⳼♕- Congelado -♛⳹
Advertencias de contenido. ❗️
Maltrato infantil. Celos. ⚠️
Tercer Acto:
"Infancia"
El día de mañana iría a ver a Addae, no sabía cómo, pero ya eran un total de tres semanas con cuatro días viendo al lobo, y por más sorprendente que me pareciera, no quería seguir completando los días. Al menos, no por la indudable ausencia de calma que me invadía.
Apretaba entre mis manos el collar rojo que había sido encargado y grabado para el lobo. Danique y Kora ya tenían los propios, siendo el de la hembra color morado, y el de mi cachorro de color verde. Yo me había negado al azul que Aeris me había sugerido, cosa que me llevó a admitir mi desagrado por el color y recibir una protesta conjunta de parte del grupo; menos de mi pareja.
Me sentí haber dicho apoyar a los nazis o cualquier cosa horrenda.
De cualquier forma, parecieron haber olvidado esa molestia luego de que Dan optó por cambiar el tema a los juegos de mesa o actividades que gustarían de hacer. Hubo negaciones por el Turista Mundial, y pude ver en Dan un puchero mal camuflado al no tener apoyo ni siquiera por Miu para jugarlo. Yo la entendía, había quedado casi sin dinero a la sexta vuelta, por lo que no evite reír cuando Dan me miró con ojos de cachorro. Intente negarme de forma sutil, puesto que, si algo había aprendido, era que Dan era demasiado bueno creando estrategias para mantener dinero y propiedades consigo... Mi chico parecía todo un hombre de negocios. Y sentía un fuerte latido al compararle con gente de apuestas. Le veía la fortuna intacta en esa propuesta.
Yo no era oponente digno si me guiaba por impulsos.
Al final, Chung-ae propuso actividades más tranquilas e impulsoras del buen ahorro, y tras cierto convencimiento para con un niño pequeño, Dan accedió.
Iba notando el porqué de que fuese el maknae (bebé) del grupo.
Así que, ahora, Xiuying, mi hermano y mi novio, aprendían crochet, y me preguntaba que curiosa plática los habría llevado a los montones de lana esparcidos y esos nudos raros entre sus dedos. De todas formas, era divertido ver a Dan, cada tanto, frunciendo el rostro en lindos pucheros que deseaba borrar besando, pero que, debido a que el chico "buscaba concentrarse" me dijo de quedarme fuera de su rango.
Y verlo desde la cocina era extrañamente tentador. Pero, un Dan enojado, era peligro asegurado.
Por lo que, ser ayudante de Miu y Doori en la cocina no era menos divertido que buscar molestar a mi novio durante su concentración máxima. Aunque, de todas formas, el chico seguro me terminaría reclamando más tarde diciendo de distraerle por, simplemente, respirar. Cosa que me hacía reír.
—¿Cuántas harina dice que es? —Voltee hacia las chicas. Doori se encargaba de la masa, yo del betún, y Miu era la encargada del tiempo y las decoraciones.
—Una... ¿Cucarachita?
No evite reír por lo que, muy seguramente, Miu pasaba con confundir algunas palabras en coreano debido a no ser su lengua natal. Y yo la entendía, aún con los años, a veces ocurrían esos deslices.
Miu me miró mal al momento de reír y me excuse diciendo que la entendía porque igual me ocurría, pero que había sido demasiado gracioso verla confundirse. Y Doori, aunque al principio había parecido desubicada, lo entendió de forma más calmada, señalándole a Miu que decía cucharadita.
Eso llevó a ambas chicas a sumirse en la comparación de la película de La Bella Durmiente con lo ocurrido. Y después de un rato, me disculpé con Miu por mi burla no contenida. La chica le restó importancia ahora siendo quien reía por su error, y eso hizo sentir más ligera la sensación de desagradarle.
Dan ya me había dicho que la chica ahora fingía aquel "odio", pues era su forma de ser incluso con Chungae. Pero algo aún me hacía sentir mal sabiendo que le desagradaba, aún cuando fuese fingido. Como...
Como buscar agradarle a tus suegras.
