Capítulo 7

Park Jimin se hallaba sentado en su cama, mientras frente a él se encontraban su pequeño y adorado Jeongguk y el desgraciado de Taehyung. A quien no podía evitar mirar con desprecio.

Ambos se divertían sin necesitar la presencia del mayor, lo cual lo frustraba sobremanera.
Quería que su Ggukie le dirigiera la palabra aunque sólo fuera por unos segundos. Pero eso no sucedía. Sólo reían entre ellos y se turnaban para tomar el mando de control para jugar.

Odiaba que el de cabellos castaños claros aprovechara cada oportunidad que tenía para echarse sobre el regazo del más pequeño con la excusa de que se estaba riendo a carcajadas.

Escuchar las palabras que salían de los labios de Jeon Jeongguk mientras jugaba era muy gracioso. Pero eso no conseguía causarle diversión al mayor en aquella habitación. No mientras V sobrepasaba tanto los límites con su pequeño.

— Parece un juego interesante —habló el mayor intentando meterse en medio de aquello—. Y parece que os divertís mucho jugando.

El más bajito intentaba sonreír al ver que el menor se había girado para mirarlo. Mientras tanto, Taehyung lo miraba de reojos sabiendo que el contrario se metería para interrumpir el momento.

¿Por qué no se largaba de allí y los dejaba jugar tranquilos?

— ¿Quieres probar y jugar un poco?

El del mismo año que el que se apellidaba Park pausó el juego para ofrecerle el mando.

Jimin pudo notar su desagrado, por lo que optó por tomar el control e intentar integrarse.

Por supuesto era de imaginar que el mayor de los tres se abriría paso entre los otros dos para sentarse en el medio, separándolos así a uno del otro.

— Probaré entonces. —dijo con una fingida sonrisa inocente.

Gguk sonrió y aprovechó la situación para levantarse e ir al baño.

"Ahora vengo" Fue lo que dijo. A lo que sus amigos asintieron como respuesta.

Los ojos del más alto se clavaron en los ajenos, quien ahora también lo miraba.

El silencio se hizo presente durante unos cortos segundos para romperse por la voz grave del alien.

— Jimin —Pronunció su nombre—. No es que me moleste que estés aquí —Mintió. Últimamente le molestaba todo de él. Pero quería decir las cosas de buenas maneras—. Pero, ¿podrías dejar que de vez en cuando pase tiempo a solas con Jeongguk?

Esperaba que al habérselo preguntado directamente le dijera que sí, que lo dejaba. Aunque tan sólo fuera por decir y luego no lo llevara a cabo. Pero la ausencia de un o un no lo dejó confundido.

— ¿Para qué quieres estar a solas con él? —preguntó con seriedad sin dejar de mirarlo.

— ¿C-cómo que para qué? —No entendía nada. Por un momento quizo responderle algo borde e hiriente. No comprendía porque siempre se encargaba de estar cerca del maknae cuando alguien más estaba con él. Pero supo mantener la compostura y contestó con tranquilidad— Simplemente para pasar tiempo con mi amigo. Como solía hacer antes de que...

De repente se detuvo y Jimin supo qué quiso decir.

Antes de que...

Taehyung no le siguió la corriente. Simplemente se limitó a realizarle la misma pregunta.

— ¿Sí o no, Jimin?

— No —respondió sin inmutarse—. Sé lo que pretendes con él. Y no me parece bien.

El contrario sintió ira.

¿De qué hablaba ese? ¿Que él tenía intenciones ocultas con Jeongguk?

¿Acaso no se estaba equivocando y hablaba de sí mismo?

— Creo que hablas de ti. —La respuesta que le dio el castaño dejó al mayor con los ojos y la boca muy abiertas.

No esperó una contestación como esa.
No es que no estuviera en lo cierto, pero no le gustó cómo lo dijo.

Cada vez dejaban más claro que ambos habían caído por la misma persona.

