Las marcas de los otros también habían comenzado a desaparecer. Disipándose, o cambiando. Y todo el mundo estaba muy nervioso. Para mí era algo difícil de contemplar porque no sabía cómo sentirme, pues no tenía ninguna.

Hayley se me acercó cuando volvimos a estar todos reunidos. Los demás se encontraban discutiendo sobre un tema estúpido; Louis y Autumn se apoyaban el uno al otro y defendían su postura con unos alucinantes e ingeniosos argumentos.

—Oh, ¿en serio, Jo? ¿Piensas que no sabe a nada? ¿Quizás como tu culo, que es demasiado plano para esos vaqueros? —sonrió con superioridad Louis.

Autumn se rió.

—Este refresco es un mismísimo regalo de los dioses.

Sacudí la cabeza y le sonreí a Hayley. Ella tomó una profunda bocanada.

—Oye, lo siento, por la vez esa en la que le conté a Autumn toda esa mierda sobre ti. Ella se merecía haberlo escuchado de tu boca. No jodí la cosa entre vosotros, ¿no? —preguntó.

Negué con la cabeza, colocando una mano sobre su rodilla.

—Ahora estamos bien. La verdad es que aquello derivó a una asombrosa noche —sonreí, con cariño.

Ella escrutó mi mirada.

—¿Te la follaste?

—¡No! —exclamé, cruzándome de brazos a la defensiva. Hayley enarcó una ceja—. Le hice el amor —sonreí.

—Entonces, ¿fue la primera vez para ambos? —preguntó. Mi rostro comenzó a arder—. Vale, vale, cambiemos de tema. También lo siento por haberme hundido aquel día que Liam se apoderó de nuestras auras. ¿Estábamos bien? ¿Está todo bien ahora?

—Estamos bien, las cosas siempre han estado bien entre nosotros. Cualquier cosa que necesites, Hayley, ya sabes —dije, y clavé mis ojos en los suyos. Ella asintió, y después la abracé y planté un beso en su sien. Luego crucé la habitación para sentarme sobre Louis.

Envolví el cuerpo de Autumn con un brazo.

—¿Está este asiento ocupado? —sonreí.

—Sí, culo gordo —gruñó Louis, y me dio un empujón. Me reí de él mientras Autumn me ofrecía una mano para levantarme del suelo. Después, me senté sobre el brazo del sofá y planté un beso en su mejilla.

—Idiotas, si habéis terminado de perder el tiempo, recordad que tenemos problemas importantes —espetó Jo.

—No molestes —murmuró Autumn—. Tú sí que los tienes.

—Qué madura. Sois tan raros, ¿sabéis? Dormís, coméis y sentís todo tipo de emociones. Sois prácticamente humanos —musitó.

Autumn contrajo la mandíbula.

—¿Acaso eso te molesta?

—Sí.

—Bien.

Jo se burló de ella.

—Escucha. No siempre tienes que actuar como una puta porque sientas celos, tenemos asuntos importantes con los que tratar. Sí, maté a tu puta amiga, supéralo —escupió.

Durante unos segundos pensé que Autumn iría a hacer lo que normalmente hacía; con actitud tranquila, le haría un par de remontadas ingeniosas, o incluso la insultaría, hasta marcharse.

Pero no recuerdo haberme equivocado más.

Autumn se puso en pie como un relámpago y en una fracción de segundo ya se encontraba junto a la silla de Jo. Le dio un golpetazo y Jo se puso en pie, más furiosa que antes. Autumn esquivó un puñetazo y asestó un golpe casi risible en el torso de Jo. Madre mía, tengo que enseñarla cómo pelear.

Louis me sujetó y me dijo que las dejara con sus problemas. Vi cómo Jo le dio un guantazo a Autumn. Apenas podía ver cómo le hacían daño a Autumn. Claramente estaba perdiendo. Hasta que Autumn comenzó a pegarle a Jo en las zonas correctas, una y otra vez. Jo recibió un último golpe —algo flojo— mientras Autumn le daba una patada en las costillas, antes de que Zayn se llevara a la fuerza a Jo y yo levantara a Autumn de encima de ésta.

