Capítulo 24

Sé que sois pocos los que leéis esta historia y, bueno, realmente me siento algo desanimada por eso y por circunstancias que están sucediendo en mi vida personal... Por lo que estoy subiendo capítulos con tanta lentitud e irregularidad.
Quizás me animaría más si hubiesen más lectores por aquí, pero bueno qué se le va a hacer... Sólo espero que los pocos que me leéis, disfrutéis de mi actualización y mío gracias por seguir aquí. Os sarangheo🖤

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— ¡¿En serio me estás diciendo esto?! —gritó rebosante de felicidad Jung Hoseok.

— Sí, claro que sí —Se oyó al otro lado del teléfono—. Mañana mismo tengo pensado volver —dijo muy alegre el líder del grupo—. Espero que me recibáis con los brazos muy abiertos.

El mayor del año 94 sonrió sintiéndose la persona más feliz del mundo.

Su buen amigo volvía a casa después de un tiempo y todo volvería a la normalidad en aquella casa.

— ¿Significa eso que ya no sientes nada por Jin-hyung? —preguntó sin borrar la sonrisa. Cosa que hizo en cuanto no oyó respuesta.

— No exactamente —contestó al cabo de unos segundos en blanco—. Pero he llegado a la conclusión de que no soluciono nada huyendo de él

— Comprendo...

— Además —añadió—. Pronto se nos acumulará el trabajo que hacer y tengo que estar allí para ayudaros.

— Oh. Si es por eso último, no deberías preocuparte. Nosotros podríamos aviarnos.

— No —insistió—. No importa, Hoseok. De verdad. No te preocupes.

— Está bien... —suspiró

Esperaba que aquello saliese bien y Namjoon no tuviese ningún problema.

— Bueno —rompió el silencio que se había creado—, pues será mejor que vaya avisando a los demás. Tengo una muy buena noticia que compartir con ellos.

J-hope escuchó cómo el rubio soltó una risilla animada y poco después ambos dieron por terminada la llamada.

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— ¡¿Es eso cierto?!

Aquello se oyó por toda la casa. El más viejo estabas feliz de oír aquello.

— Sí, hyung —respondió Hoseok tapándose los oídos por el increíble torrente de voz que le había salido a su mayor—. ¡Namjoon vuelve! ¿No es genial, chicos?

El tercero de la línea hyung se giró para atender a las reacciones del resto de ellos, pudiendo apreciar cómo sus caras podían dar la respuesta clara a aquella pregunta.

Todos estaban muy animados con la noticia.

— Ya echaba en falta a Nam-hyung —habló Park Jimin pasando un brazo por el hombro de Jeongguk—. ¿Verdad, Ggukie? ¿A qué es una buena noticia?

El nombrado asintió en silencio muy animado, mientras que Kim Taehyung se percataba de cómo el peli-naranja se pasaba las veinticuatro horas marcando territorio.

"Idiota" Pensó "Si supiera que Gguk y yo tenemos algo, le daría un infarto"

— ¿En serio me habéis sacado del cuarto para esto? —preguntó quién tenía el pelo de color verde desgastado— Que venga cuando quiera. Tampoco es motivo de tanto revuelo.

— Min Yoongi —lo reprendió el mayor de la casa. Suga se giró para mirarlo con una ceja alzada—. N-No seas así.

— Eso, hyung —habló ahora J-hope apoyando el comentario anterior—. Tienes que tener más tacto.

El nacido en 1993 bufó desganado y rodó sus ojos mirando en dirección a la salida de esa pesadilla, para salir de allí cuanto antes.

Jimin siguió a Yoongi con la mirada, sintiendo desprecio en aquel instante.

— Menudo capullo —dijo en un susurro que Nadir alcanzó a oír.

— Y bueno —La voz de Taehyung interrumpió los pensamientos de Park—, ¿qué haremos para mañana? Porque le prepararemos algo para celebrarlo, ¿no?

— ¡Por supuesto!

Jung Hoseok ya tenía algo en mente.

— ¡Ya lo tengo todo pensado! No será muy original, pero le alegrará mucho que lo recibamos cálidamente.

— ¡Vamos a comprar algunas cosas para mañana! —dijo el peli-rosa— ¡Es una ocasión especial!

