veintidós || parte I

Aprender.

Y entonces mi habitación explotó.

••

Bueno. Tal vez explotar fuese algo exagerado. Pero había estado cerca.

Era rojo. Todo. La habitación entera. Y sí, no era color cereza ni granate. Era rojo, en todo el sentido de la palabra. Ni siquiera podía ver a Harry, a pesar de que se encontraba en frente de mí. Y, entonces, comenzó a desvanecerse poco a poco.

Miré a Harry asustada.

Me sonrió.

—A veces suele pasar eso. Aw, mira qué guapa estás —dijo, y se acercó a mi mesita de noche para coger el espejo que no había guardado desde la última vez que Shay se quedó a dormir.

Jadeé al ver mi reflejo. Mi cuerpo entero irradiaba una especie extraña de brillo rojo que acababa asustándome. Aunque la habitación olía de maravilla. Rosas y secuoya. Todo era tan raro.

—Harry, ¿qué soy? —pregunté en voz baja.

Sonrió, y acarició mi espalda. Todavía podía ver ese oscuro rojo envolverle y mi propio rojo brillante nublando los bordes de mi visión. ¿Alguna vez habéis mezclado colorante para alimentos en agua? Así eran nuestras auras cuando estaban juntas. Era hermoso, pero daba miedo.

—Eres Erktanae, amor —respondió—. Más específicamente, eres Fiertant. Como yo —sonrió.

Dejé escapar un jadeo.

—Fantástico.

—No es tan malo. Tiene sus ventajas —dijo. Puse los ojos en blanco. Harry suspiró—. Puedes tocar el fuego —me informó—, puedes calentar las cosas, incluso puedes hacerlas estallar en llamas.

—Lo que has hecho esta mañana en la cafetería.

Harry asintió.

—No te asustes —dijo, enarcando sus cejas en mi dirección. Suspiré y asentí, pasándome ambas manos por la cara. Harry tomó con su mano una de las mías, entrelazando nuestros dedos, sosteniéndola entre nosotros—. Mírame —instruyó—, o cierra los ojos.

Escogí la última opción, cerrando mis ojos con fuerza. Mi mano estaba caliente, como siempre que él me tocaba. Pero ahora estaba muy caliente, casi ardiendo.

—Ábrelos —lo escuché hablar.

Y así hice.

Sentí como el grito iba ascendiendo por mi garganta y rápidamente me llevé la mano libre a la boca. La otra mano estaba envuelta en llamas. Pero llamas de verdad. Fuego. En mi mano. Al igual que en la de Harry. Y no me dolía.

De hecho, me reconfortaba. Me sentía bien. Todo lo que estaba pasando, con este tema de “no ser humana”, el aura  y lo de Erktanae/ Fiertant… Me sentía bien con todo eso.

Entonces la llama se esfumó y Harry plantó un beso en mis nudillos, deshaciendo el enlace. Arqueó una ceja, mirándome.  ¿Qué te ha parecido eso, Fall? Casi pude escucharle preguntar.

—Cállate —refunfuñé.

Harry me sonrió. Y yo lo miré ceñuda.

—No puedo leerte la mente. Tú tampoco puedes leer la mía —dijo—. Sólo, si te concentras, puedes obtener una idea general de lo que estoy pensando. En realidad, ni siquiera tienes que concentrarte.

—Oh —dije en voz baja—. Así que... no soy humana. Soy Erktanae; Fiertant. Irradio una luz roja con esencia de secuoya, que hace que la gente note el sabor de la vainilla. Y soy resistente al fuego. También puedo empezarlo. Harry, soy un bombero junior. Creo que el jefe de bomberos no lo aceptaría —dije a la ligera. Harry comenzó a reírse.

—Ves, por eso eres mi opuesto. ¿Te das cuenta de lo bien que estás llevando todo esto? Yo comencé a dar puñetazos a la pared hasta hacerle un agujero y me quedé en mi casa, encerrado en mi habitación, durante una semana y media —declaró. Sonreí un poco ante tal pensamiento.

—¿Le hiciste algo a mi brazo? ¿Y qué hay de tu labio? ¿Y de tu cara, esa vez que te pegó... el aire? —lo miré ceñuda—. ¿Qué fue eso?

