⳼♕- Papel firmado -♛⳹
—Creo haberlo descubierto, te veré junto a Chung-ae —sonreí ante el mensaje de voz de Yejoon en mi teléfono.
A veces era extraño asimilar que aquel era el niño de nueve años que acompañaba a mis memorias más vividas siendo joven, cuando lo cuidaba, sus primeras palabras, su primer caminata. Pero creía que aquello era la consecuencia de haber sido apartado de su lado tanto tiempo atrás.
Y aún cuando no había sido algo que yo buscase, no podía perdonármelo.
Yo habría hecho una y mil cosas por Yejoon, era mi pequeño hermano, parte de una luz en mi vida lo suficientemente fuerte para enfrentarme a mi padre, para aguantar sus golpes y entrenamientos cansinos. Todo porque a él nunca le hiciese daño.
Pensar que era por Yejoon que finalmente había accedido entrar a cumplir con mi servicio adelantado.
—Tenemos esto hecho, Seong-su —mi padre había dicho en cuanto permanecí en silencio por la noticia en la cena. Era como si el consumo de aquellas hierbas entregadas por Hana hubiesen pasado. Lo miré—. Te prometo algo, tú y tu hermano podrán irse en cuanto todo esto pase, te daré el permiso de llevártelo en cuanto seas mayor, sin leyes ni contratos. Sólo eso.
Mis ojos picaron ante la posibilidad, pero no me permití derramar lágrima alguna—. Quiero seguir viéndolo... —pedí, y el hombre mantuvo silencio hasta asentir tras meditarlo.
—No puedo permitir que se vean; al menos no seguido. Tu madre tiene la idea de llevarlo a cumplir con sus clases siempre, y las visitas son reducidas, pero haré lo posible... Tú —tomó mi hombro, mirándome con los ojos nublados y enrojecidos. Yo me mantuve en silencio a pesar de quererle lejos—, mantén el orden allá, cumple con todo. No quiero quejas, eres un Jeon. Mi mejor creación. —No supe describir lo que aquello me hizo sentir ante sus ojos llorosos y esa mirada, algo que nunca había visto. Orgullo traspasando sus ojos, y aún así, no pude sentir nada concreto—. Sólo, no me decepciones —Todo atisbo de cariño se borró, y me miró tan tosco como siempre hacía—. Mi hijo no puede ser menos que nadie, ni débil, mucho menos mi hijo. Y es una orden, fallas, y todo lo que quieras, se irá al carajo. ¿Entendido?
Respiré con fuerza, reteniendo el enorme impulso de sentirme un perro obligado a obedecer, y en contra de todo, terminé accediendo. Pero no sin antes asegurar a quienes eran importantes para mí.
—Quiero que no toques a Yejoon... ni a mamá, o a los hijos que llegues a tener. Soy consciente de que son "tus creaciones", pero no obedeceré a nada si no hacemos de esto un trato.
Quizá mi exigencia le molestó, quizá, sintió orgullo de que hubiese sido lo suficientemente valiente para mirarle y pedirle para obedecer tal cual se haría en un trueque, y aún así, asintió, extendiendo una mano hacia mí.
—¿Planeas entonces entregarte en lugar de tus hermanos? —En pocas palabras, sí, lo había hecho—. ¿Sabes lo que eso significa, Seong-su?
No lo sabía, pero tome su mano.
—Sí. Y mientras cumplas tu parte, yo haré la mía. Quiero a mis hermanos a salvo.
El hombre sonrió—. Arrogante, ¿te atreves a tutearme? —Sin quererlo, me encogí en mi lugar y corregí mis palabras tras morder mi lengua:
—Pido que cumpla con su palabra, señor... A cambio, yo cumpliré con lo que usted pida. Así que, sí, siendo así, mi palabra irá de acuerdo a lo dicho.
Fue la primera vez que lo vi reír, malicia en sus ojos, y tras sus palabras, supe que mi condena estaba hecha.
Lástima que nunca supiese que fue lo que realmente entregué a mis 12 años.
—Es un trato, Jeon.
Pero lo había hecho, un trato con el diablo por mis hermanos, y mi madre.
Y ahora, aún sin haberlo dicho, Dan y los chicos de B!XXEN eran parte de aquel espacio que no permitiría que mi padre manchase, nunca.
E iría tras cualquiera que lo buscase.
