⳼♛- Enredadera -♕⳹
❗️Mención de abuso infantil físico y psicológico. *Se es pedida discreción.
El pecho subiendo y bajando, el corazón taladrándome como loco y mis ojos nublados. Mi cabeza se llenaba de ideas, desesperación, culpa, miedo.
Miedo, por él.
• • •
Había ido a discutir con Man-Shik con respecto a ponerme a hablar de nuevo con aquel chico, me hallaba fastidiado por el tiempo en que seguía pidiéndolo, diciendo cosas como que se veía desanimado y mierdas del estilo, yo lo sabía. Noté la culpa que él mismo se echaba encima, pero nada justificaba que buscara meterse conmigo, y consideraba haberme comportado bien después de ese primer encuentro, es que, ¿qué querían ellos, que matara al pobre? Si no lo había hecho era porque me habían sacado ya del lugar.
—Capitán, por favor —Torcí mi rostro en una mueca al escuchar el título ser lanzado por mi mejor amigo. Lo hacía para molestarme, lo conocía—. Haz vuelto, podrían intentar, tal vez?, no lo sé, hablar.
—Dijeron que hasta el final de mis vacaciones. Te aclaro, no ha acabado. Sigan intentando con sus investigadores expertos, yo no iré a meterme —escuché claro el suspiro del hombre, indicándome que seguramente desacreditaba mi decisión.
—Eres un niño... —La llamada siendo cortada me dejó con las palabras en la boca, y guardé mi celular sintiéndome molesto tras sus insistencias.
—Un niño eres tú —murmuré, queriendo arremedarlo, hasta que mi vista paró en una figura frente a la casa de Dan.
Una mujer a no muchos pasos de donde se encontraba la parada de autobús. La miré por unos momentos, comenzando a sentir una especie de ansiedad recorrer mi cuerpo. Fruncí el ceño al verla caminar, parecía nerviosa, y eso me llenaba de dudas. Ropas oscuras le cubrían completa, y pronto un logo en el llavero de su mochila me hizo tener un rápido recuerdo. Kang.
"—Descuida. Mantenemos registro de los que entran y salen del lugar. —Las palabras del hombre llegó a mi mente tan pronto reconocí aquel logo de un cervatillo rodeado por una serpiente—. Son archivos que permanecen en la empresa, fuera de donde se guarda a cada trabajador. —Podría ser simple coincidencia—. Tu rostro me es conocido. ¿Cuántos años tienes?"
Diecisiete. La altura de la chica llamaba mi atención, una mujer agraciada, de piernas largas y con dijes que me eran familiares—. Disculpe... —Ella pareció asustarse al escucharme.
Yo no supe qué fue aquel sentimiento que me recorrió al verla, una desesperación extraña que me avisaba que en ella estaban las respuestas. Camine sin importar nada, sin siquiera avisar a nadie que cuidara de la casa. Doori y Miu estaban de compras, Xiuu había ido a estar relajado en algún spa junto a Aestoria, y Chungae había ido a comer con los señores Jeon y las niñas. Aeris tomaba una siesta en la habitación de Dan. Ella me avisaría de lo que ocurriese.
A veces el ser humano solía pecar de sentirse preparado.
—¡Espere, señorita, sólo quiero hablar! —Ni siquiera sabía lo que diría tan pronto detuviese a la mujer, pero entre más la seguía, más la reconocía. Aquel lunar en su dedo y mejilla me hacían acordar perfecto a las pocas señales que mi mente retuvo de la mujer que me interceptó en la oficina de Kang con flashes—. Por favor, deme un minuto.
Tal vez si lograba conseguir los registros ahora que su jefe no estaba en la mira del pináculo en la empresa lograría algo. Lo que fuese por no enfrentar a Jung-Seok.
Mi teléfono vibró repentinamente, y el impulso de perseguir a la mujer se frenó un poco por tomar el aparato y ver lo que ocurría. No escuché. Avancé a donde la mujer corría y la vi adentrarse a un callejón. Paré en seco analizando lo que era aquello...
El día de mi sexto cumpleaños, papá me había forzado a levantarme temprano, lejos de las paredes de nuestra casa, a un terreno baldío cuando todavía no había tantas casas. Cuando todavía no dejábamos China.
—Atento, niño —Ordenó el hombre, colocándome de inmediato en una posición tensa en lo que mentalmente perfeccionaba la posición de mis pies juntos. Como si hasta en eso el hombre que fumaba con la vista cargada de molestias y odio pudiese fijarse.
Era la primera vez que lo veía fumar, al menos, enfrente mío.
Él se encargó de colocar toda botella de vidrio en un rango alejado a nosotros y yo no evite mirar con ansias todo lo que hacía, preguntándome principalmente qué hacíamos ahí, así como por qué habíamos salido. No pude preguntarme más antes de que el hombre tomara de la camisa de dormir que me había puesto con rapidez cuando desperté, y me jaló hacia donde había colocado las botellas, aunque, claro, a la distancia lejana de antes.
—Observa y luego imita, ¿lo entiendes?
Asentí, queriendo corregirme al segundo recordando que el hombre al que encaraba debía de dejar de ser nombrado por mi mente como a un padre. Esas ocasiones me hacían detestar mi mente complaciente. Pero él no le dio importancia alguna a mi falta de respeto.
El sonido similar a una explosión llegó a mis sentidos, haciéndome temblar por la fuerza del mismo, y un segundo después, el ruido de vidrios rotos llegando. Miré hacia el lugar donde la bala había impactado, mi corazón acelerándose y un pitido extraño recorriendo mi oído izquierdo, mis ojos habían comenzado a nublarse.
