⳼♕- Gancho -♛⳹

🚫 Consumo de droga, explotación infantil y s*xual, violencia. *Se es pedida discreción.

por más que el mundo y plataformas busquen ocultarlo, la realidad es realmente cruda y horrible...–

12 de mayo 2024

La música en "La Quimera" era bastante fuerte, aturdidora, me mantenía algo perdido mientras sentía el agarre justo de Kang Ijun en mi brazo. El traje oscuro apretaba a mi cuerpo haciéndome más consciente de la situación en la que estaba, un bar rodeado de pederastas, posible venta de esclavos sexuales, y lo peor del caso: niños. Niños obligados a ser, y hacer lo que no les correspondía.

Me hacía desear romper con toda investigación y simplemente llamar a hacer una denuncia aún cuando lo jodiese todo.

—Dak-ho —la voz del hombre rozó mi oreja, erizándome y poniéndome alerta. Me había perdido observando a cada niño sirviendo, atendiendo, aceptando dinero. Sus caras de incomodidad eran evidentes, su miedo, su asco—. Es un buen lugar, ¿no? —No contesté. Por mucho que me hubiesen adaptado a fingir y dar las respuestas que la gente quería, la situación no me permitía hacerlo, concentrado más en mis alrededores que en seguir un papel. Kang rio y rasco su nariz en gesto despreocupado, la simple acción me hizo sudar frío—. No es lugar para todos, creí que eras selectivo con tus gustos.

—Yo no me refería a esto... —susurré, aún perdido. El hecho de darme fuerzas para pensar en Dan al hablar no servía. Yo no podía imaginarle en una situación tan horrible, me aterraba. Las náuseas florecían en mi estómago y tuve que obligarme a apartar al chico de mi mente con el punto de vista del hombre, o terminaría en llanto por ello—. Quería decir, necesito sentirme bien con la gente, y...

Ijun tomó mi rostro, forzándome a mirarle cuando mis ojos vagaron en los alrededores nuevamente intentando recomponerme del mal trago de lo que era esto. El nivel de maldad en el hombre no tenía límites, y ni siquiera con su propia raza, lo sabía, pero me hacía entender lo equivocado que había estado haciéndome el fuerte, siendo consciente de los traumas que yo mismo no había superado. Las cicatrices en el interior de mis muslos parecían picar aún después de los años.

—¿Te sientes bien conmigo? —No. Lo único que invadía a mi mente era la idea de estar con Dan, abrazarle y llorar por todo lo que había hecho. Si tan sólo hubiese aceptado mi error como algo correspondiente a hablar, tal vez nada me habría llevado a esto. Diciéndole a Christian que podía cambiar de puesto, que sólo haría revisiones externas—. Te ves asustado, ¿no deseas relajarte? —Las palabras no salían de mi boca, ni siquiera lograba impulsarme a empujarle cuando su dedo tocó mis labios, presionándolos, mis músculos se hallaban tensos, congelándose. Quise correr cuando Ijun sacó una pastilla que desde lejos me decía no ser nada bueno—. Tal vez esto funcione...

Logré reaccionar tras eso, forzando a mis músculos dormidos a moverse, levantando mis manos que parecían ser lo único consciente hasta que mis piernas reaccionasen de estar entumidas. No fue suficiente. La pastilla fue introducida con agresión a mi boca y patee al hombre hasta que me soltó entre risas. Escupí tras sentir el sabor de lo que me había dado, la misma cayó al suelo, siendo pisada por el tacón de una de las chiquillas, noté por una ojeada que no tendría más de 15. Fue suficiente para revolver mi estómago.

—No tiene caso que la escupas, hará efecto en cualquier momento. Sólo relájate —intentó tomar mi cintura y me alejé tan pronto como escuché su iniciativa de arrastrarme a cualquier lado. Él sonrió al ver mi confusión—. ¿Creíste que hablaba de algún bar calmado donde besarte con chicos desconocidos? —rió, y me sentí mareado—. ¿No sabes que es mejor ocultarse de todos?, más si tu obsesión son los pequeños. Lo dijiste: "la gente aborrece lo que no entienden".

Sus palabras fueron mi señal de correr. Había dicho lo que necesitaba, lo tenía. Me había drogado, eran pruebas suficientes para poder salir del lugar, movilizándome a las puertas donde hace muy poco habíamos entrado, pero mi cuerpo se sentía cada vez más pesado, asustándome en el momento justo donde choqué con alguien.

