⳼♕- Mamá -♛⳹

❗️Contenido fuerte es mencionado. *Se es pedida discreción.

"Acto 2: Conflicto"
Ideales son interpuestos o perdidos.

Cap. final del II acto - 36
"Mamá"

Cuenta actual:

24 años

20 años

17 años

Cuenta vieja/anterior:

19 años

15 años

12 años

Byeon-Ho P.O.V

Jugar con una pata de conejo a escondidas de casi medio mundo en esa iglesia era lo más entretenido que podía hacer durante esas horas de misa interminables.

De ser por mí, estaría drogandome con algunos amigos, pero no, mis padres habían decidido "estar todos en familia", ¿la mejor forma? Ir a la iglesia. Una total mierda.

No era nada unido el hecho de escuchar a un viejo, que muy seguramente acosaba a infantes, hablar durante horas. Es más, era asqueroso. Y habría seguido fulminándolo de no ser por el ruido de esas viejas y grandes puertas siendo abiertas, para hacer a todo aquel que fuese curioso, mirar detrás suyo a ver a quienes interrumpían al vejete.

—Bienvenidas sean, hermanas. —Yo no pude seguir escuchando lo siguiente al saludo del hombre. Los ojos café y los labios rosados me dejaron descolocada.

La menor de las hermanas, que después supe era la familia Cho, fue la única que captó mi atención. Su sonrisa tímida y la luz colándose tras su espalda lograron hacerla ver como a un ángel, de esos que siempre catalogue falsos y mentira. Pero vaya que viéndola a ella, mis ideas lograron ser más que arena escapando fácilmente.

Ella notó mi mirada, sonrojándose y apartando la vista. Cosa que me hizo pensar que ella también estaba interesada en mí.

Todo ese día no evite estarla mirando y coquetearle, bueno, lo que se pudiera hacer con alguien como yo.

Casi no obedecí a la plática de mis padres, ni a sus textos religiosos ni a nada. Ellos tampoco cuestionaron mi sonrisa embobada, creyendo que era "la palabra de Dios" tocando mi corazón. Que equivocados que estaban.

Al día siguiente lo intenté, acercarme a ella, sólo trastabille, no sabiendo cómo hablarle, y ella pareció notarlo, aún así, por la semana siguiente en la que repetí el proceso, nunca dijo nada. Y mis intentos siempre parecieron ser fallidos, día con día. Eso, hasta que decidí parar en una calle cercana a la iglesia antes de volver a enfrentarme a torturas religiosas.

Era sorprendente que mis padres no se extrañaran por mi nueva emoción a visitar el lugar. Pero de todas formas, de saberlo, tampoco dirían algo. Sólo deseaban apariencias.

Yo podría quemar el día de mañana la iglesia, pero ellos estarían a gusto siempre y cuando yo ignorara el crimen y me uniese a sus plegarias.

Sus acciones estaban lejos de mi comprensión.

K̄hxbkhuṇ —El idioma desconocido llamó mi atención, encontrando a una chica de cabellos largos y un vestido bastante elegante y lindo. Logró maravillarme la gracia con la que tocaba, y su sonrisa de igual forma.

No evite permanecer mirándola en lo que la melodía acababa, y cientos de personas no hacían más que ignorarla y mirarle mal. Yo podía entenderlo, sus rasgos delataban que no pertenecía aquí. Pero aún así, el arte era arte sin importar de dónde viniese. Yo verifiqué en mi bolsillo la cantidad de dinero que traía, y al tener la exacta, me acerqué a otorgarle en aquel montón dentro de un jarrón artesanal.

Parecía ser poco, aún así, poco me importó.

K̄hxbkhuṇ...

—Byeon-Ho... Lee Byeon-Ho —respondí ante el murmullo avergonzado de la chica.

Ella pareció analizar un poco, hasta que por fin respondió, de un modo algo bajo a mis palabras—. Sombat, Jina.

