Capítulo 2 "El Anillo"


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FLASH OFF

Capítulo 2 "El Anillo"

–¡Ya le dije que no es necesario! ¡Asuna-san! ¡Escúcheme!

La marcha forzada en la que lo llevaba, era abrumadora, al punto de ser observados por las personas que no perdían oportunidad de iniciar las murmuraciones. La ex Vicencomendante hacía lucir su fama de despediada, una vez más.

–¡Yo puedo caminar solo! –El joven recién aparecido en la puerta de la Yuuki, se quejaba con gran exageración al ver como lo llevaba tomado del codo, en un fuerte agarre.

–No... –se paro en seco, haciéndolo parpadear por la abrupta parada. –Voy a devolverte de donde te mandaron y no hay marcha atrás.

–¡Lo dice como si fuera un material defectuoso! –Volvió a quejarse al iniciar la persecución forzada por su agarre a su brazo.

–¡Es que eso es lo que eres! ¿Qué te piensas?... –Lo miró de pies a cabeza y negó rotundamente. –No lo entiendo.

–Lo sé... puede que sea un poco chocante pero los avatares son asignados al azar, yo no tengo la culpa de parecerme a Kirito...

Lo soltó del brazo, haciéndolo sentir relajado por unos segundos, para luego apretar los dientes, al sentir como lo tomó violentamente del pecho de la camiseta.

–No es así... estos no son simples avatares... lo supimos desde el momento en que entramos a este mundo... que había sido obra de algún superviviente de SAO el colocar el item del espejo como predeterminado... ¡Se supone que estemos con nuestros rostros reales!

–¡Y este es el mío! –se defendió, bajando la mirada, al sentir la furia con que estaba siendo observado.

Gruño de su garganta hacia adentro, demasiado molesta con la situación y lo soltó.

–No es necesario que me lleve capturado... –se acarició el codo, para luego componerse la chaqueta. –Ya le dije que fui asignado a usted... no voy a irme a ningún lado.

–¿Comprendes que es precisamente para deshacer ese vínculo que vamos, no? –arqueó una ceja.

–Lo sé, Asuna-san –le sonrió –Pero no sucederá.

–Infeliz... –dio un paso hacia adelante, dispuesta a volver lanzarse a luchar, cuando la voz de su mejor amiga, la trajo a la serenidad.

–Ya, ya seguramente encontraremos una manera de disolver esta situación, el muchacho podrá irse tranquilo y tú podrás volver a tu montaña. –Explicó cual ciencia, la pecosa.

–Liz... – No pudo evitar avergonzarse por sus palabras. Era consciente de su tan grande cambio, ante ella misma y ante la mirada reprochante de los demás. Al verla actuar de manera egoísta y sepultarse bajo las sábanas día a día mientras las líneas delanteras quedaban desprotegidas.

–Nadie está diciendo que sea malo... –trató se suavizar su chiste, al ver el cambio en el ambiente, que de tenso, pasó a triste en un par de segundos.

El berrido de un animal salvaje, llamó su atención entonces.

–Se me olvidaba que camino al cuartel aparecen de estos... –Tocó el estoque a su cintura. La única prenda reluciente que llevaba, a comparar con las vestiduras diferenciadas entre falda y botas grises, cubiertas por una enorme capa negra.

–¿Va... a atacarlo, Asuna-san?... –la miró preocupado. Cual jamás se hubiera enfrentado a un jabalí de ese nivel tan bajo, propios de la zona.

Al ver en su rostro el nerviosismo, la ex vicecomandante sonrió.

–No... tú lo harás –le dio una palmada en la espalda, empujándolo.

–¿Eh?... ¡¿EHHH?! –La miró a ella nervioso, para empezar a ver en ambas direcciones, el jabalí y ella, ¿cuál sería más peligroso? –¡Por favor no!

–¿Cómo? –lo miró sorprendida Liz.

–¿Y así te haces llamar mi guardaespaldas? –se cruzó de brazos la joven de largos cabellos lacios.

–En realidad... no soy un guardaespaldas... soy un acompañante... –Bajó la mirada apenado.

