Namjoon sonreía, apoyado levemente en la barra con los ojos puestos en Hoseok.
Cuando el rubio le había dicho que le enseñaría su libreta, Hoseok creyó que era una indirecta para invitarlo a salir. No esperaba que literalmente le enseñara su libreta de canciones.
Le pareció demasiado tierno, y sonriente, hojeó el cuaderno y leyó algunas letras que el rubio frente a él había escrito.
Pasaba de un "Solo quiero estar junto a ti" a un "Daría lo que fuera por vivir tranquilamente" luego un "Ojalá llueva todo el día, porque me gustaría que alguien llore por mí" y cuando daba vuelta a la página se encontraba con frases como "Cuando ves porno te vienes en 3 segundos" o "Soy sexy como una estrella porno"
—Eso último no lo puedo negar —Hoseok habló más para sí mismo, que para Namjoon.
El rubio frunció el ceño al no entender el comentario del castaño, pero siguió mirándolo expectante.
—Debe ser increíble ser muy bueno en algo.
Habló de nuevo para sí mismo y Namjoon sonrió algo incómodo, pues no supo qué responder.
—Eres... profundo —Hoseok habló, esta vez más fuerte y mirándolo directamente —Me encantan todas. Necesito escuchar su disco.
Namjoon sonrió, luego ladeó su cabeza —Por favor sé honesto.
—Enserio me encantan —insistió y se pegó más a él, mostrándole también la libreta —Mi favorita fue esta y... esta —señaló el papel.
—También son mis favoritas —sonrió ampliamente y se acercó más al castaño —Esta se llama Tokyo y esta Forever Rain.
—¿Ya las sacaste o apenas las harás?
—Ya las saqué —ambos se miraron al mismo tiempo y sintieron un pequeño vuelco en el estómago al estar tan cerca —Cuando quieras te las muestro. Seguro te gustarán.
Ninguno de los dos se movió.
—Claro que sí, tengo buen gusto.
Los tragos, las pláticas y las horas continuaron. Namjoon y Hoseok de nuevo, estaban en su burbuja en la barra y los otros cinco estaban mirándolos sentados en una de las mesas vip.
—Si quedan —dijo Taehyung antes de darle un sorbo a su bebida. Jimin y Jeongguk hicieron una mueca.
—Meh —dijeron al unísono. Se miraron por cortos segundos y después se ignoraron, como lo habían hecho durante toda la noche.
—Hobi...
Hoseok sintió lindo al escuchar ese apodo por parte del rubio, pero luciendo indiferente, soltó un "¿Mmmh?" antes de mirarlo.
—¿Quieres ir a dar una vuelta?
El castaño se paró derecho por la pura sorpresa. Miró la hora en su celular: dos de la mañana.
—¿A esta hora?
El rubio asintió —Yo te llevaré a tu casa, no te preocupes. ¿O prefieres no-
—No, no. Suena excelente ¿Quieres que nos vayamos ya o...?
—Por mí sí —sonrió, presumiendo sus hoyuelos —Iré a avisar.
—Yo también.
Caminaron hacia la mesa con pasos lentos y Namjoon se pegó un poco más al castaño, empujándolo levemente con su hombro para llamar su atención.
—¿Tus amigos no te dirán nada?
—Nah —Hoseok se encogió de hombros, restándole importancia —No me van a extrañar.
Namjoon asintió y se separaron. El rubio caminó hacia el lado derecho de la mesa, donde sus tres amigos hablaban y Hoseok al lado izquierdo, donde Yoongi y Jeongguk lo miraban con mucha curiosidad.
—Váyanse sin mi —fue lo primero que dijo el castaño, después de agacharse levemente, sin querer sentarse junto a ellos.
Jeongguk lo miró ofendido y Yoongi con sorpresa.
—¿Perdón?
Hoseok golpeó el hombro de Jeongguk levemente y sonrió —Nam me va a llevar a casa después de dar una vuelta.
Yoongi levantó sus cejas y Jeongguk no respondió su sonrisa con otra, de hecho, le hizo una mala cara.
—Hoseok, es la segunda vez que lo ves.
Si el pelirrojo no había utilizado el "hyung", es porque estaba enojado u ofendido. O las dos.
A Hoseok no le importó mucho.
—¿Y?