Yo asentí, pensando que aquel era su nombre, y aún así, no lograba descifrar de dónde venía su apellido.

—Tocas genial, Jina. —halagué. Ella sólo parpadeó con una sonrisa temblorosa, entendí que, por lo que había escuchado, no me entendía, así que lo volví a intentar—. Tú tocas genial. —Probé en señas mal logradas y sin sentido, la chica pareció entenderme.

—Te... agradezco —la voz más aguda a la grave de antes me sorprendió, y no evite reír un poco por aquel acento tembloroso—. Lo... lamentar. Sé muy poco-

Sonreí, frenándola, y apuntando a mi teléfono—. Está bien, tranquila. Sólo, no sigas o seré un monstruo burlándome de ti —reí libremente, eso, hasta que aquel conocido ronquido parecido a los cerditos dejó mi garganta, llevándome a cubrir mis labios totalmente avergonzada. Jina rio por ello—. Bien, lo tengo merecido. —murmuré, volviendo a extender mi celular tras ver la hora—. ¿No te gustaría que hablemos mejor aquí? Tengo que irme, pero si me das tu número, tal vez-

Jina no se hizo de esperar, entregándome los dígitos y asentí tras ver el suyo de vuelta. Logré entender tras el prefijo en su celular de dónde era. Tailandia. Agradecí al saber ahora cómo hablarle y asentí en forma de despedida para ir directo a la iglesia donde mis padres me esperarían.

No sabía lo que obtendría de aquella violinista. Una tapadera.

—Padre nuestro... —La voz de la menor la mantuvo congelada en su lugar. Al menos, hasta que ella volteó a verle, sonriendo dulcemente—. Eres tú, ¿volverás a salir corriendo como antes?

Eso la coloreó, no sólo la había notado, la había visto huir—. P-para nada. Yo soy... Soy-

—Lee Byeon-Ho, un gusto —le interrumpió, reverenciando y señalándose con movimientos demasiado agraciados y coordinados para ser tan naturales—. Cho Haneul... Aunque, puedes llamarme "Hana".

"La primera". No evite sonreír por ello, olvidando la timidez de antes, me acerqué a ella, tomando asiento para mirarla—. Un dulce nombre, Hana.

¿Podemos ser amigas?

Nunca creí que la palabra de Dios, o todo cristianismo, me gustaría viniendo de tu boca.

• • •

† 🦦 †

El tiempo pasó, y para entonces, ya era un mes de conocernos. Hana me había citado tras un tweet extraño en su cuenta y yo me encontraba discutiendo con el chico que me había respondido en esos momentos. Descubrí que era amigo de la chica, y aquello no hizo más que hacerme sentir insegura, yo no tenía idea de si Hana era lesbiana, o bisexual... pansexual. Lo que fuese en la oportunidad de darme un futuro a su lado.

Era incluso patético mi enamoramiento por ella. Porque había realizado en eso, yo estaba enamorada de Hana. Y al mismo tiempo...

—Hey, Byeonnie.

Mire a Hana avanzando hacia mí. No evite sonreírle. La abrace tan pronto llego, y ella, en un impulso, me tumbó abrazándome con todo su cuerpo. Yo reí.

—¿Por qué tanta dulzura? —quise burlarme, avergonzada del cariño que su acción descontrolaba en mi cuerpo. No pude.

Sus ojos llorosos lo impidieron—. ¿Q-que ocurre?

• • •

† 🦦 †

Decir adiós a la persona que amas es complicado. Yo ni siquiera pude entenderlo aún cuando lo explicó.

Algo ocurrió, mi hermana... ella. "Mamá"... ella dijo que si no lo hacía las dos estaríamos en problemas. —Hana había hablado después de llorar un rato que me resultó incómodo al no saber cómo calmarla.

¿Qué ocurrió, qué hay que hacer? Hana-

Debo venderme. Sino, ella nos encontrará.