—Uh, Liam.

—¿Puede volverse invisible?

—No, puede hacerte ver cosas que en realidad no están pasando. O, esconder cosas que sí. 

—¿Es por eso por lo que Shay y Niall pensaron que yo estaba en el instituto el día ese que nos fugamos?

—Sí. Él no quería que comenzaran a preguntarse dónde estabas —gruñó Harry—. Y sí, yo... le pegué fuego a tu brazo, pero sólo un poco. Aunque tú no lo viste, porque continuabas pensando como una humana, viendo sólo aquello que creías. Ves, esa es la diferencia entre Las Realidades.

—¿Las realidades?

—No realidades, Realidades. 

—¿Cuál es la diferencia entonces? —mantuve mi ceño fruncido.

Harry hizo una pausa.

—Bueno, si alguien estuviese escribiendo esto, entonces se escribiría en mayúscula. 

Suspiré, frotándome las sienes.

—Bueno, nadie lo está haciendo. Sería un libro horroroso, terriblemente confuso.

—De todas formas estoy seguro de que tú lo leerías. Volviendo a lo que nos interesaba; La primera Realidad es la Realidad que los humanos ven. Como tú solías ver. La segunda Realidad es lo que estás comenzando a ver, con las auras, el fuego y cosas así. También, no te sorprendas si ves a gente de manera diferente. Gente como Chloe o...

—Claire —musité. 

—La mayoría de las veces no vas a ver a gente, como Claire o Tyler, como si fuesen humanos. Hasta que puedas controlar la forma en la que cambias las realidades —dijo.

—Ve al grano —suspiré.

Harry se pasó los dedos por esa maraña de rizos.

—Van a modelar sus personalidades. Vamos, que ahora van a ser muy, muy feos.

—¿Y qué pasa con Niall? ¿Shay? ¿Greyson? ¿Mis profesores?

—Ya que de una manera positiva estás fuertemente conectada a ellos, puede que no cambien, que se vean iguales. Probablemente más atractivos.

Suspiré. Esto era mucho para procesar. La gente buena se veía más atractiva. Mientras que la gente mala, más fea. Dos Realidades. Vale, lo pillaba.

—La tercera Realidad es...

—¿Hay más? —lloriqueé, dejándome caer hacia atrás. 

—Sí, cariño, para de interrumpirme. Nunca superaré todo esto. La tercera Realidad es más confusa. Ves a la gente como las cosas que representan. Como tú y yo somos Fiertant, en la tercera nos ven como si fuésemos fuego. Y a Zayn como un trozo de hielo. Y a Louis como una ola de agua. En realidad es bastante raro de ver. Pero eso es lo que los Breesaem (esos viejos espeluznantes vestidos con traje) utilizan para encontrarnos.

—Esa es una de las palabras que sale en la página web —fruncí el ceño. 

Harry asintió, empezó a explicar algo, y después suspiró. Me puse en pie y le pasé un bloc de notas y un bolígrafo ya que me había pedido algo para escribir.

Vi como garateaba un par de cosas hasta formar una lista. Era algo así:

Tú y yo - Fiertant - Fuego.

Louis - Aeguim - Agua.

Zayn - Chilium - Hielo.

Jo - Comfrontis - Tormentas.

Max - Vegtaci; ya lo conocerás - Flora.

Hayley - Teractis; ya la conocerás - Roca. Sólo roca sólida.

Todos nosotros somos Erktanae; nacidos de la tierra. Somos los buenos.

Liam - Breesaem; el jefe.

CODIS - (Espeluznantes viejos vestidos con traje){n.a: lo de “CODIS” sale de “Creepy Old Dudes In Suits, de ahí la abreviatura} Breesaem, trabajan para Liam.

Miles – (tu padre) Él es tu Quareci, se encarga de mantenerte viva hasta que cumplas los dieciocho. Básicamente es como una niñera que te cuida hasta que te enteras de todo.

Mientras que éstos tíos no son tan buenos. Nos quieren a todos muertos.

—Oh —murmuré después de leerlo—. ¿Liam no es humano o Erktanis?

Harry sacudió la cabeza.

