos.
—ARAÑAS —dijo Alina—. Activa muerte instantánea.
—Muerte instantánea activada —respondió ARAÑAS con frialdad.
Alina voló hacia el alienígena, chocando contra él desde un lado y derribándolo lejos de Tony. Cuando ella y el alienígena golpearon el suelo, levantando tierra, el propulsor de Alina se activó y abrió un agujero en el hombro del alienígena. Saltando hacia atrás, Alina se quedó suspendida en el aire cuando un borrón rojo pasó a su lado.
—Ese es el hechicero —les dijo Tony—. Manos a la obra.
—¡Entendido! —gritó Peter.
Alina se quedó atrás con Tony, quien tenía un escudo sobre su cabeza que evitaba que el alienígena lo aplastara. Se volvió hacia Alina—. Pensé que no te gustaba el traje.
—Estamos luchando contra alienígenas, ¿se supone que debo hacerlo con mis puños? —preguntó Alina, disparando una ráfaga al alienígena—. Para un genio, esa fue una pregunta realmente estúpida.
—Para que conste, no te pedí que vinieras —dijo Tony.
—No, pero ¿cuántas personas pueden decir que lucharon contra alienígenas? —preguntó Alina.
—No muchas —dijo Tony—. Muy bien, tengo una idea. Ponte detrás.
Alina asintió, saltando en el aire y usando sus propulsores para volar sobre la cabeza del alienígena. Aterrizando en el suelo detrás de él, vio a Tony levantar la mano.
—¡Fuego a las tres!
—¿Estás loco?
—Uno, dos...
No llegó a tres antes de que Alina extendiera su mano, activando el blaster. La de ella y la de Tony se encontraron en el medio y causaron una explosión que arrojó al alienígena a la mitad del parque, pero también dejó un cráter en el suelo. Al observar al alienígena, Alina vio que se ponía de pie y saltaba por el aire, dejando escapar un rugido cuando una cuchilla apareció de su muñeca. Mientras levantaba las manos para defenderse, un portal naranja se abrió sobre ella y el alienígena navegó a través de él, aterrizando en el otro lado.
Dos hombres se pararon en la entrada del portal, y cuando el alienígena trató de saltar, el hombre que conjuró el portal lo cerró y cortó la mano del alienígena, que aterrizó en el césped a sus pies.
—Genial —dijo Alina sonriendo, cuando el segundo hombre dejó escapar un grito de disgusto y pateó la mano cortada lejos de él.
—Wong, estás invitado a mi boda —dijo Tony.
Alina saludó a los dos hombres—. Encantada de conocerlos —luego se volvió y voló hacia Tony, gritando—: ¿Te vas a casar?
—Sí, ¿no te lo dije? —preguntó Tony—. Juro que te lo dije. Debe haber sido un sueño.
—Gracias —murmuró Alina—. Eso hace que me sienta genial.
—Tú también estás invitada a la boda —dijo Tony—. Pero primero tenemos que salvar a tu novio.
—Tiene un nombre —murmuró Alina—. ARAÑAS, dame un empujoncito.
—Sí, señorita Orlova —respondió ARAÑAS.
Su sistema de propulsión volvió a activarse a sus pies, amplificando la salida y disparándola por el aire. Tragando su miedo a las alturas, Alina pensó en Peter, aferrándose al exterior de la nave espacial alienígena que ascendía a una velocidad que no podía ser segura para él sin un aparato que lo ayudara a respirar.
—Peter, tienes que soltarte —dijo Tony—. Te atraparé.
—¡Dijiste que salve al hechicero! —gritó Peter, antes de jadear—. No puedo respirar...
—Te estás quedando sin aire a esta altura —dijo Alina.
—Sí —jadeó Peter—. Eso tiene sentido.
Alina lo vio caer y gritó su nombre mientras caía—. ¡Peter!
Mientras caía, algo interceptó y cuando Peter golpeó el costado de la nave, su traje tenía un brillo inusual. Cuando Alina se acercó, vio que él estaba usando el traje que había rechazado hace dos años, poniéndose de pie.
—¡Sr. Stark, huele a nuevo aquí dentro! —exclamó Peter.
—Buen viaje, chicos —dijo Tony—. VIERNES, envíalos a casa.
Un paracaídas se desplegó desde la parte trasera del traje de Alina y la sacudida tiró de ella hacia atrás por el aire—. ¡¿En serio?!
Logró cortar las cuerdas del paracaídas, y cuando estuvo libre, voló de regreso hacia la nave. Peter estaba agarrado al costado, tratando de agarrarse mientras su paracaídas amenazaba con tirarlo del borde de la nave. Volando hacia él, Alina lo vio soltarse y soltó un grito, pero lo alcanzó en el segundo siguiente y lo agarró de la mano.
—Te tengo —dijo Alina, cortando las cuerdas de su paracaídas.
—Tenemos que ayudar al Sr. Stark —dijo Peter, mientras Alina volaba hacia la nave.
Encontraron una entrada que estaba a punto de cerrarse y Alina arrojó a Peter hacia ella. Aterrizó con gracia cuando Alina se unió a él, dándose la vuelta cuando ella se detuvo para contemplar la vista.
—Esto es muy alto —murmuró Alina.
—Deberíamos habernos quedado en el autobús —dijo Peter.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top