La idea de sus palabras aún me dejaba con una sensación extraña, mi estómago revolviéndose y mis entrañas enloqueciendo por lo que aquello había producido.

¿A qué te refieres?

Yo, sé que podrás, sólo... Alíate con... Con Seong-su, él te ayudará. Por favor, sólo, no quiero estar en ese infierno. No quiero.

La abrace tan pronto el llanto nació de nuevo, sin entenderlo. Apreté el vaso con alcohol entre mis manos y destruí a mi mente preguntándome sobre lo que hablaba la chica. Yo la quería, pero su información había sido nula.

¿Cómo ayudar si no lo entendía?

¿Seong-su?

El conocido violín de Jina logró relajarme. La paz llegando a envolver mis músculos y ayudándome a respirar más tranquila. Mire detrás mío, a la calle de enfrente donde la chica tocaba.

Una vista etérea con el sol cayendo en su dirección, la poca iluminación, así como sus sombras. Mi segundo encuentro con un ángel.

—Hey —llamó tras terminar su número. Esta vez, recibiendo más propinas—, no te veía hace tiempo.

Sonreí, sintiéndome cohibida de repente. Algo era distinto en sus ojos, en su sonrisa—. Sí. Estuve ocupada, yo... Veo que lograste conseguir más dinero, y que- Tu coreano ha mejorado.

Jina asintió gustosa, como si fuese un cachorro siendo halagado por aprender un nuevo truco y tras inspeccionarme un rato, pareció notar lo que yo deseaba esconder—. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

Tal vez, aceptar que las cosas serían así de ahora en más me habría servido a crecer.

Pero yo no quise escuchar.

• • •

† 🦦 †

El servicio militar era mucho menos agradable de lo que varios hombres en mi familia lo llegaban a pintar. Demasiado sudor y cansancio, era agotador.

—Miren, es el "niño de papi".

—¡Ya vete de aquí, bebé!

El compañero a mi lado rio, y todos comenzaron un extraño cántico de la palabra "Bebé" como si hubiesen sido conectados por la misma neurona. Sus voces me agotaron, mirando detrás para encontrar la razón de sus burlas.

Me sorprendí al encontrar a, literalmente, un niño. Era demasiado joven para estar aquí. Mire mal a los demás y avance a tomar al niño y alejarlo tan pronto como pude reaccionar.

—¡Ya cállense, ¿quieren?! —Todos guardaron silencio, y sonreí con amargura.

Ser la única mujer en el escuadrón tenía sus "ventajas".

—Son unos idiotas. —Escuché al menos balbucear tan pronto estuvimos lejos de ellos. Lo miré confundida, encontrando los ojos honestos e infantiles.

No lograba entender cómo una mirada tan brillante podría estar envuelta en esto.

—Lo son, siempre es así las primeras semanas —le resté importancia, evitando mirarle. Sus ojos me hacían acordar a Hana—. Ahora, necesito saber, ¿qué hace un niño tan pequeño aquí? Si bien sé, esto no es "Mulán".

El pequeño espécimen pareció ofenderse, mirándome atento y haciéndome notar su altura. Pero yo no hablaba de eso, sino, su edad... Al menos, esperaba estar equivocada, y que sólo fuese un hombre con enanismo.

—Soy Jeon Seong-su. —La familiaridad de su nombre fue algo que entendí después de ser llamada a la oficina del primero al mando—. Tengo 14, y si quieres saber qué hago aquí —rio con cierta amargura borrando la inocencia del niño que conocí hace tan poco—, pregúntale a mi padre.

Me sentí amenizada de un modo extraño, hasta que el nombre hizo sentido...

—¿Seong-su...?

He de decir que aquello me hizo entender todo de un modo erróneo. Aún más cuando Jeon Dak-ho me dio el papel de acompañar y cuidar de su hijo mayor.

Aunque, fue aún más extraño saber la rara tapadera que el hombre dio a su hijo. Un modo raro de esos Jeon de decir que se preocupaban por el otro...

