⳼♕- Trato Roto -♛⳹

Miraba alrededores de lo que parecía ser el mismo lugar de siempre, la estación de policía, en movimiento. Y me sentía distinto.

La verdad era que Christian había pedido otra semana de reposo, así que llevaba dos sin hacer absolutamente nada que me llevara a estresarme.

Ahora entendía a la abuelita de Dan diciendo que le provocaba ansiedad no trabajar. Pero aún con aquella ansiedad, sabía que la sensación recorriéndome no era más que la señal de que algo malo pasaría.

Y no gustaba de esas sensaciones.

La primera avisándome tiempo antes de que ocurriese sobre la separación con Dan. Y si algo me había enseñado el chico, era a hacer caso a intuiciones que gritaban como locas.

—Seong —miré al mismo que me había retenido de descansos con amenazas del estilo en que "si me veía trabajar me arrestaría para descansar en una celda", y sonreí sin preocuparme—. Es bueno verte mejor.

—Sí... me parece de agradecer no escuchar este mismo saludo mientras abres mi celda —El hombre rio y tomó de mi brazo para jalarme en un abrazo que, más que tensarme, me llevó sentirme tranquilo del miedo que sentía.

Tras separarnos, Christian volvió a la misma actitud seria de un oficial de policía.

—La infiltración esperará a la próxima semana, ¿estás seguro de querer seguir con eso? —comenzó a avanzar hacia su oficina y lo seguí desde atrás.

—Bastante seguro —dije, optando cuál infante la seriedad del hombre, y me miró con cierta burla y cariño al notarme, me sentí avergonzado—. ¿Por qué se pospone?... además de, claro, mi clara indisposición.

Desde que había sido un poco más sincero conmigo, veía conveniente ser lo que era con los demás si les mantenía la suficiente confianza. Christian y Dan eran ellos, y también contada a Kora en todo.

—Descubrimos violación de entrada en la empresa HYBE, y justo, tu chico se encontraba dentro en una de las siguientes visitas. —Me tensé ante aquello—. Nos hallamos monitoreando el lugar tras la ejecución, revisamos entradas y salidas, pero ninguna ha sido forzada.

—Como si tuviesen permiso... —olvidé mi actitud relajada y pensé detenidamente el porqué de aquello—. Vigilen trabajadores y cuestionen lo que hagan, podría haber algún soborno.

El mayor me detuvo antes de entrar a la sala—. Ese es el problema... No se nos ha sido permitido entrar a revisar la empresa principal. —El sudor frío recorrió mi espalda—. Bang ha intentado de todo, pero parece ser que no le escuchan. Queremos llevar esto a actos legales, pero necesitamos pruebas, algo que indique de forma más contundente la existencia de una organización para poder entrar por la fuerza. —Asentí, intentando organizar mi cabeza, estresándome el hecho de tener que tardar para cada movimiento, pero yo mismo sabía que hacían todo lo posible—. La infiltración pasará para la próxima semana debido a esto, no podemos movernos si esos chicos recorren el lugar y revelan información. Podría llevarnos a clarificar la investigación que se está llevando a cabo, otra alerta para ellos... Por mientras, ve estudiando a tu personaje.

Volví a asentir, siguiendo a Christian cuando entró en su oficina, encontrando a Man-Shik con su portátil lleno de cada archivo y video, y tomando una taza de café que se veía reciente, pero, que por el aspecto del hombre, me decía que no era la primera.

—¿Desde cuándo estás aquí, Man? —pregunté, acercándome a su espalda y notando el estremecimiento en la misma.

Parecía no habernos escuchado al entrar.

El hombre tecleo algo antes de que la impresora en la oficina de Salix comenzara a trabajar y me miró, sonriendo con cansancio.

—Es bueno verte... —frotó sus ojos y se enderezó, tronando los huesos de su espalda en un ruido sonoro y progresivo—. Desde las 6 a.m, cuando tu padre no-legal llegó al lugar, llevó sin dormir desde hace tres días —aún con su tono burlón, hice una mueca, mirando a Salix con reproche.

—¿A él no lo encerrarás en una celda?

Christian se burló, y Man-Shik nos miró completamente perdido.

—Muéstrale al niño lo que encontramos —mencionó, tomando asiento en la silla tras su escritorio y sirviéndose una taza de café.

Yo miré al retrato que decoraba su escritorio, o a uno de los varios que tenía.

Su esposo, Alexis, se veía tan sonriente y brillante como siempre me había comentado el mayor que era.

Ojos azules y brillantes, rasgados por su natalidad japonesa y cabellos dorados sorprendentemente naturales. Sus tres hijos sonreían entre ellos, una niña, de quizá dos años, en los brazos del capitán de la policía y otro en los de Alexis, uno más grande sonriendo mientras abrazaba a sus dos papás en el medio de su asiento en aquel sillón donde a Alexis pareció conveniente tomar una foto mientras su esposo jugaba con su pequeña niña en brazos haciendo muecas raras.