—¿Te vas a ir con él así como así? —Hoseok asintió sin encontrarle un problema a esa situación —Hyung, ese tipo puede ser un asesino y tú ni en cuenta.
—No lo es —acarició su cabello con una sonrisa amplia —No me esperen despiertos.
Cuando se enderezó miró a Yoongi con curiosidad.
—Cuídate —el peligris por fin habló. Hoseok sonrió ampliamente.
Jeongguk negó al verlo caminar hacia donde Namjoon ya lo esperaba sonriente. Se giró de nuevo y agitó la mano en forma de despedida, acto que todos en la mesa, a excepción del pelirrojo, imitaron.
—¿Todo bien? —preguntó Namjoon al ver ese detalle.
Hoseok sonrió —Todo perfecto.
Los dos caminaron al exterior del bar y se dirigieron al estacionamiento frente a él. El corazón de Hoseok se aceleró cuando el rubio caminó hacia la joya del mustang blanco del estacionamiento. Se quedó parado, observando lo brilloso y bien cuidado que se veía, ignorando por completo al rubio, que lo miraba entre gracioso y ofendido.
—¿Si vienes?
Namjoon habló y Hoseok salió de su trance.
—Sí, sí.
—¿Te gusta? —señaló el auto.
—Me encanta.
—Entonces sube.
El castaño asintió con emoción y corrió al asiento del copiloto. Miró todo el tablero entusiasmado mientras Namjoon a su lado se ponía el cinturón y prendía el motor.
—Aquí viene la mejor parte.
Hoseok se dejó caer en el asiento y vio como el techo sobre él se iba retirando poco a poco hasta que el auto se convirtió en un convertible y la luz de la calle los iluminó.
—Ya sé a dónde te llevaré —el rubio miró a Hoseok con una sonrisa y comenzó a conducir.
Al castaño se le dificultó retirar sus ojos de Namjoon. Solo tenía una mano en el volante y la otra fuera de la ventana, cada vez que metía los cambios intercambiaba la posición de sus manos y se veía malditamente relajado.
Y guapo, demasiado, extremadamente guapo.
De la nada el más alto le pasó un cable auxiliar y Hoseok lo tomó encantado. Conectó su celular y dejó que su playlist para escuchar en el carro se reprodujera.
—¿Haces esto...—señaló a ambos —...seguido?
—¿Esto?
—Ajá —Sonrió, girando su cuerpo para verlo más cómodamente —Invitar a chicos lindos a paseos e impresionarlos con tu mustang en la madrugada.
Namjoon lo miró por el rabillo del ojo y soltó una risa nasal—¿Doy esa imagen?
—Es de mala educación contestar una pregunta con otra...
El rubio sonrió de manera amplia —Nadie me había gustado lo suficiente para tan siquiera intentarlo
Hoseok le creyó la mitad. Solo sonrió. No de manera amplia como el rubio, era una más sutil, haciendo obvio que le había gustado esa respuesta.
Sin agregar nada más, regresó su mirada al frente y después a la ventana de su lado.
Cómo no sabía mucho de las calles de Seúl, solo observó el recorrido sin tener idea de dónde estaba o de a dónde se dirigía. Tomaron una autopista, prácticamente vacía y Namjoon sonrió.
—¿No quieres pararte y sentir el aire con música de fondo como en las películas?
Hoseok abrió los ojos de más, prácticamente brillando —¡¿Puedo?!
—¡Claro! No hay curvas cerca y manejaré con mucho cuidado.
—¡Espera! Déjame escoger una canción.
Namjoon asintió con una sonrisa, y Hoseok, lo más rápido que pudo, seleccionó la canción perfecta. Blinding Lights. Se quitó el cinturón y le dio el play a la canción.
Con cuidado se tomó de la ventana y se puso de pie. El viento lo golpeó en la cara al instante y a pesar de que no se sentía del todo bien, sonrió y levantó los brazos.
—Sujétate de ahí.
Hoseok asintió, y se sujetó del parabrisas. Namjoon aumentó la velocidad y el castaño soltó un grito de emoción, sonriendo a más no poder.
Se sentía libre, salvaje y rebelde, lo que más anhelaba ser.