–Es verdad, Asuna; él dijo que era un nuevo recluta... –trató de evitar que lo mandara a ser lastimado.

–Entonces menos... no existe ninguna posibilidad que yo acepte ser niñera de este... no sería más que una polilla royendo mi tiempo... –Chasqueó con la lengua, molesta y sacando su arma, se adelantó algunos pasos para acabar con las bestias que se interponían en el camino.

La herrera que había quedado más atrás, con el joven recluta, lo miró y suspiró, para terminar poniéndole la mano en el hombro.

–Si en verdad quieres cumplir con tu misión, lo mejor es que entrenes un poco, nadie que no esté a la altura de Asuna en las batallas, puede permanecer en su mismo escuadrón, eso lo sabes... supongo... que te habrán comentado de... su sobrenombre.

–Flash Off... –asintió. Me platicaron de ella, antes que se me asignara la misión.

El recuerdo aún fresco en su mente, acudió cual mito, sin creer que fuera realmente cierto de contenido, pero como creencia popular.

¿Con la Flash Off?... Uffff no gracias. –Habló un joven a su derecha. Tal vez si el espadachín negro estuviera vivo... wow, cualquiera hubiera muerto por formar parte de esa party pero... con ella no... mejor que vaya el nuevo.

¿Flash Off?... –lo miró sin comprender el recién llegado.

Ah... es verdad que no la conoces, es una preciosidad –sonrió, pero así como es de hermosa, tiene un carácter de los mil demonios.

Quiero... ¡Quiero conocerla! –se aventuró a decir.

Liz parpadeó sorprendida, ante su narración. –Así que fue así como terminaste aquí.

–Sí... es como si... algo dentro de mí me pidiera que la protegiera... aunque tal parece que con la fuerza que tengo ahora, es imposible, ¿verdad?...

–Entonces no es cierto que ellos te hayan asignado... fuiste tú mismo quien eligió venir a verla... –se llevó una mano a los labios la pecosa.

–¡¿Vienen o no?! –preguntó desde lo lejos la Yuuki.

–Por favor, no vaya a decirle nada a Asuna-san... si ella se entera, me echaría de una patada, sin duda.

–Pero ya viste que no le hace ninguna gracia...

–¡¿Qué tanto están platicando?! ¡Liz que no te engatuse la polilla! –Al estar viendo en la dirección de sus seguidores, no notó en qué momento, una bestia más se le acercó, derribándola al suelo, pero enseguida siendo destruido en miles de brillos por la reluciente Lambent.

–¡Asuna-saaan! –corrió hasta ella, y le tendió la mano, para ayudar a poner en pie y aunque le hubiera rechazado sin dudar, al ver la preocupación aparentemente genuina en su rostro tan parecido al de su amado desaparecido, que se dejó tomar de la mano.

Al hacerlo, frunció el seño, tenía una pequeña cortada, por su acercamiento con el jabalí.

–Está lastimada...

–Oh vamos... no es nada... mejor... –No pudo terminar de quejarse y su deseo de levantarse se frenó, al verlo soplándole la herida.

–Fiuuu Fiuuu –el sonido que hacía era extraño... pero tan igual a él... a Kirito... que no lo resistió y le arrebató la mano de golpe, mirándolo asustada.

Siempre le había causado gracia, la manera en que su amado, soplaba y no pudo evitar asociarlo, pues había sido ella misma la que le había enseñado a hacerlo... mucho tiempo atrás...

Por fin... había logrado regresar de aquel mundo... dos años de su vida que no recuperaría en la realidad... pero que sin duda... no cambiaría por nada en el mundo...

Dos años que le brindaron la satisfacción más grande. Conocer al amor de su vida, con que el pretendía vivir... ser feliz, llorar y sonreír por siempre.

Aunque aún no era audible por completo la tonalidad de su voz, las notas altas de su risa le llegaban con claridad.

Como desearía poder levantarse de esa silla de ruedas y recorrer junto a él, toda la ciudad; sus anhelos poco a poco iban a volverse realidad y estaba segura de eso, pero las ansias no la dejaban tranquila.

