⳼♕- Mejores Amigos -♛⳹

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21 de diciembre

Dos días antes del cumpleaños 17 de Dan y de muchas otras cosas más con respecto a B!XXEN, tres desde que Dan y yo vivíamos juntos. Y una semana desde que revele a mi hermano mi verdadero trabajo, el chico seguía con un arduo interés en saber dónde trabajaba.

—Seong... —Dan subió a mi regazo, mirándome desde su posición encima de mi cuerpo, me había acostado en la cama del cuarto del chico tras bañarme—. ¿Estás bien?

—Lo estoy, asimilo mucho... Como tenerte aquí al cien por ciento, y en serio, ¿tanto confían en mí tus padres? —el chico rio ante mi aspecto cansado.

Y es que, no mentía, el cansancio iba a retenerme de toda idea, y es que ya ni siquiera me sentía seguro de confiar en mí teniéndolo tan cerca. Sus manos acariciaron mi cabello empapado, y aunque la primer idea fue alejarlo, le permití continuar con el tacto. Mi cabeza maquinó demasiadas ideas, algo de calor jodiendo por debajo de mi cintura. Subí al chico encima de mi estómago de inmediato, él rió por eso.

—Estas mojando mi cama —puchereó y lo miré con falsa molestia.

—¿Y a quién le importa?, ni siquiera duermes en ella...

Un pequeño golpe a mi pecho y Dan se levantó, sus orejas enrojecidas siendo lo último que pude ver antes de que dejara la habitación. Reí con fuerza.

Dan no acostumbraba a dormir solo, era de lo que me había dado cuenta estos días juntos. Dormía en mi habitación, abrazándome, y en ocasiones Kora subía a ser parte del abrazo grupal. Bastante compañía, pero no me molestaba.

Mi celular vibró y contesté al ver el nombre en la pantalla:

¡Perteneces a YG Entertainment!

Hice una mueca ante la mención de la empresa por parte de mi hermano—. Tibio, fresas —el chico maldijo de inmediato.

Mierda... —susurró, quedando en silencio hasta que mencionó—: Bueno, al menos ya no es "frío", ¡algo es algo! Pronto lo sabré, como que me llamo Jeon Yejoon.

Reí cuando, dicho eso, me corto. Era la nueva costumbre tras mi "confesión", una llamada de no más de 10 segundos y cortaba.

Y de algún modo, era divertido encontrar una nueva rutina, dejando bastantes pistas a mi hermano por redes. No había captado aún al cien las cosas, pero quería creer que lo haría tras el debut de B!XXEN.

Escribí a su chat tras el corte y verifiqué que Dan no volviera al cuarto, escuchando claro como jugaba con Kora, y poniendo mi atención a ello y a lo que escribía.

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Respiré con fuerza, en poco más de dos días me declararía oficialmente a Dan. Ya no sólo con pocas palabras, ni siquiera con ideas que ambos nos hiciéramos. Seríamos algo.

Mi corazón latía con fuerza ante la idea.

—¡Seong, teléfono! —Kora ladró ante el llamado de Dan y me levanté aún con la toalla en mi cintura.

Aún recordaba la primera reacción del chico al verme de esa manera, había llegado al segundo día en que permanecía en mi casa y regrese de mudar algunas cajas. Traía tres rosas lilas para Dan y el chico había chillado contento diciendo que las pondría en agua. Yo por mi parte, había ido a ducharme.

Fue cuando salí que Dan se hallaba alimentando a Kora y jugaba con sus orejitas, había reído enternecido al verlos y eso había sido suficiente para que el rubio se volteara a mirarme. Su chillido había sido algo que me quedó muy grabado en la mente, rápidamente se había volteado y ocupado sus manos, una para cubrir su vista de mí, y otra para tapar su boca completamente nervioso.

—No creí que un chico de 16 te atraería, hyung —mencioné burlón y me crucé de brazos completamente fascinado con su reacción.

—P-pues no imaginé a ninguno de 16 de esa forma —sus ojos buscando ignorarme me daban risa—. Y... y tú ya me gustas.

—¿Y si te gusto —me acerqué, encontrando chistoso que no supiese a dónde mirar cuando toque su mano y la aparte de su rostro—... qué hay de malo en mirar?

—No-... yo no- lo sé.

