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Dicen... Que la mejor etapa para vivir es la escolar. Pasar tiempo con los amigos, chicos, cosas de ese estilo que la gente ve como meta de vida por alguna razón inexplicable. Si bien siempre he sido de ir contra marea, de regirme bajo mis propias reglas llenas de lógica metódicamente estudiada. Ni bien, ni mal. Solo lo correcto en la situación correcta.
Esa es mi manera. La manera de Merlina Addams, la correcta. Sin matiz, solo deducción.
Pues bien. En el momento en donde Enid me arrastro por la escuela para saludar a conocidos y recién llegados. Situaciones fuera de control. Esa es una de mis mejores cualidades como ser pensante que soy, pensar e idear bajo presión en los momentos adecuados. Sin embargo ese pensamiento analítico no llega a nada al ver a Enid dar pequeños saltos de emoción.
Ver como saluda, como festeja, como presenta y como sonríe.
No hay reacción mía. Al menos no en la manera "normal" dentro de mi aparente anormalidad, parece que le sigo la corriente. Saludando a la gente, caminando con ella por los oscuros pasillos de la academia. Todo mientras ese par nuevo de colmillos sobresalen con cada risa.
Al poco nos separamos para tener un reencuentro con nuestros amigos. O eso es lo que ella dijo al ver a Ajax el cual nos saludó de la misma forma de idiota estereotipado de siempre.
-Entonces. Una loba- escucho decir a la persona que menos quisiera ver, pero a la vez interesante. Bianca tiene de especial lo mismo que una sopa instantánea. Es recordada, rápida, pero insípida en sus acciones y gusto. Aun con ello, debo admitir desde lo más cerrado de mí ser que el verle enciende una leve llama en mí, no como si fuera rival, ya que ella no está ni cerca. Pero al menos entretiene al momento de tener un sable en sus manos –Escuche por malas lenguas que un lobo te llevaba por toda la escuela, solo le faltaba tener una cola para menearla-
- ¿Qué te digo? Generalmente atraigo naturalmente a animales de raza, a lo que me llega la duda ¿Qué quieres?-
-Cortante como siempre- responde sonriendo –Solo ando mirando, un largo verano y regresar a ver caras viejas me levanta el ánimo-
-¿Y qué tengo que ver?-
-Como dije. Ver caras viejas, pensé éramos amigas-
-Si a eso le llamas no querer cometer un crimen hacia tu persona, supongo que te daré la razón- digo comenzando a alejarme a ver a Eugene corriendo con una mochila a espaldas.
-¡Podríamos ser buenas amigas y hablar de esa loba!-
-No hablo de las personas a sus espaldas- señalo lo suficientemente alto –No soy una cobarde que hace tales cosas-
-No me refiero a eso Addams. Soy una sirena, notamos cosas-
Bianca se aleja. Yo solo miro confundida buscando lógica a sus palabras carentes de sentido, si no sería para hablar sobre Enid a sus espaldas ¿Para qué más? Mierdas de sirena, bien me lo recuerda el tío cosa cada que vacaciona en el triángulo de las bermudas o en golfo de México:
"Si quieres que se las den de sabio, pero te digan estupideces, habla con una sirena"
Más razón no tendría esa bola de pelos.
.......
Eugene contaba extasiado que sus madres le regalaron unas tres arañas violinistas en verano y que en el mismo las cuido al igual que sus abejas además de contar como las tres jugaban entre sus brazos. Suena algo ideal, un regalo que cualquier chico debería agradecer con cariño, afortunadamente para las madres de Eugene, él es esa clase de chico.
-¿Entonces solo molestaste a tu hermano en todo el verano?- pregunta abriendo la tapa de una de las colmenas a lo que estas comenzaron a volar en enjambre -¿Tan aburrido?-
-No sabría si atar a tu hermano al para rayos de la casa sea entretenido... ¿A quién engaño? No lo fue, lo más "interesante" que hice fue saquear tumbas con mi abuela. Fuera de eso no hice más que "chatear" contigo y Enid-
-Si te hace sentir bien. Tampoco hice nada- Eugene hace un movimiento de dedo y las abejas regresan, cierra la tapa de esa colmena y va a la otra.
-Al menos tuviste lindas mascotas como compañía-
-Bueno si, pero no es lo mismo a salir y hacer cosas ¿Normales, tal vez?-
-Claro-
Ambos seguimos en lo nuestro. Hasta ahora no preste la atención suficiente a su tarea hasta que vi que susurraba a la colmena, mire la libreta que él cargaba con las anotaciones: A, B, C, D... Y números en ellas. Aún no sé si Eugene controla a los insectos o de alguna manera habla con ellos, lo que si se es que es preferible a la cosa que hago.
