veintisiete

Pausa.

Harry asomó la cabeza por la puerta.

—¿Qué?

—Una pelea en un bar. Empezó Zayn, Louis intentó intervenir, pero el tío le dio un par de puñetazos y lo tiró al suelo sin dejar de pegarle —dijo ella.

—¿Por qué no se defendió? Maldita sea, el chico sabe cómo dar un buen revés —se quejó Harry mientras sus cejas formaban una única línea.

—No lo sé. No le gusta pelear. Venga, vamos, está en el hospital y tengo miedo de que inunde el edificio —dijo Jo.

Harry gruñó algo en voz baja y asintió lentamente, regresando a mi habitación para ponerse los zapatos.

—Um, sigo aquí —dijo Niall.

Le lancé una mirada de disculpa y corrí hacia mi habitación, cerrando la puerta y dejándole con Jo en el pasillo.

Harry se cruzó de brazos y desvió la mirada hacia abajo para mirarme.

—¿Te quieres quedar aquí? —preguntó. Vacilé—. Volveré en seguida —dijo.

Me encogí de hombros.

—No me importa. Sí, me quedaré aquí.

Harry asintió.

—Te prometo que regresaré pronto. No me estoy largando. Seré rápido, ¿de acuerdo? —dijo, estudiando mi rostro. Asentí. Harry me regaló una pequeña sonrisa y plantó un dulce beso en mi frente—. No permitas que entre alguien. —Apretó mi mano, liberando una descarga de calor, y salió de la habitación. No me gustaba cómo su aura se encendía cada vez que veía a Jo.

Siendo sincera, era hermosa. Estaba más delgada que yo, y era más alta. Su tez era sorprendentemente pálida al ser australiana; suave y elegante. Ella era más de su estilo. Salvaje. Cabello azul, orejas perfectas, con un piercing en la nariz... um, experiencia sexual. Me sorprendía que hubiesen roto. A ver, él era un buen tío, pero de verdad, eran el uno para el otro. Al menos mejor que él y yo.

Dios. ¿Por qué lo estaba intentando con él? ¿Francamente? Me hacía sentir tan, tan bien. Sus manos sobre mí, por todo mi cuerpo, la manera en la que sus ojos conectaban con los míos, ya fuesen casi negros como de un color verde puro. No podía desviar la mirada. Su aliento navegando por la superficie de mis mejillas cuando descansaba su frente sobre la mía. Sus manos en mi espalda cuando me sujetaba. Su dulce mano a un lado de mi rostro. El fuego que residía en sus labios cuando conectaban con los míos. Su voz antes de quedarse dormido, cuando se despertaba.

Y estaba segura que él no se había percatado de cosas acerca de mí, sobre la manera en la que lo tocaba. Porque no le importaban. No de la misma manera que a mí sí. Él estaba acostumbrado a llevar a las chicas locas, haciéndolas implorar por su tacto y por el fuego que llegaba a brindarte. Era hermoso. En realidad era perfecto. Niall pensaba lo mismo, al igual que Shay, y que Jo y que yo.

Y era muy irritante. Con sus cambios de humor y ese instinto de sobreprotección, aunque había veces que parecía no importarle. Y me hacía enfadar; lo inmaduro que podía llegar a ser, lo furioso que podía llegar a ponerse. Su crueldad, su ira y todas esas horribles cosas. Me cabreaban.

Por su culpa no podía dejar de maldecir. Había fumado y, prácticamente, lo había hecho con él, a pesar de que sólo se había quitado la camiseta. También me había fugado del instituto, había mentido. Wow. Gracias, Harry. La próxima vez me arrestarán o algo así. No sabía. No sabía qué pensar.

Niall entró en mi habitación e interrumpió mis pensamientos. Tan pronto como puso un pie en el interior, me abalancé sobre él y lo abracé. Se sorprendió, pero no dudó en envolver sus brazos alrededor de mi cuerpo. Rocé con mi nariz su pecho y suspiré, sintiendo como recostaba su cabeza en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Una de sus manos se paseaba por mi espalda.

—Una semana difícil, Nialler —susurré.

Asintió.

—¿Es un idiota contigo, Auttie? No tienes que estar con alguien así.

Suspiré.

—Es un buen tío, Niall. Bipolar. Pero está bien —dije.