El rubio sonrió de oreja a oreja con una mano en el volante y la otra en la ventana abierta. Cuando terminó la canción el castaño regresó al asiento sonriente, fresco y despeinado.
Se volvió a poner el cinturón y se recargó en el asiento.
—Me encantó —dijo como si se sintiera agotado, a pesar de sentirse más vivo que nunca.
—Lo noté —respondió arrugando su nariz con una sonrisilla, luciendo tierno a los ojos de Hoseok.
El castaño se arregló el cabello con el espejo retrovisor. Namjoon levantó una ceja.
—Sujétate de nuevo.
Asintió de nuevo y se aferró al asiento, justo al lado de sus piernas. El rubio metió un cambio y pisó el acelerador. Los latidos aumentaron con solo escuchar el rugir del motor, y al sentirse aplastado contra el asiento por la velocidad.
Los dos sonrieron y al paso de los minutos Namjoon poco a poco fue soltando el acelerador. Hoseok notó que ya estaban llegando a un lugar. El más alto se estacionó y bajó el respaldo del castaño y después el de él. Se dejaron caer y observaron el cielo amplio y poco estrellado frente a ellos.
—Cada que viajo a una parte me gusta venir completamente solo a los miradores que encuentro en los mapas —Namjoon comenzó a hablar, Hoseok no lo miró, siguió mirando el cielo oscuro con su voz de fondo —Entre más recóndito esté el lugar, más estrellada está su noche.
—¿Y me trajiste?
Namjoon asintió sonriente —Algo me decía que debía traerte, es mi primera vez acompañado.
—Es mi primera vez en un mirador.
El rubio miró a Hoseok, quien sonreía viendo el cielo.
—Hay una hermosa vista frente a mí.
El castaño miró un poco hacia el lado de Namjoon para ver el pedazo del cielo que él miraba, pero por el rabillo del ojo notó que no tenía su vista elevada, sino directamente hacia él.
Sintió el leve rubor en sus mejillas y después de pensárselo por unos segundos, se giró para mirarlo también.
—Me pasa lo mismo.
—Qué coincidencia —sonrió —Pero dudo que esté mejor que la mía.
Hoseok se acercó al contrario —La mía es todavía mejor.
—No lo creo —respondió, acercándose también.
—¿Por qué?
Namjoon negó con una amplia sonrisa —Ya bésame.
Hoseok se abalanzó a los labios del rubio al instante. Metió la lengua a su boca y sin importarle nada se levantó de su asiento y se pasó al de Namjoon, sentándose –como pudo- a horcajadas sobre él, golpeándose a sí mismo con la puerta y levemente con el volante.
El rubio volvió a colocarle el techo al coche y despues de subir los vidrios, tomó al castaño por la nuca y la cintura, profundizando el beso. Sus lenguas jugaban y se lamían entre sí. Hoseok soltó leves jadeos y comenzó a restregarse contra la entrepierna de Namjoon.
Cuando jugó son su trasero por pura curiosidad varios años atrás supo que él sería un bisexual pasivo. No había estado antes con un hombre pero no era exactamente un virgen. No después de tener una exnovia bisexual activa o de haber descubierto que los orgasmos por estimular la próstata se sentían mucho mejor. Pero aun así, eso no le quitaba los nervios.
Namjoon apretó su cintura y acarició su trasero por encima de la ropa. Hoseok se meció con más fuerza y el rubio respondió mordiendo su labio inferior. Lo jaló suave pero ardiente a la vez, y en lugar de volver al beso, habló.
—Hoseok-ah... —jadeó con advertencia. Hoseok dejó los roces y pasó a los leves sentones, colando las manos por dentro de su camisa negra.
—Lo quiero.
A Namjoon le brillaron los ojos.
—¿Estás seguro?
Asintió restregándose más fuerte. Namjoon respondió levantándole la camisa. Metió un pezón a su boca y con su pulgar acarició el otro.
—Nam... —gimió levemente Hoseok, más por lo sexy que se veía el rubio bajo él que por lo que sentía.
—Vámonos para los asientos de atrás ¿Sí?
El castaño asintió y fácilmente pasó de su regazo hacia el asiento de atrás, maniobrando para no soltarle una patada por accidente o no joderse a sí mismo la espalda por un golpe con el volante. Se desabrochó el pantalón mientras Namjoon sacaba algo de la guantera, colocaba los asientos mas adelante de lo normal e iba hacia atrás también.
