⳼♕- Ojos Llorosos -♛⳹

⚠️ Degradación física y propia, palabras altisonantes, traumas relacionados con la niñez, y culpa. *Se es pedida discreción.

Hijo de puta.

Era lo único que podía pensar hacia mí mismo recordándome frente a Dan tras las grabaciones de Weekly Idol. La molestia y el estrés mismo de meses anteriores acumulándose y la idea de estar fallando al chico carcomiéndome.

Había sido el combo perfecto para hacerme explotar, molesto, nublarme, hacerlo al punto de comenzar a culpabilizar a Dan por acciones de mi padre, de la empresa, de la vida en general. Y fue la primera vez que había logrado llorar por todo lo que resto de noche, sin dormir tras comprender que había cometido algo peor que mentirle a mi padre por las notas de Yejoon cuando tenía once. No había pensado que hablaba con un hombre entrenado para detectar mentiras y camuflar las propias...

Así como no había pensado en lo que provocaría por hacerme espacio en el ruido.

Había sido algo normal, había llegado, ignorado a Dan más por el hecho de no sentirme a gusto ocultándole las cosas que por haberlo deseado. Planeaba decirle todo aún cuando costase mi propia confidencialidad ante el caso.

Y entonces, cuando había alejado a Chung-ae del lado del chico con un simple gesto, el temor se incrementó en el pecho. Tomo el segundo en que Dan volteaba a verme para alejarme, batallando más de forma mental conmigo mismo, las enseñanzas y la idea de desear ser perfecto en todo ámbito por proteger a mis hermanos.

Ahora quizá me preguntaba quién, entre ellos, me importaba más.

Y el corazón me pesaba cuando no encontraba una respuesta exacta...

—Seong —el chasqueo del capitán Salix me llevó a mirarlo, confundido, concientizándome por el cansancio—. ¿Estás seguro de encontrarte bien?

La preocupación en el rostro del hombre logró revolverme el estómago, recordándome que no había comido tampoco en todo lo que llevaba de estos días. Pero, como con todo lo demás, desde el conflicto con Dan, no sentía merecerla.

—Lo estoy —froté mis ojos, forzándome a olvidar el cansancio que yo mismo provocaba al buscar concentrarme en todo lo que rodeaba al caso—, continúa.

Christian fue capaz de decirme de todo con una mirada, y tragué sintiéndome avergonzado del regañó en su mirada, pero aún así, continuó.

—Localizamos, a partir de una tarjeta olvidada en el edificio donde mantenían reuniones, a uno de los hombres que colaboran con Bae. Un empresario en busca de mentes brillantes y jóvenes, como tú —puntualizó con una mirada que no se refería a mis 17 años, sino a los 20 que, según la falsificación hecha por mi padre, tenía—. Necesitamos recolectar información, porque podemos tomar represalias, pero no sin pruebas.

Asentí, intentando volver a estabilizar mi cabeza y no recordar más los ojos llorosos y la voz rota de Dan.

—Un infiltrado... —murmuré, de inmediato obteniendo la confirmación de Christian—. Yo lo haré.

La confusión marcada en el rostro de Christian me llevó a sentirme lo suficiente consciente de que mi cabeza estaba en todo, menos ahí, buscaba explotarme lo suficiente hasta sentir que era un castigo justo.

"—No eres capaz de demostrar quererme..." ¿qué carajo había ocurrido, a quien se lo había dicho? La cabeza se me había nublado tanto que no había logrado identificar las cosas entre tanto ruido.

Me había sentido en las simulaciones de combate durante el entrenamiento, en la que los ruidos principales eran de explosiones... y entonces, la broma de mis compañeros en el escuadrón volvía a mi mente. Una bomba real que fue capaz de generar un trauma a mi oído derecho... El miedo que había sentido aquel día, había sido el mismo que sentí cuando Dan grito que no lo tocara.

—Podemos contratar a alguien, Seong-su —la amabilidad en aquellas palabras no me gustó.

—No será necesario —puntualicé—. Estoy, y es suficiente.

—Seong-su, comprende. Ocupamos un infiltrado, pero lo que ocurra cuando la información sea obtenida, al momento en que ocurra, si eres descubierto, podría costarte la vida. —Lo miré sin expresión alguna, y el hombre se notó lo suficientemente estresado por mi actitud—. ¡Eres un niño!

—No lo soy, nunca lo he sido, y ya dejé de tratarme como si fuese algo que le importara... Una vida insignificante perdida, no es importante si puedo cuidar a quien quiero.

A quien era el único que me había tenido la paciencia suficiente antes de ser un completo idiota.

—¿Te estás escuchando? —preguntó el hombre, incrédulo.

Yo lo hacía.

—Sí, señor. —murmuré, sin entender la pesadez en mi cuerpo y el aire frío recorrerme el pecho, un sudor helado.

Me sentía mareado.

—Y el chico que vi la otra vez. Podrás decir todo lo que quieras, pero sé que deseas cuidarlo y estar con él.

Yo lo había querido.

Hasta comprender que podía ser yo quien lo hiriera con más facilidad.

No quería eso.

—Por eso, entre más rápido atrapemos a Bae... Él ya no tendrá que preocuparse.

Las palabras de Miu diciendo que alertaría a la empresa si hería a Dan de nuevo, era suficiente para hacerme entender que no deseaba volver a la empresa.

Podría unirme a aquella idea, ser el infiltrado.

Mientras la operación avanzase, alertar a mi hermano, hacer otro trato con Mi Superior y dar brecha libre al chico de que escapase finalmente... quizá, hablar con Christian antes de todo eso, que alertara y cuidara de ellos si aquello que el hombre parecía temer, ocurría.