Es más... Entretenido, si comparamos.
-Oye, escuche que Enid y tú andaban dando saltitos por la escuela ¿Es verdad eso?-
-Solo dejé que ella tuviese el control-
-Bueno... El control hizo que algunas personas dijesen cosas-
-¿Cosas?-
-¿Recuerdas cuando acabo lo del semestre pasado y que las dos se abrazaron?- asentí y él abrió otra colonia –Pues muchos dicen que "tal vez haya algo detrás de las dos"-
-Se llama ser amigos Eugene. Hasta alguien como yo lo sabe-
-Lo mismo dije. Es como si solo por ser amigos la gente pensara que gustamos el uno del otro-
-Sin duda eso sería lamentable para ambos-
-¿Segura?-
-Como nunca antes. Preferiría que mi hermano me abrazara todos los días de mi vida a que la gente pensara algo de nosotros dos-
-... Claro-
Eugene siguió por un rato hasta que finalmente termino, estiro los brazos y me invito a comer algo en el pueblo. Puedo regresar a mi habitación e iniciar la nueva parte de mi novela o ir con él.
-Te invitaré unas ricas donas ¿Qué dices? El glaseado de fresa es el mejor-
Tecleaba sin cesar. El silencio de la habitación es el ideal para escribir un borrador de una nueva parte de la novela. Siento que me falta algo... Podría ser dedos, tal vez sea eso, pero está en casa por este semestre ¿Enid? Lo dudo, siempre he escrito en una cómoda y lúgubre soledad. Mire el celular, está a un lado de la máquina de escribir. Creo saber cuál es el problema, en vacaciones Enid y yo nos mensajeábamos sin miramiento alguno. Así que, el silencio de este aparato es un misterio aun para mí.
-¿Aun funcionara?- pregunte a nadie tomando el celular. Lo desbloqueé y lo primero que vi es una foto de Enid y yo juntas en el último día del semestre pasado, recuerdo el día que puse esta foto. Ella la mando y paso por paso me fue indicando el cómo ponerla en la pantalla. Entro a los chats, nada. Aun con ello esto parece funcionar –Malditas costumbres del día a día-
¿Qué hará Enid? Con sus amigos y novio, eso es bastante obvio. Si debo ser honesta con la soledad mental que llevo... No suena tan mal estar en ese lugar.
Da igual. Al final del día ella entrara por esa puerta y contara de su día y el chisme más reciente, con suerte llamara mi atención. Después de todo, no hay mejor arma en contra de alguien que su mente. A sabiendas de eso mi mente no deja de imaginar haber seguido a Enid, o de mandarle un mensaje para ir donde ella.
Estúpidos sentimientos. Son meramente un ácido corrosivo al cerebro el cual no le deja ser lógico. Ojalá hubiera algo para frenar el avance de estos que consumen mi mente como una piraña a la carne putrefacta del cuerpo.
-¡Volví!- grita Enid pateando la puerta –Gracias a todo que estabas aquí, antes de hacerlo pensé que no estarías y quedaría como tonta-
-Si lo pensaste es por algo-
-¿Merlina bromeando?- pregunta caminando hacia mí –Ya dime ¿Quién eres?-
-La misma persona que pondrá pulgas en tu cama-
-Tengo un champú- dice alegre –Mira que te traje, una rosquilla- señala con su clásica sonrisa –Es negra como tu alma-
-Gracias-
-Y por ese gracias es que la pedí con chispas blancas- explica guiñando el ojo –Para que se sepa que Merlina Addams no es tan mala-
-No me interesa lo que piensen de mí-
-Bueno eso sí... ¿Y qué hay de mí, te importa?-
Dejo de verla y tomo de vuelta el celular para ver que hay en la tal llamada "Redes sociales" Enid se pone detrás de mí, pasa sus brazos por mis hombros hasta "Abrazarme".
-Entonces te importa-
-Sabes que no admitiré nada-
-Lo sé- canturrea poniendo su mentón en mi cabeza –Lo sé-
Y empieza otro semestre. Con mierda de sirena, una duda para Eugene y sin saber nada del nuevo o nueva regente del instituto. Nada mal para un día más de esta miserable y apática vida.
Aunque el ver esos brazos cubiertos por lana rosa sobre mí, rodeándome. Hace que lo apático se vea un poco más... Tolerable, la amistad es rara.
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