Hoseok se recostó y levantó su camisa, sosteniéndola por los dientes. El rubio dejó una bolsa tras él y regresó a los pezones del más bajo, mientras él ya se bajaba el pantalón de mezclilla.
Soltó la tela entre sus dientes y Namjoon regresó a sus labios, tirando de los pantalones del otro para dejarlos por los tapetes, metiendo la mano en su ropa interior para comenzar a masturbarlo.
—Espera, espera —Hoseok habló en sus labios.
Namjoon paró todo movimiento. Levantó sus manos y miró casi asustado al castaño, quien se abrió un poco más de piernas.
—Quiero correrme solo con mi trasero —explicó sonrojado.
Namjoon no pudo estar más encantado con el chico bajo él. Quería masturbarlo y chupársela, sí. Pero era tan sexy que solo se viniera con sentir su pene dentro. Así que lo tomó de la cintura y después de quitarle la ropa interior y dejarla en alguna parte del asiento, lo guió para que se sentara en su regazo. Se desabrochó el pantalón y sacó su pene semi-erecto de los boxers y Hoseok tragó en seco.
—Mierda —dijo antes de empezar a masturbarlo.
Esa cosa estaba más grande que sus juguetes y ni siquiera estaba completamente parada.
—¿Qué pasó? —dijo Namjoon con una sonrisa, confiado por lo que le colgaba entre las piernas —¿Te ha tocado puro pito chico?
—Nunca he estado con un chico.
Namjoon frunció el ceño —¿Qué? Pero dijiste que tú...
Hoseok asintió antes de que pudiera terminar de hablar.
—A mi exnovia le gustaba jugar y después de que terminamos lo seguí haciendo —explicó —Me gusta jugar solo.
El pene de Namjoon respondió por él. Haciendo que el castaño soltara una risilla.
—Oh, eres bi.
Hoseok asintió —Si ¿y tú?
—Gay —Respondió rápido —Muy gay.
Al castaño le provocó un poco de gracia esa conversación. No por lo que decían, sino por las circunstancias en las que estaban. Mirándose a los ojos mientras masturbaba a Namjoon por debajo. Cerró un poco más su mano y se acercó más a su rostro para volverlo a besar.
El rubio correspondió al instante y cuando notó que el contrario se iba a empezar a preparar, detuvo todo en seco.
—Acuéstate boca abajo y levanta ese bonito culo.
—Pero quiero verte...
—Te prometo que volveremos a estar en esta posición, pero déjame prepárate como me gusta ¿Sí?
Hoseok asintió y se empinó en los asientos frente a Namjoon.
El rubio sacó el lubricante de la bolsa tras él. En la tarde lo había comprado para facilitar su masturbación y no podía estar más feliz de ser un olvidadizo y haberlo dejado en el auto.
Puso un poco en la entrada de Hoseok y con sus dedos comenzó a tantear la zona.
Hoseok respondió con un jadeo y meneándose levemente. Namjoon llevó la lengua a su estrecha entrada y al mismo tiempo metió el primer dedo.
Casi nunca hacía eso. Cuando tenía encuentros casuales con chicos se limitaba a la penetración, y nada más. Pero Hoseok era una clara excepción. Quería comérselo entero desde que lo vio caminar hacia su mesa una semana atrás y ahora que podía, no lo iba a desaprovechar.
Hoseok gimió por la inesperada sensación. Dedos sí había tenido antes, lenguas no. Sintió nada más que placer y gimió más fuerte cuando otro dedo estuvo dentro de él.
Namjoon quería masturbarlo pero recordó las palabras del castaño y se contuvo. Cuando agregó el tercer dedo y no notó incomodidad o dolor en Hoseok, se puso un condón, ese que estaba en su bolsillo y que Jimin le había pedido que le cuidara. Oops.
Se puso lubricante en toda la extensión y lo rozó por encima, para que el castaño lo sintiera.
—¿Listo?
—No —Hoseok se giró. Quedó boca arriba, abrió las piernas y tomó a Namjoon del cuello —Listo —dijo en sus labios.
El rubio lamió su cuello y se enderezó de nuevo. Lo tomó de las rodillas y después de guiar su miembro por la entrada, se comenzó a mover.
