37
Los empleados que se encontraban en el lugar, empezaban ya a murmurar entre ellos, haber sido citados aquí sin razón alguna, fue motivó de confusión para ellos.
Yo mantenía mi frente en alto, aún con la mirada sobre los Jeon, quiénes miraban con suma atención aquél charco de lodo perfectamente hecho.
——¿Qué significa todo esto, Turner? — escuché hablar en un tono molesto, al abuelo de Jungkook, a través de la tablet que, sostenía Jung Woo.
Lo miré.
——En unos segundos se enterará, señor Jeon, paciencia. — volteé y miré a uno de los empleados. ——Coloca estos documentos dentro del charco de manera que queden bien cubiertos por el lodo.
Asintió, los tomó y comenzó a hundirlos uno por uno.
——¿P-para qué es eso? — habló, Soyeon.
Esperé unos segundos hasta ver que aquellos documentos quedaron cubiertos por completo.
—— Ya está todo listo, Soyeon, ahora agáchate sobre el lodo y con tus dientes, ve sacando esos papeles uno por uno. ¡Pero ya! — la miré con desdén.
Aquella familia se miraba completamente desconcertada, las expresiones de sus rostros se mezclaban entre súplicas y odio.
——¡Eres una maldita loca! — decía la madre de Soyeon, mirándome con enojo. ——Ni creas que mi hija se humillara de esa maner...
—— Usted cállese. — la miré. —— Vino aquí solo para observar lo que está a punto de suceder, no para opinar.
¡¿Qué dicen los hombres de la familia Jeon?! — eleve mi voz. —— ¿Están de acuerdo con que su querida nuera saqué los documentos con los dientes, o prefieren quedarse sin empresa?
Nuevamente, la mamá de Soyeon pasó rápidamente a un lado de mí y se acercó a la tablet para hablarle a su esposo.
——Cariño, por favor no permitas que mi hija sea humillada por esa mujer. — musitó entre sollozos.
——Q-querida — comenzó a decir. ——Sabés que la empresa es lo único que nos queda y...
——¡No lo hará! — le gritó furiosa.
Mi paciencia estaba al límite, mientras ellos seguían con su discusión conyugal, yo volteé a mirar nuevamente a Soyeon, la cuál aún no había hecho movimiento alguno.
——¿Esperas una invitación o qué?
Ella cruzó sus brazos y los frotó un poco, se puso pálida y sus ojos estaban algo rojos por el llanto que amenazaba con salir.
——Ten piedad Tn, te lo suplico. N-no quiero hacerlo. — susurró audible, mientras fijaba la mirada en las personas que se encontraban aquí.
Solté una pequeña risa irónica.
—— Recuerda... tú no has tenido ni un poquito de piedad conmigo. — dije con resentimiento. —— Veremos que tanto amas ser la señora Jeon.
Al ver que yo no tenía intenciones de parar con esto y al darse cuenta de que la familia de la cuál tanto alardeaba ser parte, no levantaba la cabeza para mirarla, comenzó ella a caminar a pasos lentos hasta llegar y quedar frente al charco de lodo, se inclinó y suspiró con fuerza, mientras sus ojos eran invadidos por las lágrimas.
——¿Qué está esperando, señora Soyeon? ¡Saque esos documentos del fango, Ya!
—— Tn, por favor ten compasión por ella, está enferma del corazón. — está vez, habló el padre de Jungkook, lo ignore y seguí mirando a Soyeon.
Era cruel de mi parte, pero no me importaba en lo absoluto. Su turno había llegado finalmente, pero ni con esto, pagaría ella tanto daño.
Fue bajando de a poco, su boca tocó el fango y el primer documento fue sostenido entre sus dientes.
Me miró con su rostro embarrado por el lodo y aunque parecía que yo estaba disfrutando de tal escena, muy en el fondo de mi ser, me sentía mal, yo no era este tipo de persona.
——No me arrepiento de nada de lo que te he hecho. — soltó entre lágrimas y con rabia, mientras apretaba un poco el papel.
——Que pena, porque lo vas a hacer. — seria. ——¡Recoge!
.
——¿N-no creen que Tn, se esté pasando un poco? — decía, Jin, mirando a Soyeon sacar el segundo documento.
—— No. — le respondió, Yoongi, dejando confundido a su amigo. —— Ella tiene el derecho para hacer esto y más.
——Por fin llegó. — Hoseok, miró a un lado con algo de preocupación.
.
——¡Sigue sacando esos documentos, Soyeon, solo te faltan dos! — mis palabras salían con desprecio.
——S-sufiente, yo lo haré por mi hija. — su madre se acercó a mí.
——Dije que ella. — seria.
La mirada de odio que Soyeon tenía ahora mismo, era capaz de atravesar a cualquiera, los nudillos de sus manos estaban algo blancos debido a la fuerza que estaba ejerciendo a medida que cogía los papeles y los arrugaba un poco.
