cuarenta y cuatro

| Capítulo con salseo x') No me hago responsable de ningún trauma, plz. |


Trabajo.

—¿Estás segura? —murmuré, besándole el cuello. Ella dejó escapar un gemido mientras mi lengua descendía por su clavícula hasta sus pechos. Mantuve mis ojos fijos en ella—. Todavía estoy esperando una respuesta, nena. No voy a hacer nada si no estoy seguro de que tú estás segura.

—Sí —suspiró—, sí, estoy segura, lo juro —jadeó Autumn y me agarró un puñado de pelo. Le sonreí, y continué masajeando/chupando/mordiendo/gimiendo. Era divertido. Ella era diversión pura. Comencé a plantar húmedos besos por su torso desnudo.

—No estás borracha, ¿verdad? —detuve mis acciones, acordándome de que ella no estaba tan familiarizada con el alcohol como lo estaba yo. Autumn sacudió la cabeza "no", por lo que continué con mis besos, hasta llegar a su rodilla. Después me recosté y conecté mis labios a los de ella.

Autumn me hizo un mohín con la cara.

—Harry —se quejó—, deja de provocar.

—¿Quién? ¿Yo? ¿Estoy provocando? ¿A quién estoy provocando? —sonreí, volviéndola a besar.

—Harryyyy —rogó. Le sonreí, y besé su cuello con ternura. Los ojos de Autumn se hallaban cerrados a medida que mi mano acariciaba sus partes, por encima de sus bragas. Dejó escapar un jadeo y cerró las piernas.

—Abre —susurré. Besé su mejilla y su mandíbula. Autumn se mordió el labio y lentamente volvió a abrir las piernas—. Y los ojos también, amor. Mírame —le dije. Por lo que sus ojos grisáceos se abrieron para toparse con los míos, y juro que dejé escapar un gemido con tan sólo esa acción. Lo cual hizo que ella se sonrojara y se riera por lo bajini, y oh dios mío, era tan inocente. Tan jodidamente bonita.

Extendí sus piernas con mi rodilla y mantuve el contacto visual con ella, con la cabeza justo por encima de la suya, mientras mi mano se movía con lentitud, formando círculos continuos. En varias ocasiones acabó cerrando los ojos, pero después se acordaba de que yo quería que me mirase, así que sonreía durante un par de segundos antes de volver a abrirlos.

Los gemidos de Autumn eran los suficientes como para correrme, pero intenté aguantarme y mantener la calma.

Acaricié con mi nariz su cuello.

—Te quiero —le recordé—. Te quiero, y lo sabes.

—Lo sé. Y-yo también te quiero —suspiró, enrollando un brazo alrededor de mi espalda.

—Son un coñazo —murmuré, mordiendo con delicadeza su cuello, mientras tiraba de la tela de su ropa interior.

—Tú eres el jefe —murmuró, cerrando los ojos.

—No, tú eres la jefa —fruncí el ceño—. Tu cuerpo, tus reglas.

Ella sonrió, volviendo a abrir los ojos, conectándolos con los míos.

—Te adoro tantísimo, Harry Styles. Oye, ¿cuál es tu segundo nombre?

—¿Qué? ¿Por qué? —sonreí.

—Bueno, tú sabes el mío, pero yo no sé el tuyo. Y si es alguno malo no podré volver a quererte —añadió, sonriéndome con malicia y guiñándome un ojo.

—Es Balls —rodé los ojos.

—Harry Balls. Te odio tanto —se quejó.

Le sonreí, volviendo a besar su mejilla y su mandíbula.

—Edward.

—Harry Edward Styles —dijo Autumn, asintiendo levemente con una sonrisa—. Podría haberlo adivinado. Es muy bonito —murmuró.

—Gracias —sonreí. Me gustaba cómo lo decía, mi nombre completo. Me gustaba bastante.

—Vale, continua —dijo, sonrojada.

Alcé ambas cejas, enganchando el dedo en la cintura de las bragas.

