⳼♛- Superior -♕⳹
Así que, mantenerme hablando con mi propio hermano, diciéndole que había sobrevivido al segundo día con los niños, fue algo que no me vi haciendo nunca. Pero considerando que volar de Estados Unidos a Canadá para ver a Addae era una hora, con las 18 a las que me enfrentaba para llegar a Corea, mi vida pedía parar de viajar y lanzarme a hacer ejercicio apenas llegara al lugar. Nunca había viajado tanto en casi dos semanas. Los otros Idols que cuidaba llegaban a mantenerse tres o cuatro días en un mismo estado, la mayoría de viajes llegaban a ser en camión y después continuaban los vuelos. Estar con B!XXEN había sido un mundo distinto.
Así que agradecí poder estar de pie en casa de la familia Colors Jeon. MinJi por fortuna jugaba y no pedía a que me sentara, más Junnie cada tanto me pedía atención en el juego que mantenía en lo que MinJi alborotaba a los demás niños. Hijos e hijas de vecinos, cosa que me sorprendió al no ser de su escuela.
—Tal parece que tienen un trato no dicho. Cada que molesten a Junnie, MinJi podrá ser muy sociable y amigable con otros, pero no permitirá que convivan en el mismo lugar que su hermana. Es una niña muy educada y con valores muy bien escritos —halagó el mayor de la familia acariciando mis hombros para jalarme consigo hacia la cocina.
Después de eso, tuve el regaño de mi vida. Pero la sensación de malestar se fue tan pronto entendí las razones de mi pareja, llevándome a abrazarlo, y entonces el regaño no hizo más que ser una forma de dejarme ver sus necesidades. De ahí entendí que ambos éramos complicados y no sabíamos comunicar muy bien, pero que, escuchándonos, podía funcionar—. No volverá a ocurrir, lo prometo. —Sí, había parecido molestia en un primer segundo, pero tras escucharlo, sólo era miedo lo que le invadía, por no repetir su pasado—. Me empeñaré en enseñarles lo mismo que tú buscas —Dan había sido abusado, él sólo quería hacer lo posible porque sus hermanas no viesen mal todo tipo de chantajes o abusos, y lo principal siempre se encubría enseñando a un niño que los secretos existen—, así como a mi hermano. —La idea lo que le había ocurrido a Yejoon llegó a mi mente, pensando en Li Yie—... que sea un chico no lo aleja de esas cosas.
Susurré, sabiéndolo, no por nada el chico en mis brazos lo había sufrido. No por nada Yejoon había desaparecido, Sunwoo había sido engañado y lastimado. La gente se cegaba en tantos estereotipos que no veían que al mundo y a la perversión no le interesaban cosas como títulos, edades o sexos. La maldad simplemente asechaba, siempre. Aún con eso, podía haber gente como Dan que, tan indescriptible como fuese el decirlo, no había sido corrompido por las desgracias de ser un humano. Los días juntos en un ambiente más él lo habían demostrado.
Respiraba en calma cerca de árboles, danzaba cada que llovía o simplemente admiraba el olor y la simpleza de un paisaje mojado, se callaba para escuchar a cada animal, cada corriente, cada minúsculo ruido en las losas de una cabaña. Sacaba a los animales minúsculos, insectos que uno por costumbre mataría, esperaba a tomarlos o resguardarlos con delicadeza para dejar ir fuera. Incluso aves se acercaban a su presencia. Él había llegado a hablarme de un maestro suyo en Defensa: "un aura y energía bondadosa", eso le había dicho el hombre tras ver como siempre los insectos o animales buscaban estar cerca suyo, lo miraban atentamente, y Dan se reía diciendo que aquello era tonto. Quizá era su propio ateísmo, o su poca apreciación en sí mismo, pero yo no pensaba lo mismo.
Los animales lo aclamaban como uno de ellos. Podía verlo con simplezas como que cientos de cachorros lo siguieran, como que delfines, tiburones, medusas, belugas, tortugas o ballenas lo siguieran por el acuario donde se sumía en pensamientos... Que mamíferos parecieran entenderse con él en un refugio. O que insectos pequeños siempre lo siguieran día con día. El mundo solo me confirmaba la bondad que ya veía en su persona. Aquella que seguía cuestionándome porque entregaba a seres que jamás lo entenderían, que se aprovecharían. Porque entregaba su bondad y confianza a gente como yo...
Aún así, no me diría indigno, quería serlo todo para él. Una especie de demonio que buscase por su bien. Porque su toque lento y miradas soñadoras seguían resplandeciendo y me hechizaban aún cuando el humano hubiese hecho de las suyas destruyéndolo. Quería cuidarlo, protegerlo, y con él, a la gente o todo ser que lo siguiera, sin dudar en tenerlo como prioridad si uno de ellos lo hería. Tal cual hacía Doori con Miu.
