RUBIA DE LOS OJOS TRISTES
Escucho tu voz,
Como un susurro tranquilizador.
Un canto relajador,
Consecuente de que mi cuerpo conserve el calor.
A cada palabra,
Más me cierro.
Como si fuese una flor,
Que es arrastrada por el viento.
Pero me pongo en pie,
Y solo por una razón.
No es por otra cosa,
Que para oír tu voz.
Contigo encuentro la calma,
Eres mi tranquilizador.
He ahí el motivo,
Por el cual reinicio la escucha de tu canción.
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