—Lo siento, había olvidado lo caliente y molesta que estás —sonreí con superioridad, arrastrando la tela por sus piernas. Autumn me dio una patada en el pecho.

—Serás engreído hijo de pu — unf —gimió, arqueando un poco la espalda.

—¿Qué ha sido eso? —sonreí, besándola suavemente.

—C-cállate —jadeó. Sus muslos se cerraron alrededor de mi mano hasta que acabé mordiéndole el cuello, sin tener que volver a decirle que abriera las piernas.

Escruté su rostro. Mierda, wow.

—¿Qué tal? —pregunté—. ¿Qué tal esto?

—Alucinante —gimió. Sonreí, orgulloso de mí mismo y de ella y de nosotros, feliz de que ella se sintiera así—. ¿Por qué lo preguntas?

—No tengo ni idea de lo que estoy haciendo —me reí, besando su clavícula y su hombro. Autumn me puso los ojos en blanco y se mordió el labio durante un instante, después habló.

—Yo tampoco. Pero no me daría cuenta —dijo—. ¿A-alguna vez...?

—No —dije, besándole ahora la nariz—, no antes de ti. Tan sólo dije que había hecho todo lo demás para hacerte daño porque soy un idiota y me arrepiento cada segundo de esa pelea.

—No eres idiota. Estabas enfadado conmigo. Eres adorable —dijo Autumn. Después jadeó, gimió y me apretó el hombro. Sonreí y conecté nuestros labios, mientras mis dedos continuaban creando círculos lentos sobre su sexo.

Sus dedos encontraron la forma de regresar a mi pelo, tirando de él, con mucha fuerza. Gemí, con los labios entreabiertos.

—Dios santo, Autumn —gruñí.

—L-lo siento, cariño. ¿Te he hecho daño? —Sus ojos reflejaban su preocupación, pero de todas formas volvió a dejar escapar otro gemido.

—Joder —volví a gruñir—, no. Dios, no. Me encanta. Me encantas —murmuré.

Autumn parecía satisfecha con esa declaración, y continuó disfrutando de sí misma. Creedme, yo también lo estaba disfrutando. Dios, era tan perfecta.

Al final me apartó de ella con un último gemido y la respiración totalmente descontrolada.

—No más —sentenció, con el pecho empapado en sudor.

—¿Por qué? Me estaba divirtiendo —hice un puchero, sonriendo, para después besarla—. Cariño, quiero hacerte sentir bien —gemí.

—Me siento bien, me siento genial. Eres alucinante —murmuró en mi boca.

—Sí, bueno, me duele la espalda de estar así encima de ti —sonreí con arrogancia.

—¿A qué viene eso? —sonrió Autumn.

—He pensado en contártelo —dije, acostándome a su lado—. Ven aquí.

Ella se subió encima de mí y se recostó sobre mi estómago, con su pecho sobre el mío, mientras me besaba. Enrollé mis brazos alrededor de su espalda, abrazándola, hasta que su respiración fue relajándose.

—Autumn —murmuré.

—¿Sí?

—Quiero que te corras —dije, mordiendo suavemente su labio.

Autumn dejó escapar un jadeo.

—Eso ha sido sexy, H —murmuró en mi boca.

—Sí —solté una risita—, ha sido ardiente. Pero, en serio, nena —murmuré.

—No sin ti.

—Estoy aquí —besé sus labios—. Siempre lo estaré.

—Lo sé. Me refería...

—Oye, no pasa nada. Cuando estés lista, ¿vale? —dije. Ella asintió y volvió a besarme, sonriendo contra mis labios a medida que le daba la vuelta por segunda vez consecutiva.

••

Todavía le dolía. Ella me decía que no era tan malo, pero todavía me seguía sintiendo como una mierda por eso. Quería que fuese capaz de disfrutar, que supiera qué era el placer.