—Ni siquiera han nacido, tan sólo... aparecen. Mira, vivimos bajo tierra durante un año y medio, después emergemos y se nos asigna un Quareci cuando somos bebés. A excepción de que en realidad ni siquiera somos bebés estando bajo tierra. Tenemos como unos dieciocho años. Es una cosa bastante complicada.  Lo entenderás todo el día de tu cumpleaños.

»Zayn fue descongelado de un trozo de hielo y Louis básicamente salió de los océanos, Max surgió de un árbol y Jo se calló de una nube —nada importante, un pequeño daño cerebral—, Hayley prácticamente fue arrastrada fuera del interior de una cueva —no sabemos dónde. Todo esto suena espeluznante, cliché y complicado, pero te juro que pronto lo entenderás todo —me prometió Harry.

Suspiré y negué con la cabeza, volviéndome a frotar las sienes.

—Vale —dije. Volví a desviar la mirada a mi reloj; 3:12. El tiempo había pasado tan rápido—. Mañana no voy a ir al instituto —musité.

—Yo tampoco —suspiró Harry—. Estúpido instituto. Te aseguro que lo dejaría. Ahora tú eres mi único problema.

—No soy ningún problema —lo miré ceñuda, cruzándome de brazos—, y si quisieras podrías irte.

—Sí, claro, y dejar que te maten. No —argumentó—. Probablemente Liam pensará que estás allí. Creo que seré capaz de hacerle creer que te está viendo por los pasillos en algún momento específico.

—¿Cómo?

—Él puede hacer que la gente vea cosas, y algunas veces puedes utilizar eso en su contra. Por ejemplo, si quieres que él vea algo, tienes que conseguir que él quiera verlo —se explicó Harry creando círculos invisibles en mi brazo con su pulgar.

Seguía sin entenderlo. —¿Cómo?

—Bueno, primero te metes en su cabeza. Tendré una charla con él acerca de cómo casi te enteras de quién eres en realidad y de que mañana, en el instituto, estarás muy nerviosa y que todo es culpa suya y que si se atreve a ponerte un dedo encima lo mataré; por lo que pensará que tú estás allí y querrá que estés, para que así pueda atraparte y hacerte daño. Pero no lo hará porque no estarás allí —habló efusivamente.

Wow, vale. ¿Y no correrás peligro mientras hablas con él? Porque, que yo recuerde, quería matarte.

Harry sonrió ampliamente.

—Aw, mírate, tan preocupada por mí —pellizcó mi mejilla—. Voy a llamarlo, cosa pequeña.

—Cállate —mascullé sintiendo mis mejillas arder.

Sonrió y me empujó suavemente hacia atrás hasta que mi espalda rozó la cama. Después, se puso en pie y elevó un dedo, sacándose el móvil del bolsillo trasero. Me incorporé y crucé las piernas, dispuesta a escuchar.

Comenzó a gritarle todas las cosas que me había dicho que le diría. Aunque Liam no se quedó corto y también le contestó alzando el tono de voz.  Así que, según Liam, mañana yo estaría en el instituto. Seguía pensando que era humana. Genial.

Harry volvió a sentarse al lado mío.

—¿Quieres que me vaya?

Mis brazos se tensaron.

—En realidad, no —dije—. No quiero estar sola. Ahora mismo estoy un poco asustada de... todo.

—Ya veo —sonrió Harry—. ¿Y cuando estás así es cuando me necesitas para protegerte?

—Deja de alagarte —musité—. Tú eres todo lo que tengo. —Esto, por supuesto, hizo sonreír aún más a Harry. Y dio un leve apretón en mi hombro.

—Sabes, vas a acabar tatuándote la espalda tal y como está la mía.

Mi cuerpo entero se tensó.

—¿Qué?

—Verás, esto sucede en cuanto comienzas a entrenar con el fuego. A todos les ocurre lo mismo. Louis casi se ahogó cuando entrenaba con el agua, pero ahora tiene toda la espalda tatuada con esas dementes olas, y puede respirar bajo el agua. Yo quemé la mitad de mi ropa cuando empecé a entrenar, pero aparte de eso estoy bien.

—Oh.