Metió solo la cabeza y poco a poco fue metiendo más.
Besó a Hoseok y se introdujo en su interior por completo. El dolor duró un poco más por el tamaño, así que solo se limitaron a besarse por segundos, tal vez más de un minuto. Namjoon se quedó completamente quieto pero cuando el castaño se meció con una leve mueca, no pudo evitar sonreír en sus labios.
Atrapó su labio inferior con los suyos y comenzó con el vaivén lento. Más pasional que salvaje. Hoseok respondió muy bien a sus movimientos, pero él se meció más fuerte. El rubio se enderezó, y casi leyendo su mente, lo tomó por la cintura y comenzó con las estocadas. Hoseok se tomó del extremo del asiento en su cabeza y gimió cada que Namjoon entraba una y otra vez.
Gemía sin poder evitarlo, como si sus cuerdas vocales y su garganta lo hubiesen traicionado por completo. No sabía si sentirse avergonzado o no, pero realmente no podría contenerse. Namjoon empujó más profundo. Aumentó la velocidad y al ver, o mejor dicho, escuchar la reacción del castaño, sonrió. Hoseok gimió más fuerte y jadeo un "Sí" al mismo tiempo que se retorcía bajo el rubio. Cansaba mucho y costaba más mantener el mismo ritmo de las estocadas pero valía cada segundo con solo ver la expresión completamente erótica que Hoseok llevaba en su cara. Los ojos cerrados, el ceño fruncido. El labio atrapado en su labio inferior, los gemidos altos que soltaba sin pudor, y los ojos en blanco. El rubio ya no lo soportó más y se sentó, trayéndose a Hoseok consigo, justo como había prometido y habían comenzado. El castaño se sentó a horcajadas nuevamente y por sí mismo dirigió el pene del contrario a su entrada, ignorando su pene erecto y goteando.
Namjoon enserio quería acariciar su pene, más porque lo tenía bonito, rosado y más largo que grueso. Se erguía cada vez más, y se veía mucho mejor porque lo tenía completamente pegado al abdomen, pero nuevamente se contuvo. Luchó por no penetrarlo de golpe en esa posición y mejor miró a Hoseok a la cara, que sonrojado, estaba metiendo apenas la punta en su entrada. Poco a poco se fue sentando. Jadeos, respiraciones fuertes y gemidos eran los únicos sonidos en el carro. Después el sonido de sus pieles chocar fue lo que más se escuchó, apenas Hoseok se acostumbró y le dio el visto bueno al rubio.
No estaban muy cómodos en esa posición, pero no les importaba mucho, menos cuando podían besarse fácilmente así.
—Mmh... Mierda, sí.
Hoseok habló en sus labios con los ojos entrecerrados, amando la forma en la que Namjoon enterraba los dedos en su cintura. Lo tomó más fuerte de los hombros y movió más su cadera, haciendo que el rubio recargara su cabeza en el asiento, alejando los labios de los suyos.
—Verga Hobi.
Bajó la mirada para verlo mecer su cadera, y de nuevo, se le hizo agua la boca al ver su pene goteando y completamente ignorado.
Namjoon nunca en sus veintidós años de vida había querido chupársela tanto a una persona. O mínimo jalársela.
Hoseok vio la intensión en sus ojos y soltó sus hombros para tomar las manos en su cintura.
—Fuerte... —pidió sonrojado.
El rubio pasó el brazo alrededor de la cintura del castaño y como era de esperarse, tomó impulso.
El choque de sus pieles y los gemidos de ambos -principalmente de Hoseok- resonaron entre las cuatro puertas del coche y tal vez hasta más allá de ellas.
El castaño apoyó la cabeza donde pudo, con una mano en sobre el hombro de Namjoon y la otra recargada en el vidrio de la puerta, que estaba seco y perfectamente cristalino y no empañado como en las películas.
—¡Ahí! —soltó entre gemidos cuando el rubio tocó un punto dulce dentro de él.
—Mmh... —jadeó en su oído —Lo encontré —dijo seductor para después sonreír.
Con más fuerza que antes y hasta más profundo, volvió a enterrarse dentro de él. El castaño cubrió su boca al escucharse a sí mismo. No le daba vergüenza gemir, pero ya estaba prácticamente gritando.