Sonreí, por un momento deseando tal cosa para mí, incluso para Dan.

El mismo que, parecía estar presionando de vez en cuando –bastante– su collar de luna por accidente. Había visto brillar el mío ya varias veces, razón por la que lo había llevado conmigo aún hasta en el trabajo ahora que volvía.

Aún así, no deseaba hacerme ilusiones.

—Dos chicos fueron localizados ingresando al lugar, esto es lo más reciente que se ha encontrado en las cámaras. —Entendí después que por algo era el portátil de Man-Shik; la policía no podía ingresar ya a las cámaras de seguridad en esa empresa—. A partir de ello, pudimos hacer un escáner por el descuido de uno de ellos.

Mostró la grabación, a la que presté completa atención hasta que el chico, –uno de los infiltrados– volteo con levedad, Man-Shik acercó la imagen llevándome a mirarla completamente pixeleada.

Capucha oscura, así como lo demás en su ropa, cabello negro y piel blanquecina. Su compañera utilizaba una cachucha, de cabello corto hasta la nuca, y me recordó un momento al estilo de cabello de una de mis ex-amigas.

Man-Shik escaneo el rostro del objetivo masculino mientras comenzaba a hablar—. No hubo ningún registro que señalase aprensión o liberación de cargos en la red de datos, pero pudimos acceder a la de cada ciudadano con ayuda —Con eso, se refería a medios-no-legales. Me iba dos semanas y pasaban las cosas divertidas, vaya—, escaneamos el rostro para poder dar con alguna idea digitalizada del cómo se vería. Y encontramos una coincidencia, sus datos, pero lo extraño...

Tecleo para ingresar a otra pestaña, mostrando varios documentos legales, noticias incluso y fue mi momento de mirar a Christian para que explicase.

—La identidad del chico resultó ser Cho Jung-Seok, un chico que este año estaría cumpliendo 16 años...

—¿Estaría? —Christian acercó los papeles que había mantenido a la mano tras sentarse, y leí la información del documento.

Mis ojos se abrieron con clara sorpresa.

Según registros legales, el chico estaba muerto.

—Su cuerpo nunca fue encontrado, pero fue un caso que cerraron en la policía al norte de la ciudad donde ocurrió el incidente. —Christian hizo una mueca al decirlo, y lo entendía, el hombre no gustaba de dejar casos a medias, a ello que tuviese incluso una carpeta con la investigación abierta de un hombre que había muerto hace seis años, pero él seguía investigando. Yo lo admiraba—. Para ellos, lo más sencillo fue delimitarlo muerto.

Noté la exhalación del hombre, fastidiado, pero después, una mirada fugaz hacia mí, y luego la duda en los ojos de Man-Shik cuando lo miré, ambos observándome.

—Resulta que ese chico no fue el único que desapareció por aquel tiempo. Pero lo que nos confunde más es que dos años después otro chico desapareció y él... —susurró mi mayor, alejándose de la silla para darme espacio a leer los archivos abiertos en la computadora.

Yo me acerqué, forzando a mi cabeza a saber porque el día de su desaparición era algo que causase tanta incomodidad en los que me rodeaban.

Eso, hasta que leí las primeras líneas en un documento de una petición de búsqueda legal.

"caso abierto para la investigación de la desaparición de Jeon Yejoon."

es informado que un niño de diez años fue registrado como desaparecido el pasado 4 de agosto de 2020, tras no ser encontrado desde el día 2 del mismo mes.

Avance en la lectura, sin poder frenar la sorpresa que aquello me transmitía y lo último que leí fue capaz de helarme la sangre.

'El caso fue cerrado tras cinco meses de búsqueda a petición del padre: Jeon Dak-ho.'

'El niño nunca fue encontrado'

En cuanto el peso de la noticia llegó a mi cuerpo, el collar que colgaba de mi pecho brilló dos veces. Pero ni siquiera aquello fue capaz de lograr tranquilizar mi mente ni el fuego que sentía quemar mientras corría por mis venas. Las lágrimas corrieron por mis ojos, por el miedo que imaginé correr por mi hermano.

Porque lo era.

Había intentado negarlo mientras leía, pero el ver el nombre de mi padre lo había confirmado todo al entrar en la selección de su nombre clamando "Ex militar".

Hijo de puta —exclamé frustrado obedeciendo a todo lo que en mi cabeza gritaba ir a reclamar al hombre.

Me había mentido.

Por ello había desaparecido por largo tiempo, y al hacerlo, fue capaz de verme la cara de imbécil. Las señales habían sido claras, y yo no las había visto.

Dak-ho Jeon había mentido, y roto su trato. Mi hermano estaba desaparecido, y posiblemente muerto o en algún otro lado, y a quien decía que era mi pequeño hermano... no lo era.

Había estado conviviendo con extraños.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒉⒈
"挱挌: Cosquilleo"

Y dijo la bomba: "KABOOM" 💣

¿Recuerdan que el nombre de este "acto" es traición? Bueno, esta es la primera de la que Seong-su es consciente.

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