Niall volvió a asentir. Se incorporó y deshizo nuestro abrazo, aunque seguía sosteniéndome con los brazos extendidos.

—¿Estás bien? —Asentí, y se lo agradecí—. Por supuesto, no se lo diré a Shay —me guiñó un ojo, sonriéndome.

Le dediqué una sonrisa agradecida.

—¿Necesitas algo, o qué?

—Oh, cierto. Tan sólo estaba comprobando que estabas bien, Leaf. Te recuerdo que hubo un pequeño incendio en la cocina, pero sin daños —dijo.

Mi cuerpo se puso en tensión al escucharle decir eso.

—Oh, vale. Ayer estaba mala —murmuré.

Niall asintió.

—¿Pero estás bien?

—Sí, sí. Estoy bien —contesté.

Niall y yo estuvimos hablando durante un rato. Después de que se fuera, me metí en la cama y continué pensando. En realidad, sobre las mismas cosas. Incluso dejé que antiguas inseguridades entraran en mi cabeza.

Fue algo así:

Me gustaba Harry. Mucho. Ahora lo admitía. Pero, siendo sincera, no pensaba que yo pudiera gustarle, no tanto. Porque, a ver, ¿por qué lo haría? Era torpe. No podía hablar con las personas. Era una nerd. No estaba en forma y mi cuerpo era... raro. Era buena en tiro con arco y dibujando, pero eso era todo. A ver, ¿quién se hacía conocido por ser capaz de disparar a la diana en la oscuridad? ¿De verdad? Nadie.

Harry era una persona segura de sí misma. Tenía experiencia, sabía lo que estaba haciendo. Poseía una personalidad, mientras que yo era terriblemente aburrida. Y era tan guapo: cabello rizado y ojos verdes, hoyuelos y dientes perfectos. Mis labios siempre estaban agrietados, mi cabello tenía esa aburrida-casi-ondulada textura y ni siquiera era un color bonito; casi rojizo, más bien marrón. Y mis ojos eran grises. No azules, ni de color avellana. Un gris aburrido.

Se veía más feliz cuando estaba con sus amigos. Tal vez me estuviese mintiendo a mí misma. Pero, ¿de verdad podía creer que él quisiese estar conmigo? ¿Honestamente? Probablemente sólo estuviese protegiéndome, debido a la marca de mi muñeca. Eso era todo. No podía morirme, o todo se torcería. Por lo tanto, él me mantenía a salvo mientras se divertía un poco.

La idea era cruel y rezaba porque no fuera así. No pude evitar pensar que en realidad era bueno; un buen tío, la mayoría del tiempo. Me había dicho algunas cosas terribles, pero también otras dulces y educadas. Decirme que le dijera que no. Estaba segura que ningún chico me había dicho eso antes, o cualquier otro al resto de personas.

Pero no, seguía sintiendo que debía ser precavida. ¿Por qué? No era humano, por el amor de Dios. Y yo tampoco, por supuesto, lo sabía. Pero él sabía más que yo, más de lo que era capaz. Las cosas que podía hacer. Hasta el momento podía prender fuego a las cosas y hacer que la gente hiciese lo que él quisiese.

No supe cuánto tiempo estuve aquí sentada, consumida por mi propia mente y mis pensamientos, pero no me di cuenta que había regresado Harry hasta que sentí su mano sobre mi hombro.

Me miraba ceñudo.

—Dios mío, ¿qué va mal? —preguntó, golpeando mi brazo.

—No lo sé, H. Estoy cansada —mentí.

—No puedes cansarte.

—Me refiero a estar cansada de toda esta mierda. ¿Cómo está Louis? —pregunté, intentando cambiar de tema. Pero el corazón me latía con desesperación y mi piel se había calentado. Sentía cómo mi aura crecía a mí alrededor, la llamarada de secuoya alimentando mis sentidos. Como Harry había dicho, el sabor de vainilla perduraba en mi boca. Siempre estaba ahí.

Harry frunció el entrecejo y se sentó en la cama en frente de mí.

—Sabes que no puedes mentirme —dijo.

El corazón comenzó a latirme más rápido. Retrocedí cuando su mano se aproximó para tocarme la cara. Y eso le dolió. Me pude dar cuenta, podía notarlo claramente.

—L-lo siento, estoy un poco asustada —tartamudeé.

Sacudió la cabeza, regalándome una débil sonrisa.