—No te cubras.
Hoseok negó, separándose un poco del pecho del contrario —Espera, espera.
Se quitó de encima, odiando sentirse vacío. Sus piernas ardieron al instante, especialmente sus ingles pero no le importó. Volvió al rubio, juntando las piernas y sujetándose del asiento delantero para montarlo de espaldas.
Namjoon tomó su propio pene y lo guió a la entrada de Hoseok, quien comenzó prácticamente a sentarse en su regazo. El rubio le levantó la playera para observar su espalda y aprovechó para tomarlo por la cintura, admirando la estética curva de su espalda.
El castaño se sentó por completo en su regazo y comenzó de nuevo con el vaivén. Más lento, porque realmente no quería venirse tan rápido y se sentía tan bien que le urgía que ese momento durara un poco más.
Pero Namjoon no pensó lo mismo. Se aferró más fuerte a la curva de su cintura y fue él quien marcó un ritmo profundo, fuerte y muy constante.
Hoseok enterró los dedos en el asiento y gimoteó como loco. Se arrepintió de haber cambiado de posición porque quería besarlo, pero ya rindiéndose, también se movió.
El rubio, como pudo, separó levemente las mejillas del castaño para ver como su ano se tragaba por completo todo su grosor y extensión. Quiso escupir en esa zona y tomarlo por el cuello, pero se contuvo.
Mejor soltó una leve nalgada y pegó el pecho a su espalda para morder su oreja.
—¿Te gusta?
—¡Mmh...!
Hoseok era un caos de jadeos y gimoteos, y todo empeoró al escuchar la voz grave del rubio tras él. Supo que estaba cerca y bajó su camisa de golpe para venirse dentro de ella y no ensuciar nada. Namjoon no lo notó. Aumentó la velocidad y la fuerza y terminó por correrse dentro del condón pocos segundos antes que el castaño.
El vaivén paró por completo y Hoseok se abrazó al asiento.
—Wow...
Namjoon asintió —Igual...
Pasaron exactamente siete segundos, hasta que Hoseok se paró levemente y sacó el pene ya casi flácido de su interior. Se giró un poco por el asiento y Namjoon levantó su camisa en el trayecto. Tomó un trapo del algún lado del asiento y limpió el semen de su abdomen.
—No tengo papel —se excusó sonriendo.
Hoseok lo miró serio —¿Es esa una camisa?
—¿Qué tiene? —sonrió —Mañana la lavo, está bien.
El castaño asintió, dejándose hacer. Mientras, y como todo un caballero, le quitó el condón a Namjoon, y casi en cuclillas -por como estaba parado- le hizo un nudo.
—Gracias, que amable.
—Cállate —Sonrió —¿Ves mis boxers?
Namjoon ojeó los asientos —Mmh no. Deja me paso para adelante.
—Si, si.
Primero le extendió una bolsa de plástico donde arrojó el condón usado y terminó por cubrirse la entrepierna cuando Namjoon, después de subirse los pantalones y cerrarse el zíper y el botón, abrió la puerta como si nada para ir al asiento del conductor. Se asomó por la ventana levemente después de hallar sus boxers y su pantalón en el tapete, y mientras se los ponía soltó un suspiro de alivio al ver el mirador prácticamente desierto.
Sintiéndose satisfecho, cansado y poco adolorido, bajó también del auto y se sentó como copiloto. Vio a Namjoon arrojar la bolsa de plástico hacia los asientos de atrás y después de verificar que la palanca de cambios estaba en neutral, y de acomodar sus asientos, ambos se pusieron el cinturón al mismo tiempo.
—Mañana todo el día me va a estar punzando la espalda
—Hoseok habló, bajando el vidrio —...Y las piernas.
—Lo siento —respindió el rubio, repentinamente sintiéndose culpable.
El castaño sonrió —No es algo malo.
Namjoon sonrió también y soltó un suspiro —Larguémonos de aquí antes de que pase una patrulla o algo así.
Hoseok asintió y miró hacia la ventana con nervios.
Mierda. ¿Qué seguía?
Sí, ya tenía su amor de verano ¿Y ahora? ¿Cuándo se bajara del auto lo debía volver a besar o lo trataría como el chofer de un taxi?
¿Le daba su número o esperaba a que se lo pidiera él mismo? Y lo más importante...
