O9: Golden Tears

pongan mucha atención  👁️

—Yo... Tengo que salir con Chan... No, sabes qué, me quedaré-

—No, hyung— MinHo negó—. Ve con él, pasó demasiado tiempo desde que salieron... Ve.

—Pero-

—Ve, estaré bien.

—Ok... Pero tendré el teléfono por si acaso, ¿está bien?

—Sí, sí, vete.

Felix besó su frente antes de salir, y dejar a MinHo solo en la habitación.

Intentó hacer distintas cosas para distraerse; pues no hacía más que pensar en que de verdad se habían terminado las cosas con Peter ayer, y no tenía forma de contactar con él.

Ni siquiera le importaba que alguien en la universidad se llamaba “Han JiSung” y era un alumno perfecto.

En verdad nada podía colocarse en su mente por mucho que quisiera.

Ver la correspondencia desordenada en su mesa llamó su atención, entonces se acercó y comenzó a ordenarla.

Generalmente eran empresas queriendo reclutar a Felix o sus padres. Eran de los que les gustaban las cartas y no sabía manejar emails.

De vez en cuando había una para él, y fue el caso.

Era un sobre son un peso y se veía bastante cargado.

Lo abrió rápidamente, al ver que no figuraba quién se lo mandaba ni de dónde.

No le importó la cantidad de hojas escritas que habían, estaba deprimido y hasta leer le haría algo de bien.

La letra era hermosa, no se le ocurría quién era tan genio como para escribir así de bien.

Perfectamente legible y elegante.

MinHo:

Hola, precioso... No he hecho muchas cartas en mí vida, pero esa no es la razón por la que no sé cómo empezar, sino todo lo que hay por decir.

Sabrás pronto quién soy, espera, no hagas tantas suposiciones, te quemas la cabeza hyung, te conozco.

Un 14 de septiembre del 2000, nació un pequeño de una familia muy grande. Una familia que lo tenía todo, y controlaba, todo.

Era hijo único, y eso permaneció así por siempre. Que se sepa, por supuesto.

Un varón, el único heredero de grandes empresas y títulos; con una fortuna a su nombre desde el momento que nació, con tan sólo segundos en el mundo, ya tenía una vida asegurada.

Sus padres le quisieron. Mientras era bebé, inocente y no causaba problemas a nadie. Ya que no quitaba tiempo, porque era tierno y todos querían conocerlo. Tenían atención gracias a ese pequeño.

El tiempo pasó. Seguía siendo un simple niño; pero uno que tenía en su cabecita que molestaba a todo el mundo, y por culpa suya sus padres discutían mucho.

Un niño que fue criado por sirvientes, y educado por una mujer y un hombre que lo veían sólo como una salvación financiera. No había necesidad de darle amor. El chico necesitaba ser fuerte y duro.

Siguió creciendo. Tenía envidia de que sus amigos eran buscados por sus padres en el colegio, y les daban un abrazo al verlos. Él quería eso. ¿De qué le servía saberse de memoria su cuenta bancaria, o tener una tarjeta de crédito en su billetera de Batman?

Sus amigos le tenían envidia a él, y la verdad es que no tenía idea del infierno que el chico vivía cada segundo de sus días.

La adolescencia llegó, y con eso los problemas más oscuros.

Su madre le obligaba a seguir dietas extremas, que a veces consistían en no comer de hecho. Sus entrenamientos eran duros, sin decir que los coachs tenían permiso de obligarle a cumplir todo.

Se veía en el espejo y lloraba. Porque no se veía a través de él, no tenía identidad, no sabía quién era. Él sólo podía distinguir su interior, el cual empeoraba con el tiempo.

Por fuera el joven más hermoso que alguna vez se vió. Su piel era delicada como la seda, y blanca como la nieve. No contaba con imperfecciones. Su cuerpo parecía moldeado a gusto.

Estaba consciente de eso, la gente en su instituto se lo recordaba todos los días.

Incluso su padre y su madre lo llevaban a reuniones de negocios para persuadir a otras personas con su belleza.

¿Puedes imaginarte la vida de ese pobre muchacho?

Tenía cuna de oro. Corazón destrozado. Y la vida hecha pedazos.

Con diecisiete años ya había probado el cigarrillo y el alcohol, como forma de liberarse. Había llegado a juntarse con la gente equivocada.

Perdió mucho dinero gastando para esas personas que decían ser sus amigos, y recibió castigos inmencionables.

En el camino hacia el puente que conectaba con la isla Jeju, dispuesto a saltar, se encontró con alguien.

Un alguien que trajo color a sus días, un poco de luz de esperanza.

Era un universitario que tiró de su brazo antes de subir a la baranda del puente. Un universitario que le salvó la vida.

Buscaron ayuda pronto. Y una psicóloga llegó a la vida del muchacho desamparado. Sacándolo de su oscuridad.

Fue muy díficil, era un ambiente nuevo. ¿Por qué le trataban bien? ¿Por qué le dejaban elegir qué comida comer? ¿No lo obligaban a ir al gimnasio?... ¿Por qué lo abrazaban?

Al final. La psicóloga obtuvo su custodia luego de haber demandado a su familia millonaria, y con tantas pruebas, no hubo suma de dinero que pueda haber comprado al juzgado.

Decidió no usar su herencia. No quería ni verla.

Se fue a la universidad donde estaba el chico, y allí se quedó.

... Decidió que nadie sabría quién era. Cubrió su rostro y se ocultó en un edificio privado. Clases nocturnas.

Así pasó su primer año. Muy díficil. Pero bien... Estaba bien.

Llegó el segundo año. Precisamente tres meses después de comenzar.

Y se topó con alguien en un ascensor.

Alguien que le cambió la vida.

Alguien que le hizo ver lo que era el amor, que nunca le faltó estando a su lado, que tomó su mano y nunca la soltó. Que le sacó sonrisas. Que le hizo feliz.

Feliz.

El chico fue feliz por primera vez en su vida junto a esta persona.

Y ese, ese eras tú MinHo.

Tú hiciste feliz a ese chico.

Tú le iluminaste su vida.

Le enseñaste a quererse y ser feliz consigo mismo. No a depender de alguien para serlo.

Eres su luz.

Ahora crees saberlo, ¿cierto? Tienes un nombre en tu mente...

Peter. Kang Peter.

¿Kang Peter era el chico desamparado que encontró la paz contigo?

No.

Su nombre es.

Esto es lo que tenía tanto miedo de decirte. Y no pude.

Han JiSung.

Soy Han JiSung, MinHo.

Lo siento. Tuve miedo. Te dejé ir. Y todo porque ahogué estas palabras en mí garganta.

Ese día en el ascensor no creí que te volvería a ver. Por eso dije ese nombre.

Y a lo largo de todo, era tan feliz, que no quise arruinarlo.

Dijiste que querías toda la verdad. No tengo la intención de darte pena.

Eres precioso, te amo.

Te amo de verdad. Mí primer amor.

Ahora mismo, seguro, ya estoy conduciendo en ruta.

Iré a vivir con un amigo, y estudiar en su universidad.

No pienso culpar a mí madre de esto. Es entre tú y yo.

No te diré dónde estoy, lo siento.

Necesito estar solo y poder darte tu espacio. Por más que ahora digas que no lo quieres.

Lo sé hyung, me duele también.

Algún día nos encontraremos, eso te lo prometo.

No olvides que te amo.

Porque puedo asegurarte que yo jamás te olvidaré a ti.

Con amor, JiSung.

el siguiente capítulo es el último. <3

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