—YA VALE —grité, con las venas del cuello a punto de explotar. Autumn intentó deshacerse de mis manos, pero yo era más fuerte, así que se dio por vencida. Me dio un empujón y se dirigió hacia el exterior, cerrando la puerta con un golpe seco.

Todos permanecimos en silencio; Zayn recogió el cenicero que las chicas habían tirado antes de que Max fuera hacia la cocina para traer algo de hielo para las heridas de Jo.

Tenía un aspecto horrible. Bastante espantoso. Tal vez tuviese la nariz rota. Tyson también tenía un aspecto horrible al ver cómo su opuesto escupía sangre en la mano de Zayn, maldiciendo sobre Autumn y sobre mí. Zayn no se retrajo. Con el hielo, estuvo dando golpecitos en el rostro de Jo y anunció que tenía la nariz rota. Después, ésta le siseó a Tyson que le diera un chute de electricidad y que le arreglara la cara. Pero él seguía paralizado.

Cuando Max y Zayn se llevaron a Jo hacia la cocina para intentar arreglarlo, Hayley me lanzó una mirada.

—¿Vais a ir tras ella?

Miré hacia la puerta.

—No —dije, profundamente ofendido—. Va a estar bien. —Louis me dio una palmadita en la espalda, y yo me crucé de brazos. Va a estar bien.

Todo el mundo regresó a la habitación. Eché un vistazo a algunos de los Marcados. La nube de Hayley comenzaba a evaporarse. La marca de Zayn era un árbol y sus hojas habían comenzado a caerse. Todo se estaba derrumbando.

Examiné la habitación.

—Necesitamos un plan.

—Sí, tonto del culo. ¿Para qué? —resopló Zayn.

Le saqué el dedo, a punto de responderle, cuando Brock el Atleta {en sentido peyorativo} pareció haber sido golpeado con la barita de la inteligencia.

—Para robar el Libro —dijo éste. Todos nos sorprendimos.

Asentí, Brock asintió, Hayley asintió, Jo escupió más sangre. Y Tyson continuaba estando bastante confundido.

Después, todos los ojos se fijaron en Hayley, excepto, claramente, los suyos, que estaban puestos sobre Louis. Éste enarcó una ceja en dirección a ella, y dijo:

—Tú eres más nerd que yo. —Y se cruzó de brazos.

Hayley puso los ojos en blanco y asintió, cogiendo una pequeña libreta, un bolígrafo aún más pequeño, su teléfono móvil, y un paquete de cigarros de su bolso. Se cogió un cigarrillo y nos lanzó el paquete a Louis y a mí con una tímida sonrisa, mientras un cigarrillo sin encender reposaba sobre sus labios rojos.

Hayley enarcó una ceja en mi dirección y rodé los ojos antes de que el cigarrillo se enchufase por sí solo y zarcillos de humo escaparan de sus labios. Louis le pasó el paquete a Zayn, pues ninguno de los dos había cogido alguno.

Después, Hayley sonrió.

—Empecemos, pues.

••

Autumn estaba sentada fuera del coche en la nieve. Tenía un puñado de ésta contra su rostro y había marcas de maquillaje en sus mejillas, por dónde habían descendido las lágrimas. Hice una mueca de dolor. Debería haber ido tras ella.

Le ofrecí una mano y le quité la nieve de la suya.

—Eso no va a ayudarte —murmuré. Ella enarcó una ceja y aceptó mi mano, poniéndose en pie—. Tu cuerpo quiere fuego, no hielo. —Y antes de que pudiera ofrecerle el mío, temeroso de que aún pudiera estar débil desde que Liam se apoderó de su poder, su mano estalló en llamas.

Vi cómo el fuego sellaba los cortes de su rostro, mientras las llamas acariciaban su piel. Al terminar, se levantó la camiseta y presionó la mano contra las costillas. Dios, ¿se las había fracturado? Después, derritió un puñado de nieve y lo utilizó para deshacerse de la sangre y de las lágrimas, secándose más tarde las manos en sus pantalones. Y se metió en el coche sin decir palabra alguna.