Dan se removió a mi lado, destapándose y tallando sus ojos, yo lo miré con una sonrisa aún cuando las memorias me invadían.
—Buenos días, cariño —sonreí ante su apodo y lo bese lentamente, él no puso resistencia, por mucho que supiese que cada beso matutino lo quisiese dar hasta lavarse los dientes.
Yo no le diría que me había mantenido despierto gran parte de la madrugada observando el cielo y esperando a que él despertase, pero parecía ser que era él el único al que jamás podría mentirle realmente.
"—Eres hermosa, cariño."
Los acontecimientos de la noche anterior quizá habían sido suficientes para tranquilizarme del estrés encimado. Mi cabeza había reaccionado.
Nada era tan malo, yo había sido el encargado de que aquello funcionase.
—No has dormido, ¿estás bien? —preguntó, acariciando mis cabellos y sonreí con calma ante su tacto.
—Lo estoy, pero no dejé de pensar en ustedes. Prometo que haré de todo porque estén bien.
Reconocimiento se instaló en sus ojos, y suspirando tomó mi cabello, para recogerlo con los dedos. Eso me hizo recordar que estaba más largo de lo acostumbrado.
—Entiendo a lo que te refieres, pero no te sobreexijas. Eres importante para mí, y si el objetivo es buscar que esté bien, no me preocupes de ese modo... Duerme, come, cuídate y habla conmigo. —No dije nada, y es que tales cosas no las esperaba. Dan siempre era quien lo lograba—. Sé que has vivido durante mucho tiempo ocultándote, heridas, palabras y enojos, guardándolo todo. Pero ya no tienes que hacerlo, ahora estoy aquí, y no te trataré mal, no te golpearé, no te exigiré, y quiero que lo aprendas para, si esto no funciona, continúes con ello.
»Era la primera vez que sentía mis ojos a punta de llorar, y cada sensación de la noche anterior llegó a mi mente—... Somos un equipo, ¿no? —Asentí, con una mueca que deseaba ser sonrisa y Dan rio—. Te agradezco por tenerme la confianza anoche de mostrarme algo más de ti. Y déjame decir, que mi idea es la misma sobre ti... Eres todo a quien amo, y todo lo puro que siempre he considerado.
Yo no lo había pensado, ni siquiera me había preocupado, pero algo en el cariño de sus palabras me hizo entender que era algo que había temido por más que no hubiera creído.
Lo abracé, y fue lindo estar envuelto en sus brazos gran parte de la mañana, comer en la cama y jugar con Kora.
Un día tranquilo, antes de la tormenta.
Tal cual Yejoon había anunciado, me esperaba al lado de Chung-ae, platicando animosamente y no evite sonreír al notar lo perseverante e inteligente que era mi hermanito. Tan sólo tres semanas y había descubierto todo, inclusive, ahora sabía que no me dejaría en paz al saber que había estado exponiéndome la mayoría de veces en redes. Y me divertía, había estado jugando con el tema un rato para que el chico estuviese más cerca de todo el caso.
Evite mirar demasiado al chico a su lado, puesto que me conocía, y el mismo Dan lo había comentado entre risas cuando señaló al protagonista de un BL que miraba y lo halago. "Mis ojos eran demasiado expresivos".
Y aún así, me enorgullecía de saber que, el único capaz de poder afirmar cada emoción que sentía, era el chico que me avergonzaba por mis celos cuando los veía.
Que igual, si la vergüenza de ser descubierto eran besos juguetones, no tendría problema en ello.
Me senté junto a mi hermano y ambos miramos la práctica que nos era mostrada por los chicos. Pude notar el hormigueo en sus manos mientras decidía tomar o no su celular y reí antes de agarrar su mano y frenar todo impulso que tuviera.
—¿Por qué no buscas ser admitido en el staff?, podrías grabar todo lo que quisieras y publicar sin preocuparte a que te demanden —me burlé ante su mirada sorprendida.
—Gracioso... —enseñó su lengua hacia mí y mordí mis labios antes de reír para mirar a los chicos, en específico, a Dan—. Pero aunque quisiera, no podría. A penas tengo dieci... c-catorce años, no me admitirían, soy muy joven, ocupo acabar mis clases y, también, ver si me animaría a ingresar en algo así.