Porque quería demostrar que Jung-Seok se equivocaba. Era de ellas de quienes aprendía. No de mi padre o mi madre, nunca fueron ellos, sólo los golpes de cada día. Al contrario, Miu y Doori eran charlas y entendimiento, sonrisas o caricias ante las fallas. Lo que la mayoría halagaba de ser madre. Una persona que te brindara seguridad y cariño... eso eran ellas.
—Dan-ah —Junnie me sacó de todo pensamiento tras sentir las manos de Dan aferrarse y luego soltarme. Entendí por su mirada que la preocupación le invadía, y tras mirar el mensaje silencioso de la Jeon menor, me retiré.
La sala me recibió con la visión de MinJi despidiendo a todos los niños que habían sido invitados a la casa, dejando únicamente a los chicos del grupo ocupando los sillones o el suelo. Los señores Jeon susurrando entre ellos cuando una de las niñas le entregó una flor a MinJi y esta se coloreó con intensidad provocando que chillara un hasta luego del que, noté, todos quisimos reír.
—Seong-su oppa —la escuché llamar, mirándole desde mi altura, y ella frunció el ceño al no verme ceder bajando hasta sus pies—. ¡Princesa!
Ahí estaba la niña mandona que conocí con cinco –casi-seis– hace tres años. Me arrodille ante ella y su sonrisa mimada fue suficiente para ignorar la expresión sorprendida de Chung-ae por el apodo que me era otorgado.
—¿La estás pasando bien, reina? —cuestioné, y la niña se despertó de su mirada en la flor de papel que le había sido entregada.
—¡Si! Mucho, pero quería saber, ¿dónde están mi caballero y mi hermana, reina tercera? —Miré a los padres de la niña, y estos sólo se amontonaban entre ellos discutiendo "silenciosamente" por tomarnos fotos.
—Tu caballero y la reina tercera están manteniendo una charla, mi pregunta aquí sería, ¿qué ocurrió con la gente de tu pueblo, por qué decidiste despedirla de la gala?
A este punto, estaría acostumbrado a rolear realeza.
—Umh, eso es fácil. Uno de ellos se burló de Junnie por sus ojos, y también por sus lunares. Y una de las niñas se puso a incomodar a las tías Miuori. —No había esperado tal respuesta, mirando a las involucradas que solo negaron algo apenadas—. Claro, Daisy está descartada de las molestias.
Los murmullos hechos a la flor me afirmaron que Daisy era la niña de vestido verde y adornos de mariposa en el cabello. Yo me encontraba intrigado de lo que era dicho, pero no sería chismoso con respecto a la vida de la niña. Contrario a mis deseos susurré—. A todo esto, tu caballero descubrió nuestra trampilla con respecto al dragón. —Noté el miedo en los ojos de la niña y palmeé su cabeza con cariño—. Respira, sólo me regañó a mí, alteza.
Ella suspiró, pidiéndome que la acompañara a su "trono", más específicamente, los cojines tirados cerca de la mesa de centro en la sala, donde todos los demás rodeaban y los regalos parecían muralla a nuestro alrededor. Sentí un poco de envidia por lo divertido que parecía ser tener regalos en un cumpleaños. Y pronto tragué saliva algo avergonzado de mis propios celos. Que yo no tuviese más que rutinas de entrenamiento que restasen importancia al día de mi cumpleaños, no significaba que sería igual para todos.
—¿Por qué parece que no quieres sentarte? —preguntó MinJi en voz alta llamando la atención de todos.
Yo carraspee tras ver la mirada extraña de parte de Aestoria—. He estado viajando mucho, pequeña —mire mal a la chica que había estado teniendo suposiciones extrañas y quise reír de su suspiro desilusionado—. Y acostumbro a ser una persona activa, estar tanto tiempo sin hacer nada en aviones y esas cosas, me tienen con ganas de hacer ejercicio.
—Oh... ¡uh! —el brillo entusiasmado en los ojos de la niña no hizo más que recordarme a Dan cuando tenía ideas—. Yo adoro hacer ejercicio, podemos hacer una pequeña competencia en lo que llega mi hermana. —Mire a los padres de la niña, y Chung-Hee solo pidió con señas que fuese leve tal "competencia", yo noté a mis compañeros entusiasmados con la idea—. Además, no quiero abrir sola mis regalos, siempre hemos sido Jun y yo.
