dos || condenada
*PRIMERA PARTE*
¿Qué? ¿Por qué? ¿De quién había sido la idea de condenarme a este chico? Tenía tatuajes. ¿Por qué los llevaba? ¿Acaso estaban permitidos en el instituto? Debería cubrírselos. Eran perturbadores. Él era perturbador.
Lo odio.
—Su trabajo será entrevistar a su correspondiente pareja. Esta clase está formada por veinticuatro estudiantes, doce chicos y doce chicas. Es la única que llevará a cabo este trabajo gracias a la incorporación del señor Styles que ha igualado los sexos. —Unos cuantos estudiantes rieron disimuladamente ante la mención de la palabra "sexos". Puse los ojos en blanco. Qué maduros—. Al terminar el mes tendremos un debate. Deben estudiar la diferencia entre la mente masculina y la femenina, cómo tratan ustedes diferentes temas, cómo discuten los diferentes géneros. —Tomé nota de lo que estaba diciendo a medida que se daba la vuelta para revelar lo que había escrito en la pizarra.
El señor Hollenbeck nos informó de que debíamos escoger uno de los trabajos apuntados sobre la superficie de ésta y después entregarlo a finales de la semana que viene. Aunque eso no era todo. También teníamos que escribir una redacción sobre nuestro compañero con todo lo que habíamos descubierto, nada que anteriormente nos hubiese contado. Ojalá pudiese saber qué tenía que ver todo esto con Psicología. De todas formas, nuestro compañero no iba a leer nuestra redacción, solamente el señor Hollenbeck.
La lista de los trabajos que teníamos que escoger estaba compuesta por seis tipos diferentes, aunque yo ya sabía el que quería: descubrir si los distintos estilos de música guían nuestras respuestas psicológicas, cómo el ritmo cardíaco aumenta o disminuye debido a la claridad de los pensamientos. Escribí en mi libreta lo que había escogido, sin importarme lo que pudiese elegir el tal Harry o cualquier otra persona. Después, se nos concedió tiempo libre para poder hablar con nuestros compañeros.
Estaba dispuesta a hablarle, aunque fuese lo último que quisiese hacer. Pero me sorprendió ver que ya estaba sentado enfrente de mí, cuando volví a sentarme en mi asiento. Estaba sentado al revés, por lo que sus largas piernas se posicionaron a ambos lados de la silla. Unos brazos largos y musculosos se cruzaron sobre la parte superior de ésta. Se había remangado las mangas de su camiseta, revelando así una gran cantidad de tinta negra impregnada en su piel.
—Veo que somos compañeros —dijo, escrutando mi rostro. Y yo hice lo mismo con el suyo.
—Eso parece.
Había algo en él que me inquietaba. Ni siquiera era capaz de mantenerle la mirada más de dos segundos sin acabar desviándola. Me incomodaba estar así. Unos conocidos ojos azules se cruzaron en mi campo de visión y rápidamente le lancé una mirada de "ayúdame". Niall se encogió de hombros y murmuró una pequeña disculpa. Después, centró su atención en su correspondiente compañero.
—Soy Harry —habló de nuevo.
—Yo... —me interrumpió.
—Autumn Yurich, alias Fall. La chica más inteligente de la clase de último año, la que obedece al pie de la letra cada regla, hija única. En resumen, una nerd. —Se me cayó el alma a los pies. Hice un intento por alejar toda la reciente información de mi cabeza y me centré en un sólo detalle.
—Nadie me llama Fall —mascullé. ¿Pero cómo había sabido todo lo demás?
—Excepto yo —sonrió ampliamente mostrando sus hoyuelos. La mayoría de la gente los consideraría adorables, pero a mí me inquietaban—. Porque ambos son sinónimos y antes te has caído en el pasillo, Fall.
Antes había mencionado que olía a suciedad, pero era a tierra. Olía similar a la tierra, con el menor atisbo de rosas. Y era británico.
—¿De dónde eres? —pregunté después de un momento de silencio entre ambos.
Pareció pensarlo por un instante.
—Del Infierno.
Se me retorció el estómago y el corazón me dejó de latir. Estaba bromeando, tenía que estar en broma. Aunque la seriedad de su voz era suficiente como para querer lanzarme a un vacío sin fin. Sus rosados labios se curvaron formando una maliciosa sonrisa y una carcajada se deslizó a través de ellos; al parecer había encontrado mi reacción graciosísima.