Mantuve una mano junto a su rostro durante todo el tiempo. Incluso después de haberme movido un poco, porque a ella le daban tirones en las caderas y a mí me dolía la espalda. Me sentía viejo. Era ya mayor. Dios, tenía veinte años. ¿Qué cojones? ¿Cuándo había pasado eso?

Joder, iba a morirme. Cada día que pasaba me lo recordaba. Cada día que pasaba con vida, llegaba a entender que ese podría ser mi último. Y a todos le pasaba lo mismo, suponía. Pero Peyton era cuatro años más joven que yo. Y Louis era dos años mayor que yo, después iba Zayn y después Jo y finalmente yo. Tan pronto como desaparezca Jo, seré el siguiente, y eso me cagaba. Porque era unos meses más joven que ella.

Estaba preocupado por dejar a Autumn sola. Porque cuando me haya ido, ¿quién cuidará de ella? ¿Max? Ni de coña. ¿Hayley? Si la había dejado con ésta durante dos días y había acabado enterándose de que yo había matado a más gente de lo que ella había pensado. ¿Niall?

Tal vez. Quizás. No lo sabía. Cuando todos comencemos a morir, Autumn lo entenderá. Comprenderá que una vez que me haya ido, los siguientes serán Max y después Hayley y finalmente también ella. Lo sabrá. Prácticamente cuando se largue Louis todos comenzaremos la cuenta atrás. Estamos todos jodidos.

—H —murmuró Autumn. Alzó una mano y acarició mi rostro. Al instante me di cuenta de las lágrimas que bañaban sus mejillas. Salvo que no eran suyas.

—Mierda, mierda, lo siento —murmuré. Sorbí y me enjugué las lágrimas.

—No tenemos que ocultar... —dijo, agarrándome la mano. Joder. Ahora no estaba de humor.

—Y-yo quiero —suspiré.

—¿Quieres hablar?

—Después —murmuré. Ella me besó la mejilla.

—Podemos intentar otra cosa —dijo. Aunque a estas alturas ya estaba exasperado. No quería parar, pero le estaba haciendo daño y estaba a punto de ponerme a llorar.

—¿El qué? —musité, dejándome caer de espaldas. Autumn gateó hasta colocarse sobre mi estómago como antes había estado. Su pecho estaba pegado al mío y era capaz de sentir los latidos de su corazón. Conectó sus labios con mi frente, y pasó las manos por mi cabello.

—¿Estás bien, cariño? —preguntó.

—Hablaremos más tarde, te lo prometo —dije, con los ojos fijos en ella.

Autumn me estaba consolando, y a mí eso me encantaba. No quería ser el típico gilipollas que hacía cualquier cosa para mantener su orgullo. Yo era de los que tenían días malos y quería que me consolaran y me abrazaran. Eso era todo.

—Bien —murmuró, y volvió a besar mis labios.

Después de besarla, me di cuenta de a qué se había estado refiriendo con "otra cosa".

—¿Desde... desde aquí? —dije, colocando las manos sobre sus caderas.

—Sí.

—¿Contigo... arriba? —Autumn asintió tímidamente, besándome la mandíbula. No pude evitar gemir ante su tacto y el fuego, Dios. Sentía su aura contra mi piel, empujando mi neblina oscura.

Era extraño. Ella parecía un poco incómoda, pero me dijo que le gustaba más mirarme desde arriba que desde abajo. Y Dios mío lo preciosa que estaba sobre mí.

Al final, acabé topándome con un chupetón violáceo y morado junto a mi clavícula y con una Autumn bastante orgullosa. Continuaba sonriendo y besándome.

—Ya no está tan mal —dijo.

Sonreí, y la besé.

—Entonces, ¿cómo es?

—Tampoco es tan bueno —respondió. Mis labios recorrieron todo su rostro.

—Ya verás como para la próxima será mucho mejor para ti, ¿entendido? Te lo prometo. Te va a encantar, amor —murmuré. Ella sonrió, y yo la imité.