Con ese pensamiento, me alejé de ambas mostrando mi trabajo terminado y yendo a asearme. Para después caminar fuera de la nueva cabaña para encontrar a Chungae y Haruki jugando vóley playa. Era como una competencia amistosa entre la arena oscura del lugar, puesto que Chungae no parecía ir muy bien en ello, aunque sus saques fuesen buenos.
—Hey, Dóberman. —El llamado del chico al que, hace tan poco halague, de forma mental, me sobresaltó un poco. No había notado lo distraído que de seguro parecía observándolo. Eso me hizo sonrojar—. ¿Juegas?
De todas formas, intente recomponer lo perdida de mi atención observando el área, y encontrando a unos chicos jugando más a lo lejos, en otra de las cabañas instaladas por la playa. De nuevo, mi instinto actuando protector.
—Claro... Al menos así compenso lo mal jugador que eres. —Haruki rio con fuerza, mientras mi cuñado exclamó ofendido y yo reí por ello.
—Pero, ¡oigan! —el chico dejó de reír, observándonos y señalando a cada uno antes de realizar—. Serían dos contra uno, eso es injusto.
—Conmigo estaríamos a la par, ¿qué no? —La voz de Xiuying me sorprendió, a mis espaldas. Pero el brillo en los ojos de Haruki fue algo que no deje pasar—. Llegué a jugar en la escuela y algunas vacaciones, aunque quizá perdí la práctica, no sé si-
—¡Pido a Xiuying! —gritó mi cuñado, tomando rápido al chino de los brazos para jalarlo a la arena aún cuando este aún no se había decidido del todo—. Así estaríamos justos.
—Sí... eso parece. Entonces, ¿yo con Seong? —No pase tampoco la desilusión en el chico y rodé los ojos.
Esta gente complicada. Yo bese a Dan a medio año de conocernos.
Bueno, él me besó a mí, pero era lo de menos.
—Sí, tú conmigo. Aunque no parezcas ni un poco convencido, niño.
—¿Niño? —Eso pareció despabilarlo—. ¡S-soy mayor que tú!
Xiuying rio por los nervios del chico y yo me alce de hombros sin importarme mucho aquello, de todos modos, aquí no era algo que importara. Tanto.
Me acerqué a la arena, sintiendo lo oscuro de la misma calentar de un modo extraño bajo las plantas de mis pies. Y me quedé analizando lo cómodo que era el ambiente... Hasta que una pelota sin lugar de origen, llegó golpeando a Chung-ae.
Eso desactivó toda sensación de paz a mi alrededor.
En segundos, me encontraba caminando hacia el chico que parecía ir por su pelota perdida, y fue Chungae quien me tomó del hombro al notar mis intenciones. Xiuying y Haruki también se interpusieron.
La idea de que lo hicieran, logró calmarme, pero de todas formas no quitaba la sensación de amenaza y alejamiento de la persona ahí.
Era como un deseo de protección que me rebasaba. Como si lo ocurrido a Dan días atrás me siguiera persiguiendo, queriendo proteger ante lo más mínimo. Y es que, no por nada, había tomado la costumbre de cerrar la cabaña yo mismo, verificando noche y madrugada el perímetro. Tanto la seguridad, como la presencia de las nueve personas y las dos mascotas conmigo.
Me sentía de nuevo en las etapas de entrenamiento durante la milicia. Las rondas de vigilancia y guardia que llegaban a hacerse. Tomando tanto nocturnas como diurnas.
—¿Están bien? —La voz de Dan logró aminorar un poco la sensación aún potente de amenazar al chico que, ahora que le veía, se mostraba asustado—. Hola.
El perfecto español de mi pareja me dio a entender que dialogaría por lo ocurrido, como, bueno, como había hecho por nosotros durante nuestra estancia en México, enseñándonos también algunas palabras.
—Yo... Venía por mi pelota —susurró el chico, y parte de su miedo me pareció extraño entre más veía a Dan.
Sí, se había sentido atraído...
Eso me hizo bufar en cuanto Dan se acercó a devolver amablemente el objeto extraviado al chico, y el ligero sonrojo en las mejillas contrarias me hizo finalmente desviar la mirada, sin, claro, dejar de lado la presencia de mi novio.
—Lamento eso, son cosas que pasan. Mi novio está algo tenso desde hace unos días.
