⳼♛- Sin Frenos -♕⳹

2 días antes

Quizá era la extrovertividad que Dan ganaba al momento de hacer algo que le gustaba. Porque de otro modo no me explicaba lo ocurrido.

—¿Una fiesta en la playa? —sus ojitos brillaron por la invitación de los dos chicos de la vez anterior, que sonreían ligeramente avergonzados—. ¡Me encantaría!

Los habíamos topado yendo a una heladería en el lugar tras insistencia del chico de estar cansado por el ejercicio y las grabaciones. Yo había accedido, y amito haber abrazado de más a mi novio al tiempo de que ambos sujetos sonrientes se acercaron tras reconocernos.

Una plática casual que, para mi sorpresa, Dan terminó accediendo, aún por lo mucho que me dijera que esos lugares le agobiaban y estresaban. Pero no quedé del todo mal cuando, casi por la hora de la fiesta, el chico se negaba a dar un paso fuera de la cama ya a las siete de la noche.

—Podemos no asistir si ya no quieres. No les debemos nada, y si vienen a preguntarte, les dices que no estabas dispuesto y listo —propuse, leyendo las historias que mi novio llegó a publicar en su cuenta hace años.

Hace tiempo habíamos llegado a una conversación que reveló su uso de redes sociales años atrás, pero que las había dejado y privado tras un tiempo en que se cohibió. Eso nos llevó a encontrar la cuenta al estar ambos de curiosos, y tras un rato de insistencias, se me otorgó el permiso de leer lo publicado.

No supe cuando, pero ya estaba en el capítulo trece de veinticinco. Una historia sobre un mago marginado que invocaba a un cambiaformas, totalmente temidos por la sociedad mágica y que, por mucho que Dan asegurara haber escrito una amistad, me decía que eran pareja. Al menos muchas de sus acciones lo hacían.

—No creo poder hacerlo... —gimoteó para, un segundo después, erguirse cual gato ofendido y señalarme—, y usted, ¡ya deje de leer mis horrores de cuando tenía diez!

Yo lo miré, cortando el momento justo donde ambos chicos se miraban tras la acusación del ministerio de magia en la cena familiar del mago. Vamos, era clara búsqueda de apoyo por parte de tu pareja en momentos tensos. Yo hacía lo mismo con Dan. Un momento. Nosotros lo hacíamos.

—Dime que no reflejabas tus deseos por una pareja y dejó de leer —señalé acusador y autorice un segundo después—. Yo puedo decirles por ti, no me preocupa.

—¡Ya te dije que no son novios! —chilló avergonzado y tal idea no me convenció realmente—. Bien, ¿sabes qué? Iremos. —Desee irrumpir ante su quinta vez de decidir, y él me calló con sólo una mirada—. Y esta vez, lo decidí al cien por ciento.

Se levantó, jalando de mi camisa para que le siguiera, y no di ninguna queja al sabernos bien vestidos. Doori nos advirtió de cuidarnos, mientras Miu seguía el típico chiste de "tráelo antes de las diez". No diría que me pareció gracioso, más bien, por ser ella quien lo dijo, claramente lo cumpliría.

—¿Estás seguro? —volví a susurrar cuando se cumplían diez minutos a unos metros de la fiesta, y nada que nos moviéramos.

No era un problema, yo seguía leyendo. Capítulo 21, se han dicho te amo.

—Sí, completamente. ¿Llegaste a la parte? —Dan tomó mi mano justo después de que lo miré altamente indignado.

—¡Yo lo sabía! —exclamé preguntándome el porqué de que mi pareja no hubiese accedido a que eran pareja desde un principio.

—¿Qué sos, un mago? —sonrió burlón ante mi sorpresa y no hice más que mirarle ciertamente seductor de un modo juguetón—. Yah, de no conocerte hace apenas tres años, diría que los base en nosotros.

Gran honor ser el novio sacado del papel.

—Muy probablemente, mi lazo.

Jugué con el mismo acuerdo con que Dan nos identificaba, y él rio, para mantenerse en silencio al momento que los dos chicos de antes se nos acercaron—. ¡Dan, creí que ya no vendrías! —saludó el chico y gruñí por lo bajo al escuchar su intencional exclusión, al menos, lo poco que entendía aprendiendo español, para ignorarlo guardé el teléfono en mi bolsillo, y quedé noqueado al recibir una mirada de arriba a abajo por parte del amigo de Carlos, el chico que había aventado la pelota a Chungae y a quien casi atacaba.

Su amigo había estado con ellos en el juego, pero no más que tomando fotos, era ahora que lo reconocía.

—... Claro, traje a mi novio conmigo —el tono que Dan uso al nombrarme me hizo mirarle de nuevo, así como el amigo del chico moreno.

O mi novio estaba muy orgulloso de nuestro título, o estaba marcando territorio-

Madre mía.

Fue cuando los chicos se apartaron y nos otorgaron bebidas mientras se encargaban de decirnos que la pasáramos bien, o al menos, Dan me lo traducía, que me quedé mirando a mi novio de esa forma que delataba siempre mi emoción.

—¿Pasa algo? —preguntó, evitándome, al menos, sus ojos me miraron dudosos un momento para observar el ambiente en la playa frente nuestro.

—Dímelo tú, ¿lo estoy imaginando, o acabas de montar una escena de celos? —sonreí, sin interferir en el orgullo que sentí al verlo colorearse de rojo hasta las orejas.

—Mira, hay que bailar.

Eso no hizo más que ensanchar mi sonrisa. Dan me jaló hacia la pequeña multitud que bailaba al rededor de la fogata, y aquello me hizo acordar un poco sobre las leyendas que el chico me había comentado sobre su país.