Su boca se contrajo y sus ojitos me miraron nerviosos, no sabiendo si sólo enfocarse en mi rostro o ver más abajo. Carcajee y lo alce tomándolo de los hombros, abrazándome a su cintura y oliendo su pelo. Fue aún más dulce notarlo sin saber dónde colocar sus manos sobre mi cuerpo en ese inocente abrazo.

Uhm~ ¿qué es esto, lo estás malinterpretando, Hyung? —murmuré, la sonrisa burlona de saber que jugaba con su paciencia apareciendo en mi rostro—. Yo sólo busco un abrazo. Tranquilo, igual será algo a lo que te acostumbraré.

El golpe en mi hombro era sabido, y reí con fuerza al sentirlo. El chico apresado se removió hasta que lo libere y de inmediato se agachó al lado de Kora sin ser consciente de lo que ese gesto creaba en mi nada-infantil mente.

Yo no le diría.

Esta vez fui más consciente de colocarme un pantalón antes de ir por su encuentro.

—¿Quién llama, caramelo? —tomé de la cintura ajena nada más llegar a la cocina y besé la nuca del chico deleitándome con el olor de los hotcakes entrando a mi sistema—. Delicioso.

Su golpe de cadera para alejarme me llevó a carcajear comprendiendo que ya estaba lo suficientemente adaptado para entender mi doble sentido con él cerca.

Y no era sorpresa, yo usaba insinuaciones con cada segundo de él cerca.

Por fortuna, sus sonrojos no terminaban aún aprendiendo aquello.

Yo estaba gustoso con ello.

—Una chica que gritó como loca en cuanto contesté... —murmuró con el rostro bañado en rojo.

Agarre el teléfono sin apartarme de su lado y me recargué sobre su hombro sintiéndome tranquilo.

—¿Bueno? —restregué mi nariz en el cuello de Dan, y reí en silencio al escuchar el chillido-gemido del chico.

Seong-su... —La voz de Byeong-Ho fue suficiente para borrar todo rastro de diversión. Yo no iría a contestar—. ¡N-no cuelgues!

Me alejé de Dan al momento en que comprendí que me encontraba molesto con su llamada y me recargué en marco que daba a la sala sin separarme del todo de donde el chico se encontraba.

—¿Qué quieres? —mi voz tensa era ya suficiente indicio de que todo en ella me irritaba.

Lo mismo que te he estado pidiendo siempre, sólo- Sólo hablemos, por favor.

—¿Y por qué debería? —el ruido de los cubiertos siendo servidos me hizo voltear a ver al chico, que me miraba ya no de forma discreta mientras servía la comida, tragué con fuerza—. Habla ya, mi paciencia no es mucha contigo.

Hazlo por el tiempo que fuimos amigos —el ruego en su voz fue suficiente para comenzar una cuenta regresiva en la mente. O acabaría mi cordura, o aceptaría—. O por el chico que escuché hace un rato.

No me gustaba nada cuando empleaba esas palabras, y endurecí mi rostro privándome de expresiones, concientizándome del estremecimiento en Dan al notarlo.

El chico no debería de encontrarse atraído por esto.

Yo tampoco debería.

—Habla.

El café de Baekdu, ¿lo conoces? A las cuatro.

Reí con falsa alegría—. Tú llegarás a las cuatro, yo no lo sé.

Colgué a su llamada y miré al chico enfrente mío, no podía detener la molestia en mi cuerpo al encontrarme de nuevo ante algo que no quería hacer y que de todos modos llevaría a cabo.

Dan se acercó a mi lado con lentitud, y aún con su miedo, la atracción era latente.

Lo repetía: no debería gustarme.

Lo hacía.

Jale al chico tan pronto su rango fue lo suficientemente corto para atraerlo, y ahogue la molestia en sus labios, deleitándome con lo fácil que se volvía dócil y manejable a mi lado. Debajo.

Él no era consciente de lo mucho que podía hacer por él aún cuando explique mi reciente "cita" con Byeong-Ho.

Entrar al café que acostumbraba visitar junto a Dan, y ya algunos chicos de B!XXEN era algo extraño si pensaba en que no sería alguno de ellos con los que me encontraría.

Y lo fue aún más cuando una chica de capucha oscura se levantó del lado de Byeong-Ho, tomándola de la mano y retirándose después de haber parecido hablar entre susurros.

