⳼♛- Kármico -♕⳹

❗️Advertencias de contenido... *se es pedida discreción.

¡¿Crees que no me enteraría?! Tus jodidas interacciones con ese... 'hombre'

Me sentía estresado, agotado y molido de pies a cabeza mientras las gafas de sol cubrían mis ojos. Había decidido ser quien llevase a Dan a la empresa aquel día, y tras terminar la hazaña, no quedaba más que no hacer nada, puesto que con el aspecto destruido, ni Dae o Man-shik me dejarían pasar y trabajar.

La notificación de un mensaje me hizo salir de toda idea de hundirme en la música y maldije al no hallarme con algo más que hacer.

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Maldije de nuevo al subir al auto y conducir hacia la ubicación que la chica me había mandado.

No lo entendía. Sí, éramos amigos, ¿pero por qué yo tenía que llevarle lo que olvidara? Y es que, no era la primera vez que hacía eso desde que habíamos salido del servicio militar, y aquello me hacía pensar que tenía que ponerle cualquier alto a eso o el maldito dolor terminaría por explotarme la cabeza.

Estacioné y me permití contar de cincuenta en reversa –en un intento de poner en prueba las cosas que Dan me había comentado, funcionaban para distraer la mente–, para sorpresa mía, resultó, y acabé bajando del auto para admirar la casa de mi amiga. Era chica y mediana, incluso un poco más que la de Dan al no ser de dos pisos y bastante colorida, de un azul muy chillón que incluso juraría que me hacía doler los ojos.

—¿Hola, alguien? —llamé mientras ingresaba a la casa, Byeong-Ho había dicho que estaría puesta para cuando llegara: cosa extraña, pero por la que no pregunté—. Vengo por la bolsa negra, de- de tela.

Mi balbuceo alto comenzó a hacerse extraño cuando me di cuenta de lo incómodo que era estar anunciando algo del estilo. No lo hacía ni en casa.

El timbre de mi celular me hizo sacarlo y avancé por el pasillo de la casa tras cerrar la puerta; ahora el lugar no parecía tan pequeño.

Algo fue extraño en aquel mensaje, el extraño recuerdo de mi segundo hermano llegando prontamente a mi cabeza, esfumándose al ser consciente del movimiento en lo que parecía ser la sala.

—¿Eres tú, Seong-su? —la voz femenina me dejó helado, no atreviéndome a dar otro paso más y esperando a quien fuera para que se revelase.

Una chica bastante alta y delgada, con cabellos castaños y bastante largos apareció por el pasillo con un vestido rojizo estampado en florecillas blancas y pequeñas. La miré con desconfianza al no recordar que alguna vez Byeong haya hablado sobre algún familiar o roomie consigo, además, claro, de que su esposo estuviese de acuerdo.

—Yo... puedo- Venía por un bolso —su presencia era extraña al momento de encontrarla reluciente y tranquila.

Dan la adoraría.

La chica rio al momento en que un ladrido agudo sonó a lo lejos, quizá en el patio, y tras verla un poco más, algo logró conectar por fin en mi cabeza.

—Eres- Tú eres la violinista —la señale, importando poco que fuese grosero, y ella asintió de acuerdo.

—La misma —reverenció tranquila ante mí y después continuó—, fue lindo verlos a tu novio y a ti, un maravilloso espectáculo. Me dieron una dulce criatura a la que cuidar. —Sus palabras lograron cubrir mis mejillas de un rojo intenso, y cuando caminó, no pude evitar seguirla, pasando a la sala y encontrando ahí a la misma bolita peluda blanca que ya creía—. Toma asiento —pidió al hacer lo mismo y permitir a la cachorrita subirse a su regazo. Encontré tras su espalda el aclamado bolso oscuro de tela al obedecer lo que decía. No había orden, sólo... calma—. Byeonnie y yo no estábamos seguras de decirte, pero, siendo el espectáculo de ese día, y que ustedes no temiesen a besarse incluso ante gente fuera de todo sentido. Yo... Pensamos que podríamos hacerlo —incliné mi cabeza en ese conocido gesto que siempre veía en Dan cuando se preguntaba muchas cosas o lo agarrabas de sorpresa con algún tema—. Seong-su... —la chica suspiró, e indicó con una sonrisa a su mano, misma que apenas alzaba en mi dirección.