De igual forma, el ambiente agradable y alegre en el que me rodeé con Dan sonriendo y moviéndose al ritmo de la música (y admito que, enseñándome de los nuevos ritmos a los que me enfrentaba), no terminó sino hasta que se fue haciendo más gente en el lugar. Pronto, la pequeña multitud de Karla, Mariana, Esteban, Carlos, Omar y Keyla fue un borrón de gente que no podía ni quería saber sus nombres.

Al menos no luego de que una de las chicas gritara emocionada por el único hecho de provenir de oriente, llamándonos chinos. Que va, conozco que pertenezco en parte a China, pero no mi novio, y era algo incómodo que confundieran de ese modo.

Dan cantaba bajo "Báilame" de Danny Ocean, traduciéndome la letra mientras se apoyaba sobre mi hombro en lo que ambos nos habíamos apartado de la multitud. Ahora sentados sobre una de las rocas cercanas a la costa.

—Tú y yo, copa tras copa. Parlando, tomando whisky en la' roca', ey. Tú contándome de ti y yo hablándote de mí; eh-eh, mientras esta nota nos enfoca. —Reí viéndole bailar de forma tímida en su lugar y haciendo como si tuviese todo el ritmo del mundo entre esos saltitos y meneos repentinos. Lo amaba—. Baila morena, baila-ah.
Báilame, por favor; báilame, báilame.
Báilame lento, suave, despacio, al tiempo —lo hice mirarme, perdiéndonos en los ojos contrarios hasta sonreír y notar su voz ir bajando de intensidad—. Y solo estamo' aquí los do'...

Besé sus labios sin importar quien nos viese, sin importar siquiera si lo que hicieran dos chicos sobre una roca importara al "México lindo" de Dan. Saboree su lengua, permitiendo a la electricidad que anteriormente nos bañaba, fluir tranquila entre nuestros cuerpos, y sintiéndome tranquilo al encontrar la sumisión del chico, amoldándose y aflojándose para permitirme ser quien lo apresará contra mío mientras lo sentía buscar donde aferrarse.

Nos permití respirar cuando el cuerpo de Dan se recostó sobre la roca por mi causa, y aprecié a sus ojos centelleantes por el cielo nocturno.

—Te amo —susurré, notándolo estremecerse y sonreír para jalar de mi nuca de nuevo a unir nuestras bocas.

Apreté mi agarre en su cintura, sintiendo a sus piernas enredarse en mi cadera, y me permití acomodarme a su cuerpo, rozando el interior de sus muslos con mi cuerpo. La expectativa me rodeaba de un modo que no entendía, así como los nervios entre más sentía a mi corazón palpitar contra mi pecho.

Y mi teléfono sonó haciéndome sonrojar por completo. Ambos nos alejamos, y encontré la alarma y los mensajes de Sunwoo avisándome que ya eran las nueve con trece.

Oh, parece que ya hay que volver —exclamó el chico, viéndose totalmente rojito y descompensado por la falta de aire—. Andando, me iré a despedir de Carlos.

Gruñí ante la mención, recibiendo pronto un pequeño beso en los labios, o que lo pretendía, hasta que lo tome de la cintura nuevamente, apretándolo. Dan se apartó solo cuando un brindis chillón y borracho llegó de la multitud bastante perdida y el chico se quedó mirando desde su posición entre mis brazos.

—Tal vez ni siquiera sepan que nos fuimos —susurré, acariciando su cuello con la punta de mi nariz hasta notarlo estremecerse.

—T-tal vez, igual, no hay que quedar mal con omoni Miu. —La mención de la chica me hizo asentir de forma tensa, accediendo a devolvernos a casa, y escuché a mi novio reírse a carcajadas tan pronto notó mi reacción—. A ganarse a la suegra.

—Amor, para —susurré, sintiéndome avergonzado y afiance mi agarre a la mano de Dan.

Él pareció notar mi vergüenza, parando su burla y dando pequeños saltitos durante su andar hasta, en uno, alcanzar mi mejilla y dejar un beso. Fue suficiente para hacerme sentir menos tenso.

—¡Las traes! —y tan pronto lo dijo, me soltó y se hecho a correr cerca de la orilla del mar.

—¿Qué? —me congele más de lo debido analizando el panorama. Incluso en nuestro primer beso había actuado mucho más rápido aún sin entender la mayoría. Y siendo esto un juego—. ¡Espera, eso es trampa!

Avance a perseguirlo, escuchando sus carcajadas, y contagiándome al mismo tiempo. Ambos manteniendo un pequeño momento de miedo cuando Dan tropezó solo un poco en la arena, y después salió corriendo llamándolo "estrategia". Por un momento vi a Danique y Addae jugando durante sus momentos de caza. Al mismo tiempo que a dos niños.

¿Qué diría la gente?

No me importaba.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
(𝟢.𝟧)
"雙人咖啡: Café para dos"

Omoni/Oma: Mamá-mami-Madre.

¿Ando soft?, sí. 😔 Tenía que hacerlo luego del capítulo anterior; este cap ocurre antes que el otro, pero igual.

Si me lo preguntan, siempre he visto potencial en el SeonDan de ser esa pareja juguetona y burlona, pero al mismo tiempo protectora y candente. Así como ese tipo de pareja que reniega de los demás pero si son ellos los melosos, da igual, jaja Creo que también queda con su posición joven. Y bueno, ya estoy diciendo mucho.

Espero os haya gustado, ciao, b! team. 💜🐺

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