Gguk volvió a aparecer, sentándose en el mismo lugar de donde se había levantado, y el ambiente se relajó. Al menos a simple vista.

El de cabellos cobrizos movía al personaje, sin saber muy bien qué hacer, mientras los otros dos miraban la pantalla.

Taehyung estaba furioso.
No podía borrar de su mente las palabras que el mayor le había dirigido hacía tan solo unos segundos.

¿Cómo podía adueñarse tanto de alguien, hasta el punto de no dejarlo acercarse a otro que no fuera él?

¿Cómo era capaz de alejarlo de él cuando Jeongguk también era su amigo?

Los ojos de los tres de la línea maknae estaban fijos en la pantalla del televisor. Cada uno pensando en algo diferente. Dos de ellos querían gritarse el uno al otro, mientras que el restante pensaba en lo gracioso que era ver a su hyung Jimin jugar a un videojuego.

El pobre era demasiado inocente para darse cuenta de ciertas cosas.

«❦ ❦ ❦»

J-hope se había dado una ducha rápida antes de terminar de arreglarse y salir apresuradamente de allí.

Una vez estuvo en la calle, comenzó a sentirse un poco mal. Sentía que debía haberle contado a Jin lo que planeaba hacer en ese momento. No es que tuviera la obligación, ni mucho menos, pero, de alguna forma, su cabeza lo hacía creer que lo estaba traicionando.
Por una parte sabía que aquello carecía de lógica, pero por otra no podía evitar pensar de esa forma.

Intentó despejar su mente colocándose sus audífonos y reproduciendo algunas de las canciones que tenía en su teléfono. Dejando al aleatorio elegir su propio orden.

Sabía cuál era el nombre de la calle en la que se encontraba el lugar en el que Namjoon iba a quedarse durante ese periodo de tiempo. Lo mencionó en la charla que tuvo con él tras haber confesado sus sentimientos al peli-rosa y que éste lo rechazara.
Gracias a que le había preguntado, ahora tenía la posibilidad de ir a verlo.

— Espero que esté bien. —susurró para sí mismo.

El de cabellos oscuros era consciente de lo difícil que era para ellos siete separarse los unos de los otros.

Se habían hecho a la compañía de los demás y era extraño cuando no estaban cerca. Por eso mismo esperaba que lo estuviera llevando bien.

Caminando con música en sus oídos, rápidamente llegó a su destino.

Ahora que lo recordaba, sabía la calle pero no la altura en la que se hallaba el sitio.

Tras un suspiro, no tuvo más remedio que sacar de nuevo su móvil del bolsillo y llamar a Namjoon.

Esperaba que su amigo tuviera el móvil a mano, de lo contrario estaría haciendo el tonto.

Afortunadamente, la voz de RM se oyó al otro lado del teléfono.

— Gracias al cielo que has respondido. —habló el moreno.

— ¿Qué pasa? —preguntó algo preocupado— ¿Te ha ocurrido algo, Hoseok?

— No —dio como respuesta—. No te preocupes. No es por mí por lo que te he llamado.

Namjoon vaciló un momento.

— ¿No? ¿Entonces?

— Había ideado una visita sorpresa para venir a verte. Pero se me olvidó que no sabía la dirección exacta.

— ¿Estás... aquí?

Namjoon estaba impresionado.

— Sí —respondió el mayor—. ¿Puedes decirme hacia qué parte debo dirigirme?

— Claro —contestó el rubio. Estaba feliz de que su compañero hubiese tenido el detalle de ir a visitarlo—. ¿Estás... tú solo?

— Sí. Estoy yo solo.

El cuerpo del rubio se relajó inmediatamente al oír aquello.

Saber que el peli-rosa, dueño de sus pensamientos, no estaba con él lo aliviaba por completo.

— Está bien. —dijo. Y prosiguió a darle las instrucciones.

«❦ ❦ ❦»

— ¿Cómo va todo en casa? —preguntó el rubio justo cuando el mayor entró en la casa temporal de su amigo.