Lo que vi me sorprendió, anillo dorado relucía entre los pálidos dedos y aquello me hizo observar mejor mi alrededor. Colores pasteles y bastante agradables invadieron mis ojos, la mesa de vidrio al frente del sillón y la gran tele a nuestra disposición. Las fotos en marcos dorados haciéndose repentinamente llamativas, y la figura de dos mujeres abrazándose mientras sonreían.

Byeong-Ho y la violinista...

La violinista y Byeong-Ho, mi mejor amiga.

—Ustedes —la miré, sin habla, sin poder ignorar la alegría que de repente me invadía—. Yo- ¡Me parece maravilloso, ¿cuánto llevan?! —sonreí y me acomodé como un pequeño niño.

Ni siquiera podía entender no haber visto antes las fotografías o el lugar de mejor forma. Joder, las emociones me tenían perdido.

—Hace cinco años —respondió luciendo algo apenada y extendió su mano hacia mí—. Jina... Sombat Jina —sonrió y correspondí, sintiéndome dichoso de conocer a la esposa de mi amiga en el entrenamiento a la milicia.

—Jeon Seong-su —alcé mis cejas sin controlar notar su apellido y pareció que mi expresión me delató ante sus ojos divertidos—. ¿Sombat?

—De Tailandia —asintió riendo con levedad—. Nos conocimos allá mientras tocaba cerca de algunos bares —su mirada juguetona me hizo sonreír al entender que parecía ser una costumbre aquello de ir a tocar a lugares donde "pocos podrían apreciar"—. Yo- Ella me había dicho conocerte después de salir, ella quería decírtelo antes, pero yo no estaba muy segura debido a que no sabía cómo reaccionarías, pero al verte con tu novio, yo-

La frene, tomándola de los hombros y obligándola a respirar cuando la vi más descompuesta de lo que ya había logrado captar, ella respiro riendo, como si aquello ya lo hubiese practicado más de mil veces. Y no podía no imaginar que seguramente había sido con Byeong.

—No tienes que explicar nada, lo entiendo, aún si no me lo hubiesen dicho. Jamás me molestaría porque ocultaran algo así si comprendo las razones —me sonroje al entender algo que no había llegado a explicar desde hace un rato—. Dan y yo no- no somos novios. Yo- creo que nos gustamos, pero...

Ou... —la escuché exclamar, y reí ante su aspecto sorprendido—. Lamento haberme hecho ideas, pero, por lo que dices, quién sabe, lo parecen, mucho —carraspeo con levedad y acaricio al cachorro que ya dormitaba en sus piernas—. Dan, ¿es su nombre?

Asentí algo nervioso al entender que nos veíamos ya como una pareja y eso me hizo sentir extraño, ligero—. Jeon Dan Black.

Su chillido juguetón ante la mención del apellido me hizo reír, y de forma bastante rápida nos encontramos hablando sobre muchas otras cosas, terminando la charla a la hora en que Dan volvía a la empresa y despidiéndome de la fémina en su puerta, justo al recibir ambos un mensaje de Byeong-Ho. A Jina avisándole de llegar al trabajo, y a mí diciendo que esperaba que nada cambiara entre nosotros tras saber aquello.

Sonreí negando al sino al auto y respiré sintiéndome más tranquilo al saber todo. Era extraño, lindo, pero extraño.

La misma tranquilidad no duró mucho en lo que apresaba a Dan entre mis brazos, apoyándolo y cubriéndolo al notar los temblores que lo invadían. Había hablado... Bueno, lo había escrito, pero por fin había explicado a su grupo lo que ocurría con In-su.

El mismo que había ido con toda mentira idiota a mi padre tras golpearlo, haciéndose de inocente y tachándome a mí con todo lo que mi Superior detestaba, mismas cosas que él era. Una jodida rata.

