cincuenta y ocho || vida
Íbamos de camino hacia la primera planta cuando me di cuenta de que faltaba algo. Y no caí en la cuenta de lo que era hasta que descendimos el último escalón de la escalera y fuimos a reunirnos con el resto del grupo.
Louis no había estado con nosotros desde que habíamos descubierto el pasillo.
—Oye —vociferé. Todos se giraron, y entonces cayeron en la cuenta de lo mismo que yo.
—Mierda —siseó Hayley.
—¡¡Zayn!! —grité—. ¡¡Que empiece a subir todo el mundo!! —fue lo último que dije antes de girar sobre mis talones. Algo se lo había llevado.
Todos subimos apresuradamente las escaleras, incluso los Erktanae Marcados que jadeaban e intentaban ocultar lo débiles que estaban. Al segundo que pusimos un pie en la cuarta planta, el poder que antes habíamos sentido regresó de golpe.
Las luces revelaron la presencia de varios Breesaem, quienes formaban una línea recta con sus impecables trajes, con Liam oculto tras ellos. Y a Louis al lado de él.
—Hola, chavales —sonrió Liam—. Bien hecho, tío —declaró, y le dio unas palmaditas a Louis en la espalda. Éste dejó escapar un pequeño suspiro, aliviado ante su elogio.
La puerta que había detrás de nosotros se cerró con un sonoro click y sentí cómo todo se me venía encima.
Permanecimos inmóviles mientras un par de Breesaem se colocaba detrás de nosotros. Había uno sólo para Autumn, Hayley y Tyson—ya que eran los más pequeños, estaban Marcados y no podían hacer nada. Y después dos para el resto.
Mierda, mierda, mierda.
Nos inmovilizaron los brazos tras nuestras espaldas. Los únicos que intentaron responder peleando fueron Max y Hayley. Pero cuando les lancé una mirada, ambos se detuvieron.
—Louis... —musité. Él les había estado ayudando. Durante todo este tiempo había estado compinchado con Liam. Le había dicho que vendríamos. Le había contado todo nuestro plan.
—Un chico listo, ¿verdad? —sonrió Liam. De repente las luces se volvieron a apagar y me empujaron hacia delante. Cuando se encendieron de nuevo, el grupo entero se encontraba detrás de mí, por lo que no pude estar pendiente de ellos. Liam se acercó a mí—. Lo tienes, ¿no? —preguntó. No le respondí. Él metió una mano en mi chaqueta y sacó el Libro. Se lo entregó a Louis, diciéndole que lo pusiera de nuevo en su sitio.
—Si sabías que íbamos a entrar, ¿por qué has puesto todos esos símbolos? —murmullé, mientras la rabia se hacía paso por mi organismo.
—Efectos dramáticos —sonrió con malicia.
—Tienes el Libro. Tienes a Louis. ¿Qué es lo que quieres ahora? —rugí.
—Harry, Harry. Siempre el héroe —se colocó detrás de mí—. Llevas muchos años siendo su amigo, ¿verdad? —Será mejor que no toque a ninguna de las chicas. O lo mataré con mis propias manos.
—Que te den —habló con dificultad Hayley. Lo más seguro es que tuviera un cuchillo pegado a la garganta. Aunque no estaba seguro del porqué. Los cuchillos no le asustaban, y él no iba a matarla ahora. No era su estilo.
—Qué asco. Sí, te gusta, confiabas en él. Era como la madre que nunca pudo pegarte la paliza que te merecías —se mofó Liam.
—¡¡Basta!! —chillé, intentando darme la vuelta para enfrentarme a él. Pero los Breesaem que me sujetaban eran muchísimo más fuertes. Intenté que mis brazos ardieran en llamas, pero no funcionó. Nos había dejado a todos sin poderes.
—Y tú —dijo Liam al rato—. ¿Por qué lo quieres? Y la mexicana también lo quiere, por supuesto. No podría subestimarte, Hayley. Aunque... tú, Autumn, siempre has sentido que pasaría algo, ¿verdad?
—Aléjate de ella —gruñí, con la sangre hirviendo. Autumn dejó escapar un suspiro forzado.
—Eres una de los fuertes. Sí, puedo sentirlo —dijo Liam—. Igual que Hayley. Pero algo ha pasado. Hayley, ¿no puedes hacerte una idea?