Volvió a apoyar sus manos y antes de que su boca tocara nuevamente el fango, una voz interrumpió todo.
—— ¡Dulzura! — mi corazón se detuvo por un momento al oír una vez más, aquella palabra.
Volteé.
——Jungkook... — susurró la otra, aún inclinada sobre el charco.
——Dulzura, termina con esto, por favor. — dijo una vez que, lo tuve frente a mí.
——¿Q-qué estás haciendo aquí, Jeon?
—— Vine por ti, amor. — me sonrió.
No pude evitarlo, miré hacia un lado con los ojos cristalizados y solté una pequeña risa.
——¿Seguro qué vienes por mí, o vienes a salvar a tu querida esposa Soyeon? — finalmente, lo miré.
——No tienes que hacer esto, Tn. — dió un paso más cerca de mí. ——No vale la pena, vámonos de aquí y comencemos de nuevo, ¿si?
Nuevamente, empezaron las murmuraciones por parte de las personas que estaban presentes.
——¿Qué no vale la pena? Te mostraré porqué estoy haciendo esto con ella. — ahora volteé a mirar a los demás. ——Seguramente todos aquí están muy confundidos y merecen una explicación...
—— ¡No! No, y-yo seguiré sacando los documentos, pero no lo hagas..
——¿Y por qué no? — reí. ——Si yo no lo hago, voy a quedar frente a todos como una mala mujer, una sin corazón. — dí un gran suspiro y comencé. ——Hace un tiempo, alguien arruinó mi vida quitándome lo que más amaba, ni siquiera me dió la oportunidad de poder ser una madre para él... ¡Si! Yo estaba embarazada y perdí a mi bebé por culpa de una maldita mujer que no tuvo piedad de un niño que ni siquiera había nacido aún. La misma expresión que ella tiene ahora en el rostro, era la que yo tenía cuándo le suplique que me ayudara. ¡Soyeon me empujó por las escaleras! — grité, con lágrimas invadiendo mis ojos y una furia en mi interior que no calmaba.
——¿Q-qué? — oí a Jungkook.
——Todo fue por ella, yo nunca quise perder a nuestro hijo, Jungkook. De verdad que...
Rápidamente, sus brazos me envolvieron, me abrazó con fuerza, mientras acariciaba mi cabello y me susurraba.
——No fue tu culpa, perdóname, por favor, Tn...
——J-Jungkook, yo puedo explicart...
—— Aléjate de mí, Soyeon. — la miró, furioso. —— ¡No vuelvas a acercarte a nosotros nunca más en tu miserable vida! — le gritó, haciendola sobresaltar.
——P-por favor, no hagas esto, Kookie, yo...
——¡Ya basta! No me llames así, tú no eres nadie para hacerlo. ¿Cómo pude ser tan idiota, ah? — revolvió su cabello con frustración. ——Yo sintiendo lastima por tu condición y preguntandome siempre por qué razón nunca he podido amarte y ahora lo entiendo todo, tarde, pero lo entiendo... Eres igual o peor de despreciable que mi familia. Y tú, papá — lo miró. ——¿Esta es la mujer de la qué tanto presumias? ¿Es esta la mujer que tú y mi abuelo tanto quisieron imponerme?
——Hijo... — intentó acercarse a él. ——Yo... yo te juro que no sabía nada de esto, no sabía que ella había empujado a Tn, de haberlo sabido, te aseguro que no...
Jungkook, negó.
——Ojalá puedan encontrar perdón antes de dejar esta vida, de lo contrario, la carga de conciencia será demasiada.
Un peso de conciencia, el cuál sería el más cruel de sus jueces.
Jungkook tomó mi mano y la entrelazó con la suya, me miró a los ojos y me sonrió levemente.
——Vámonos de aquí, nena.
——No, no pueden irse... — la escuché decir con desesperación y la miré.
—— ¿Quieres terminar de sacar esos documentos del fango o qué? limpiate la boca ya, Soyeon, porque tu dignidad nunca podrás limpiarla. Jung Woo. — lo miré. —— Por favor, dale un pañuelo a la señora y que se retiren de una vez. — él asintió. —— Ah, Soyeon, puedes tirar esos documentos a la basura, solo son fotocopias, los originales los tengo yo.
La ví mirar los papeles que tenía en sus manos, para finalmente terminar aprentandolos con fuerza y arrugarlos por completo.
——¡Maldita estúpida! — chilló. Su madre la sostenía del brazo.
Sentí la calidez de la mano de Jungkook junto a la mía y salimos de ahí.
Como dijo mi abuelo, los que están destinados a ser, se encontrarán sin importar los obstáculos que puedan aparecer a lo largo del camino. Era está, una oportunidad más que la vida nos daba....
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