⳼♛- Tren de Emociones -♕⳹
Entrar a la espaciosa empresa nueva con un pequeño en brazos era, tal vez, una de las cosas que nunca me vi hacer en la vida.
Li Yie imitaba el sonido de un avión mientras jugaba con el mismo de juguete y yo llevaba en un brazo la bolsa con todo lo que el niño ocupara. No me creía avanzando por el lugar con mi pequeño hermano y ocupándome del trabajo y sus necesidades, pero lo haría de todos modos.
—Jeon —la voz de Man-Shik, mi superior en el trabajo, me hizo voltear a verlo y sonreírle, sintiendo al niño en brazos esconderse en mi hombro y dejar de decir palabra alguna—. Y pequeño-Jeon, ¿qué haces tan temprano aquí?
—Yo... vengo a buscar a Dan —mis mejillas se calentaron un poco y carraspeé mi garganta—. Este pequeño no irá a la escuela hasta unas horas más tarde y me lo encargué para cuidarlo, espero no te moleste mucho.
El hombre rio, y recordé lo muy lejano que parecía ser mi tipo de hombre hasta hace un año. Un tipo mayor y grande, era bastante apartado al chico pequeño y mimado que ahora tenía robándome el sueño.
—Dae amará cuidar al niño, no te preocupes. Mientras tanto, ve por el chico, lo noté hace poco, no parece querer estar mucho aquí por el día de hoy —diciendo eso se acercó al pequeño en mis brazos, y le sonrió como nunca creí verlo hacer—. ¿Qué tenemos aquí, un aviador?
Li Yie lo miró un momento antes de abrazarme por el cuello y decir tan fuerte y claro como pudo—: Papá avión.
No comprendí del todo su lenguaje escaso hasta que mi mayor rio y tomó al pequeño en sus brazos.
—Tu papá tiene que ir a cuidar de algo, después regresa, y seguirán jugando —me guiñó el ojo tras bajar un poco sus lentes oscuros y sonreírme.
Me sonroje tras captar que Man-Shik creía que Li Yie era mi hijo, y que yo no había sido muy claro con respecto a eso, pero se lo vendría explicando hasta después. Primero, tenía un pequeño zorro que encontrar.
La conversación que había mantenido con él noches anteriores me tenían alarmado, aún más por el hecho de encontrar muchas faltas en su horario teniéndome con demasiadas preguntas, y no quería ni pensarlo, pero sabiendo del hombre que tenía por "chofer", me encontraba más paranoico de lo que gustaría.
—¡Dan! —la hablé al encontrarlo vagando por el pasillo hacia su salón de ensayos—. Nene, ¿podemos hablar?
Apure mi paso y logre escuchar como iba concentrado, respirando fuerte y apretando entre sus brazos un cuaderno color morado. Aquello me hizo entender que en ningún momento me había escuchado, y que, de no interferir, era probable que terminara cayendo por el letrero que avisaba del piso mojado.
—¡Dan, detente! —intenté de nuevo.
Había decidido que me tocaría actuar cuando el chico estuvo a nada de tropezar con el objeto. Corrí hasta tomarle de la cintura y cargarlo en mi hombro cuál costal, escuchándolo gritar por la sorpresa y relajarse tras captar mi presencia.
Iba regañándolo por el hecho de que había estado llamándolo, pero no obtenía respuesta alguna más que sus pequeñas manos acariciando mi espalda como si la masajeara, y eso me tenía con las cejas fruncidas en desconcierto y desaprobación a mi excitación matutina.
Lo llevé al baño para comprobar toda duda que tenía antes de acompañarlo al salón de prácticas nuevamente, por lo que había tomado otra ruta, contraria a su primer objetivo y sin obtener queja alguna. Trone el cuello mordiendo mi lengua para detenerme de hablar y extrañarme enteramente al no escucharlo preguntar.
Suspiré más confundido que con dudas aclaradas y lo dejé sobre el suelo para estudiarlo. El chico me veía atento y con una sonrisita aniñada en el rostro, aquello me hizo acalorarme la mente un poco más de lo que quería, y no de la forma que buscaba.