Hobi, como rara vez lo llamaban, se enganchó a Kim Seokjin atrayendo su cuerpo, rodeándolo por la cintura, sintiéndose increíblemente feliz en aquel instante.

— ¿Quieres que vaya contigo, hyung? —preguntó emocionado. O si lo prefieres, puedo ir haciendo cosas aquí y adelantar algo.

Jin lo miró sonriente, pensando unos segundos de la elección que debía hacer.

— Ven conmigo mejor —contestó al fin—. Tengo que comprar varias cosas y necesito de tu estilo estrafalario. Quiero que me ayudes a escoger.

El de dos años menor asintió feliz de poder ser de ayuda para el mayor.

— Los maknaes pueden quedarse y encargarse de la decoración, haciendo pancartas bonitas y colgarlas por el recibidor y la sala de estar.

Los más jóvenes se miraron entre ellos sin llegar a decir anda.

— ¿Qué os parece, chicos? —El peli-rosa esperaba una respuesta afirmativa, la cual llegó en boca de Park Jimin, quien siempre parecía estar dispuesto a ayudar.

— Claro que lo haremos, Jin. Podéis iros tranquilos.

— Gracias, Jimin —agradeció el mayor—. Podemos hacerle esta pequeña sorpresa por el día e ir esta noche a cenar fuera. ¿Os apetece?

— ¡Sí! —Jeongguk fue el primero que gritó dando a saber que estaba de acuerdo con esa idea— ¡Quiero ir a comer fuera!

Kim Taehyung y Park Jimin sonrieron con ternura por la reacción adorable del más joven.

— Es una buena idea, Jin-hyung —aceptó el peli-naranja—. Nosotros dos nos encargaremos de la decoración.

— Tres —corrigió Tae siendo consciente de que el de unos meses mayor ya lo estaba sacando del plan—. Somos tres, hyung. —dijo con fingido respeto.

— Oh —Se hizo el despistado Jimin—, sí. Lo siento, Taehyung. No me olvidé de ti, no te preocupes. Es sólo que estoy acostumbrado a que seamos Jeonggukie y yo.

¿Había sido eso una indirecta?
¿Lo habría soltado con esa intención?

Porque al menos esa era la impresión que le había dado al segundo maknae.

— Ya —contestó—, imagino. Deberías salir con más gente para acostumbrarte a relacionarte con otros seres humanos, Jimin hyung. Pareces demasiado concentrado en Jeon...

La mirada de Jeon Jeongguk sobre la suya lo hizo detenerse con lo que iba a decir.

Si Park Jimin había intentado atacarlo, él lo había hecho sin necesidad de fingir ninguna situación.

El mayor de la línea maknae estaba furioso estaba furioso por dentro, mientras que por fuera mostraba una sonrisa encantadora como si nada de lo que hubiese dicho el menor lo hubiese perturbado ni un poco solo.

No podía mostrar su furia. Sólo mantenerse sereno y sonriente.

A parte del más joven, también se hallaban allí dos de la mayores del grupo, y no era momento de seguirle el juego. Por mucho que lo ansiaba.

— La verdad es que sí —respondió sin borrar la falsa expresión de felicidad grabada en su rostro—. Es difícil separarse de alguien como Jungkookie.

Al alien le entraron ganas de contestar a eso, pero sintió que debía dejarlo pasar.

Ya había ganado a Jimin. Y no con el comentario anterior. No. Sino con el hecho de haberlo besado y haber descubierto que ambos tenían sentimientos por el otro.

A eso se le llamaba ganar.

Jung Hoseok, quien estaba ligeramente informado sobre las nuevas noticias que estaban ocurriendo con la línea maknae, de quedó unos instantes observando a los más pequeños, hasta que los brazos de su hyung lo arrastraron para llevárselo de allí.

Pero no importaba.

Ya se encargaría él de prestarles más atención. Por el momento debían enfocarse en la sorpresa para la vuelta de Kim Namjoon.

Eso ahora ocupaba el puesto número uno de importancia.

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Mientras que los maknaes se unían para comenzar con los preparativos de la fiesta y Min Yoongi veía una película en su ordenador, Jin y Hoseok llegaron a un tema de conversación en específico.

— Hyung. —llamó su atención el menor.

Éste lo miró en silencio esperando a que dijese algo.

— ¿No notas algo extraños a los más jóvenes?

Por un instante el mayor de su tío confuso.

— ¿Te refieres a que últimamente están más juntos los tres?