— Todo igual. Con la diferencia de que ahora te extrañamos. Es raro no verte entre nosotros.

Namjoon le dedicó una corta y triste sonrisa.

— Yo también os echo de menos —confesó—. No llevo apenas tiempo sin vosotros y ya siento que os necesito.

El líder se sentó en el pequeño sofá que se encontraba en la sala de estar e hizo una seña a su amigo para que lo acompañara.

J-hope se sentó a su lado y, por un momento, el silencio los rodeó a ambos.

— ¿Cómo estás respecto a...? —El de cabellos oscuros decidió romper el silencio— Ya sabes que si necesitas hablar de ello, aquí me tienes.

— Lo sé —contestó—. Estoy... bien... Supongo —hizo una pequeña pausa, desviando la vista al suelo—. Aunque debo admitir que es a quien más extraño.

J-hope se mostró comprensivo. Era algo normal al fin y al cabo.

RM volvió a mirarlo a los ojos.

— ¿Has hablado con él? ¿Sabes si él también me echa de menos?

— ¡Claro que te echa de menos! —Para el moreno era bastante evidente que así era— Apenas hemos hablado del tema. Pero es más que obvio que te quiere de vuelta tanto como el resto de nosotros. De hecho, el imbécil, incluso se siente culpable.

— ¿Cu-culpable? —Los ojos del rubio se abrieron exageradamente— Ya veo que él no cambiará nunca... —dijo sintiéndose mal por la nueva noticia.

— Ya... Pero bueno. Ya sabes cómo es. Siempre cree ser el que comete los errores.

— Sí —Namjoon agachó la cabeza mirando esta vez sus deportivas—. Ojalá pudiera hacer algo al respecto.

— Quizás consigamos hacérselo ver algún día... Pero ahora no tienes que preocuparte por eso. —Hoseok hacía todo lo posible por apartar a Jin de la mente de su amigo. Lo único que quería era verlo alegre, no aún más triste.

El contrario asintió sin despegar la mirada de sus zapatos.

Después de un largo rato sin decir nada, Namjoon habló para decir algo que necesitaba.

— Gracias por haber venido a visitarme. Y espero que vengas más a menudo por aquí. Estaré esperándote con los brazos abiertos.

Su amigo sonrió complacido al escuchar las gratificantes palabras del contrario.

Ambos se envolvieron en un cálido abrazo convirtiendo aquel momento en uno de los más significativos para los dos.

Pasaron toda la tarde juntos. Conversando sobre diversos temas que entretuvieron la mente del rubio, ayudándolo a dejar de pensar en cosas que no le hacían bien.

Hasta que la noche llegó, dando paso a la hora de cenar, teniendo el mayor de los dos que irse de allí para volver a casa.

Namjoon le ofreció quedarse a comer, pero el moreno rechazó la oferta aplazándola a otro día. Excusándose con que el mayor del grupo no sabía nada de su paradero y seguramente estaría preparando comida para seis.

El rubio se levantó del asiento, siguiendo los pasos de su amigo, acompañándolo hasta la salida para despedirlo.

La palabra gracias se volvió a oír en boca del líder tras un abrazo amistoso. Y después de eso, la puerta se oyó cerrarse haciendo desaparecer, con ello, la presencia del contrario.

El que ahora se había quedado solo en casa se quedó estático por unos instantes frente a la puerta. Hasta que su cabeza lo sacó del trance.

— Tengo que hacerlo. —articularon sus labios con una voz casi inaudible.

Y alcanzó su teléfono móvil para escribir un nuevo mensaje.

«Por favor, ni por un segundo te sientas culpable por todo esto.

Las cosas suceden y no quiero que tu mente se llene de ideas erróneas.

Estaré bien. Pronto.

No te preocupes demasiado»

A lo que, rápidamente, obtuvo su respuesta.

«Está bien.

Gracias por decir eso.

Cuídate mucho, Joonie ♥︎»

Y una gran sonrisa se formó en su rostro.

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