Era un poco más bajo que yo, de cabellos oscuros y pupilentes verdosos, lo sabía por el extraño sentir de un bosque al ver sus ojos, falso. Se veía desalineado, distinto al lugar que había observado, ropas cubiertas y holgadas, no llevadas a toda perversión enferma. Él me miró y logré reconocer el miedo en sus ojos cuando me tomó del brazo y me jaló a algún lugar que no conocía.

—Sácame —fue lo único que logré decir, comenzando a tener la lengua adormecida. Él llevó mi brazo alrededor de su cuello para ayudarme a moverme cuando fue más difícil caminar estando entre la inconsciencia y seguir pidiendo estar fuera.

—Esos idiotas —lo escuchaba susurrar, molesto. Alcé la mirada, notando en su rostro lo que no había visto antes, un rasgo salvado en la reconstrucción del chico al que buscamos.

Apunté al lunar cercano a su boca—. Cho... Jung-Se... Seok —susurré. Él se detuvo de golpe, mirándome con miedo—. Tú...

—¿Quién eres? —se notaba temblar al escuchar mis palabras. Como si su nombre fuese algo aterrador, y pareció mirar alrededores aún cuando estuviésemos en un pasillo iluminado en rojo. Logré reconocer mejor las cosas en ese momento de pausa al detenernos—. Tú no eres otra presa de estos empresarios, ¿no? —Sonreí con levedad, cierto orgullo ante su percepción y deseé responder cuando me erguí un poco y tropecé. Él volvió a cargarme, recordando mi estado de inconsciencia y resopló, volviendo a caminar—. Te sacaré de aquí, mierda.

—Soy Jeon Seong-su —susurré tan dormido como me sentía, en su oreja, y él pareció estremecerse por la cercanía—. Tengo diecisiete, y soy bisexual —reí, queriendo llorar al sentir mis manos dormidas. El chico maldijo—. Mi papá está afuera, y mi hermano, junto a muchos policías... Tengo lo que necesito para librarlos de esto, sólo sácame de aquí, por favor.

Él volvió a temblar, maldiciendo de nuevo y empujándome para volver a cargarme como al principio, forzándome a caminar aún cuando él tuviese todo mi peso encima. Me entretuve a mirar su perfil aún cuando murmuraba molesto.

—Malditos policías. Un niño, ¿qué mierda les ocurre? Carajo, y tú entre todos... —Quise reír por sus palabras cuando no tenía idea de lo que tanto había insistido al pobre de Christian, y también, engañado.

Él mismo había optado por relevarme de mi puesto, pero yo había sobornado lo suficiente al encargado de hacerlo. Me servía que el mundo fuese tan podrido, y cuando Christian me vio en el punto de encuentro se molestó bastante. Incluso apostaba a que seguía enojado justo ahora. Pero lograría que no deseara dejar su placa si escapaba de ahí con vida.

Seonnie —la voz conocida nos dejó congelados  ambos. A unos pasos de la salida de emergencia. Levante la mirada encontrando a Nicholas, el secretario de Ijun, y la chica a su lado me dejó pasmado—. Dak-ho. ¿Qué haces con él?

Hana... —susurré, a punta del llanto, encontrando a la chica con su mirada indiferente, haciendo de cuenta que no estaba ahí.

Por fortuna, Jung-Seok no dijo nada sobre el cambio de nombres, y no tuve que mirarlo para que inventase algo e irnos. El chico lo hizo—. Se encuentra muy mareado, será mejor que me encargue de sacarlo a vomitar antes de que lo haga en los zapatos de Kang.

Yo no iba a poner quejas sobre su mentira.

—¿Y? —La respuesta de Nicholas quizá nos tomó desprevenidos a ambos—. Quizá pueda descubrir una nueva filia, como Seok con esa niña.

No miré a Jung-Seok hacer nada, pero creí que ambos teníamos el mismo rostro arrugando las facciones debido al asco de lo que decía. Se refería a Miu... Efebofilia.

Gruñí ligeramente. La puerta a unos pasos detrás de nosotros se abrió, y voltee por sobre mi hombro provocando con más fuerza los mareos en mi cuerpo. Bae In-su se hallaba abrazando a un chico que temblaba, desnudo, se veía golpeado y malherido. Logró molestarme lo suficiente para ir tras él. Jung-Seok gritó tras de mí en el momento exacto donde In-su logró reconocerme y golpee su rostro.