Yo no lo temía.

...—Déjame hacerlo —rogué. Christian pareció dividirse mentalmente entre el cariño que sentía por mí y lo importante era esto—. Entre más tardemos encontrando a alguien, es más probable que llegue a ocurrir algo, no te compliques y simplemente autorízame.

—Seong... podemos encontrar a alguien más.

—¿Y entonces qué pasará? —Salix quedó en silencio—. Xiu, Yejoon, Miu misma ha tenido ya una cercanía hacia alguien que ni siquiera hemos reconocido... D-Dan igual —su nombre llegó a calarme la mente más de lo necesario—. Por favor. No quiero continuar en algo así, ya no. Estoy harto de todo esto.

Las cejas del hombre se alzaron en comprensión, quizá por ser la primera vez que externaba mi sentir con respecto a la situación, y tensó la mandíbula un momento antes de asentir dando aprobación al plan.

Me levanté y salí de la oficina del hombre sin siquiera sentir satisfacción por haber logrado lo que buscaba.

Y aún así, comencé a trazar cada cosa en la mente, renunciar a la empresa era la primera de ellas...

El mareo siendo suficiente para detenerme en la puerta principal de la comisaría. Un dolor agudo en el pecho, parecido a un tirón logró torturarme el pensamiento y maldije cuando varios oficiales me observaron. Sin buscarlo, había externado el dolor que me había inundado.

Fue suficiente para poder impulsarme a salir de ahí y encerrarme en el auto oscuro, dejándome respirar con dificultad y palpando mi pecho intentando retenerlo.

El dolor era pesado y punzante, molesto, lo había comprobado al caminar y no me permitía pensar más que llegar a tomar asiento. Respirar como si me encontrase a los tres años apenas comenzando con los entrenamientos-tortura de mi padre.

Pero incluso aquel cansancio era soportable.

Quizá logré aclarar la mente al sentir lágrimas caer por mis mejillas sin previo aviso y mire mi propio reflejo en el espejo del auto.

No me había puesto a preocuparme en lo mal que me veía.

Dejé caer la cabeza sobre el asiento del conductor, volviendo a reñirme por mis acciones, por no ser bueno, no lograrlo, por estar cansado, deseando ser una máquina que no tuviese punto de apagado, que pudiera trabajar sin frenarse por emociones, por culpa.

—Lo siento... —expresé al aire, sintiendo al mismo faltarme, y fue que entendí que las palabras eran más para mí que para alguien más, así como las palabras soltadas a Dan hace cinco días—... Lo siento, lo siento... No lo merezco.

Quizá me descolocó llorar de nuevo, tal cual como lo había hecho en mi habitación los primeros días que Dan se había ido del departamento. Pero a diferencia de ese día, él no estaba.

Y era mi culpa.

• • •

Había salido finalmente del estacionamiento en cuanto aquel episodio paró, la cabeza me dolía, pero al menos el dolor en el pecho se había desvanecido.

Saludé a Kora que ya había saltado encima mío en cuanto abrí la puerta, y me detuve acariciando sus orejas por un momento antes de volver a sentir las lágrimas aparecer de forma molesta.

—¿Por qué me perdonarías si llegase a hacerte daño? —pregunté y el cachorro se detuvo en mirarme un segundo antes de comenzar a buscar zafarse de mis manos, y tras lograrlo, saltar encima mío llevándome a cargarlo—. Deberías de odiarme —susurré, deseando alejar la idea de romper en llanto nuevamente.

Abracé un momento extenso a Kora antes de soltarlo, el cachorro ladrando en protesta tras hallarse en el suelo.

—¿Tienes hambre? —se sentó, levantando una pata y haciéndome recordar al día en que Dan me llamo emocionado presumiendo haber enseñado a Kora decir que sí ya no solo en ladridos—. Claro que la tienes.

Palmee mi muslo para indicarle que nos moveríamos, y camino a la par mía, no sin antes mirar detrás suyo, hacia la puerta.

Suspiré arrepentido ante aquello. Me sentía mal el hecho de buscar no pensar en Dan, dejarlo en paz, pero parecía ser que todo estaba empeñado en recordármelo.

—Él no vendrá... —susurré, y el cachorro jugueteó con su pelota llena de premios que sacaba solo si agitaba lo suficiente.

A veces recordaba que no era un niño, pero me gustaba tratarlo como tal.

Dan lo trataba de esa forma.

Suspiré tras encontrarme de nuevo en aquella idea, y serví la cantidad exacta para el cachorro. Se lo entregué y él corrió a comer, por poco tropezando. Reí antes de acariciar su espalda mientras devoraba la comida y entonces capté un poco más lo que me carcomía.

—Deberías de estar con él —Kora me miró, gruñendo antes de continuar comiendo—. Lo digo en serio, estarías mejor con él, yo...

El cachorro gruño, y como si fuese alguien pidiéndome callar, guarde silencio. Dirigiéndome a mi cuarto y lanzándome a la cama, comprendía que varias cosas me tenían ya muy cansado.

Tenía que dormir, el día de mañana finalmente Doori había dicho que tenía tiempo para hablar el día siete, y se lo diría...

La idea caló en mi mente de nuevo.

Necesitaba hablarlo, decirle a alguien todo de lo que mi mente se llenaba.

Y quizá la opción más cercana era Doori...

No creí que la necesidad sería tanta al punto de soltar palabras de más.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒈⒐
"嚴厲對待: Castigo"

Quedé sin ideas y me estrese cuando iba a mitad de capítulo por cosas acá afuera, pero igual quería escribir. Disculpen si no tiene sentido. 😞
Les quiero!

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