O8: Everything is lost
La mano derecha de MinHo hacía círculos con uno de sus dedos, del otro lado de la cama.
Del lado que estaba vacío, del lado que permaneció vacío y alguna vez estuvo ocupado.
Probablemente cualquiera le diría que se aleje de ese tipo de cosas, acciones. O que espere, que se siente como un maldito perro y espere.
Él no quería esperar.
Esperó demasiado.
Había tenido la mejor noche de su vida con Peter, a quien creía haberle dicho te amo sin problema alguno.
Te amo, sin importar qué.
¿De verdad sin importar qué?
Felix había dicho que se quedaría con ellos por un problema, ninguno quiso decirle qué.
Y eso no importaba, tendría a su novio, a su hermoso novio con él y no tenía más que saber.
Pero le habrá durado cuatro días, tal vez menos, cuando ese chico de tiernas mejillas y guapo, decidió desaparecer.
No un día, ni tres. Dos semanas enteras.
Y seguía sin volver.
Ver como algunas de sus cosas —en verdad, ninguna— ya no estaban junto a las suyas era desesperante; y aunque no duró mucho, le agradaba la imagen de ellos como roommates.
Estaba molesto, pero sobretodo triste.
Solían estar acostados, sin hacer ni decir nada, sólo tomados de la mano y disfrutando del tiempo juntos.
Ahora ni eso. No lo tenía. No sabía dónde estaba, por qué se fue.
Felix y Chan, repetían que tenga paciencia, que volverá.
¿Por qué tendría que tener paciencia? ¿No tuvo suficiente ya?
Había sido de lo más comprensivo durante los meses que llevaban. Intentaba conocerlo lo que Peter le permitía conocer, escuchaba lo que quería decirle y lo insistía en lo que no debía.
No decía que era perfecto, pero estaba seguro de haber dado lo mejor de él por esa relación.
—¿Tienes hambre?— Felix entró a su habitación, viéndolo con el mismo rostro de esos días; pena—. MinHo.
—No, no tanto, comeré luego.
—... ¿Quieres hablar?
—No— murmuró—. No contigo. Lo siento.
—Claro— asintió—. Si Chan sabe algo, te diré.
—Hyung— lo detuvo antes que deje la habitación—. ¿Cuándo Chan y Peter se volvieron tan unidos?
Los ojos de Felix se clavaron en los de su hermano, mientras buscaba alguna respuesta formidable.
Le verdad es que JiSung y Chan se conocían muchísimo más que ellos, y no podía decirlo como si nada.
—No lo sé... Chan está tan preocupado como nosotros. Ya sabes cómo es.
—Cierto— asintió y volvió a acostarse.
El pecoso abandonó la habitación, acelerando sus pasos hasta la sala, tomando asiento pesadamente junto a su novio, quien escribía canciones.
El mismo lo miró algo extrañado, pero como acaba de ir con MinHo, ya sabía por donde venía el problema.
—¿Pasó algo?
—No lo soporto— sin importarle la futura canción de 3RACHA, Felix dejó su cabeza en el hombro del otro australiano, cerrando sus ojos—. Voy a enloquecer.
Chan dejó su cuaderno a un lado, para arropar a su novio, entre sus grandes brazos, haciendo caricias en su frente y su cabello.
Él había pasado por lo mismo, ChangBin y JeongIn también. Pero Felix era diferente, su hermanito estaba siendo afectado también y debía partirle el corazón saber más que MinHo.
—Lix, no es fácil. Y no hay nada que podamos hacer en verdad. No podemos meternos.
—Pero... duele.
—Duele demasiado— asintió—. Pero eso nos pasa por estar involucrados; si nos metemos más, será peor.
—Sí, Chan, lo que quieras. ¿Qué pasará con JiSung, de todas formas? ¿Donde está?
—No lo sé— su voz ya sonaba preocupada—. Y no lo sabremos hasta que dé alguna señal. Por el momento hay que ser fuertes. Juntos.
Los delgados brazos de YeJi no se cansaban cuando se trataba de abrazar a alguien que la necesitaba; muchos menos a su mejor amigo, MinHo.
Ella había conocido a Peter, no tuvo la oportunidad de ver su rostro, pero sabía lo que pasaba, cómo era.