De todas formas, yo no podía quejarme sobre sólo ser un peón. Mucho menos si Seong-su dejaría de ser un amigo para mí, convirtiéndose en una herramienta.

† 3 años después

Estar en la intemperie nuevamente fue extraño. Siendo llamada por Dak-Ho a nueva cuenta para hablar, decidí decir la verdad, sobre Hana, sobre mis intenciones con su hijo. El brillo en los ojos del hombre no hizo más que hacerme temblar.

Y es que, si era sincera, Seong-su y el señor Jeon eran dos personas que podían tenerte el libido alto aún si los hombres no eran lo tuyo. O eso, en mi caso.

—Así que, ahora entiendo que accedieras a cuidar de él. ¿Qué deseas?

Asentí. Algo me decía que podía confiar en él, pues en parte, Hana me había dicho que podía hacerlo.

Si el hijo era de fiar, no veía porque su padre no.

—Quiero destruir a quien quiera que esté hiriendo a Hana. Quiero- cuidarla.

Dak-Ho asintió, por un momento mirando a los hombres que custodiaban mis espaldas y unos segundos después, el sonido de las puertas logrando espantarme, pero sin hacerme temblar.

No había peleado con mis padres para unirme a la milicia y que al final su entrenamiento no sirviese de nada.

El hombre sonrió—. Cuidaremos de ella, pero a cambio, necesito una infiltración. Tú, pareces ser la más apta para ello, cadete.

No supe qué aceptaba ante eso, pero apreté su mano cuando me la extendió.

—¡Byeonnie! —El abrazo de parte de Jina me hizo sentir contenta, acariciando su cabello y, quizá por la euforia, besar sus labios en cuanto se alejó de mi cuerpo.

Ambas nos mantuvimos en silencio.

—Mierda... —susurré, dejándome llevar por impulsos que no correspondían después de tanto tiempo—. Escucha, no es lo que crees, yo-

—Está bien, Byeonnie, ¿quieres... que vayamos a caminar?

Asentí, sin querer extender la incomodidad entre ambas. Jina tomó de mi mano, y las emociones que me inundaron el pecho fue algo que no me dejó muy contenta.

Hablé con ella sobre la infiltración. La tapadera a mi vida entera, así como le hablé de Hana...

—¿Entonces, la amas? —La desilusión pintó sus ojos, y yo no supe porque, pero me acerqué a ella y bese sus labios, de nuevo.

El brillo en ella fue algo que logró hacer latir mi corazón de nuevo, y quizá, pude entender mis sentimientos.

—También te amo a ti. —No lo hice realmente—. Por eso confío en ti... Jina, sé mi esposa.

Puedo decir que traté de no mentir al amarla. Pero no podía convencerme en decir la verdad mientras acariciaba su piel o pasábamos tiempo juntas y yo ignoraba infiltrarme como "fotógrafa" en una organización extraña de pedofilia. Dónde Hana se encontraba. Donde creí nunca encontrarla y comenzaba a "aceptar" ser feliz con Jina, eso...

hasta ese día.

• • •

† 🦦 †

Había sido sólo un encuentro. Un bar, una salida con mis compañeros de la milicia, donde la vi.

Discutía con un hombre mayor, su ropa era reveladora, se veía asustada. Reaccione sin pensar, en poco tiempo el hombre se encontró en el suelo...

—¿Byeonnie?

—¿Hana? —Sus ojos brillaron tras nombrarla.

Nos besamos. En cierto punto, eso se hizo normal en los dos años siguientes.

Jina nunca lo supo, y siendo algo maldita, nunca logré sentirme mal. Porque realmente no amé a Jina en realidad.

Y nunca me sentí mal, hasta que Seong-su entró días después a la casa que compartía con la violinista. Una sensación extraña recorriéndome.