Me hundí de hombros tras meditarlo y lo miré—. Podrías intentarlo fuera de la escuela, ¿quién dijo que tenías que tener una especialización en ello?, tus videos ya son bastante buenos sin eso, y eres bueno captando vistas y likes.
—¿Me sigues? —el rojo baño sus mejillas y reí ante su reacción, antes de que negara con fuerza como intentando convencerse a sí mismo—. Aún así, no podría. Grabar videos por mi entretenimiento, y esto, es muy distinto, están a años luz de ser iguales en producción, calidad y planteamiento.
Lo miré confundido, deseando decirle que no veía la diferencia entre uno y otro, y Yejoon parecía ya lo suficiente motivado para empezar a explicarme, cuando Dae y Man-shik entraron por las puertas del lugar.
Me levanté, asintiendo en saludo y miré a mi hermano antes de revolver sus cabellos con cariño.
—Sólo piénsalo... Probar no hace mal a nadie. Y no veo porque Dan, Doori y "el niño mora azul" no quieran ayudarte.
Me retiré, sin pensar en lo muy explícito que había sido mi sobreprotección dando aquel vistazo vergonzoso de un apodo a Chungae.
Sentí a Dae tomar mi hombro cuando lograron alcanzarme, había caminado ya un buen tramo desde el estudio de los chicos hasta el lugar donde teníamos varias de nuestras operaciones junto a demás de la organización.
Un mensaje llegó a mi teléfono haciendo vibrar mi bolsillo. Lo tome en seguida.
Sonreí con levedad, sin preguntarme el porqué de qué palabras así me parecieran tan extrañas y ajenas.
Guardé mi celular, y tome con afecto de los hombros de Dae para abrazarla a medias, la mujer no había estado asistiendo al hacer algunos exámenes para lo que era su embarazo, y miré a su estómago, notando el abultamiento aún con lo que ya eran cinco semanas.
—Veo que has vuelto, ¿por qué?
La chica hizo un gesto, tomando de mis mejillas y pellizcándolas.
—Ow, ¿el pequeño lobo me extraño? —me quejé ante su afecto e hice como si fuese a morderla antes de que me soltara, haciéndola reír—. Quiero irme hasta que mis semanas de servicio estén completas y empezar mi tiempo de reposo como debe ser. Así que no seas una mini copia de Man-Shik, lo pido.
Y como si hubiese sido invocado, el hombre de cabello rubio me alzó en brazos desde atrás, cargándome por la cintura y llevándome a soltar cientos de maldiciones por la acción inesperada.
Lo había escuchado venir, pero esperaba a sólo golpear su brazo si buscaba tocarme, no que me cargase.
Y agradecía a que nadie más que nosotros nos encontráramos en el lugar, puesto que eran parte de las nuevas instalaciones de la empresa, y la única sala ocupada, hasta ahora, era la de Dan y su grupo.
—¡El niño de oro, cuanto te extrañaba! —dio vueltas conmigo y yo seguía quejándome hasta que me dejó sobre ambos pies y me encontré mareado por las vueltas—. ¿Cómo has estado?, te veo reluciente.
El hombre guiño el ojo en lo que era una especie de mensaje encriptado para mí, y sólo atiné a hacer una mueca para él.
—Imbécil.
Dae pasó a nuestro lado y me jaló del cuello del traje oscuro, mientras a mi mayor lo tomaba del brazo y comenzaba a jalar de ambos hacia el lugar al que nos dirigíamos hace rato.
—Apurando, niños. Entre más pruebas tengamos, más pronto podremos notificar a la líder de tu chico para que se nos permita la seguridad extra y terminemos con tu sentir de engaño.
La miré borrando todo ápice de calma en mi cuerpo, y es que tenía razón. Entre más rápido esto se solucionará, podría revelar lo que me era obligado a guardar, al menos, a Doori y, con suerte, a Dan.
Y esperaba obtenerlo, puesto que, una de las cosas que mejor me había sido enseñadas por mi superior era a ser más ágil que mis enemigos.
Lástima que debí sacrificar un regalo que Dan adoro antes de su debut y que ahora se hallaba desaparecido.
Pero la captura de Keiko lo valdría casi todo.
Esperaba...
➠ 𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒈⒌
"義務的: Obligado"
He aquí el porqué de que fuese tan "sencillo" que el padre de Seong-su cambiase y no tocara ni a Yejoon o Li Yie... aunque, ¿será?
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