Agité la cabeza, despertando al fin y tome de los hombros al chico—. ¿Qué ha pasado? —La visión tierna y confundida de sus ojos me llevó a tragar y a obligarme a concentrarme en lo que buscaba hacer—. Ayer te noté mal, Dannie, ¿qué pasó? —Recordé su aspecto apagado y triste el día anterior y eso fue suficiente para mantenerme al tanto de todo—. ¿Tus compañeros saben algo, hicieron algo? —quizá era algo de poco sentido, pero para mí no, todo era posible, todo era importante, más tratando de él, de gente que me importaba—. ¿In-su?
Sus ojitos se aguaron y sentí un dolor punzante en el pecho al entenderlo. Levantó sus dedos después de unos segundos y alzó tres, comenzando a bajarlos respondiendo cada pregunta, dudando en la última, y al final, asintiendo.
—Ese desgraciado... —Tenía dudas sobre su falta de voz, pero aún así intenté captarlo tras disipar un poco la molestia—. ¿Qué te hizo, te miró, te tocó, te...? —Los mismos tres dedos fueron alzados y asentí, entendiendo que las respuestas serían dadas a su modo—, ¿te miró? —afirmativo—. ¿Te tocó? —duda, pero afirmación de nuevo. Respiré contando hasta tres para calmarme—. ¿Te- hizo... algo más? —Su negación rápida logró ayudarme a respirar más tranquilo, y tras verlo asustado reaccione ante mi pregunta imprevista—. Tranquilo, sólo quiero cuidarte. No usaré esto para nada más... ¿qué tal estás? —Genial, joder, un loco me acosa y es mi chofer. Negué ante mi propio sarcasmo y corregí mentalmente con molestia—. Lo siento, nene, creí que esto no me haría sentir mal, pero me está enojando tanto que te haya hecho algo, que-
Y era tanta la molestia que quería revelarme ante el estúpido que tenía por padre y de toda gente que le hiciera daño.
Mi cabeza estaba siendo del todo agresiva, hasta que el agua helada golpeó con fuerza mi sistema dejándome helado y sólo reaccionando para tomar su cintura y acercarnos más.
Me estaba besando...
El chico que me gustaba me estaba besando, y fue suficiente para olvidarme de todo. Degustando sus labios y sintiéndome orgulloso de escuchar sus chillidos consentidos.
Mierda. No pude negar ningún impulso, ningún calor ardiente que me recorría el cuerpo buscando apagar toda llama en su piel, sintiéndome satisfecho al escucharlo ceder y estar tranquilo. Frotándome contra él, queriendo aprender todo lo posible para hacerlo sentir bien. Mordiendo y chupando su cuello como tantas veces había fantaseado y disfrutando del contacto de la piel ajena y suave estremeciendo bajo mis labios y roces.
Eso, hasta que cada gramo de consciencia regresó de golpe, recordando por lo que pasaba, deseando no fallar en nada, cediendo cuando me aparto casi sin fuerzas y observo a la puerta.
No dije nada, de repente, el calor parecía haberse convertido en niebla helada permitiendo a nuestras respiraciones colarse entre cada pensamiento.
Él esperaba algo, yo lo esperaba a él, comprendiendo que mis cuerdas actuarían bajo su mando y mi cuerpo era devoto a él.
Sus ojos asustados y el seguro siendo quitado de la puerta me dejó claro quién había interrumpido. Que no habían sido mi acciones, ni tampoco mis ideas, sino el mismo monstruo que parecía querer jodernos la existencia.
Lo tome de la cintura, jalándolo hacia el baño más cercano, cerrando la tapa y subiendo la mayor parte del cuerpo de Dan en ella mientras yo aseguraba toda resistencia en brazos y piernas, asegurando por completo al chico a mi lado.
Nos quedamos en silencio, al punto que sentí que todo mi sistema recordaba las películas de miedo que tanto adoraba, pero ahora, siendo completamente consciente que había entes peores que demonios y sueños, y que parecían atormentar a quien me regaló alegría de nuevo.
Las blasfemias de In-su llegaron rápidamente, y me forcé a soltar lentamente el aire acumulado en el pecho, molestándome, deseando salir y simplemente cazarlo hasta llevarlo a pudrirse en el mismo infierno.
La vista por la rendija en el cubículo me hizo sentir asqueado, enojado al captarlo tocándose, moviendo con agresión el miembro oculto en sus pantalones, y sólo recordé toda cordura al mirar al chico acostado sobre mi pecho, temblando y pareciendo a punta de vomitar. Voltee a ver al hombre en el espejo, y regresé a toda realidad cuando el mismo tacto suave me obligó a mirarlo.
