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Lisa veía cómo su Internet a cada segundo que pasaba se volvía más lento, hasta que no tuvo más opción que despedirse del Wi-Fi de la Señora Kim, quién vivía a dos casas de dónde vive Lisa.
— ¡Mamá! El Internet de la Señora Kim va de mal en peor, ¡tengo que hacer la tarea! — como si fuera niña pequeña le hizo un berrinche a su madre, ésta solo negó mientras veía a su hija suspirar aburrida en el sofa.
— Cariño, las dos sabemos que no ibas a hacer tareas además ¿no estás en vacaciones de verano? — Lisa sonrió derrotada viendo como su madre reía ante su mentira que salió mal. — ¿Por qué no vas dónde Jennie o Jisoo? Tal vez ellas te den Internet. — cuestionó mientras apagaba el televisor y se disponía a ver su hija aburrida.
— Fuera más fácil si solo colocarás el servicio, ¿por qué no quieres? — una vez más Lisa metía el mismo tema en las conversaciones con su madre, la Señora Manoban solo negó mientras se levantaba e iba hacía la cocina.
La castaña rodó los ojos y se dispuso a ver a través de la ventana, ¡Oh! ¿Será que los Jeon tienen Internet? Pensó Lalisa mientras veía la casa frente a sus ojos.
— ¡Ahora vuelvo mamá!
— ¿¡A dónde vas!? — salió de la cocina alarmada pero se detuvo al ver por la ventana a su hija tocando el timbre de los Jeon.
Espero unos segundo hasta que un chico pelinegro le abrió, detrás de él estaba un pequeño niño quien la veía con una mirada curiosa y temerosa. Lo primero que pensó fue que el chico era guapo y que el pequeño niño era demasiado tierno.
— Hyung, ¿Quién es ella? — el niño habló haciendo que dos pares de ojos se posaran en él.
— Ella es la hija de la Señora Manoban, Seungmin. — le dijo mientras dirigía una vez más la mirada hacía la chica que se encontraba jugando con sus manos.
— ¡Oh! Tú debes de ser la chica que siempre habla la Señora Malai, la que se robó el lápiz en el supermercado. — sonrió mientras se acercaba a ella, Lisa sonrió al recordar cómo su madre aguantaba la risa al verla ser detenida por los guardias de seguridad.
— Sí, soy esa chica y tú debes de ser el chico más tierno de todo este vecindario. — el niño sonrió y entró a la casa dejando a los dos chicos solos.
— ¿Qué necesitas? — directo le preguntó y la chica recordó de inmediato.
— Vecino, ¿me podría dar la clave del Wi-Fi?
este fic me tiene emocionada porque tengo grandes ideas aquí y altas expectativas
y sí hay algún error, lo siento
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