OO9

CAPÍTULO NUEVE

JungKook nunca fue brusco con ella, siempre la trató dulcemente como una muñeca de porcelana. Al parecer, sólo bastaba incumplir una norma para desatar lo peor de él, le daba miedo su expresión fría y la fuerza de sus brazos al tomarla, la dejó sobre su hombro mientras caminaba escaleras arriba, pateó la puerta de su habitación para entrar pese a que ella gritaba para ser liberada. Le temblaban las piernas, dudaba de cada paso, ¿qué le haría? en el segundo que cayó de bruces en la cama, levantó la mirada en busca de alguna expresión en su tenso rostro. De su bolsillo sacó una llave con la cual pretendía encerrarla, entendiendo ello se incorporó de rodillas para sujetar su camisa.

—¡¿Qué haces?! ¡No puedes encerrarme aquí!

—Sí que puedo, soy tu esposo, el único que sabe que es lo mejor para ti.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo sabes?! ¡Me confundes con tus mentiras, me siento mareada y utilizada porque no te entiendo! —gritó hasta que su garganta se sintió desgarrada. El joven la miró desde arriba sin nada de compasión.

—¿Te confundes? Lo que necesitas saber es que soy tu esposo, tu eres mía y yo soy tuyo, prometí protegerte siempre, ¡estoy cumpliendo mi palabra como hombre!

—¡Eres un enfermo! —cuando dijo eso, llegó a ver la mano de él siendo elevada para caer sobre su rostro, sin embargo, apenas la vio a los ojos su mano se detuvo. Como si tuviera miedo de sí mismo, retrocedió acelerado— Ibas a… —jadeo— me ibas a golpear.

—Te amo, Hae-e. Recuerda eso. —dijo en un susurro casi inaudible antes de salir dando un portazo, escuchó el ruido de la cerradura.

—¡No, no puedes hacerme esto! ¡¿Qué clase de persona hace algo así, eh?! ¡JungKook! ¡Tú no eres un hombre, eres un niño asustado tratando de ser uno!

No importaba cuantos gritos le diera, que tantas patadas dañaran la puerta de madera, nada hacía que él volviera a sacarla de esa habitación, la cual le causaba claustrofobia, pareciera que sus cuatro paredes hechas de tablas de madera fueran acercándose más y más con cada hora que pasaba; comenzaba a volverse loca, con sus cabellos castaños siendo atrapados entre los dedos tiraba de estos entre jadeos. ¿Por qué le hace eso? ¿Qué sentido tiene retenerla? De todos modos, al salir de allí, ya nada será lo mismo. O tal vez, nada ha sido igual desde un comienzo. No entiende qué tipo de vida ha tenido hasta el momento en que perdió la memoria, si era feliz, que clase de matrimonio llevaba, o si quiera eso existía. Las dudas le revuelven la cabeza al punto que se siente mareada contra el suelo, las fotos que vio son prueba de que ellos comparten algún vínculo, pero… ¿Por qué no le deja ver esas fotos? Ha de haber muchas más, ellas podrían hacerle recordar su pasado.

JungKook está loco, está segura que hay algo malo en él. La forma en que la mira, la forma en que la trata… todo grita peligro, aunque no entiende sus propios presentimientos, debe seguirlos.

Y hay uno que le grita que debe huir.

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