Unu mi frente con la suya y me obligue a observar sus ojos, jurando entre silencios que lo cuidaría siempre.
La vista de mi pequeño hermanito yendo a abrazarme logró destensarme un poco, para volver a endurecer cada músculo cuando Min-Shik tocó mi hombro, palmeándolo en un gesto amistoso.
—Te ves tenso, lobo —el mote de Dae salió de sus labios risueños en lo que mi hermano jalaba las patillas largas de mi cabello—. ¿Problemas con tu chico?
Miré hacia Min-Shik notándolo hundirse de hombros sin importarle que me encontrara molesto por su actitud chismosa con su pareja.
—Al parecer los chismes vuelan —dijo sin más, riendo y yendo a abrazar a la chica que ya le esperaba, besando sus labios y acariciando con cariño el vientre de la fémina.
Era consciente de la búsqueda de la pareja por obtener un hijo, y no les importaba adoptarlo o congeniarlo por sí mismos, pero había sido sabido que aquello no era algo que lograran fácil por los innumerables abortos. Hice una mueca al ver el extraño sentimiento de unión que tenía hacia ellos recorriéndome de nuevo.
—No lo culpes. Mi Min-Shik no sabe ocultarme cosas, y al parecer, este pequeñín tampoco.
—Mi hermanito parece estar muy contento con ustedes, gracias —dije al verlo sonreír y alzar sus brazos nuevamente a la mujer que había comenzado a hacer muecas raras que sin duda revelaban su amor por tener niños cerca—. Y sí, estoy algo tenso, pero no por él.
Min-Shik me miró un tiempo hasta captar la palabra "hermano" y reírse de su propia idea. Rodee los ojos, y ambos se acercaron. Dae quitándome al niño en brazos y Min-Shik quitándose el saco y camisa para señalarme.
—Ahora, los guantes, al ring, vamos —comenzó a tomar las vendas y Dae se alejó jugando con Yie—. Desestrésate, lobo.
Bufé e hice caso, acatando la orden de mi superior. No fueron unos solos segundos, entre sacos y combates hasta caer en el suelo, ambos, por completo exhaustos.
Había enviado a Dae a dejar a mi hermano tras comunicarlo en la escuela, y nos levantamos de golpe al escuchar sus tacones y aplausos al momento en que entró al lugar.
—Vamos, sementales, a vestirse, hay que trabajar. —Exhalamos cansados al mismo tiempo y su carcajada llegó antes del golpe en el pecho de ambos por la botella de agua—. Andando, refrésquense y nos vamos.
Nos levantamos, abriendo la botella y haciéndome reír al ver a Min-Shik sobar su pecho donde la bebida impactó. La camisa, el saco y la corbata nos fueron entregados momentos después por la mujer y dijo esperarnos ya que iría al baño. Hasta entonces no había notado la bolsa de farmacia en sus manos.
—¿Lo viste?
—¿Hm? —miré al hombre, daba la espalda a su mujer justo cuando salió, así que claro que no había notado.
Entonces, era mi decisión, adelantarle la idea a nueva cuenta, o hacerme cómplice de mi señora al mando.
—Nada, tal vez lo imaginé —carraspee, pensando con inocencia. Quizá podría empujarlo un poquito—. ¿Cómo ha estado Dae estos días, no has notado que ha estado algo cansada?
El hombre terminó de tomar agua para después reír—. No imagines. Dejé de ilusionarme hace tiempo.
La sonrisa se borró de mi rostro al escucharlo, y entonces entendí que el hombre probablemente se desmayaría escuchando la noticia. Por lo que sabía, Dar no había mantenido un embarazo por más de un mes, y todas las señales claras habían pasado ese tiempo.
Simplemente me hundí de hombros acomodando mi corbata y saliendo del lugar, encontrándonos con Dae en el camino y soltándole entre palabras codificadas que yo ya lo sabía. La mujer sonrió enternecida cuando le dije del mismo modo que me sentía contento por la idea, y que la veía siendo una excelente madre.
Mis ojos se toparon con los de Dan y no evite sonreírle al verlo sonrojarse.
Sentí mi celular vibrar al dejar el lugar como lo había esperado y le contesté al chico después de que ambos superiores me hicieran burla por el claro gesto que me delataba irreversiblemente enamorado.
➠ 𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
🄀⒏
"目的地: Destino"
La imagen de perfil es distinta porque fue hace tiempo... owo"
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