31

JUNGKOOK

La calidez de su mano junto a la mía, me provocaba no querer soltarla jamás.

Me miró con esos ojos cafés que, desde el momento en el que los miré por primera vez, se habían vuelto un tormento para mí... pero también, habían atrapado completamente a mi corazón.

Tiré un poco de ella para comenzar a caminar, ni loco iba yo a dejarla aquí sola con esos tipos...

——¡¿Te vas tan rápido, belleza?! — escuché decir a uno de ellos, a nuestras espaldas, deteniendo nuestro paso. Lo miramos. ——¿No te llevarás esto? — elevó por lo alto una cadenita plateada y sonrió de lado, mientras tenía sus ojos puestos en Tn.

Ella quiso soltar mi mano y volví a tirar para aferrarme más a ella.

——Suelta mi mano, Jungkook. — decía con su vista puesta en aquél tipo.

La miré.

——No, y quédate quieta ya.

——Él tiene algo que me pertenece. — se estaba enfadando.

——¡Vaya! Aparecer, esto es más importante para ti de lo que pensé. — volvió a decir el tipo ese, con algo de burla.

——¡Dámela!

——¡Ven por ella, preciosa!

—— Tú te quedas aquí quietecita. — la miré serio y volví la mirada al tipo. —— Te lo diré amablemente, dame la cadenita y evitemos los problemas.

Lo miraba fijamente, él solo comenzó a reír con los otros dos que estaban a su lado.

—— Hasta un abogado tienes, preciosa... pero tengo que decir que, yo no recibo órdenes de nadie. — posó su mirada en mí. —— Aunque, si tan importante es esto para ustedes, podemos llegar a un arreglo. — arqueé una de mis cejas. —— Un juego, dos jugadores y un solo ganador, el que gane se llevará el premio mayor, a esa preciosa chica que tienes a tu lado. ¿Qué dices?

Maldito infeliz, la sangre me estaba hirviendo y si no paraba, mi puño iría directo a su cara.

——No creo tener que repetirte lo anterior, será mejor que me des esa cadenita. — serio.

—— ¿Le temes a un juego? — sonrió burlón. —— ¡Te reto!

Si había algo que odiaba en está vida, era perder. Arrancaría la cabeza del idiota, en ese juego.

——No, Jungkook. — Tn tiró de mi brazo y me miró. ——Yo no soy un premio que ustedes pueden ganar, no quiero que lo hagas.

—— Se bien que no eres un premio que se puede ganar, pero tampoco eres algo que le dejaré a ese imbécil. Voy a enseñarle que a ti, tiene que respetarte.

Quité levemente su mano de mi brazo y comencé a caminar hasta ellos, uno de sus amigos me lanzó el palo de billar.

——Espero que sepas perder, porque yo no estoy dispuesto a perder a esa mujer. — señaló a Tn con la mirada.

Solté una pequeña risa y nos pusimos en posición.

——Jungkook, ya no vale la pena, solo te está provocando, mejor vamonos.

No le dije nada, solo mantenía la mirada fija en el idiota ese.

Comenzamos a jugar, ninguno de los dos tenía intenciones de perder. Lo haré trizas....

——Solo queda la bola ocho, intenta embocarla y ganame, si puedes hacerlo.

——Reclamaré mi premio pronto. — sonrió e impulsó el palo, pegándole a la bola. ——Tu turno, intenta no perder tu oportunidad, porque a la próxima, mi tiro no fallará.

Reí y levanté hacía arriba las mangas de mi camisa, tomé el palo y lo impulse hacía la bola. Una vez que la misma dió justo en el ángulo, me incorporé nuevamente, acomodando mi postura.

——Ahora dame la cadenita. — serio.

A regañadientes, tomó la cadenita de su bolsillo y me la entregó.

—— Esto es tuyo. — me acerque a Tn, tomé su mano y dejé la cadenita ahí.

Una leve sonrisa se formó en sus labios, mientras nos mirábamos fijamente.

—— Te puedes llevar esa maldita cadenita si es lo que quieres, pero está mujer me debe algo y me las voy a cobrar. — se acercó rápidamente a nosotros y tomó bruscamente a Tn de la cintura, con la intención de besarla.

Golpeé mi lengua contra mi mejilla, agarré bruscamente el brazo de ese tipo y le dí un fuerte puñetazo.

——¡No vuelvas a tocarla!

Lo ví sonreír, mientras tocaba su labio ensangrentado. Se levantó y me devolvió el golpe.

——¡Suéltalo ya! — gritaba, Tn.

Estaba encima de él, repartiendole golpes, los de seguridad intentaban separarnos, pero yo no tenía intenciones de parar.

—— ¡A ella nadie la toca! ¿Lo has entendido? — estaba furioso, quería matarlo.

——Jungkook, pará...

Sentí como ella tironeaba de mi brazo y finalmente, me quité por completo.

[....]

——Vamos, hay que curarte ese labio. — dijo una vez que nos encontrabamos fuera del lugar.

