No si yo te sostengo
NADINE P.O.V.
-No vuelvas a hacer eso- dije yendo a los pasillos para guardar los libros
-No era mi intención asustarte- dijo siguiéndome
-¿Qué haces aquí?- pregunté sin mirarle
-¿Qué no es obvio? Vine a verte- me giré y lo miré seria sin creer su mentira, -esta bien, no vine a verte, quedé de verme con tu prima para hacer el trabajo de historia- explicó
-Pudieron verse en su casa-
-¿Y arriesgarme a que intente violarme? Olvídalo- dijo negando con la cabeza
-Debes irte a las mesas, no vaya ser que llegue y nos vea juntos-
-¿Vas a llegar de nuevo tarde a casa?- preguntó cruzándose de brazos
-Tal vez-
-Podrías ir a mi casa, dormirás un poco y estarás caliente, las noches aquí son muy frías-
-Tu no entiendes ¿verdad? Cuántas veces tendré que pedirte que me dejes en paz- dije frustrada
-Hasta que te aburras y aceptes que no eres menos que los demás, eres inteligente Nadine- dijo mi nombre, por primera vez escucho mi nombre salir de su boca y se sintió extraño, como algo en el estómago, -no tienes porque permitir que te humillen de la forma en como lo hacen, puedes llegar más lejos que ellos- la campana de la entrada sonó
-Basta, déjame con vida y haz la tuya- dije y me alejé de él
HEIKO P.O.V.
...
-Sólo falta lo último y listo- dijo demasiado cerca de mí, sentí algo en mi pierna que iba ascendiendo hacía un lugar privado
-Basta- dije aléjandome, -que no tienes respeto por tí misma, deja de actuar como una cualquiera, no soy como los otros chicos y aunque fueras la última chica en éste mundo, jamás me acostaría contigo-
-Oigan, guarden silencio, ¿no leen los letreros?- dijo el otro chico que trabajaba allí
-Termínalo tu sola, tengo que irme- dije para después dirgirme a la puerta y salir de ahí
NADINE P.O.V.
-Terminé mi parte- dije dirigiendome junto a Steve
-Tu prima sigue ahí- dijo señalando una de las mesas del fondo, -el tipo se fué- dijo sonriendo
-Steve- me miró, -di mi nombre- pedí
-¿Para qué?- preguntó
-Sólo quiero probar algo- dije recordando lo que sentí cuando Heiko dijo mi nombre
-Nadine- dijo frunciendo el ceño, quería ver si podía sentir lo mismo, pero no sentí nada en el estómago
-Gracias- murmuré, asintió confundido
...
Salí de la biblioteca después de que la cerraramos, ví una cafetería a una cuadra y me dirigí a ella, había algunas personas allí, me senté en una mesa al fondo y espere a que se acercaran a tomarme el pedido
-¿Qué vas a pedir?- preguntó la mesera
-Chocolate caliente, porfavor- contesté
-Que sean dos- dijo sentándose frente a mí
-Enseguida- dijo la mesera y se alejó
-Es un buen lugar- dijo mirando su alrededor
HEIKO P.O.V.
Miró por la ventana y no me contestó
-¿Ley del hielo?- pregunté incrédulo, pero siguió sin decir una palabra
-Sus chocolates- dijo la mesera colocando las tazas frente a nosotros para después retirarse
-¿Y esperarás aquí? No creo que mantengan abierto hasta las 11- comenté
-No te importa- contestó bruscamente
-Hablo en serio Nadine, no dejaré que te quedes en la calle hasta altas horas de la noche-
-¿Por qué?- preguntó, -¿por qué haces esto?-
-No lo sé- dije encogiendome de hombros, -no quiero tener en la conciencia la idea de que pude ayudarte y no lo hice- expliqué
-Entonces lo haces por lástima y culpa-
-No, no es así...no, no lo siento así- expresé, -ni siquiera sé que siento- susurré
-Dí mi nombre- murmuró
-¿Qué?- pregunté confundido
-Nada- dijo en voz baja
-Nadine DuCraine- dije de todas formas, levantó la mirada y me miró a los ojos, entonces sentí algo extraño, algo... profundo, -no hagas eso- dije negando con la cabeza
-Disculpen, cerraremos en un momento más, ustedes son nuestros únicos clientes- miré a el alrededor y era cierto, solo quedabamos nosotros, ¿cómo pasó eso?
-Claro- saqué mi billetera y le dí a la mesera para pagar la cuenta
-Le traeré su cambio-
-Ay no- susurró viendo hacia la ventana, había comenzado a llover
-Aqui tiene- dijo la mesera dandome el resto de el dinero y después se retiró
-Vamos- dije parándome
-No iré contigo- dijo negándose
-Van a cerrar éste lugar, y está lloviendo afuera, en mi casa estarás segura- lo pensó por un momento, miró hacia afuera y luego me miró a mí
-Esta bien- dijo suspirando y poniéndose de pie
-Vamos- dije tomándo su mano para salir por la puerta de la cafetería
-Aún así nos vamos a mojar- dijo abrazándose con el brazo libre
-No si corremos- dije soriendo
-Podríamos resbalar-
-No si yo te sostengo- dije apretándo más fuerte su mano
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