¿Lo volvería a ver o no?
Todo lo que duró el trayecto de la autopista, el castaño se exprimió el cerebro, tratando de recordar alguna escena de una película o alguna anécdota contada o algo que le ayudara a decidirse sobre su siguiente movimiento.
Namjoon, más tranquilo que nunca, llamó su atención.
—¿Me puedes decir tu dirección, Hobi?
Hoseok frunció el ceño —No la recuerdo.
El rubio se giró para verlo —¿Cómo?
—Es que... no conozco Seúl —dijo, ya sintiéndose avergonzado.
Namjoon lo miró prácticamente anonadado.
—¿Entonces?
Hoseok negó avergonzado sin saber qué hacer. Sonrió por puros nervios y una calidez se apoderó de él cuando el rubio junto a él hizo lo mismo.
—Revisaré en mi chat —dijo sacando su celular.
Por el rabillo del ojo vio a Namjoon asentir y dándose prisa abrió el chat que tenía con Jeongguk y Yoongi, ignorando el 1% que le quedaba de batería. Subió y subió por el chat y buscó entre los mensajes pasados, pero nada. Decidió ir al buscador directamente, pero cuando se abrió el teclado, la pantalla se volvió negra.
—Mierda.
—¿Se apagó?
Hoseok asintió, sintiéndose ridículo. De pronto sus ojos de abrieron de más.
—¡Ya sé! —Namjoon saltó levemente de su asiento, Hoseok se giró para mirarlo —Si vamos al bar donde nos conocimos tal vez pueda recordar el camino que tomamos de regreso.
Namjoon asintió.
—Perdón —dijo el castaño —Espero acordarme...
—No te disculpes Hoseok-ah, es mejor que nada. Tengo que dejarte en tu casa sano y salvo, como te prometí.
Hoseok iba a decirle que nunca le prometió algo cómo eso, pero mejor se calló. Namjoon prendió la radio y por largos minutos camino hacia el bar, unas cuatro canciones desconocidas fueron el único ruido perceptible en el auto, al menos hasta que llegaron.
El rubio bajó por completo el volumen de la música y miró al castaño, avergonzado y claramente nervioso.
—Ya estamos aquí, Hobi.
—Todo derecho y luego a la izquierda. De eso sí me acuerdo.
El más alto asintió, y con una sonrisa que tal vez lo ayudaría a despreocuparse, siguió las indicaciones. El castaño a su lado entrecerraba los ojos y trataba de recordar el camino que había tomado Yoongi la semana anterior. Namjoon tuvo que regresarse tal vez tres o cuatro veces, cuando la mitad de las veces que se encontraban con una calle divida en dos y el castaño tomaba la decisión equivocada.
La verdad, en lugar de molestarse, lo ponía de buen humor. Hoseok se veía lindo haciendo pucheros de manera inconsciente y mordiendo su labio inferior por los nervios.
—Derecha —dijo Hoseok, señalando la calle.
Namjoon giró el volante, pero el castaño lo detuvo con sus gritos.
—IZQUIERDA, IZQUIERDA.
—Okeeeeey —cantó el rubio.
—¡Sí! —gritó casi orgulloso de sí mismo —¡Es ahí!
Namjoon se agachó un poco para ver mejor por el parabrisas —¿Dónde exactamente?
—En ese pequeño edificio.
Cuando Namjoon paró el carro por completo y apagó el motor, el castaño se paralizó. Por estar al pendiente del camino, se olvidó en llegar a una conclusión sobre lo que debía hacer justo en ese momento.
Es decir, hacía unos largos minutos estaba gimiendo, empinado en el asiento trasero y ahora estaba casi temblando fuera de su casa. Todos sus pensamientos se volvieron un caos, hasta que sintió su tacto.
Namjoon tocó su pierna y cuando Hoseok se giró para mirarlo, el rubio atrapó sus labios con los suyos de una forma mucho más tranquila que antes. Justo en la forma en la que adoraba besar. De manera lenta y provocativa. No era que odiara la forma dura, pasional y casi violenta, todo lo contrario. Pero la manera en la que Namjoon lo tomó de la mejilla y los chasquidos húmedos de sus bocas resonaban en el coche, estaban en otro nivel.
