—¿Se sabe quién era el tipo que lo acompañaba? —preguntó un hombre.

—Solo sé que era pálido y tenía como 35 años. —respondió la mujer. —pero se veía de dinero.

—Veo que pensó muy bien en su futuro. —soltó el humo del cigarro que fumaba. —salió huyendo a los 14 años.

—Ahora tiene 22, pero no se le nota. —habló la mujer. —Para tenerlo hay que crear una buena distracción.

—El inútil de Sunoo debe servir de algo. —se levantó. —qué distraiga al tipo para que mis hombres se lo traigan.

La mujer asintió y se dirigió a una habitación donde estaba un chico alistándose para salir a conseguir tipos.

—Mamá. —le dijo al verla entrar.

—Ya que no sirves para conseguir buenos clientes harás un trabajo que esperó no te equivoques. —lo vio.

—Los tipos no caen tan fácil. —le dijo.

—Te equivocas. —mencionó. —tu hermano conseguía más de 20 personas cada día.

—¿Si era tan bueno porque se fue? —le reclamó y la mujer le dio una fuerte cachetada.

—Él fue un malagradecido, pero volverá y él es una mina de oro. —lo vio. —él sirve mejor abriendo piernas qué tú.

El chico vio cómo la mujer salió, él tiró las cosas molesto, siempre era comparado con su medio hermano, que era más bonito y atraía a más hombres. El chico salió con su mamá y unos hombres para ir por el chico, al llegar a la plaza miraron el lugar y la mujer señaló a donde debía de ir.

Jimin miraba los lugares hasta que se acercó a un mirador y sonrió Yoongi se giró para ir por unas golosinas qué eran favoritas de Jimin diciéndole que se quedara ahí y no hablara con extraños. Al dar la señal una persona pasó y pincho a Jimin, el cual se quejó, pero siguió viendo al atardecer, el luego de unos minutos se comenzó a sentir mareado y una persona le ayudó a sostenerse, luego todo se volvió oscuro.

***
—¡Hey despierta! —le dieron una suave palmada en la mejilla.

Jimin abrió los ojos de a poco y miró el lugar, se quejó cuando se sentó y vio la habitación recordándola al instante. Miró al frente y noto a un chico quizás de unos 17 años verlo con fastidio y molestia.

—¿Dónde estoy? —preguntó.

—Volvió el pequeño Minnie. —hablo.

—Sunoo, hermano. —respondió con una sonrisa. —cuanto tiempo sin verte.