••

Sí que hablamos, después. Como le había prometido.

Autumn se encontraba recostado sobre mi pecho, mientras recorría con sus dedos la forma de mis labios. Yo tenía un brazo alrededor de sus hombros, atrayéndola a mi cuerpo con fuerza, mientras mi mandíbula reposaba sobre su frente y mi otro brazo sobre su torso, agarrándole la mano.

—Ha estado bien, ¿verdad? —preguntó.

—Sí. Pequeña, ha estado alucinante —murmuré—. Te quiero, te quiero muchísimo.

—Sé que lo haces, H. Lo sé. Yo también te quiero. Oye, amor, tenemos que hablar. ¿Qué ha pasado? —preguntó, con voz suave. No sé si he hablado demasiado de su voz. Era bastante discreta, normalmente, y ronca y dulce y americana y preciosa como todo lo de ella. Me encantaba.

Así que me aclaré la garganta, acariciándole el brazo con mi pulgar.

—No quiero morir, Autumn. Ya lo hice. Solía hacerlo. Pero ya no quiero. No ahora que eres mía, ahora que soy tuyo y tengo una responsabilidad —murmuré.

—¿Y cuál es?

—Tú —respondí, suspirando—. Tengo que cuidar de ti, pero me estoy muriendo. Y no voy a poder hacerlo.

—Aunque puedes hacerlo ahora —dijo—. Oye, Harry, todavía no te vas a marchar. Siempre seré tuya. Y tú siempre serás mío. Estás bien, ¿me oyes? Vas a quedarte aquí por mucho tiempo —murmuró Autumn, despeinándome.

—Lo sé. Soy una nenaza —musité.

Y me gané un calbote.

—Date la vuelta —murmuró. Y así hice. Después ella enrolló sus brazos alrededor de mi torso y recostó su cabeza prácticamente sobre la mía, pero no del todo. Como si hubiéramos cambiado los papeles. Se estaba bien.

—Gracias, Fall.

—Tal vez ahora me estés cuidando, pero eso no significa que yo tampoco pueda cuidarte a ti —dijo Autumn, besando mi sien—. Dios, H. Eres precioso. Vas a ser el causante de mi muerte.

 —Si vas a ser la causante de mi muerte, es así como quiero morir —sonreí, cerrando los ojos, recostándome contra su cuerpo; desnudo y caliente bajo las sábanas como el mío.

—Me gusta —sonrió, y estuve bastante seguro de que también había cerrado los ojos.

—Es de una canción.

—¿Qué canción?

—Collar Fun, de Panic! At the Disco —respondí—. Buena banda, nena.

—Una de esas bandas emo —soltó una risita—. Dime que no estoy saliendo con un emo.

—No, estás saliendo con Harry y lo quieres mucho.

—Harry —se quejó.

—Y me quieres muchísimo.

—Sí que te quiero, y no puedo evitarlo —musitó, plantando un beso en mi sien—. Deberíamos escuchar juntos tu música emo, Harry.

—Lo haremos. Y quizás pueda tolerar la mierda esa de Beethoven —refunfuñé.

—No es música clásica, Harry —volvió a soltar otra risita, y yo sonreí—. Sólo que es lenta.

—Lo que sea. Te quiero, duérmete.

—Buenas noches, te quiero —se rió Autumn.

Me quedé durmiendo sonriendo.

••

Estaba jodidamente loco.

Por supuesto.

Pero en serio, estaba jodidamente loco.

—Hales, ¿estás segura? —preguntó Max. Hayley le sacó el dedo y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas.

Hayley iba a conseguir el Libro. Y yo estaba seguro de que ella era la más lista, bondadosa y decente de todos nosotros, bueno, de todos los que tienen más de dieciocho años. Tan sólo tendría que decir unas palabras en Erktanae que ya habían sido programadas con antelación en nuestros cerebros, cuando alcanzabas esa edad.