—¿Te puedo ver de nuevo?
Namjoon soltó de la nada, apenas se despegaron. Miró expectante y curioso a Hoseok, que parecía que había dejado de funcionar.
De la nada los nervios lo comenzaron a invadir.
—Si prefieres que no nos veamos de nue-
—¡No! No, no, solo no esperaba que dijeras eso —soltó —¿Tienes una pluma?
Namjoon asintió y se inclinó para darle una pluma que estaba en el compartimiento de su puerta. Hoseok agradeció cuando la pluma estaba en su mano y tomó el brazo de Namjoon, para escribir en su piel.
—Ese es mi número y ya sabes donde vivo —se inclinó para dejar otro beso en sus labios —¡Adiós!
Namjoon, cuando apenas iba a decirle que no tenía teléfono, Hoseok se bajó del auto, y agitando la mano en forma de despedida, entró al edificio.
—Mierda.
Bueno, ya le pediría otro favor a Taehyung.
Hoseok entró a la casa con los latidos del corazón acelerados y una sonrisa. Yoongi y Jeongguk lo miraron extrañados desde la sala.
—Les dije que no me esperaran despiertos.
—Tu qué —dijo Jeongguk, dejando de mirarlo —Estábamos viendo una película.
Vil mentira. Cuando llegaron se sentaron en el sillón con música y cervezas para esperar a su mejor amigo.
—Ah —Hoseok levantó las cejas —Descansen.
—¿Y cómo te fue? —preguntó Jeongguk al tiempo que Hoseok se dirigía al baño.
—Bien.
El pelirrojo miró a Yoongi, que lo miró también, para así, juntos blanquear los ojos. Hoseok se asomó desde la pared que los separaba y los miró.
—Cogimos.
Los dos se agitaron de manera extraña.
—¡¿Qué?!
—¡¿Y eso?!
Preguntaron al mismo tiempo, entre sorprendidos y emocionados.
—Todo bien —dijo sonando casual, evitando a toda costa soltar los gritos internos que se le estaban acumulando —Le di mi número y se acaba de ir.
Yoongi se puso serio —¿Se cuidaron?
—Obvio.
—¿Y se van a volver a ver?
El castaño asintió —Eso espero...
—¿Para coger o para tener una cita?
—Oh —sus hombros decayeron —No sé.
—¡¿Cómo que no sabes Hoseok?! —gritó el pelirrojo.
—¡Pues no sé! ¿Las dos?
Jeongguk le dio un trago a su cerveza —Más le vale que te lleve a un lugar bonito.
—Tan sobreprotector —Hoseok sonrió y Yoongi asintió casi burlón, agitando el cabello rojo del menor de todos, ganándose un manotazo —Me iré a bañar, que descansen.
El castaño regresó al baño y después de encerrarse, Yoongi aplastó su lata de cerveza.
La arrojó a la mesa y se dejó caer por completo en el sofá, ganándose una mirada curiosa de su mejor amigo junto a él.
—No sabía que esperar, pero créeme que se acostaran no estaba entre las opciones, solo han pasado pocos días.
Jeongguk imitó su postura —En las mías sí —Bufó —Algo en Namjoon no me cae.
—Taehyung le pone casa*. También Jin y Jimin, aunque no lo quiera admitir.
—No digo que sea malo o me caiga mal —Aclaró —Pero siento que Hoseok es mucho para él.
Yoongi levantó una ceja con una media sonrisa —Pero no es nada serio, Gguk. Hoseok ahorita quiere ser un caos y un rebelde; acostarse sin compromisos con un chico debe estar en sus planes, sí o sí, y ya lo hizo.
—Pero dijo que se van a volver a ver...
—Namjoon va a ser algo así como su amor de verano. No necesita nuestra aprobación, solo la de Hopa.
Jeongguk bufó —Tienes razón, hyung.
Hoseok se tiró en su cama, con el cabello húmedo y usando solamente su ropa interior. Mordió su labio al recordar lo que acababa de pasar.
Con el celular conectado a la corriente actualizó por tercera vez su bandeja de entrada y suspiró al no ver un mensaje nuevo.
Tercer capítulo* lol
AY NO SABEN LO QUE AMO ESTA HISTORIAAAAAAA
EN FIN GRACIAS POR LEER UWU
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