Un Alexander visiblemente nervioso se paseaba por la pequeña sala de su hogar de un lado a otro sin parar, había recibido una llamada de Magnus, ese gesto le alegró por supuesto pero también le asustó un poco,
Al parecer la madre del moreno había organizado una comida con ellos dos presentes y el oji azul se encontraba bastante nervioso por ello

¿Qué era lo que quería exactamente de el?

Es decir Magnus y su persona aun no comenzaban una relación enserio y la mujer ya quería citarlos a ambos como si de un matrimonio arreglado se tratase.

Tal vez estaba exagerando y la mujer no tuviera malas intenciones pero ese cambio tan repentino de tratarlo como si fuera uno de esos adinerados chicos  de su clase le tenía desconcertado.

Se dirigió a la pequeña cocina de su pequeño pero cálido hogar, tomó un vaso de cristal de uno de los cajones y se sirvió un poco de agua, debía calmarse, tal vez estaba exagerando y no debería estar tan prevenido es decir que era lo peor que podía pasar.

Pensó en el moreno y una sonrisa dibujo sus labios, quizás todo valiera la pena por Magnus, todos los nervios y los malos ratos quizás valieran la pena por ese moreno, no estaba del todo seguro de que era lo que el y el chico de piel morena tenían pero el le gustaba, enserio le gustaba.

Tomó valor y escribió un texto, esperando a que su remitente respondiera con rapidez.

"¿A que hora es el almuerzo con tu madre?"

Una sonrisa se dibujó en el rostro de el de pálida piel mientras arrojaba su móvil al pequeño sillón.

Mientras esperaba la respuesta de el moreno se dirigió a su habitación para buscar su cambio de ropa, mientras caminaba por el pasillo que lo llevaba a su habitación miró el reloj, 1:30 de la tarde, estaría solo toda la tarde ya que sus hermanos estaban en el instituto y hoy sería su día libre, todo le cayó como anillo al dedo.

Rebusco en su closet que ponerse optando por un pantalón de mezclilla negro, una camiseta azul sencilla en tonos de azul degradados y  unas botas estilo militar beige para acompañar su vestimenta, no sabía en que lugar sería el almuerzo con la madre de Magnus mas sin embargo la ropa que usaría no seria tan formal ni muy informal, teniendo todo listo se dirigió a la sala de su casa, tomó su teléfono del sillón y revisó si ya tenía la respuesta a su pregunta, y efectivamente si.

"Mi amor"

Esta frase hizo sonreír a Alec, Magnus era tan abierto con sus sentimientos y eso alegraba el corazón del oji azul.

"Te mandaré la dirección,la reservación esta hecha a las 2:30pm"

Su sonrisa disminuyo un poco, estaba nervioso, no podía negarlo.

Tecleo unas palabras a Magnus y se dispuso a tomar un baño rápido para luego arreglarse.

"Ahí estaré puntual..
Mi a.."

Se sonrojo fuertemente, no sabía si llamarle así le daba vergüenza, definitivamente no lo llamaría así, quería borrar el mensaje pero en vez de eso accidentalmente lo envió, su boca se abrió varias veces, su sonrojo aumentando, era un torpe, una vibración lo sacó de sus pensamientos, era el moreno.

"Llámame 'mi amor' no seas tan tímido Alexander"

Seguido de otro mensaje

"Te veo en unas pocas  horas, estoy ansioso amor"

No quería ponerse mas en vergüenza, después tendría tiempo para responder los bellos y melosos llamados que el moreno usaba para dirigirse a el, se dispuso a tomar su ducha y arreglarse, quería ser puntual.

Magnus estaba acompañado de su madre en la limusina, su madre no paraba de hablarle pero el moreno no le estaba prestando atención, quería que todo saliera bien con su chico de ojos azules y su madre, de verdad esperaba que nada saliera mal, tenía un mal presentimiento.

El sol estaba en su punto mas alto, el cielo despejado con un azul resplandeciente, unas pocas nubes semejantes al suave algodón acompañaban el paisaje, todo parecía estar en armonía.

"¿Estás escuchando querido?"

Su madre le tomó la mano en un gesto cariñoso, Magnus sonrió.

Su madre era muy hermosa y se veía bastante joven para tener cuarenta y pico.

La mujer usaba una falda beige que le llegaba  abajo de las rodillas, acompañando esta con una camisa blanca manga larga de seda, sus zapatos eran de tacón bajo, color ébano brillante, su cabello estaba suelto, unas pocas canas se le veían repartidas aleatoriamente por todo su cabello, pero en vez de parecer signos de la edad mas bien parecían iluminaciones que acompañaban su brillante cabello, sus labios estaban pintados de rojo pasión, sus largas pestañas le daban vida a sus hermosos ojos verde-dorado, pero si se observaba bien esos ojos no tenían brillo, podrían compararse con dos diamantes pero en vez de resplandecer tenían cierto aire frío y misterioso.

El moreno no lo notaba por supuesto estaba cegado por la mujer que le había traído al mundo,detalles, simples detalles que el moreno no notaba, pecaba por ese amor y esa fe que tenía en esa mujer.

"Disculpa mamá, estoy divagando"

El moreno le sonrió brillante y sinceramente.

La mujer se retorció internamente al pensar que esa sonrisa era por ese insignificante oji azul pero le  sonrió de vuelta a su hijo falsamente por supuesto.

"¿Estás nervioso?"
Era increíble que su hijo se encontrara nervioso por ese chico.

"Mucho mamá, Alexander es increíble"

Su mamá torció el gesto en forma de una sonrisa.

"Perdona me hijo, todo lo que hago lo hago por ti y por tu bien"

Esas palabras  no fueron escuchadas por el moreno, su sonrisa se materializó mucho más cuando el vehículo aparcó en el lujoso restaurante, estaba ansioso por ver a Alexander.

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-Ela