Asentí después de un momento. Y admito que fue divertido cuando la niña me dejó en plena "lucha" disimulando su pérdida. Me había llamado un competidor demasiado ágil para ella y eso no había hecho más que hacerme reír por sobre el poco apoyo de mis compañeros regalados a la niña, pero se los dejaría pasar, porque era su cumpleaños.
—Eres cruel, ni siquiera te dejaste vencer ni un poco —regañó Aeris, pareciendo sorprendida y riendo al mismo tiempo, yo le mostré la lengua a lo que me devolvió el gesto haciendo que Miu nos regañara por estar frente a los padres de Dan; mis suegros.
Los chillidos de Dan con sus dos hermanas siendo cargadas diciendo estar listos para abrir los regalos me hizo reír al notar la emoción en mi novio como si fuesen sus obsequios.
MinJi y Junnie lo jalaron hasta sentarse al lado mío y ellas estar alrededor de ambos. Los chicos se acercaron emocionados, y los papás de las niñas se acercaron tan entusiasmados como todos a mi alrededor, como si la alegría por otros fuese de lo mejor del mundo. Sonreí ante aquello, mirando a Dan, notando que, quizá el mundo no era perfecto, pero sus padres habían hecho lo posible por hacerlo la dulzura que era. Y nosotros éramos ese tipo de personas que se decía que al querer se aceptaba como fuese.
Yo aún me sentía lejos de ellos con aquella interpretación, y aún así, la mano de Dan sobre la mía mientras ambas niñas abrían sus regalos me hizo sentir cercano a todos. Su sonrisa aún más.
—¡Un panda! —la niña gritó, mientras Junnie sacaba un juego de mesa y aunque no gritó como su hermana, sus ojos sí que demostraron lo contenta que se encontraba con lo que le había sido otorgado—. Mira, Jun, una Nintendo...
—Umh... ¿entonces para eso es el juego de Mario que abrí ahorita? —la poca expresión de la niña me hizo sonreír al notar la malicia tras decir abrir un regalo de su hermana.
Dan lo había dicho, ambas niñas siempre encontraban la forma de molestarse en un extraño modo de decir que se querían.
—Pero... ¡si abriste un regalo mío, yo abriré uno tuyo! Es lo justo.
Ante lo que creí que sería una discusión, Junnie asintió rodando sus ojos, entregando en manos de la niña su mitad de los regalos—. Ábrelo, rosita.
—Gracias —murmuró, enseñando su lengua para abrir feliz el regalo de su hermana—. ¡Uh! Zulie, son unas baquetas.
Ante eso, rápidamente Xiuying levantó su mano—. Es la mitad de mi regalo —Ambas niñas se miraron confundidas y el chico rascó su nuca—. Pedí ayuda a su padre y a los chicos para llevarlo al patio trasero.
Después de sus palabras, hubo gritos emocionados por la batería de Junnie. Y aunque sólo era un regalo para ella, ambas hermanas chillaron contentas, felicitándose la una a la otra ante la venida de más regalos por parte de los chicos, sus padres y vecinos. Y luego, unos cuantos más de chillidos ante la venida de la abuelita paterna y el abuelo materno de los hijos Jeon. Ambos ancianos abrazaron a sus nietos, e incluso el señor trato cordialmente a cada uno de los chicos tratándolos de nietos.
La abuela de Dan dejó las galletas de avena en la mesa antes de ir a besar la mejilla de sus tres nietos, jalándome para un abrazo y besar también mi mejilla antes de ir por su hijo y nuera.
—Nana te adora —halagó mi novio tras mi pequeño estado de sorpresa, yo asentí comenzando a sentir mis mejillas rojas y mis ojos nublarse—. ¿Qué tienes, estás bien?
La discreción de Dan al acercarse y dejar a sus hermanas seguir festejando me hizo sentir agradecido cuando lo sentí tomar mi mano.
—Sí, yo- lo estoy, es que... Esto es lindo. Yo- Nunca imaginé que era tan agradable tener una familia.
La sorpresa en los ojos de Dan que se suavizó un momento después antes de besar mis labios me hizo sentir lo suficientemente agradecido con el mundo y lo que existiera por darme un sabor distinto a la amargura y la guerra a la que me había acostumbrado.
Lástima que aquel "ser superior" no pensase lo mismo.
➠ 𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒊⒉
"被寵壞的: Mimado"
Ese soy yo jsjsjdj
En mi defensa, de no hacerlo, no hay historia.
Hasta aquí llegó la pausa de calma. Espero les haya gustado porque ya viene lo bueno, digo- el drama.
"Mimado": fue la primera vez que Seong-su se sintió rodeado de más gente, además de Dan, que lo quisiera.
Les quiero, B! Team. Ciao 💜🐺
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