III. Lorraine



—Gracias por traerme —Quito el cinturón de seguridad, él me sonríe. 

—Cuando quieras muñeca, espero tus padres no te asesinen —Me remuevo en el asiento.

—No, se que no lo harán —Me inclino y dejo un beso en sus labios, admiro unos segundos sus preciosos ojos al separarme y sonrío con emoción. 

—Hablamos más tarde —Asiento, salgo del auto.

—Te quiero —Cierro la puerta.

—Y yo a ti —Me despido con la mano y me dispongo a caminar rumbo a la puerta de mi casa.

Escucho el auto partir y suelto el aire en mis pulmones. Bueno, Addison, lo has conseguido después de varias semanas, al fin haz follado. Me río para mis adentro, no puedo creer todo esto. Ni siquiera me di cuenta de que tenía la sonrisa más grande del mundo hasta que mamá habló, es más, ni siquiera fui consciente de que abrí la puerta de la casa y entre.

—¿Es en serio Addison Lorraine? —Lanzo un quejido. —Ah, y te quejas.

—Mamá, relájate un solo segundo por favor, me he quedado dormida en casa de Nadia —Se cruza de brazos.

—¿Y por qué el chico rubio te ha traído a casa? —Levanto las cejas.

—¿Me estás espiando? —Me señala de manera acusatoria.

—Responde Lorraine.

—No me digas así, y si, Harrison me ha traído pero tranquila que no sucede nada —Rueda los ojos y lleva la vista al móvil.

—No sabes mentir, ¿cuando lo traes a casa para conocerlo? —Abro los ojos, me acerco.

—¿Para... que lo quieres conocer? —Regresa a mirarme.

—A ver, has salido frecuentemente con el y da la casualidad que te la vives sonriendo cuando llegas y con el móvil —Me río, sin tan solo supiera que Tom es el que me hace sonreír con el celular.

—Ya veremos mamá, no te hagas ilusiones, te dejo, quiero dormir —Me acerco a ella, si bien mamá suele reprenderme por mis actos, nos llevamos de maravilla.

—Bien, pero está noche te toca la cena —Me detengo del abrazo que le doy y la miro.

—¿Qué? No, tengo planes —Tom dijo que vendría por mi en la noche.

—¿Saldrás con Harrison?

—Mamá basta, simplemente hice planes y ya —Se queja.

—Bien, entonces te toca el aseo mañana —Ahora yo me quejo pero no puedo hacer más.

—Bien tu ganas, buenas noches —Me despido.

—Buenas tardes en realidad—Menciona y me río.

Subo a la habitación y por fin me siento en mi sitio seguro, en mi pequeña burbuja protectora llena de mentiras y enredos emocionales. Tiro el celular a la cama y decido darme una ducha, se que me había duchado con Harrison pero después de eso tuvimos sexo así que... me daré otra ducha.

El dolor de cabeza había desaparecido, supongo que los artículos en línea que hablan sobre los beneficios de los orgasmos tenían razón, pues desde ese momento el dolor de cabeza desapareció. Decido mejor llenar la tina de baño y sumergirme en ella, supongo que para meditar lo que haré hoy por la noche.

Aunque Tom no me dijo a dónde iremos ni nada por el estilo, hay dos opciones: Quiere tener sexo conmigo o no. Esas son las dos opciones. Se que la segunda no tiene un argumento sólido pero vamos, es casi poco probable, Tom y yo nos hemos mandado mensajes y fotografías bastante sucias y se, porque conozco a los de su tipo, que está deseoso de tener sexo.

Por otro lado, Tom es un chico increíblemente tierno, es muy comprensivo y sabe escuchar, pero él era prohibido para mí hasta hace unos cuatro meses que rompió con su entonces novia, Olivia. Y por el simple hecho de ser prohibido, tenía tantas ganas de él pero jamás lo notó, hasta ahora. Y vamos, en realidad eso habla bien de él, pues es una pareja responsable. Digamos que tiene un punto extra.

Después de lo que parece una eternidad bajo el agua decido que es suficiente y vacío la tina para comenzar a ducharme. Una vez lista salgo y me coloco la bata, seco mi cabello y lo enredó con la toalla. Observó el reloj en mi celular, son las 7:38 p.m.