—No ha tenido ni pizca de gracia —refunfuñé.
—Aun así, te has asustado —se burló. Quise golpearle el hombro, pero me contuve. Algo me decía que no era buena idea. Mis ojos descendieron hacia sus manos en un intento de encontrar algo de suciedad en éstas, alguna pintura o algo que explicara la marca en mi muñeca. No había nada. Sus ojos estaban fijos en los míos y me estremecí, desviando la mirada a mis manos. Cuando volví a alzarla, sus ojos estaban fijos en mi muñeca. No pude evitar contener la respiración cuando sus dedos tiraron levemente de la manga. La marca continuaba ahí.
Una irreconocible sensación flameó en sus ojos, antes de bajar la tela de nuevo y conectar sus ojos con los míos. Esa estúpida y egocéntrica sonrisa surcó de nuevo sus labios, y me guiñó un ojo. El estómago me dio un vuelvo. Odiaba esta nueva sensación. Algo pasaba con este chico.
—Puedes llamarme esta noche para hablar sobre el trabajo —le dije con la voz temblorosa y áspera. Me aclaré la garganta y saqué un trozo de papel en el que apunté mi número de teléfono. Harry me arrebató el bolígrafo y escribió "FALL" en la parte superior. Apreté los dientes. Tanto el apodo como su sorprendente caligrafía me molestaban. De verdad que no soportaba a este chico.
••
—Te lo estoy diciendo, está loco —dejé escapar un perceptible gemido.
—No puede ser tan malo.
Niall y yo siempre nos bajábamos juntos al terminar el instituto. Levanté el brazo y tiré de su cabello rubio. Niall se estremeció y se frotó el cuero cabelludo, colocándose correctamente la mochila sobre sus hombros. Volví a sacudir la cabeza ante la terquedad de mi amigo.
—Es horrible. No puedo ser su compañera —dije.
Niall se encogió de hombros.
—Pues mi compañera tiene unos pechos enormes —sonrió ampliamente.
Le di un suave empujón en el hombro, observando fijamente cómo mis converse se arrastraban por el pavimento. En el trayecto, su casa estaba antes que la mía, así que tuve que caminar sola durante cinco minutos.
Fruncí el ceño, con la mirada fija en el suelo, a medida que caminaba, mientras mi mente enumeraba todos mis pensamientos. Hice una lista en mi cabeza.
1) Tenía una marca extraña en la muñeca que al parecer era imposible de quitar. Ni siquiera sabía el tiempo que llevaba ahí.
2) En Psicología, era la compañera de un británico alto, trastornado, oscuro y lunático. Y, además, estaba escribiendo una redacción sobre mí. Aunque ya sabía bastantes cosas sin ni siquiera habérselas dicho.
3) Lo odiaba. Mucho.
4) Tenía deberes de Matemáticas, la entrevista y las cosas de Psicología. No era demasiado para ser el primer día de la vuelta de vacaciones.
5) Alguien me estaba siguiendo.
Utilicé la lista para mantener la calma, repasándola una y otra vez para intentar distraerme. Pero estaba segura de algo: alguien me estaba siguiendo. Alguien grande, alto y corpulento, capaz de moverse con rapidez y facilidad. Decidí continuar andando, sin darme la vuelta, acelerando el paso y manteniendo la cabeza gacha. El corazón se me iba a salir por la boca de lo nerviosa que estaba a medida que avanzaba a grandes zancadas por la acera.
En cuanto vi la entrada de mi casa, corrí desesperadamente hacia el porche y cerré la puerta con pestillo, dirigiéndome hacia el salón. Cogí el atizador que utilizábamos para el fuego de la chimenea y esperé sentada en el sofá, preparada para saltar en cualquier momento.
La sangre se me congeló cuando escuché el click de la puerta. Alguien acababa de desbloquear el pestillo.
| Ya veis que soy mala y lo he dejado en el mejor momento lol. Pregunta: ¿quién creéis que podrá ser? Venga, espero la respuesta en vuestros comentarios.
Si alguien se pregunta cada cuanto tiempo subo, pues la verdad es que cada dos días, o sea, un día subo pero al siguiente no. También depende del número de votos y comentarios.
MUCHAS GRACIAS POR TODO. NO OLVIDÉIS COMENTAR Y VOTAR PARA SABER QUE OS VA GUSTANDO LA FIC.
Todos los créditos para WhoaLarry, escritora de la novela.|
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