—Mm. Aunque lo más probable es que no empieces hoy —me aconsejó. Asentí. Bien. Harry se tumbó sobre la cama—. ¿Alguna pregunta?

—Sí. ¿Cuándo firmé para esto? —suspiré, dejándome caer al lado suyo.

Harry giró su cabeza y me lanzó una mirada de disculpa.

—Siento que tengas que ser parte de esto. Deseo que hubieses sido una simple humana, con una familia real y una vida normal —dijo. Estuve a punto de ponerme a llorar. No iba a tener una familia real. Nunca. Ni siquiera iba a ser normal.

Retuve un sollozo.

—Yo también. Oh, Harry, yo también —suspiré. Vi como nuestras auras rojas se arremolinaban entre sí, sintiéndome desconcertada por todo.

Pero no por Harry. Ya no. Si él era como yo, no quería que me dejara. Él era el único bueno, ya que no me había matado, aunque se suponía que tenía que hacerlo. Querido Dios, hablábamos del chico que tenía que matarme y el cual quería que me besara.

Harry me miraba mientras me hallaba absorta en mis pensamientos. Se mantuvo callado. Aunque... ahora que lo pensaba, el pobre chico era bastante amable conmigo, sin contar que en ocasiones fuese irritante e infantil. Era tan tierno. Tal vez haya estado equivocada. Él tan sólo había estado intentando ayudarme.

Me topé con sus ojos y sus labios me regalaron una pequeña sonrisa.

—Entonces, ¿ahora qué?

—¿Puedo contárselo a Niall o a Shay? —pregunté, aunque ya sabía cuál iba a ser la respuesta. Harry se puso en tensión y negó con la cabeza. Suspiré y asentí. Comprensible. Primeramente, porque no irían a creer ninguna palabra que dijese. Y segundo, a Niall podrían escapársele algunas cosas. Mal hábito el suyo.

—¿Ahora qué, Harry? ¿Tengo que volver al instituto y fingir ser una persona normal como tú, como Liam? ¿Mi pa- Miles... sabrá que lo sé? Y si es así, ¿qué hará?

Harry frunció los labios.

—Te matará, amor —contestó en voz baja. Gemí y escondí el rostro en mis manos.

—¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Cómo es posible que todo el mundo me quiera muerta?

—Excepto yo —habló Harry tomando mis muñecas y conectado nuestras miradas—. ¿Vale? Tienes que creerme. Probablemente sea el único que en estos momentos te quiera viva.

Suspiré.

—Vale. Lo voy a intentar.

Harry me sonrió.

—Genial. Eso es todo lo que puedo pedir. Vamos, ahora enséñame como disparar —dijo.

Lo miré ceñuda.

—¿Ahora?

—Sí, ahora, Fall. Venga, vamos —rió, agarrándome las manos y entregándome las muletas. Al final suspiré y lo seguí escaleras abajo, hasta un armario que teníamos en el pasillo. Cogí mi arco y el carcaj, para después enfundarme en una chaqueta. Harry colocó una mano sobre mi hombro, impidiéndome que me pusiera la prenda.

—Puedes utilizar tu aura. No necesitas un abrigo cuando estás en contacto con la nieve —me informó—. Yo tan sólo la utilizo para esos casos.

Asentí y volví a dejar su chaqueta en su lugar, después comencé a caminar/cojear hacia la puerta de salida.

{N.A: ¡Esto cada vez se pone más interesante! Yay! Omfg, chicas. No me puedo creer que Wicked esté a punto de alcanzar las 100k visitas. ¡Es una completa locura! Y como soy así de buena, he perdido todos los usuarios que tenía apuntados para dedicar capítulo. Así que me gustaría que me dijeseis en los comentarios aquellas personas a las que les prometí algún capítulo :)

He tenido que cortar el capítulo porque no tengo nada más traducido y así aprovecho para hacerlo, ya que los siguientes son más cortitos.

Espero que os guste muuuuuuuuucho y que disfrutéis leyendo, tanto como yo traduciendo. No olvidéis comentad y votad. ¡Y dar la bienvenida a las nuevas lectoras! Y aquellas que todavía no se han manifestado... ¿Hola? ¿A qué estáis esperando? xdd.}

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