Él cayó de espaldas, limpiando la comisura de sus labios, para incorporarse y tomar de mi cintura, empujándome hacia la cama revuelta y con manchas de sangre. Jadeé molesto, arañando su rostro y golpeándole en el abdomen. Mi visión se emborronó al momento de incorporarme y volver a golpear el rostro del hombre.

La droga comenzó a hacer efecto, mi cuerpo se entumió y caí de golpe sobre la cama, luchando por no dormir. Sentí a Bae subir a mi cuerpo y darle la vuelta, gruñí molesto por la acción, encontrando su brazo cercano a mi rostro al intentar acallarme, lo mordí sin dudarlo, presionando con fuerza hasta escucharle gritar y apartarse, no sin antes golpear mi espalda baja. El mareo ya era suficiente, chillé volviendo a patear al verlo acercarse y lo que analicé después fue al hombre sosteniendo mi cabello con fuerza y varios golpes al rostro después. Jadeé en cuanto lo sentí golpear mi estómago, encima del aparato que comunicaba a Christian y Man-Shik. Entendí que esa era mi oportunidad cuando volvió a golpear y no me quedó de otra más que escupir sangre.

—¿Creíste que no se investigaría, Jeon Seong-su? —Lo miré al escucharlo, recibiendo otro golpe en el rostro y él rió—. ¿Estás cansado?

Realmente lo estaba. Mi nariz dolía, así como mi cuerpo, y el efecto de la droga encima no ayudaba a contrarrestar el cansancio. Aún así, sonreí altanero—. ¿Crees que tus cosquillas se comparan a mi padre? Debes de ser tonto si crees eso.

Otro golpe—. ¿Te crees valiente para decirme aquello? ¿Qué ocurrió con tu puta? No lo serás si vuelvo a lastimarlo, ¡¿verdad, niño?! —Otro, la boca del estómago me ardió—. ¡Ni siquiera cuando todo en tu jodida casa arda en llamas, aberraciones del infierno! —Un rodillazo, y todo estalló.

¡Policía! —fue gritado por fuera. Las aclamaciones de la gente, asustadas y siendo ahuyentadas por los oficiales me llevó a sonreír aún con el dolor.

—No hay que hacer palabras en falso, Bae... —lo miré, perversa inocencia extendiéndose en mi rostro. Me sentía bien—. No lo tocarás, ni a él, ni a los que me importan. Nunca más.

Escuché a Nicholas darse a la fuga, error, se había rodeado el lugar incluso por arriba. El tiempo era oro.

—¡Jodido Jeon!

Reí—. Agradezco tus últimas palabras.

Respiré en paz cuando los oficiales se lo llevaron, Man-Shik corriendo a mi lado con rapidez, tomando mi hombro—. ¡Está bien! —gritó, quizá afirmando a Christian que pronto se hizo visible a mi lado, tocó mi rostro. Man-Shik habló—. Estás cubierto de sangre, ¿estás bien?

—Tiene fiebre. Seong, ¿me escuchas? —el lugar se hizo más difícil de enfocar, mis sentidos se hundieron. Y quise vomitar cuando las arcadas fueron evidentes, en lugar de eso, todo se hizo negro.

Al menos me sentía tranquilo siendo que todo había acabado...

Si había algo de lo que no me arrepentía, era Dan.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒉⒊
"司復仇的女神: Némesis"
Némesis: diosa griega de la justicia retributiva, la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna., llamada Ramnusia -"la diosa de Ramnunte"- en el santuario que tiene en la ciudad del Ática.

Nombre Ijun: del Yoruba (religión ubicada en la que hoy es Nigeria), desastre.

Filia: "afición por, inclinación hacia" lo que significa la raíz o base

Efebofilia: preferencia sexual hacia los adolescentes o jóvenes ubicados en el desarrollo sexual medio o tardío, se extiende usualmente entre los 15 a los 19 años de edad.

Emetofilia: placer sexual ante la exposición de los vómitos.

–Para aclarar, todos tenemos filias. Y no siempre es algo malo.–

* Coreano-Tailandés, Cho Jung-Seok:
(16 años) 🐶🦅

Ojos naturales: ⤉

Con pupilentes: ⤉

Sin más, dimos fin a todo este círculo, pero erradicar un punto no significa el final de cosas así. (😞) Aún así, en la historia lo es... ¿o no? 👀

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