O11 || Epílogo

Y ahora estoy aquí, mirando todo a través de un vidrio de cristal, pensando si realmente vale la pena seguir esperando, seguir viviendo.

Mientras caminaba, arrastraba mis pies como si tuvieran cadenas, cadenas de culpa. Unas muy difíciles de quitar.

Si tan solo fuera más normal, esto no hubiera pasado, tal vez si hubiera tenido una vida normal, Jiwon y yo estudiaríamos, seríamos novios solo ella y yo, por supuesto que escapariamos de este pueblo sin ser señalados.

Seriamos solo ella y yo.

Pero ahora no está, ni siquiera sé si yo estoy aquí, todo es tan lejano.

—No llores porque terminó, alégrate porque sucedió —cante caminando por los pasillos del hospital, acariciando con las llemas de mis dedos el frío cristal, no quería observar a fuera, pues mis delirios mostraban a una pequeña Jiwon caminar con esa típica sonrisa.

Se supone que Suga es quien ve cosas imaginarias, no yo, pero a decir verdad no sé quien soy.

La doctora Lee dice que es por el trauma que he pasado, de alguna forma idealizamos a Jiwon, pero sé que es mentira.

Lo que menos quería era acabar aquí, ahora me la paso todo el el día aquí, estas semanas han sido duras. Pero no quiero volver a casa, antes volvía porque había esperanza de que Jiwon llegara, ahora tengo en claro que no lo hará, o yo que sé, es cosa del destino.

Aún me sentía un poco aturdido al saber que agust nunca vio a mamá como mamá, éramos diferentes, él era otra persona, pero cuando conoció a mamá.

Ella lo abrazó, le dio de comer, le curó las heridas, algo que no hizo conmigo, pero si con Agust. Muchas veces encontró a Agust en problemas, y ella lo ayudó más a él que a mí o a Suga.

Tal vez yo nunca tuve suerte.

Agust quería a mamá, de una forma que es inexplicable, de una forma diferente, Agust no quería a mamá como madre, la quería como algo más, pero fue reemplazada por Jiwon.

Ahora entiendo porque la quería sobre proteger, no quería perderla como a mamá, más no dudo en llorar cada noche al recordar como terminó Jiwon, como terminó por culpa de Agust. E indirectamente es mi culpa. Si tan solo fuera normal.

Cobardes, no han salido a enfrentar el martirio de una vida sin Jiwon. ¿De qué sirve esperarla? Yo la quiero a mi lado. 

Ahora me han dejado a mí, estoy afrontando esta soledad solo, al fin y al cabo todos tenemos que crecer, tenemos que afrontar las cosas.

Agust afrontó a Choi, Suga enfrentó a todos esos hombres, y yo estoy afrontando esto, por primera vez en mi vida salí de mi zona de confort.

Fue tu culpa.

Todos me miran caminar por los pasillos, volví a ser ese niño de nueve años que deambulaba sin propósito, más que esperar tomar la mano de Jiwon.

—Reír y sufrir arde —volví a cantar, para alejar la voz dentro de mi cabeza, la cuel era parecida a Jiwon.

Subí las escaleras hasta llegar al último piso, me quité los zapatos y comencé a caminar por la barda, con mis manos metidas al pantalón.

Estaré a su lado, y le daremos la vuelta al mundo, a nuestro mundo.

Fue tu culpa.

Me puse de frente mirando el patio del hospital, mire por debajo la gente pasaba sin darse cuenta de lo que planeaba hacer. Justo cuando puse un pie en frente, una voz me detuvo

Se fuerte.

Muchas imágenes de Jiwon pasaron por mi mente, de ella y mías, al parecer Suga y Agust estaba haciéndome recordarla, tomé mi boca para tapar mis sollozos.

Aún quería saltar, pero las imágenes de Jiwon llegaban a mí, volví a ponerme recto, cerrar los ojos y extender mis brazos.

¿Tenía miedo? Claro que lo tenía.

—Estaremos juntos, le daremos la vuelta al mundo, nuestro mundo, solo espérame.

Sentía las gotas de lluvia mojar mi cuerpo, poco a poco, como si él cielo estuviera llorando junto a mí, mientras la brisa juguetea con mi cabello.

No quiero morir.

Me resbale un poco, justo cuando estaba por tirar mi cuerpo al vacío, pero me arrepentí, tirando con fuerza mi cuerpo hacia atrás, aún con mis ojos cerrados.