Las pocas palabras entendidas me llevaron a sonreír sin evitarlo, mirando al chico por sobre el hombro y viendo ese deje de desilusión en su rostro.
"Así es, ese hermoso ser es mi novio. Pobre iluso."
Quizá mi altanería fue muy notoria, porque Xiuying rio de forma torpe, mientras Haruki se veía confundido.
Dan se despidió del chico y yo tomé mi oportunidad para abrazarlo y atraerlo hacia mí antes de besas sus labios, tratando de ignorar la burla de Chungae diciéndome quererlo.
El llamado al chico que le hicieron sus amigos, me hizo sonreír aún orgulloso durante el beso, sintiendo mi actuar demasiado infantil impulsado por los celos, pero sintiéndome a gusto de mostrarlos sin alguna discusión de por medio.
—Bueno, ya —Aeris interrumpió mi momento de gloria, soltando los labios del chico disfrutando del milisegundo en que pude apreciar sus mejillas rojas y lo hinchado de los belfos. Sí, eso aumentaba mi ego. Mire a la chica, que mascó el chicle en su boca, tan digna de Mean Girls, que por un segundo recordé la ronda de películas en la sala con los chicos y nuestros chillones cachorros—. Tengo una apuesta rondando. Hagan fanservice, chicos, y comiencen el juego.
Dan se sonrojo incluso más que antes, asintiendo—. S-sí. Tienes razón.
Yo me burle por su actitud tímida, disfrazando lo mucho que aquello me ponía. Quite mi camisa tan pronto Dan estaba por irse y escuché el claro "de eso hablaba" por parte de Aeris. No evite burlarme, entregando a mi pareja la prenda para escuchar a Aestoria preguntar "cuándo es que le comenzaba a cantar 'Did I Mention' a Dan" avergonzando aún más al chico.
Fue una mañana agradable con varios cambios en los equipos, y culminó bastante bien de igual forma con Dan masajeando mis hombros. El chico era increíble con ellos, y bastante dedicado.
—Lo aprendí de métodos Chinos —pude sentir la ligera ola de vergüenza que lo inundó, pero sonreí por el simple hecho de escuchar mi lugar natal viniendo de su voz—, aunque antes de eso, toda mi familia siempre halagó "mis manos". Decían que, de no ser pianista, sería masajeador o algo.
Pude reír en parte al escucharlo, y por otra...— Puedo asegurar la destreza de tus manos, entonces. Y no sólo con los masajes.
Pronto, un dolor recorrió mi costilla. Dan pellizcaba, y a pesar de que no expresé dolor, que sí sentí, el chico se vio complacido con eso.
—Todavía sigo sin asimilar del todo que hallas crecido toda tu infancia en China... —murmuró de repente, y yo logré tensarme, deshaciendo aquello tan pronto las manos dulces del chico me tocaron—. ¿Una fibra sensible? Lo siento.
—No. Nada de eso, amor. Es que... —mordí mi labio. Encontrando extraño que quisiese hablar de eso—. Viví ahí hasta mis siete años, como ya sabes. Pero, antes de eso- Los entrenamientos de parte de mi padre no comenzaron más que por el hecho de descubrirme herido a los tres años. Yo- yo sufría de bullying —Quise reír, más por la idea de lo lógico que sonaba que, alguien como yo, al menos por cómo me veía actualmente, hubiese pasado por ello. Pero a Dan no le hizo la misma gracia, deteniendo sus toques relajantes y continuándolos ahora desde mi cuello a la espalda baja. Agradecí su silencio, y no al mismo tiempo—. Todo empezó por ser hijo de dos culturas distintas, vivía en Pekín. Y... bueno, a mis tres años todos los estereotipos fueron lo que me terminó golpeando, literalmente. Mamá lo notaba, pero no hacía nada, no me importó realmente. Como verás, mis padres son de la ley del más fuerte. Así que, tonterías como no ser atractivo, como ser de piel un poco más oscura o ser... bueno, esto.