La que pareció ser su líder llegó atravesando la puerta en el momento más acordado, tras haber estado todos, –y en verdad, los cuatro chicos que había visto nada más llegar junto conmigo–, hablando con Dan y animándolo a decir lo que ocurría. Y Doori apareció justo cuando obtuvimos pase verde a denunciar al hombre con Si-hyuk.

Miu entró por la puerta tirando de la mayor, y tan pronto como sus pasos fueron más claros, voltee, encarándola y observando a su aspecto tosco y oscuro. Algo en mí no evitó removerse ante la extraña similitud que sentía por ella. Carraspee con levedad.

—Discúlpeme por no poder levantarme para saludarla —observé su actitud, pareciendo temerme, y Dan aferro su agarre a mi cuerpo restregándose con calma llevándome a sentir un ligero estremecimiento que por poco me hacía olvidar lo que buscaba, cuando noté a la líder del grupo reverenciar ante mi "saludo"—. Jeon Seong-su, a servicio de Dan aquí. El señor Bang me asignó a su cuidado gracias al parecido que tiene con su sunbaenim, asumiendo el peligro que puede conllevar eso. Pero algo más está pasando.

Noté el agarre de la japonesa a la mayor y por un corto instante logré sentir la seguridad de la que el mismo Dan me hablaba estando con el grupo.

—Un gusto, Jeon ssi —asentí de forma rígida ante su reverencia por la contrariedad de recordar la falsedad en mi edad frente a ellos—. Soy Noe Doori, líder del grupo proyecto. Si no es mayor molestia... ¿Qué fue lo que pasó?

—El chófer de mierda aquel. —Escuché gruñir a Aeris, una de las gemelas, mientras comenzaba a analizar sus diferencias con su hermana desde hace un rato—. Está siguiendo a Dan.

El recordatorio de la situación me hizo asentir con lentitud.

—¿Chófer?

Los recuerdos de aquel ingrato llegaron con lentitud, de forma lenta y pesada haciéndome sentir extraño y ardiendo en enojo. Apreté a Dan más cerca, deseando asegurarlo, alejarlo—. In-su. —Había aceptado mis sentimientos por Dan hace tan poco y el mundo parecía querer quebrarse por el simple hecho de aquello, y pronto cada cosa negativa logró inundarme, al tiempo que el deseo enfermizo de cuidar a Dan ardía desde dentro en el pecho—. No creo que deba contar a más detalle lo que haya sucedido, pero Dan no está bien y necesita un descanso.

El quejido de Dan captó mi atención, encapsulándola al verlo negar y sobando sus hombros con lentitud siendo consciente de la ansiedad que parecía invadirlo. Se había arrepentido.

Me incliné cerca de su hombro y susurré palabras de aliento cerca suyo en cuanto mi atención volvió a abrirse para los demás. Escuchando sus palabras y movimientos pero sin dejar de lado a Dan.

—Volveré en un par de horas, me parece, pero haré algo al respecto. Seong-su, Dan, ¿me pueden acompañar por favor?

Asentí, y ocupando la mayoría de mi fuerza en cargar a Dan y dejarme extenso de sentir más allá que de buscar apoyar al chico cerca de mí, avancé a su lado, apretujando su hombro de vez en cuando mientras seguíamos a la líder de aquel grupo.

No dudaba que lo ayudarían a salir de cada cosa, pero Dan necesitaba avanzar a su propio ritmo y dejar de exigirse complacer tanto.

El ruido sordo a nuestras espaldas me hizo sentir un estremecimiento entero, que pareció también ser percibido por Dan al removerse un poco y prontamente buscar más cercanía con mi cuerpo cuando cerré la puerta del salón.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒈🄀
"同理心: Empatía"

Dato: Seong-su detesta el color azul.

* Relación Kármica: personas, mayormente relación amorosa, que se encuentran atadas desde vidas pasadas, buscándose y encontrándose en cada una, sintiendo una conexión inmediata y estando destinadas a enseñarse la una a la otra lecciones de vida a través del dolor, ya sea provocado el uno al otro, por la vida o por demás factores.
En muchas ocasiones, su camino no es estar juntxs, pocos son en los que se mantienen. -♡

En opinión personal, mis parejas favoritas, y las que más duelen... </3

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