Por lo que todos tomamos asiento y esperamos. Hayley comenzó a hablar y su aura creció y creció, hasta comenzar a encogerse. Me di cuenta de que también las nuestras habían comenzado a disminuir, aunque la suya volvió a crecer. Se estaba alimentando de nuestras auras. Y eso tendría que estar agotándola.

En un momento clave su aura se hallaba enorme y brillante, mientras sus labios susurraban las palabras descontroladamente hasta que el Libro apareció en su regazo. Todos nos quedamos anonadados. Había pensado que no iría a funcionar. Pero lo había hecho, lo tenía.

—¡Hostias! —exclamó Zayn.

—Maldita sea —gritó Hayley y se calló hacia atrás, sus hombros golpeando el suelo. Corrí hasta caer de rodillas junto a ella. Me tensé al ver cómo Jo se hizo con el Libro. Mis ojos se encontraron con sus gélidos azules, y me sonrió con malicia.

—Tranquilo —dijo ésta—. No voy a dárselo. Pero ten cuidado, ya sabes cómo te pones.

Brock, sorprendentemente, estaba bastante cansado de Jo.

—Cierra la puta boca —dijo—. A nadie de aquí le caes bien. —Nunca pensé que estaría de acuerdo con ese pegote-de-gomina-en-la-cabeza andante, pero lo estaba. Todo el mundo comenzó a susurrarse cosas. Zayn desvió la mirada mientras Jo clavaba su mirada en él.

Dios, no me digas que a ella le gustaba Zayn. Ni de coña. Zayn nunca salía con nadie. Sí, se acostaba con algunas, pero no salía con ellas. Al principio habíamos pensando que era gay, porque nunca lo habíamos visto con una chica, pero era hetero. Me sorprendió incluso ver cómo su aura se curvaba.

Pero Jo se veía claramente dolida ante su rechazo. Yo no era compasivo. Ella le había hecho daño a Autumn. Muchísimo. A mí también me lo había hecho, pero menos, y hacía bastante tiempo.

Tyson —el pobre chaval— estaba tan confundido. Max lo agarró del hombro y lo puso al corriente en un par de minutos, hasta que Jo colocó el libro encima de la mesa que había en el salón de Zayn.

Max se nos unió al círculo que habíamos formado alrededor de éste, con un irritante suspiro. Tyson era un poco, uh, paranoico. Era listo, pero corto de lógica. Ateo, un tipo de ciencias, difícil de convencer. Pero habíamos conseguido llegar hasta aquí. Y en un par de semanas cumpliría los dieciocho. Al igual que Autumn. Dios, abril estaba tan cerca. Menos de dos meses.

Estábamos a quince de febrero. Mañana iba a llevarla al instituto para que ambos pudiéramos dejarlo oficialmente, así la policía no sospechaba de nosotros. Aunque ya nos habíamos perdido un par de semanas de clases. A ella le dejaban salirse de rositas porque les daba pena, y a mí porque me temían.

Pero ahora, el Libro.

Lo teníamos.

Así que, ¿qué mierdas íbamos a hacer con él?

Autumn pareció tener una idea, por lo que se acercó y colocó una mano sobre el Libro. Y de repente, Zayn la imitó. Y después Tyson, y Hayley, y Louis, y Peyton. Todos los que estaban marcados. Salvo que no tenían ni idea de lo que estaban haciendo. No, tenía que haber algo más.

Algo iba mal, me di cuenta, cuando todos comenzaron a gritar de agonía a la vez. Cayeron de rodillas, con las manos aún sobre el Libro.

| ¡¡Hola!! ¿Cómo estáis? :) La cosa se pone cada vez mejor, ¿eh?

Este capítulo va dedicado a @_Brissxreyes. Espero que te haya gustado bby ♥

¡¡Muchísimas gracias por todo!! ¡¡No olvidéis votad y comentad!! Y si tenéis alguna pregunta o duda, hacedla que yo la responderé.

Todos los créditos para WhoaLarry, escritora de la novela. |

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