»... Jeon Dak-ho entró a mi vida antes de cumplir los cuatro, y cuando me descubrió con golpes, tanto me dio otra paliza, como creo de obligación el entrenarme día y noche. Después llegó Yejoon, y bueno, mi amor por él nació, haciéndome ver que no era del todo descorazonado. Lo creí por un buen tiempo, debido a los golpes, insultos o acorralamientos por parte de mis compañeros eran cositas. Mucho más si tenías a alguien como ese hombre en casa. Yo- conocí a In-su. —Sentí a Dan tensarse, y no supe si seguir hablando. Pero algo me impulsaba a hacerlo—. A mis seis años. Lo conocí el día después a una noche en que mis padres discutieron. Quizá suene mal, pero esa noche sólo protegí a Yejoon para que durmiera bien, mi madre... No le tengo un gran afecto aunque me fuerce a creer que sí- Nos mudamos luego de eso, y me forcé a aprender coreano mucho más que el que entendía de mi padre. Me forcé también a hablarlo completamente y no dejar aquel rastro de acento como el de Xiuying.
Se sintió bien terminar rápido el tema. Aún así, mi cabeza pedía con fuerza hablar de In-su. Dan también parecía entenderse con ese lado de mi mente, porque tras un tiempo de espera, mencionó—: Él... ¿Q-qué te hizo?
La voz forzada me hizo entender que había pensado muchas cosas en aquel lapso de tiempo. Y antes de permitirle volver a tocarme la espalda, me hice a un lado y lo jalé hacia mi cuerpo, al estilo nupcial, y comencé a acariciar su cabello.
—Papá llegó con el hombre y otro más, presentándomelo como un recluso y "buen amigo". Me- él quería quitar de mí todo deseo homosexual que pudiese surgir. —Hice una mueca ante ello, escuchando la pequeña risita de Dan por eso, y besé su frente, queriendo hacer el trago menos amargo para él—. Las cicatrices en mis muslos fueron más por la regla de "no entregar mi culo", y hechas por Bae tras atarme a la cama.
—¿Qué mierda-?
Me gustó aquella expresión. A Dan no tanto, se ruborizó tan pronto la soltó y yo reí por eso.
—Ya han sanado, no es nada grave...
—¿Nada grave? —las manos del chico tomaron mi rostro—. Sunnie, puede que hayan cicatrizado, pero- Tu padre realmente es un ser horrible, él- Que cicatricen no quita el recuerdo de porque las tienes. Y no debes de normalizarlo, tu padre-
Besé sus labios, enternecido por el enojo chorreante que se desprendía de sus poros sin borrar ese aspecto angelical que mi chico tenía.
—Ya está en el pasado, amor —uní mi frente a la suya y sonreí al toparme con sus ojos faltos de aliento. Lo adoraba—. Por eso lo meteré a la cárcel, más que por mí, por lo que mis hermanos vivieron, por lo que tú viviste. Estuvo ayudando a gente que no debió, y el karma llegará a él tan pronto como estas vacaciones culminen y Yejoon pueda testificar y denunciar.
Aún con mis palabras, Dan no se vio contento, gimoteando cual cachorro.
—Y aún así, no quiero que hagas las cosas por los demás. Bueno, sí, podemos ser tu impulso, pe-pero no lo conviertas en la norma —puntualizó, frunciendo con ligereza sus cejas y sentí la picazón de tocar las arrugas hasta suavizar su expresión—. Está muy bien lo que quieres hacer, pero me gustaría más si el llevar a... ese señor a pagar por sus crímenes, sea por ti.
La petición sonó extraña. Tensando mi cuerpo y llevando un recorrido extraño de emociones por mi sistema.
Ignorándolo, miré a Dan a los ojos sin obedecer al impulso de contestar afirmativamente a todo lo que él me pidiera.
—Creo que de ser un omega olerías a galletas o a coco.
Dan se sonrojo tan pronto me escuchó, quizá arrepintiéndose de haberme contado sobre lo que era el omegaverse. Lo besé para disipar su mente de ideas, así como las propias.
Porque de pronto el ser sin ataduras sonó bien.
➠ 𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒊⒍
"佔有的: Posesivo"
Ahora sí, damos comienzo a la "Infancia" de nuestro Jeon. 🫡
Con esto hecho, podemos dar marcha a Dannie y explicar lo que ocurrió ese día. 💃🏻 Así como dar paso al siguiente "arco".
Me despido con: "Cuando me Enamoro" - Enrique Iglesias, sonando.
Les quiero, B! team. 🐺💜
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