—Lo hará, hablará... yo lo sé. Fui tan idiota, yo- yo —Hana empezó a hiperventilar. Yo tomé sus brazos para sentarla de vuelta en el sillón después de que, por impulso, arruinara nuestro tiempo del té al lanzar una de las tazas hacia Seong-su.

—Escúchame, él no hablará. Haré lo que sea por controlarlo, por... Por tenerlo de nuestro lado. Ya verás.

Bese sus labios, y me sentí dichosa al, por primera vez, sentir la suavidad de su piel. Fue un momento de calma antes de la tormenta, como bien se dice, puesto que no creí que mis amenazas llegarían a tanto.

Mucho menos verdaderas.

—Será mejor que le preguntes a tu... padre. —Podía notar el ajuste del agarre en mi cuello, incluso una chispa satisfecha en el rostro del hombre. Aún así, era extraño, pues el chico que conocía, nunca había sido así de impulsivo—. Ese imbécil... Él- pagó por tu... chico. Tú... —Hablé sin pensar. Sólo quería el hundimiento del hombre.

Me había mentido. In-su se hallaba bajo investigaciones, Seok tras las rejas y el inútil de Jung-Seok siendo parte de los testigos; junto a Hana, todo por haber cometido la estupidez de "advertir" al niñato que Seong-su tanto quería. Y ahora, gracias a que In-su se hallaba informado de esto, las consecuencias irían por mí viendo que el amante de Jung-Seok ya estaba muerto como para herirlo.

Era injusto, y ocupaba una tapadera antes de que In-su llegase a nosotros, y que mejor, que el que Seong-su trabajara, sin saberlo, conmigo. Si Dak-ho estaba a la mira... nos dejaría fuera a Hana y a mí.

Que equivocada estaba.

—¡Eres un imbécil! ¡No sabes en qué mierda te estás metiendo infeliz!

Amenazarlo... Seong-su estaba en su punto declive, parecía estar sensible a todo aquel que viese capaz de herir a los suyos. No era más que dejar unas simples palabras salir de mi boca ante su dedo medio.

—¡Tu padre es igual a ti! ¡Un monstruo! Ambos... ¡los dos solo están destinados a destruir!

Me cubrí después de que el chico volteó, sacando un arma debajo de su camisa, cerca de la cintura en su pantalón y disparara encima de mi cabeza. Hana gritó, yo sólo quedé helada asimilando lo que era el frío del metal contra mi piel, las esposas deteniéndome. No habría salida, si Seong-su no obedecía, no habría opción.

—S-será mejor que...

—¡No te muevas! —mi gritó llegó a asustar a Hana. Ella no sabía que lo único que quería era poder verla, no quería perderla de vista. No de nuevo.

Yo no sabía que la había herido con ello.

Así como tampoco esperé a Jina llegando incluso antes de que los oficiales llegaran. La chica vio entre Hana y yo, su mirada deteniéndose de más sobre la chica, para mirarme de nuevo. El calor de su mirada extinguiéndose, mi pecho doliendo.

Es ella, ¿no es así?... —fue lo único que susurró.

Y por fin entendí que mi cariño las deseaba a las dos. Mi mente era egoísta...

"He de admitir que soy lo más cercano al Diablo para mis padres, pero, de todas formas, estoy feliz de haber podido tocar el cielo con las dos. Y ahora... al final, no tengo a ninguna. Pero fui feliz."

Jeon Dak-Ho sería mi único objetivo tras las rejas.

¿Y por qué no?, Seong-su igual.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
( 𝟢.𝟦 )
"敵人: Enemigos"

Casi 3000 palabras, ¿qué opinan de Byeon-Ho ahora sabiendo más de ella y los motivos de sus acciones? La verdad, yo ya había decidido su camino tras platicar con el fabuloso B! team. 🐺

"Mamá" no es la figura que todos conocemos. He dicho.
– Caso Cerrado. O-o

Con ello, lo de siempre: hay pistas ocultas. Espero les haya gustado, detectiveen. 🕵️🕵️‍♀️

Los quiero, mucho! 💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top