—Está bien, Autumn. Hey, mírame. ¿Qué sucede? —volvió a fruncir el ceño. Oh, ya había empezado a llorar. Genial.

—No lo sé —murmuré, sorbiéndome la nariz, limpiándome las lágrimas de mi rostro—. No lo sé.

—No te tengo que gustar —dijo en voz baja—. No pasa nada. No espero gustarle a todo el mundo.

Mi corazón se hundió.

—No, no. No se trata de eso —dije—. Harry, no. No tiene que ver con eso.

—¿Entonces qué?

Um.

—Estoy asustada —admití—. Pero no de ti, o de las cosas que puedas llegar a hacer.

—¿Cómo cuales? —insistió.

Aspiré lentamente.

—No sé. Y-yo... está bien. Estoy bien —mentí.

Volvió a negar con la cabeza, mirándome con unos enormes y entristecidos ojos verdes.

—Para de intentar mentirte —susurró. Tragué saliva—. ¿Es por uno de ellos? Zayn o Louis o... mierda. Es Jo, ¿verdad?

Me encogí de hombros. Sí.

Pero él lo sabía.

—¿Qué pasa si es por ella? —Volví a encogerme de hombros—. Tienes que hablar conmigo, amor.

—Pienso que ella es mejor que yo para ti —confesé antes de poder darme cuenta.

Me encogí y aguardé en silencio hasta escuchar su respuesta.

Harry suspiró, rascándose la mandíbula.

—¿Y?

—Y es más guapa que yo. Y más divertida. Y te emocionas más cuando la ves —hablé efusivamente.

Harry volvió a suspirar.

—¿Qué te hace pensar eso, Autumn? —preguntó en voz baja, cauteloso.

—Tu aura. Se hace más grande cuando la ves —contesté, rodeando mis rodillas con mis brazos, intentando hacerme lo más pequeña posible.

—Oh, cosita preciosa —suspiró—. Eso se llama rabia. La odio, Autumn. La odio con toda mi alma. Y de ninguna manera es más guapa que tú. ¿Entiendes eso? Es tan falsa. Escucha. Escúchame. No la quiero. Tienes que creerme, Autumn. ¿De acuerdo? No tengo ningún sentimiento hacia ella. De verdad te lo digo.

Tan sólo asentí, pues tenía miedo de que se me quebrase la voz si hablaba.

Harry suspiró.

—¿Vas a contestarme si ahora te hago unas preguntas? —pregunté. Pareció sorprenderse ante mis palabras, pero asintió. Así que pensé en algunas—: ¿De dónde eres? Y te juro, Harry Styles, que si me dices del Infierno te...

—Cheshire —sonrió—. Cheshire, Inglaterra. Exactamente de Holmes Chapel.

—¿Cómo los conociste? —pregunté. A la Pandilla.

—Bueno, después de que cumpliera los dieciocho, de haber aprendido todo sobre mí mismo y de haber matado a mi Quareci, escuché voces. Las había estado escuchando toda mi vida; acerca de la existencia de una persona en la otra parte del mundo, más joven que yo, que iba a matarme si no la mataba yo primero, antes de que cumpliera los dieciocho. Entonces, me dijeron que tenía que encontrar a los otros.

»Así que los encontré. Todos estaban metidos en el asunto este de asesinar, y nos fuimos a América donde conocimos a Jo, Max y Hayley. Ahora Hayley está en Colorado, Max en Nueva York. Allí es donde se encuentran sus Repasi. No sé si siguen vivos. El Repasi de Jo vivía en Wyoming, ella acabó llegando allí por casualidad. El de Louis vivía en Georgia. Y el de Zayn, claramente, aquí, como tú. Así que... —dijo—. Sí. Siempre he sido el chico malo.

—Eres mejor que la mayoría de ellos —musité, desviando la mirada a mis pies. Aparentemente, esto le hizo más feliz—. Entonces, ¿de verdad padeces sinestesia?

Asintió despacio, sonriendo.

—Mi Quareci pensó que le habían dado el niño equivocado cuando empecé a decirle que su voz era morada ya que los Erktanae no padecen discapacidades mentales. Después averiguó que no era ninguna discapacidad, habló con los jefes y se quedó más tranquila.

—¿Pero mi voz es del mismo color y olor que mi aura? —pregunté. Volvió a asentir—. Oh. Vale. Um... ¿te gusta algo más a parte de dibujar y de tu coche?