Ella era la que escuchaba las anécdotas de boca de Lee, totalmente feliz y enamorado de su relación.
Ella fue la que lo consoló la primera vez que Peter desapareció tres días, y volvió con golpes por todo el cuerpo.
Y ahora, aún lo tenía en sus brazos, ya con dos semanas sin saber de él.
Ambos escucharon el timbre y junto a toda la clase salieron del salón.
YeJi sintió un peso en su hombro mientras quitaba el envoltorio de su almuerzo, claramente se trata de la cabecita de MinHo.
—Honnie...
—No comiences con que tengo que superarlo o seguir adelante. Hasta no saber nada de él... No estaré tranquilo.
—¿Y qué le dirás cuando lo veas?
—Estaré feliz... Pero voy a tratar de no matarlo.
—Si tú lo dices.
La plantilla de notas de ese semestre siempre le demostraba que tenía amigos increíblemente talentosos.
Chan, JeongIn y ChangBin destacando siempre era increíble.
Felix también.
—Hyung— escuchó.
Giró su cabeza hacia la derecha, y ahí estaba Peter.
Tenía la mascarilla puesta, pero por debajo de la barbilla, dejando ver su hermoso, hermoso rostro.
Una media sonrisa se esbozó en su rostro, al verlo bien, posiblemente sano y estable.
Sin embargo su novio tenía una sonrisa radiante.
—Me alegra verte— dijo otra vez, viendo que no hubo respuesta alguna.
—A mí también— asintió y se acercó para abrazarlo.
JiSung sintió una tranquilidad inmensa al sentir ese cuerpo en sus brazos otra vez.
Pero cuando comenzaba a apretarlo más, MinHo se separó y volvió a prestar atención a las notas.
—... ¿Qué sucede?
—Estoy esperando a que intentes disculparte, aunque sea.
—¿Disculparme...? Oh... Bueno... Dije que aún no podía-
—No puedes decirme nada, ¿ni siquiera por qué te fuiste dos semanas sin aviso?
—Es que... Hyung.
—¿Qué, Peter? A menos que me digas la verdad, absolutamente toda la verdad, no... No quiero seguir con nada.
El hecho de que le hablaba viéndole a los ojos, y luego seguía con su vista fija en la planilla, le ponía los cabellos de punta.
Apretó sus puños, ¿estaba listo? ¿Era el momento de decirlo todo?
¿Todo?
De a poco su cuerpo comenzaba a temblar, un poco de sudor aparecía en su frente y el corazón latía cada vez más rápido.
No, no era momento de un ataque.
Intentó hablar, quiso formular algo qué decir, pero no pudo.
—Hyung... No puedo...
—Bien— asintió.
En verdad dolía, MinHo se estaba quemando por dentro. Pero no podía seguir insistiendo en una relación que con el tiempo se volvía inestable.
También pensaba que Peter tendría su tiempo solo, para reflexionar y ver si en verdad era él la persona a quién querría revelarle sus secretos y confiar.
Sus ojos comenzaban a nublarse de lágrimas, seguido de un rastro perfectamente recto a través de su mejilla.
JiSung vió a MinHo llorando, y su mundo de vino abajo.
Sobre todo sabiendo, que era su culpa. Era su cobardía.
—Peter...— llamó, antes de que salga corriendo de ahí, totalmente destrozado.
—¿S-sí?
—... ¿Por qué no estás aquí?
Volvió a tener la atención de MinHo sobre él, y decidió acercarse.
—No estás— volvió a decir—. Sólo-
El castaño cortó su palabra, con su dedo quieto en la hoja.
JiSung vió el claro momento en el que Lee veía que “Han JiSung” estaba en la universidad.
Se quedó en blanco. Tenso.
Su mano derecha acarició la cabellera de MinHo, dejándolo algo confundido, pero sintió tranquilidad cuando el mismo no impidió su acción.
Lo miró una vez más a sus hermosos ojos, y se dispuso a caminar de vuelta.
—¡Espera!— lo detuvo—. ¿En serio dejarás que todo se termine así?
—Yo... No puedo...
—¡Está bien! No me digas nada, Pet.
JiSung negó, ya no podía.
Levantó su mano en forma de despedida, y salió de la vista de MinHo.
Ahora sí, todo estaba perdido.
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