J-hope asintió.

— ¿Tienes alguna idea de porqué es eso?

El de apellido Kim se encogió de hombros. Sinceramente él no tenía idea alguna.

El más joven se sintió aliviado al oír la respuesta de su hyung.

No sabía muy bien porqué, pero con sólo imaginar que Jin pudiese estar al tanto de aquello y que no se lo hubiese comentado, comenzaba a sentirse triste y decepcionado.

Menos mal que ese no era el caso.

— Yo tampoco —respondió—. Al menos hasta hace poco.

El de cabellos teñidos lo miró más interesado ahora. Quería enterarse de eso que su dongsaeng estaba a punto de contarle.

— Yoongi me contó algunas cosas.

A Jin no le extrañó que su compañero de habitación estuviese al tanto de ciertos detalles que sucedían en la casa. Al fin y al cabo, él siempre había sido muy observador e inteligente para captar ciertas situaciones al vuelo.

— No me contó demasiado —habló sincero—. Ya sabes cómo es. Pero sé lo suficiente como para creer que deberías saberlo tú también.

— ¿Qué es lo que pasa, Hoseok? Me estás preocupando.

El moreno de cabellos se quedó en silencio por varios Segundos hasta que vio oportuno soltarlo.

— Taehyung y Jeongguk se gustan —dijo esperando que el contrario digiriese primero esa noticia. Jin abrió más sus ojos en sorpresa—. Sí —Hoseok sonrió. Le parecía tierno el hecho de esos dos teniendo algo como una relación. Siempre pensó que encajaban a la perfección—. Pero eso no es todo.

El mayor, quien estuvo a apuntó de abrir la boca para hablar, se detuvo esperando que su amigo terminase de hablar.

— A Jimin también le gusta Jeongguk.

De pronto el silencio se hizo paso entre ellos sin dejarles muchas ideas de qué decir.

— Al menos eso creo. No estoy del todo seguro de esto último, pero pienso que es lo más probable.

Kim Seokjin se quedó paralizado al por aquello. Que se gustasen dos personas de un mismo grupo ya era bastante complicado, sobretodo si se trataban de personajes públicos como lo eran ellos, pero que hubiesen dos hombres detrás de uno mismo... Eso ya era de locos.

Al que a menudo llamaban J-Hope vio palidecer a su hyung y se sintió enfermo al verlo de repente en tan mal estado.

¿Habría hecho mal en compartir dicha noticia con él?

¿Es que quizás debería haber informado sólo y exclusivamente al líder de Bangtan?

Al fin y al cabo él era quien siempre se encargaba de los asuntos complicados entre los miembros.

Tal vez esa hubiese sido la mejor opción.

Pero la verdad era que Jung Hoseok no se sentía tan cómodo con nadie, como lo hacía con Kim Seokjin. Especialmente cuando se trataban de conversaciones serias e importantes.

El más joven vio movimiento en el mayor por lo que su total atención se centró en sus ojos, los cuales no tardaron en hacer contacto visual con los ajenos.

— ¿Qué debemos hacer? Tenemos que penar en algo.

La expresión de preocupación del de cabellos rosados se acentuó, siendo percibida por su dongsaeng que se limitó a mover su cabeza en señal de negación.

— Tenemos que dejar que ellos tres lo solucionen por sí solos —dijo—. Si vemos que necesitan ayuda, actuaremos.

El de más estatura lo dudó un instante. No sabía si aquello era una buena idea.

Por supuesto él sabía que era algo que sólo ellos debían arreglar. Pero, al mismo tiempo, era consciente de que se trataba de un tema delicado por lo que no supo qué era lo correcto en esa situación. Además habían cosas con las que ellos no sabían lidiar y a Seokjin lo asustaba que se equivocaran e hicieran de aquello un completo caos.

Fue en ese instante en el que el cerebro de Seokjin se dio cuenta de que así funcionaba la vida.

Que los problemas rondaban todo el tiempo cerca de los seres humanos, y que era el objetivo de éstos aprender a afrontarlos y llevarlo lo mejor posible. Que sólo así aprenderían a seguir adelante, y a superar cada palo que la vida nos daba.

— Está bien. Dejaremos que ellos mismos se ocupen.

Y ambos se sonrieron en silencio por unos cortos segundos, antes de continuar con sus deberes.

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