Hayley permaneció en silencio. Ella sabía algo.
—¿Hayley? —frunció el ceño Brock. Al parecer el tonto del atleta se preocupaba por ella, se creía que eran amigos.
—Hayley —dije firmemente, deseando poder mirarla a la cara.
—Quizá pueda resaltar algunos... cambios —Liam sonrió ampliamente. Al parecer se lo estaba pasando en grande—. Todo ese batiburrillo por el que estás pasando. Sabes, eso es lo que les ocurre a las chicas que son humanas, sobre todo cuando experimentan cambios hormonales. Por ejemplo, cuando tienen la primera menstruación.
»Pero eso no les pasa a las chicas Erktanae —añadió—, ¿no?
¿Hayley... con la regla? ¿Por eso le dolía la barriga?
—Y también has empezado a comer. Pero no como una persona normal, no, tienes hambre. Y estás sedienta, cansada. Y, cielos, cuando usas tu aura... seguro que te deja exhausta, ¿verdad? —Sofocó una risita—. Es como si fueras... humana.
Y justo en ese momento un relámpago iluminó toda la habitación y se escuchó un grito de agonía, seguido del sonido de un trueno. Aproveché y me solté. Cuando se escuchó un segundo trueno, me giré y golpeé a uno de los Breesaem. Aunque el otro pronto me agarró, ganándose una patada en la ingle.
Noqueé a uno y con un giro de muñeca rápido le desgarré la garganta al otro. Después, me di la vuelta para ver lo que sucedía. Pero lo único que podía ver y oler era humo.
Autumn le prendió fuego al Breesaem que la tenía cogida. Luego lo mató, y también a otro con la ayuda del cuchillo que tenía escondido en la bota. Todo en menos de seis segundos.
Imposible. A todos nos habían quitado los poderes. Nadie podía hacer uso de ellos. Nos quedamos impactados, a pesar de que todos los Erktanae sabíamos cómo defendernos en una pelea.
Hayley se giró y le clavó el cuchillo al que la sostenía, y Max los golpeó hasta dejarlos inconscientes. Aunque el pobre Tyson no tenía ni idea de lo que hacer. A pesar de que estábamos muy muy cansados, corrí para ayudar a Tyson a hacerse cargo del gigantesco hombre de traje, pero el grito de Autumn me paró en seco.
Liam la había cogido y tenía una pistola apuntándole a la sien. Todos nos quedamos estáticos. Y Liam sonrió. Cerró los ojos y al instante volvió a abrirlos mientras más Breesaem entraban en escena remplazando a los que estaban heridos o muertos.
Al ver que Liam soltaba a Autumn, empecé a pelear con todas mis fuerzas. Intenté zafarme de los dos tíos que me tenían cogido, pero lo único que conseguí fue una nariz rota y un labio partido. Me sentía tan débil.
Liam se movió hasta colocarse enfrente del grupo.
—Mis disculpas, eso ha sido algo cliché. ¿Me perdonarías, Autumn? —dijo.
—Qué te den por culo —gruñó ella, luchando contra los dos nuevos Breesaem que la sujetaban. Hice una mueca de dolor al escucharla gemir de dolor cuando pudo liberarse. No quería que nadie le hiciese daño.
—No deberías tener la fuerza suficiente como para poder hacer eso —replicó Liam, molesto—. ¿Qué tipo de amuleto llevas?
Autumn no dijo nada, aunque yo ya sabía que no llevaba nada. Podía percibir su confusión, pues estaba claro que nunca había escuchado hablar de eso. Ni siquiera yo los conocía.
Empecé a ver manchas borrosas, y la nariz me dolía horrores. Pero me pondré bien. Ahora Liam sabía que Autumn poseía una fuerza descomunal. Además, era inteligente. Y eso le preocupaba a él. Mientras tanto, lo único que yo quería saber es que a ella no le iba a suceder nada.
Liam se estuvo paseando por toda la habitación durante un par de minutos.
—Tengo que admitir que me causas intriga, señorita Yurich —dijo, pronunciando su apellido como "rich" en lugar de "rick".
—Es Yurich —musitó ésta, y sentí cómo clavaba su mirada en él.
—Fallo mío. Ahora, vayamos a lo interesante, ¿siempre has sido tan fuerte? —murmuró con admiración Liam, dándose una vuelta alrededor de Autumn. Ella permanecía en silencio. Llegados a este punto, Louis ya había entrado de nuevo en la habitación. Y esperaba que pasara de mí, que se sintiera culpable y mal.