Estuvimos conduciendo durante un rato. Yo estaba absorto en mis pensamientos. Ella estaba absorta en sus pensamientos. Predominaba un perceptible silencio. Imploraba que fuese ella quien rompiera el silencio, antes de llegar a hacerlo yo. Necesitaba escucharla decir algo. El ambiente estaba tenso. Era algo incómodo. Y nuestros silencios nunca eran incómodos.

—Di algo. Venga, háblame —murmuré.

Autumn me miró y se encogió de hombros.

—Mañana es uno de marzo —musitó, desviando la mirada. Apreté los dientes y contraje la mandíbula, mientras apretaba con más fuerza el volante.

—Maldita sea, Autumn —gruñí, estacionando el coche en el arcén—. ¿Qué coño pasa? —exigí saber.

—¿Qué coño pasa? —respondió.

—Le has dado una paliza tremenda, le has roto la puta nariz —grité, encarándola.

—Bien —resopló Autumn—. Se lo tenía merecido.

—Totalmente de acuerdo. De verdad. Pero qué cojones, Autumn, tú no eres así —fruncí el ceño—. Jo sabe cómo defenderse, ¿me oyes? No te pelees cuando no tienes ni idea de lo que estás haciendo. ¿Alguna vez has estado en una pelea, Autumn?

Ella sacudió la cabeza, tranquila y pálida y triste de nuevo.

—Lo siento. No sé el porqué, pero lo siento. Yo te enseñaré, te mostraré lo que tienes que hacer pero no vas a empezar más peleas, ¿entendido? Defensa personal. Eso será lo que te enseñe, ¿vale? —pregunté. Ella asintió—. Mírame.

Autumn alzó la mirada, con los ojos rojos e hinchados. Se clavaron en los míos, como si se tratasen del color de la piedra mojada. Ahora me sentía mal, enfadado conmigo mismo por regañarla de esa forma. Pero necesitaba escucharlo. En menos de un mes cumpliría dieciocho años.

—Vale —murmuró.

Sonreí, tierna y tristemente. Llevaba el pelo suelto, así que me hice con un mechón de cabello y comencé a enredarlo entre mis dedos.

Ella me miró ceñuda.

—Eres dos años y un mes más mayor que yo —dijo—. ¿Eso es mucho?

—No —sonreí—, pero fue el azar. ¿Por qué? ¿Te estás acojonando? ¿Planeas abandonarme? —sonreí. Ella puso los ojos en blanco y apartó de un golpe mi mano de su pelo—. Para, eres muy bonita, te quiero —dije. Autumn sonrió un poquito.

—Técnicamente soy menor de edad y tú, no. Eso es algo ilegal.

Puse los ojos en blanco.

—Bueno, ¿y qué? Qué le den a la policía. No nos importa, ¿verdad?

—No, tengo para mí sola a un hombre sexy y mayor —Autumn sonrió, guiñándome el ojo. Volví a poner los ojos en blanco.

—Sólo son dos años, así que para. Estás haciendo que suene mal.

—Vale. Te quiero muchísimo —sonrió—. Gracias. No sé por qué. Tan sólo... gracias.

—De nada. Gracias por... lo que sea —sonreí. Después, volví a enchufar el coche y continuamos nuestro trayecto hacia casa.

|  ¡¡Hola a todas!! Espero que disfrutéis de tantos capítulos seguidos x') Aunque me parece que a muchas de vosotras no os salen. Yo no puedo hacer nada :( Intentad borrar la fic de vuestra biblioteca y luego añadirla de nuevo, a ver qué tal. También quiero decir que aquellas personas que me han pedido que les dedique un capítulo, decirles que lo tendrán. Pero sed pacientes, porque hay más personas.

Capítulo dedicado a ReadyToRun13 :)

Todos los créditos para WhoaLarry, escritora de la novela. |