Siempre que él llegaba de visita, sentía las mejillas enrojecer y los labios dibujaban una sonrisa imborrable.

Ese día...tocaba con delicadeza la mejilla izquierda de su amado. La vendita que le cubría había sido retirada y se notaba como el proceso de citracización había avanzado bastante, pero aún presente, podría decir que si la raspaba un poco, volvería a sangrar.

No te preocupes... ya no me duele –le sonrió, adivinando su pensamiento, al ver su rostro preocupado. A lo que ella asintió.

Y... ¿Tu brazo?... –Preguntó suave.

También ya está bien... ¡Mira! !Tan bien que ya puedo hacer esto! –Levantó el brazo ante ella y apretó para enseñarle la formación de su pequeño biceps. Ambos rieron al ver que no sucedió nada.

Y yo que pensé que el gimnasio ya estaba dando frutos. –se sonrojó apenado.

A mí me gusta Kirito-kun... tal y como está...

A mí también, Asuna... –Buscó tomar su mano con la suya, pero al hacerlo, sintió la molestia en su hombro, lo que ella notó, por lo que de inmediato, buscó subirle la manga corta que llevaba, encontrando la herida del brazo abierta, por lo que entrecerró los ojos ante él, molesta.

Jaja, no me mires así...esto se cura con saliva –estaba por llevarse un dedo a rozar su lengua, cuando, ella se acercó y sopló suavemente, juntando sus labios muy cerca de su herida. –Eso se siente bien. Técnica especial: ¡Soplido de vicecomandante supremo!

¡Baka! –se sonrojó y dejó de hacerlo.

¡Ahora quiero hacerlo yo!

¿Qué? –no pudo bajar su sonrojo ni un poco. –Pero yo no tengo ninguna herida... –habló suave nuevamente, tenía que concentrarse mucho para escuchar bien, pero no era impedimento para mantener la comunicación.

No es necesario... la idea es que se sienta fresquito, ven –le dio vuelta a la silla de ruedas, acostumbrado a disponer de ella de mil formas... la amaba tanto que a veces... se le olvidaba que también tenía que tener sus límites, no era un lugar donde encontrarse solos y poder dedicarse a las actividades que quisieran.

Apartó su cabello de la nuca y le sopló, lo que la Yuuki sintió como la corriente helada electrificada más potente del mundo.

Acompañada de un extraño... –Fiuuu

¡Ahhh! –le sacó un grito que destempló sus oídos, viéndola llevarse las manos a las orejas.

¡Asuna! –se asustó y parándose, llegó al otro lado de la silla para verla.

¡Señorita Yuuki! –llegó corriendo una enfermera, que de inmediato lo vio molesta, al verlo frente a ella y la paciente de espaldas.

No... no es nada... –Volteó entonces la chica hacia ella, con esa sonrisa nerviosa que Kirito le provocaba con sus locuras, a lo que la vestida de blanco asiente y sin dejar de ver mal a Kazuto, se retira.

Los ojos ámbar se habían llenado de lágrimas en la actualidad.

–¿Se siente bien?... –temeroso, volvió a brindarle la mano izquierda, a lo que esta vez... sirvió para que la joven de cabellos de atardecer, mirara el anillo que llevaba en el dedo. El anillo plateado... de una ralla al medio...

Temblaron sus ojos al recordar a su amado, mostrándole la cajita que contenía ambos anillos a juego, en aquel tiempo, donde le pidió matrimonio una vez más, dentro de aquel mundo.

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Continuará...

Ok... Se supone que esto no sería así xDDD que todos los capítulos serían larguísimos como el primero!!!

Pero he tenido una semana fataaaal y hasta hace un par de minutos terminé mi trabajo urgente xDDD.

Así que revisé unas lineas aquí y por allá y pues, creo que se adapta muchísimo al tema del día!!!!

Así que va este mini cap para la KIRIASUWEEK 2018 tema: Fairy Dance. -ALO-

Así que ya veremos si durante la week voy llenando esto de recuerdos de los arcos o me mando otro fic.

GRACIAS POR LEER

GEMELITA SEGUNDO CAP DE TU REGALO DE CUMPLEEE

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