Pero me estaba mirando con una orgullosa sonrisa y se paseó tranquilo por toda la habitación sin vacilación. Lo cual me dolió. Todo este tiempo nos había estado mintiendo. Su nerviosismo se debía a que tenía miedo de que Liam no fuese capaz de dar con nosotros, de que nuestro plan acabara siendo todo un éxito y de que por lo tanto él fracasase.
Liam no parecía llevar demasiado bien que lo decepcionaran.
—¿Sabéis qué, gente? Yo soy un hombre dedicado a la ciencia. En un principio, tan sólo os quería muertos. Contraté a vuestros Quarecis para que me ayudasen con eso. Aunque podríais haberlo adivinado, por qué criar a alguien durante dieciocho años y después matarlo. Quizá mis elecciones no fueron las correctas. Lo siento, Hayley. Tan sólo quería que supierais quiénes erais, qué erais, la escoria y mierda de Erktanae que sois, para después moriros. Un pensamiento fugaz antes de recibir con los brazos abiertos a la muerte.
»Pero me di cuenta de algo: no todos vosotros sois unos completos inútiles. Sois poderosos. Y también me di cuenta de otra cosa, de que éste era el Año. Y cuánto podría aprender de vosotros. Bueno, mejor dicho... cuánto podría quitaros. No tenéis ni idea de lo poderosas que son vuestras auras, chavales.
Así que los había contratado. Nuestros Quarecis nunca quisieron cuidarnos. Lo único que hacían era esperar hasta poder matarnos. Y al parecer Liam les había dicho que dejasen de hacer eso hará un par de meses. Una de sus misiones era informarle de nosotros. Probablemente había sabido de mí cuando empecé a salir con Autumn, porque Miles se lo habría dicho.
—Caballeros, ¿les importaría llevarla a mi oficina? —les dijo Liam a los dos Breesaem que sujetaban a Autumn.
Abrí los ojos de golpe.
—Liam. No. Ni se te ocurra tocarla, hijo de puta. ¡¡Liam, te juro por Dios que te desgarraré a trozos si la alejas de mí!! ¡¡APÁRTATE DE ELLA!! TE VOY A MATAR —grité a pleno pulmón, dándoles patadas a los tíos que me sujetaban.
—Harry —susurró Autumn en voz muy baja. Aunque yo lo había escuchado como si de un grito se tratase.
—¿Qué es lo que vas a hacer con ella? —le grité a Liam.
—Investigar —sonrió.
—ELLA NO ES UNA PUTA RANA A LA QUE PUEDES DISECAR —chillé. Ahora todos intentábamos zafarnos de los Breesaem—. ACABARÉ CONTIGO.
—Déjala ir. Se está alimentando de mi aura —musitó Zayn—. Esa es la única razón por la que es tan fuerte. —Estaba mintiendo. Por ella. La cabeza me daba vueltas. La rabia y el miedo se habían mezclado en mi interior. Ni siquiera era capaz de sentir el dolor de mi rostro.
—No cambio de opinión respecto a las decisiones que tomo, y deberías de saberlo —Liam sonrió con superioridad, como si todo le diese igual. Liam no tenía sentimientos ni era capaz de sentir nada—. ¿Os acordáis de nuestros pequeños experimentos, Jo, Zayn?
Mis ojos ardían de rabia. Liam no podía estar haciéndome esto. No podía perderla. No consentiría que me la arrebatase. Tenía que hacer algo.
Pero llegados a este punto, parecía que no había nada que yo pudiera hacer.
| Demasiado bonito el capítulo anterior, ¿verdad? Aquí ya habéis visto que se desvela todo. Maldito Louis hijo de puta D': Yo cuando leí la historia en inglés me llevé una enorme sorpresa.
Os aviso de que tan sólo queda un capítulo más, porque el 60 es diferente (no voy a hacer spoiler), y yo no sé qué hacer con mi vida D': No me puedo creer que Wicked ya llegue a su fin después de todo, ay. Pero ya hablaré de eso cuando esté terminada. De momento, disfrutad muchísimo de lo poco que queda y vuelvo a daros las gracias♥
Todos los créditos para WhoaLarry, escritora de la historia. |
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top