——No hace falta. ¿Tú estás bien? ¿Ese tipo te ha tocado antes? — me desesperaba ver que no respondía. —— ¡Responde, Tn!

——Quiso hacerlo, pero no se lo permití, yo estoy bien. Ahora vamonos, ¿si?

——Hoseok está adentro y yo, he venido con él.

——Le diré a Jung Woo, que le avise, no te dejaré aquí con esa herida, Jeon.

Le dió las indicaciones a su guardaespaldas, el cuál no estaba muy de acuerdo con dejarla sola, después de todo, cuidar de ella era su trabajo. Pero vaya que, era ella más terca que una mula.
Nos subimos los dos a su coche y empezó a conducir en silencio.

——Gracias. — soltó de repente. ——Esa cadenita era de mi madre, me la dió antes de morir, por eso no podía perderla. Pero de igual manera, no debiste meterte, Jungkook, ve como terminaron las cosas.

—— Con más razón, acabas de decirme que era de tu madre, tiene un valor importante para ti. — la miré. —— No estaba dispuesto a dejarte con ellos y la verdad, eres muy terca.

La ví rodar sus ojos y reí por lo bajo.

Aparcó su auto frente a una casa y mantuvo sus manos sobre el volante, mientras dejaba escapar un suspiro.

——¿Pasa algo?

Me miró y nego.

——Entremos, curaré tu herida.

Todo estaba oscuro en la casa, caminaba detrás de ella, subimos las escaleras y llegamos a una habitación.

Tiró su bolso sobre el sofá que se encontraba ahí y abrió una puerta dentro de la habitación. La ví salir con el botiquín de primeros auxilios.

——¿Podrías sentarte ahí? — se acercó a mí y me señaló la cama.

Así lo hice. Ella cogió una liga y amarró su cabello, para luego inclinarse un poco. Abrió aquella cajita y sacó algodón y alcohol.

Le echó un poco y comenzó a limpiar la herida de mis labios. La miraba, miraba cada cosa que ella hacía y no podía evitar posar mis ojos sobre sus labios, deseaba besarla....

——Dime si te arde, Jungkook. — la escuché decir, pero al ver que no respondí, levantó su mirada para encontrarse con la mía.

Sus mejillas tenían un leve tono rosa, se veía aún más preciosa.

——He terminado. — aclaró un poco su garganta y se levantó.

Regreso a dejar el botiquín de primeros auxilios a su lugar. Unos minutos bastaron para verla caminar y pararse frente al espejo de cuerpo completo, venía ella con una mano detrás de su espalda, parecía estar luchando con el cierre de su vestido.

—— ¡Joder! — y seguía intentándolo.

Inconscientemente, relamí mis labios y me acerqué a ella.

——Te ayudaré. — me miró a través del espejo por unos segundos y finalmente, asintió.

Llevé mis manos hasta el cierre detrás de su espalda, ella sostenía su cabello a un costado, yo comencé a bajarlo.

Mi respiración chocaba en su cuello y mis ojos se mantenían puestos en su espalda.

——Listo. — los dos seguimos en aquella posición y en silencio.

No podía resistirlo más....

Tomé su cintura y la giré hacía mí, la pegué a mi cuerpo y la besé desesperadamente.

Nos separamos un momento para coger un poco de aire. Con nuestras respiraciones agitadas, nos miramos a los ojos y está vez, fue ella quién me tomó por el cuello de mi camisa y volvió a unir nuestros labios.

La subí y sus piernas se enredaron en mi cintura, una de sus manos fue directo a mi cabello para enredarse a él. Una vez en la cama, su cuerpo quedó debajo del mío...

——No sabés lo preciosa que eres. — besé su cuello. ——Cada parte de ti, es un privilegio.

Y esa misma madrugada, dimos rienda suelta al deseo de nuestros cuerpos, nos amamos sin prisa. Gemimos juntos, hicimos el amor como nunca.



T/N

Desperté, los rayos de luz entraban por el ventanal, dando directo en mi rostro. Unas fuertes manos, rodeaban mi cintura, giré y una vez más, había despertado con el hombre que tanto amaba, a mi lado. Él seguía dormido, su cabello estaba todo alborotado y un leve puchero se había formado en sus labios. Deslice levemente mi mano por su rostro...

—— Tn, ¿ya has despertado? — Jisoo abrió la puerta de golpe. —— Recuerda que tienes un... — y sus ojos se abrieron de par en par. —— ¡Madre Santa! — gritó y Jungkook, despertó. Ambos la miramos. —— L-lo siento, adiós. — cerró rápidamente.

Moría de vergüenza, pero agradecí que no fue mi hermano quién entró. Y menos mal que, mi habitación está un poco alejada de la de ellos.

—— Luego hablamos sobre lo que ha visto tu amiga. — rió, tocó su cuello y me vió a los ojos. —— Nosotros tenemos una conversación pendiente y quiero saber la verdad de todo, Tn. — se puso serio.

—— Lo sabrás todo, Jungkook.

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