—¿Lo viste? —mencionó el hombre, y tuve que negar ignorando mi deseo de complacerlo para evitar más golpes. Él bufó y me tomó del brazo con fuerza, parándome enfrente suyo por más de que el miedo recorrió mi sistema y quise salir corriendo ante el castigo. El mismo que nunca llegó—. Entonces, te tocará aprender por las malas. —El arma me fue entregada, asustándome al sentir la pesadez de la misma en mis manos, los temblores comenzaron a invadirme y la idea de desmayarme parecía hacerse tentadora entre más tiempo pasaba sin comida—. ¿Qué esperas? ¡Dispara!
Sentí que en cualquier segundo me quebraría, pero fue suficiente una mirada a los ojos duros que me observaban para tragar los nervios que me invadían y lamer mis labios, notando mis manos temblorosas y lo mucho que mi cuerpo aún batallaba en mantener aquella posición de "los pies separados a la altura de los hombros y las rodillas flexionadas".
—¡Vamos, Jeon, dispara!
Mantener tu objetivo en la mira y la respiración pausada. Eso había aprendido después de años.
¡Dispara! Pero entonces era un niño, el apriete al gatillo me llevó a cerrar los ojos con fuerza, y pronto, el agarre fuerte de mi padre empujándome.
—¡¿Qué crees que haces?! —me gritó mientras caía al suelo y me llenaba de tierra, finalmente abriendo los ojos y mirando lo muy cerca que la bala había caído por no mantener mis ojos abiertos, de nuevo quise llorar—. ¡¿Sabes lo que ocurre si no abres los putos ojos?! —Jadeé llevando mis brazos a mi rostro cuando el hombre quitó su bota y calceta mostrando su pie ante mí. Una prótesis—. Deja de ser una niña y compórtate como un hombre.
Yo no quería. No gustaba de tener heridas, hiperventilé, tomando mis rodillas y comenzando a llorar frente al hombre que sólo me gritaba. ¿Aquello era por haberme encontrado con maquillaje?, ¿era eso? Solloce cuando me gritó de nuevo volviendo a hacer frente a la audición en mi oído que para entonces se había ensordecido un poco.
—¡Levántate! —me ordenó. Yo sólo obedecí a los temblores de mi cuerpo.
—¡No quiero! —chillé y el hombre gritó, tomando el arma haciéndome volverme a hundir sobre mí cuando las últimas botellas explotaron por los disparos.
Llegando a casa me aventó frente a mi madre, y caí de rodillas escuchando las discusiones de ambos adultos. Yo sollocé, alejándome de ambos al sentir las uñas de mi madre encajándose en mi hombro. No me gustaba cuando hacía aquello.
—¡Jeon Seong-su! —Mi padre bramó, y no quise escucharlo aún cuando eso me diese una paliza luego.
Me encerré en mi cuarto, aquel que hace tanto ya no era seguro y abrí la puerta de mi armario, ocultándome entre la ropa y abrazando mis rodillas, llorando. Fue la última vez que pensé en Jeon Dak-ho como mi padre, pero también, tras su castigo, fue la última vez que dejé de comportarme como un niño...
Yo no había notado las palabras que aquel día se habían soltado mis padres. O sí, sólo no había querido detenerme en aquel momento.
—¡Sólo quiero alejarlo de la basura que eres! —bramó el hombre en la planta baja y yo abracé mis piernas—. No me importa convertirme en lo que menos quiera.
—Veamos cómo te va con ello, ¿crees que querrá estar contigo con lo que haces? —la voz de mi madre había sido tan extraña aquel día—. Eres una presa, y ni siquiera entiendes que estás perdiendo.
Nunca imaginé lo que aquello traía consigo, tras sus palabras. El miedo me dominaba.
Camine escuchando las sirenas alejándose por la calle, y respiré hondo mientras mi pecho aguardaba lo mala idea que era aquello. Las palabras de Dak-ho llegando a mis oídos. "Mantener los ojos abiertos". No sabía porque la alerta residía en mi cuerpo, hasta que mi vista paró en un pedazo de vidrio que mi bota había aplastado.
La marca era conocida, lejana a aquellos días donde me habían llevado a practicar el tiro.
Mi teléfono volvió a vibrar y un escalofrío recorrió mi columna, antes de voltear, el sonido de un arma cargándose se escuchó a mis espaldas, tras ello, el piquete de una aguja. Mi cuerpo perdió fuerza tan rápido como ocurrió con Kang aquel día, pero peor. Caí al suelo aún cuando desee retener mi cuerpo, apoyarme, mi sistema entero quedó dormido.
El golpe inconfundible de unos tacones se escuchó, rodeándome, y detallé los zapatos rojos y las piernas de la misma mujer que había estado persiguiendo. Mi respiración no se retuvo en acelerarse.
—¡Despejado, Seok! —la voz familiar llegó a mis oídos. Abrí mis ojos sorprendido, pero todo reconocimiento quedó lejos en cuanto mi mente comenzó a dormirse—. Toda una presa, ¿no es así, Seonnie? —la figura borrosa de la mujer pareció encargarme, acariciando mis cabellos y rostro. El filo de sus uñas delineando mi cara, me hizo estremecer, pero no más que sus palabras antes de caer dormido finalmente.
"Como tu padre"
☼🐰☼
➠ 𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒊⒊
"貓: Gato"
Ya lo sabían, pero lo repito: el animal menos favorito de Seong-su son los gatos, esto porque siempre los ha asimilado como seres mucho más astutos que los perros. 🐕
Como sea, la cosa apenas comienza jaja ¿Ideas o sospechas?
¡Les quiero, B! team. 💜🐺
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