Abrí mis ojos y negué bajándome de allí, mi corazón palpitaba rápido, con miedo, mis manos temblaban.

Volví a ponerme mis zapatos y corrí al hospital, limpiando mis lágrimas.

Hasta que llegué a su cuarto, me agache y recargue mi rostro en su pecho, llorando mientras le pedía disculpas, tomando su mano con fuerza.

—Iba a hacerlo, pero no pude, no me quiero ir, no ahora, por primera vez fui fuerte y quiero escapar contigo, pero por favor dame esperanza.

Lloraba sin creer que estaba a punto de acabar, siendo que el corazón de ella aún seguía dando señales.

—Quise escapar, pero debo de ser fuerte, por primera vez decidí afrontarlo, Jiwon quédate a mi lado, y riamonos juntos, aunque eso signifique que nos duela por momentos.

Me quedé allí, un largo rato, regulando mi respiración, hasta que mi mano sintió presión.

—Vamos a escapar, vamos al jardín —dijo ella limpiando mis lágrimas con sus finas manos.

La miré entre lágrimas, aquella sonrisa que tanto anhelaba, me estaba recibiendo, sin pensarlo dos veces, me acerque a darle un beso, sus labios estaban resecos, pero no importaba, quería probar sus labios de nuevo.

—Al fin estamos juntos —dije acunando su rostro entre mis manos

Jiwon

La tarde era lluviosa, había regresado de trabajar, Yoongi seguro venía en camino, le llamaba, pero no contestaba, han pasado tres años desde que mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, pero eso ha quedado atrás, yo aún sigo estudiando.

Yoongi había terminado su carrera, no estábamos en ese pueblo, lleno de pecados, como suele llamarle Yoongi, el desapego de nosotros con ese pueblo fue lo mejor que pudimos hacer.

No puedo decir que las cosas son mejores, en todos estos tres años, mientras Yoongi duerme, lo escucho y lo veo llorar, solo me queda abrazarlo, hasta que su llanto cesa, pero se qué no es él quien llora.

Agust se ha castigado durante años. Le he pedido entre lágrimas que salga, pero parece tener miedo. Le hemos dado soluciones, aún así no quiere salir, expresa miedo o eso veo que siente Yoongi.

¿Dónde quedó mi chico? Ya no hay rastros de Agust.

Puedo escuchar como Yoongi batalla con la cerradura, más bien con las llaves, parece que no recuerda con cual se abre la puerta se abre con tranquilidad, sigo entretenida buscando una película, hasta que siento la mano de Yoongi en mi cintura, amo a los tres, pero ahora deseo que Agust salga, así que me emociono un poco. Ya que Agust me tomaba de la cintura.

Volteo a verlo, pero no corresponde mi mirada.

Suspiró algo triste, mis esperanzas cayeron al ver que es Yoongi, tal vez debería dejar de anhelar con Agust y su regreso.

Vuelvo a mirarlo, ahora su mirada y sonrisa coqueta se postran en mí, abro mi boca llena de asombro, esperando que Yoongi no sea.

Mis dudas se aclaran cuando siento un beso en mi frente, se sienta detrás de mí, de reojo veo como acaricia sus manos nervioso, esperando a que diga algo. Caminó hasta donde él está y le tomó de las manos, para que se levante y deje de tener pavor. 

—Bienvenido a casa Agust...

Sus manos se posaron en mi rostro y hubo nuestros labios, el sabor a sal por las lágrimas impregna nuestras bocas.

—Por fin estoy en casa —dijo Agust soltando una cuantas lágrimas. Por fin tengo a mis chicos de vuelta, ya nada me falta—. Ahora podré cuidarte sin lastimarte...

¿No es totalmente encantador que nuestro hogar vuelva a construirse?


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No me toquen, estoy triste. 🥺💔 Muchas gracias por leer esta historia que se envolvió demasiado y a la vez todo estaba a la mano, espero les haya gustado. No quería que Agust se quedara sin ver la luz de nuevo, pues indirectamente fue el héroe mucho tiempo. No les mientó, quería matar a ambos personajes, osea a Jiwon y Yoongi, pero ya mucho sufrimiento para Yoongi jaja, Ahora es tiempo de decir adiós, si quieren alguna aclaración comentala, les resolveré cada una de sus dudas, si es que las hay.

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