Me paro frente al clóset. Inmediatamente me frustro porque no tengo idea de que ponerme. No sé si iremos a algo más antes o después de tener sexo, bueno, yo ya estoy suponiendo que lo haremos.

Tomo ropa interior del cajón, está vez será un lindo conjunto de encaje color vino, su favorito, por supuesto que lo conoce en fotos pero ahora lo verá en persona. De nuevo frente a toda mi ropa opto por una falda negra lisa con una abertura en la pierna izquierda, saco unas medias de cuadrícula y me las coloco. Tomo una blusa blanca con el logotipo de GUESS en el pecho y saco mi chaqueta de cuero negra para usarla cuando salga.

Me concentro en maquillarme lindo pero natural, una sombra de brillos en mis párpados, un delineado negro en cat eye, máscara de pestañas y un labial de tina color rosa quemado. Mi celular vibra, es Tom.

Tom:
"En veinte paso por ti, conejita"

Yo:
"Vale"

Regreso al clóset donde tengo además mis bolsos y opto por uno pequeño para solamente tener lo esencial. Guardo mi labial de tinta, el polvo facial, saco del anterior bolso mi kit de emergencia, mi billetera y es todo. Estoy lista.  Decido bajar con mis cosas y esperar por Tom.

—Wow, wow, ¿A dónde va esta bella mujer?— Papá ha llegado del trabajo y ni cuenta me he dado.

—Voy a salir... —Dejo un beso en su mejilla, se encuentra ya en la mesa cenando. 

—¿Vas a llegar para dormir? —Pregunta mamá, quien está sirviendo otro plato de la cena. 

—La verdad no se, pero llevo mis llaves por si acaso.

—Bueno, mucho cuidado Addison, tengo ojos en todos lados —Ruedo los ojos.

—Si papá... —El timbre de la puerta se escucha, me pongo la chaqueta. —Me voy, los quiero. 

Huyo antes de que me detengan, abro la puerta y ahí está mi chico, me pongo nerviosa, él me pone nerviosa. Va vestido con unos jeans de mezclilla y una camisa azul marino de líneas grises que a mí gusto se le ve fenomenal.

—Hola hermosa—Mis mejillas automáticamente se encienden, como no hacerlo si semejante hombre me dice de esa manera. Extiende sus brazos y yo sonriente lo abrazo.

—Hola guapetón —Dejo un beso en su mejilla. Cierro la puerta detrás de mi. —¿Nos vamos?

—Si, andando —Toma mi mano y caminamos hasta su auto, un Audi negro del año, el que puede puede.

Me abre la puerta del copiloto y entro, cierra la puerta y rodea el auto, me coloco el cinturón de seguridad.

—¿Qué tal el vuelo? ¿No estás cansado? —Le pregunto. Enciende el auto.

—No, creo que ya estoy acostumbrado a los vuelos largos, además, venía con ganas de verte así que no puedo estar cansado —Mi mente solo piensa una cosa. Hoy follo.

—Genial, entonces, ¿Cuál es el plan? —Pregunto, rápidamente salimos de la calle donde vivo y espera el turno para girar en dirección a la avenida.

—Bueno, iremos a cenar... —Bueno, está bien, confieso que tengo hambre y no estría mal recargar energía para más tarde.

—Genial porque muero de hambre —El se ríe.

—¿Qué tal estuvo la fiesta? Me dijo Hazza que te pusiste un poco impertinente —Abro los ojos.

—¿Qué te dijo?.

—Bueno, me platicó algo de que estabas con Liam y Kelly haciendo concurso de shot y después de eso te desapareciste —Responde y yo me avergüenzo.

—Si, es cierto, lo bueno que no me viste, daba pena... supongo —Pone su mano sobre mi pierna y me exalto, mierda, este hombre me pone y mucho.

—Bueno, a la próxima, podríamos desaparecer juntos —Lo miro, tiene la vista fija al frente.

—Si... sería bueno —Dios, por favor que la cena pase rápido. Por favor, por favor.




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