—Me gustas tú —sonrió.

—M-me refería... a alguna afición... —dije con el rostro ardiendo.

—Aw, te has sonrojado. Mm, veamos, me gusta la poesía.

—¿En serio? —reaccioné.

—Dios, no —se rió. Suspiré y le golpeé en el pecho. Me sonrió—. ¿Te gusta la poesía?

—No —arrugué la nariz.

Ensanchó su sonrisa.

—¿Entonces por qué te has desilusionado?

—Porque quiero saber lo que te gusta —confesé—. A mí me gusta el tiro con arco, ¿y a ti te gusta...?

—Correr.

—¿Correr?

—Sí. Mantenerme en forma. No quiero que los Breesaem me den una paliza o algo parecido —dijo.

Asentí.

—A mí me gusta dibujar, ¿y a ti te gusta...?

—Bueno, cuando comía, me gustaba cocinar —reveló. Lo miré ceñuda, pero asentí—. ¿Qué? ¿Algo extraño considerando que no he comido en un año, mm?

—Sí —asentí—. Sabes, no eres tan malo con el tema ese de ‘dibujar’, H.

—Gracias, Utumn —sonrió con malicia. Enarqué una ceja—. Acabas de decir la primera letra de mi nombre, así que yo te he contestado con las últimas del tuyo.

Puse los ojos en blanco.

—No eres mono —dije.

—Soy adorable —sonrió ampliamente. Se inclinó para hacerme cosquillas en el cuello. Aparté su mano de un golpe pero comenzó a reírse—. Espera, espera —dijo.

Paré de resistirme a medida que él se hacía con el espejo, ya mencionado anteriormente, de mi mesita de noche y lo sostenía en frente de mí con una sonrisa pícara. Jadeé, sorprendida. Me había marcado. Otra vez. Había otro chupetón en mi cuello de esta mañana. El moratón violáceo seguro que iba para largo.

—¿Te parece bien, Autumn? —murmuró, aproximándoseme.

Le levanté la manga de su camiseta y examiné la marca en su bícep. No podía creerme lo grande que se había hecho. Cubría su hombro entero, casi no se podía ver ningún rastro de piel morena, solamente negro. Y se extendía hacia el exterior en forma de flores, parras, hojas y tallos.

—¿Te parece bien a ti? —pregunté.

Enarcó una ceja, sonriéndome con malicia. Vi cómo sus ojos se desviaban de los míos hacia mis labios, para después volver al punto de partida. Inconscientemente me humedecí los labios.

—Autumn, me parece más que bien —dijo—. Me encanta que me hayas marcado.

—¿Por qué? —susurré.

Sonrió.

—Significa que o bien me quieres, o bien me odias. Y ambas cosas me parecen bien. Porque si de verdad me odias, significa que me habrás prestado atención, y por lo tanto sabes lo suficiente como para odiarme.

—No te odio —le dije—. ¿Podemos hablar en serio? —le pregunté algo tímida.

—Por supuesto.

Asentí.

—Espera. Primero, ¿por qué específicamente está Liam ahí fuera esperando para matarte?

Harry se puso en tensión. Estaba a punto de mentirme. Le lancé una rápida mirada, advirtiéndole, por lo que acabó suspirando.

—Sabe que te besé. Sabe lo mucho que me gustas, porque alguien me ha delatado. Podría ser uno de ellos (Jo, Louis, Zayn o... un Breesaem). No lo sé.

Me estaba diciendo la verdad.

Asentí.

—Vale. Vale. Harry, me gustas, de verdad. Sólo que... yo... ugh —suspiré—. Creo que tú no me quieres tanto como dices. O tanto como yo quisiera. No creo que sea lo suficiente para ti. No sé. No soy buena en muchas cosas, ni soy guapísima y soy aburrida. Soy una persona terriblemente aburrida, ¿lo ves?

El corazón me palpitaba con irregularidad. Éstas habían sido muchas de mis inseguridades, pero casi nunca les había hecho caso. Pero ahora que estaba junto a Harry podía darme cuenta. Eso era.

Harry asintió despacio, rascándose la mandíbula y esperando a que yo terminara. Tenía razón. Había más.

—También creo que eres muy temperamental, y que necesitas calmarte —dije.

Harry me sonrió dulcemente.

—Al igual que tú.