Me acerqué a la chica intentando aparentar la curiosidad de lo que aquello me había llenado.

—Llegaste, tarde, pero lo hiciste —murmuró y entrecerré los ojos al verla voltear su celular que aún seguía encendido.

—Y tienes diez minutos antes de que decida irme —tomé asiento, sin quitar mi postura rígida.

Ella suspiró cansada—. Lamento mucho lo que-

—Me equivoqué, son siete. —Si lo único que quería era pedir disculpas para hacerme volver, entonces no había tiempo que debiera desperdiciar, aún si solo eran disculpas—. Seis.

La chica enfrente mío parpadeo sorprendida al entender mi acorte de tiempo, y era curioso como la visión de uno cambiaba tras tiempo de conocer.

El primer día que la había visto en la base militar me había parecido una chica increíble y atractiva, pero ahora... sólo encontraba manipulación y conveniencia.

—Hay gente persiguiéndome, persiguiéndolo... A todos ustedes.

La miré sin expresión alguna, aún cuando eso pareció removerme por dentro.

—¿Tienes pruebas?

La chica suspiró, sacando de un bolso, aquel mismo que me había mandado recoger antes de Jina y lo extendió al frente. Un código se asomaba en sí de forma clara.

—Revisa el departamento de las chicas, y si quieres, observa el código después... Fue dejado en mi casa la noche después de que decidiste romper todo lazo.

Alejé mi mano rápidamente con el papel en mano tras sentir el tacto de la chica en mis dedos, y lo guardé tras inspeccionarlo un momento.

—Bien, avisaré a la empresa para que lo revisen... Yo me encargaré de las chicas. —Suerte mía el que Miu hubiese invitado a Dan a pasar tiempo en su casa esta misma noche—. Si eso es todo, debo irme...

—Antes de eso —la mirada nerviosa de Byeong-Ho me hizo detenerme de levantarme al encontrar cierto ruego en sus ojos—. No hables con Jina sobre esto, sobre nada. Te lo pido.

La desconfianza entre esa pareja me mantenía confundido, y aún así, asentí ante su pedido.

Esa misma noche, mientras ayudaba a Miu a acomodar su "pijamada", encontré tres cámaras entre inspección: recámara, comedor y sala.

Byeong-Ho no mentía, los vigilaban.

Ahora la pregunta era saber "¿quién?"

Ocultar ciertas cosas de Dan en contra de mi voluntad, y aún más, por petición de la empresa, fue más complicado al acostarme en la cama de Yue al lado del mismo mientras las amigas del chico dormían en la sala –o en cierta parte, hacían un ruido de locos por el alcohol ingerido–. Las caricias leves a mi pecho me hicieron entender el cuidado con el que Dan me trataba, y mi cabeza dudo en ocultarle más cosas.

Aún más cuando la confianza era algo que el chico valoraba.

—¿Ocurre algo? —preguntó acariciando el collar de sol que me había puesto, parte de los regalos que había elegido conforme a sus deseos: el suyo era una luna—. Te noto distraído...

Tomé su mano y lleve la misma a ser besada por mis labios, no sabiendo qué parecía ser tan complicado en hablar con el chico, y entonces recordé los mensajes compartidos con la que llamé 'amiga' al descubrir que no mentía.

—Si la empresa me pidiese no hablar de un tema que los involucrara a los chicos y a ti, pero yo quisiera hacerlo contigo, ¿qué preferirías? —Quizá eso era suficiente para decirle que pasaba algo.

Dan me miró en silencio y soltó su agarre de entre mis dedos.

Esperé a que se apartara.

Él no lo hizo.

—¿La empresa te ha pedido algo así? —asentí en silencio cuando me encontré siendo presa de su escrutinio y el chico frunció sus cejas con un dulce puchero adornándolo—. Si es así, será por algo...  entonces no tienes que hacerlo —comprendía que tal idea no era algo de la que gustase—. Pero, si sientes que es demasiado, puedes hablarlo.

Besé sus labios cuando lo vi desanimado ante la idea de alentarme a ocultar algo que no quería, pero que ambos sabíamos, era por el bien de lo que ahora constituíamos.

La noticia de que In-su había escapado, fue algo que nos jodió a ambos esa noche.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
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"關懷: Cuidado"

¿Amigos o enemigos, "¡TN!"?

1er advertencia ⚠️

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