OO5
CAPÍTULO CINCO
Agitada, con su frente sudada y cuerpo erizado, Hae-e despertó largando un fuerte grito que llegó a retumbar entre las paredes de la elegante cabaña vacacional. El hombre que se hallaba poniendo leña en la chimenea tiró lo que recolectó temprano en la mañana y corrió escaleras arriba a la primera habitación del pasillo. Asustado de que algo le haya sucedido a su querida, no se tomó el tiemponde golpear la puerta como acostumbra –delicados golpes con sus nudillos–, y la abrió con fuerza. Encontrándose así, repleto de miedo, a una mujer más que desorientada en la cama.
Era la segunda vez en su vida que ve a su 'querida' tan asustada de su alrededor, ni siquiera era capaz de darse cuenta que él estaba ahí.
No supo si acercarse o respetar ese momento donde ella trata de volver a sí misma, pero mandando todo a la mkerda, se sentó en frente de ella en la cama, viéndola directo a los ojos. Puso sus manos sobre los hombros de ella mientras la acercaba a un abrazo, aquellos soloozo débiles no tardaron en ser oídos, tocaba su propio brazo, era tal vez dolor que provocaba la herida, o dolor del recuerdo que permanece muy oculto en su cabeza.
—Tranquila, cariño. ¿Qué sucedió? ¿Hay algo mal?
—No. —nego— Sólo… t-tuve un extraño sueño donde te vi —ahora era su turno de tensarse con incomodidad—, quería hablarte pero no podía. M-Mi brazo…
—Lo bueno es que era un sueño, ¿No? —interrumpio para acogerla entre sus brazos mas estrechamente— Y el real JungKook esta aquí para protegerte.
Probablemente en su vida había muchas personas que la han abrazado diario, ha sentido afecto de mil maneras diferentes, y era un sentimiento hermoso de ser compartido el amor. No obstante, cada vez que él le demostraba o le decía cuanto la aprecia como su esposa hay algo dentro suyo que se revuelve con incomodidad, y no entiende porqué. En su exterior, esta feliz de ser acompañada hasta que recupera los recuerdos que perdió. Así que sonríe –parecía una extraña mueca en ella–, tratando de ser la mujer que debería frente a su marido.
—Gracias. —susurró— Seguro debo amarte mucho.
—Eso espero. —dijo.
El día siguió su curso normativo, mientras que los platos sucios de la cena eran lavados por las habiles manos del muchacho, ella observaba desde la ventana el hermoso exterior ahora nevado que no podía explorar por su cuenta. Débil y solitaria, añora sentir la nieve entre sus dedos hasta congelarlos, poder jugar con ella lo que resta de día, al menos así estaría un poco más entretenida que leyendo libros con JungKook.
Toca el vidrio congelado. Abriendo su boca en una perfecta O libera un poco de su aliento, empañandolo hasta dejar neblina alrededor, y con su dedo deja marcado el nombre que con amor su esposo llama. Hae-e.
Y éste, se borra a los segundos.
—¡Querida! —grita desde la cocina— ¡Es hora de tu medicamento!
—¡Voy!
Ha estado tomando las mismas pastillas desde que despertó aquella vez hace diez días, no le agrada del todo porque solía marearse a los minutos de tragarlo. Se sentó con JungKook en su cama, ya tenía puesto la ropa para dormir y había un cálido ambiente en la habitación. Odia tener frío porque congela sus articulaciones.
JungKook colocó las pastillas en la punta de su lengua, en su otra mano había un vaso con agua. 'Tragalas.' dijo esa, y todas las veces, 'Es por tu bien.' Decidió confiar en su palabra, después de todo, ¿Por qué su esposo le mentiría?
—JungKook… —lo llamó mientras él se levantaba para irse a su propio cuarto.
—¿Hmmh?
—¿Somos felices?
—Tú lo eres, cariño. Y eso me basta.
De la misma manera que siempre, sus ojos comenzaron a sentirse pesados. Y cayó contra la almohada, en un profundo sueño.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top