—Entonces se me está pegando de ti —gruñí.

—Supongo. ¿Algo más, antes de que te diga lo jodidamente maravillosa eres? —me sonrojé, y sacudí la cabeza. Harry sonrió—. Bien. Me alegro de que te guste, Autumn. Me alegra muchísimo escucharlo. Sabes que al segundo que me digas que me vaya, me opondré y empezaré una pelea, pero aún así me iré, ¿verdad?

—Sí —contesté con una voz más aguda de lo que había pensado.

—Perfecto. Ahora escúchame. No hay ninguna sola cosa en ti que encuentre aburrida. En serio, Fall, eres maravillosa. Una persona impresionante. No me digas que no eres guapa. Eres hermosa. Te lo diré millones de veces, te lo diré hasta que te lo creas. Todo. Las pecas en tu nariz y la forma en la que tus ojos se te entrecierran al sonreír y el color rosáceo que perdura siempre en tus labios, incluso sin llevar pintalabios. Dios, podría continuar así durante horas, ¿lo entiendes?

—No —sonreí—, pero gracias.

Harry me devolvió la sonrisa, juntando su frente con la mía.

—Sabes, no deberías dudar de mí. No me sorprendería si Liam te estuviese haciendo creer esas terribles mentiras sobre ti misma —dijo, mientras sus dedos recorrían mi brazo.

Me estremecí, y asentí.

—Harry, ¿todavía voy a poder ir a las Nacionales? —pregunté.

Se quedó estático. Se lo pensó, y después asintió lentamente.

—Sí. Tan sólo te irás el fin de semana, ¿verdad?

—Sí.

—Sí. Sí, necesitas ir. Te llevaré, ¿vale?

Asentí. El instituto no nos iba a proporcionar un autobús para ir tan lejos del estado. Yo no quería conducir. No quería que Miles me llevara. Harry era mi mejor opción.

Lo miré durante un segundo. Sabía que me estaba mintiendo. Sabía en lo que estaba pensando la mitad del tiempo. Pero sabía que no quería hacerme daño. De ninguna manera posible. Y, Dios, ¿a que era precioso?

—Dios, Harry —lloriqueé—. Estoy hecha una mierda. Me estás arruinando.

Sonrió y se inclinó hacia mi rostro (me había dejado caer sobre mi espalda) para mirarme. Plantó un casto beso en mi nariz, sonriendo ampliamente.

—Pero, amor, ¿acaso tengo otro trabajo?

Supongo que no.

{¡Otro capítulo largo! Yay! No os quejaréis e.e

Hoy os quiero dejar una pregunta acerca de la novela: ¿Qué pensáis sobre los sentimientos de Harry hacia Fall? ¿Tenéis las mismas dudas que ella?

Me respuesta es esta: Yo creo que Harry está muy enamorado de ella. La protege con toda su alma y le dice esas cosas que asdfghjklñ, me vuelven loca *.* Pero, como no confía en si mismo, esas inseguridades son las que hacen desconfiar a Fall de sus sentimientos. Al menos eso es lo que yo pienso.

¡Quiero leer vuestras respuestas! ¡Así que comentad, pls!

Este capítulo va dedicado a @laurastylia porque me enamoran cada uno de sus comentarios y porque es una de esas lectoras que viven la novela x') ¡Qué lo disfrutes mucho baby! <3

Hoy no puedo poner las preguntas que me habéis dejado (no sé si habrán) porque no he podido responder a los comentarios del capítulo anterior. Pero he visto que muchas personas me preguntaban qué otros idiomas sé. Bueno, primero aclaro que no soy ningún tipo de niño prodigio que sé millones de idiomas bla bla bla xd. Los idiomas que sé hablar son el español (claaaaaaaaaramente xd. Eso ni cuenta), el inglés, el francés y el valenciano. Luego especificaría que también estudio latín y griego (no sé si contará xd pero me manejo muy bien). Y tambieeeeeen sé un poco de alemán, aunque me gustaría aprenderlo a la perfección (lo haré xd). Y, bueno, me gustarían aprender muchos más idiomas ya que son mi pasión *.* 

Si acaso hubiesen más preguntas, las responderé en el siguiente capítulo.

MILLONES DE GRACIAS, EN SERIO :')

P.d: Si alguien sabe hablar alemán, ¿le gustaría enseñarme? jajajajajajajajajaja x') }

 

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