⳼♛- Broche -♕⳹

—Seong-su, hey... Despierta.

Mi rostro fue palmeado con levedad, mi cuerpo se hizo consciente del ruido de los autos alrededor, pasos. Un escalofrío me recorrió antes de dar paso a una ventisca helada, la sangre pareció retirarse de mis extremidades antes de que abriera los ojos sintiéndome mareado y desorientado.

—Yo... —No sentía poder hablar, todo era extraño y ni siquiera sabía porque me encontraba ahí.

Mi cabeza comenzó a doler haciendo que me quejara—. Que bueno... estás bien, por un segundo. Joder, me tenías asustado. No estabas con Dan y...

Deje de escuchar las palabras de Man-Shik volviendo a perder el conocimiento, despertando ahora mientras el hombre me alzaba recargándome sobre él—. Sé que puedes, por favor, no me espantes así de nuevo. Suficiente fue lo que ocurrió en la oficina hace dos meses.

Quise reír, sintiéndome sin fuerzas y comenzando a presentir el dolor de un piquete en mi cuello. Eso empeoró el mareo llevándome a aferrarme al hombre.

—Tranquilo, llegamos al auto y te doy una bebida. Suerte tuya que comencé a comprarlas junto con Christian luego de ese día. —Me sorprendía lo mucho que el hombre se escuchaba asustado, intentando ayudarme a recomponerme—. Hablemos de cualquier cosa, s-sólo no vuelvas a desmayarte. Me estoy poniendo nervioso y no sé qué mierda hacer.

Parecía a punta de llorar, y me habría burlado de no ser por concentrarme en luchar por no volver a sumirme en el cansancio que me rodeaba.

Hasta que recordé lo que había estado haciendo antes de toda esta situación.

—Dan. —susurré, sintiendo el hormigueo en mis brazos, pero siendo suficiente para mantenerme alerta—. Dan... ¡Dan! ¿¡D-dónde está?! —Man-Shik tuvo que aferrarme tras notar que deseaba apartarme de él—. ¡Ella... ella dijo algo! Iban... "Despejado", fue lo que dijo, ¡se refería a mí! Dan, él-

—¡Respira, carajo! —el hombre me afirmó de nuevo cuando tropecé intentando alejarme de él. Me quedé en silencio, no por quererlo, sino por organizar mis propios recuerdos creyendo que me burlaban. Pero sería imposible teniendo mi mente—. Estamos a unas calles, el equipo está en su casa. Él está bien, me lo informaron. Te rastreé luego de no verte en el lugar... Carajo. Agradece que te insistí sobre los localizadores en los collares. Ya parecen mis mascotas, y yo no gusto de tenerlas.

Fue la primera vez que lo escuché hablar en su natal inglés, y logré tranquilizarme tras escuchar que Dan estaba bien. Man-Shik me subió a su auto, masajeando mi hombro antes de darme la bebida y pedirme que la tomara con lentitud. Cada tanto me volteaba a ver para asegurarse de que seguía estando en mis cinco sentidos, y ya no era molesto tales gestos. El hombre realmente parecía asustado mientras yo observaba a mis manos sintiéndolas frías y hormigueantes.

—Puedo prender la calefacción —dijo antes de que pudiera sumirme analizando mi propio cuerpo.

Antes había pasado en el hospital, pero había notado que tales cosas ponían más de los nervios al hombre.

—Sí, gracias —susurré, bebiendo para sentir el líquido humedecer mi garganta. Ronroneé cerrando mis ojos para recargarme en el asiento de la patrulla—. Seguí a una mujer, por eso no estaba. Pertenecía a la empresa del señor Kang —ignoré la mirada dubitativa de Man-Shik y me acomodé mejor sintiendo la extraña presión en mi cuerpo. Como si no fuese nada ahí sentado—. Creí reconocerla, su mano... había un tatuaje, así como lunares. Era ella, la chica que me tomó fotos en la empresa. Sólo- quería —respiré con fuerza al no entender qué había buscado con ir tras de ella—. N-no lo sé, no estaba pensando.

Man-Shik se detuvo antes de la casa de Dan, suspirando y apretando el volante ligeramente—. No vuelvas a hacer algo como eso —rogó, sus dientes apretados, confundiéndome al mirarlo—. No eres policía, ni siquiera creo que seas ya el guardaespaldas de esos chicos. Parecieras más parte de su grupo que de la fuerza, tendrás preparación pero eres un niño, así que deja de entrometerte.

Quedé sin habla luego de escucharlo, cierta impotencia recorriéndome, haciendo que frunciera las cejas—. ¿No soy parte? Dime, ¿gracias a quién tienen a la maldita organización casi por completo tras sus rejas? No soy parte, ¿ah? ¡¿Soy un niño, ahora sí?!

—¡Siempre lo haz sido! Christian ni yo queríamos que fueras a esa puta infiltración, ¿pero quién lo quiso? Tú, siendo un maldito terco sólo porque te rompieron el corazón. Eso eres. Un niño inmaduro que se lanzará al fuego pensando en terminar con su jodida vida por un drama de infantes.

No lo pensé mucho, únicamente lance la bebida de energizante casi vacía sobre sus ropas, y Man-Shik tomó del cuello de mi camisa para jalarme a enfrentarlo cuando ya había decidido bajarme—. Suéltame —pedí, con los dientes apretados, porque algo no se sentía bien peleando con él.

—Sólo haz lo tuyo, sé el puto guardaespaldas, pero déjanos esto de lado. Deja de meterte, sólo... —los ojos del hombre se humedecieron, haciéndome bajar todo escudo de defensa ante su presencia—. Sólo deja de ser tan egoísta y permite que te ayudemos, niño tonto.

—Sabes que no puedo prometerlo... —murmuré, pensando en mis propias ideas. Lo que quería obtener contra mi padre, contra la gente que había lastimado a mi familia—. Lo siento.

Algo no se sentía bien si no era yo quien actuaba.

Man-Shik me soltó, cubrió su rostro y suspiró, intentando recomponerse—. Haz lo que quieras. Después de todo, soy tu hermano, y Christian- Nosotros te cuidamos —aseguró, con la voz rota y sus manos temblando mientras se aferraba al auto, como si su cuerpo sólo pudiese estar preparado a enfrentar el miedo. Podía entenderlo—. Eres un idiota.

—No pelearé contra eso —murmuré, haciendo que me mirara, y me hundí notando la tristeza en sus ojos, sin atreviéndome a decir más cuando él rio de forma agria.

—Ve, te necesita —aseguró, y asentí, saliendo del auto, y mirando el desastre en que lo había dejado—. Te estaré vigilando. —Sonreí con sus palabras, cerrando la puerta y avanzando hacia el tumulto de gente en la casa de los Jeon.

—¡Dan! —Llamé, provocando que la gente se fuera dispersando facilitándome el caminar.

El chico al que buscaba me miró tan pronto como me hice paso, se abrazaba a sí mismo y lucía temeroso hablando con el oficial en turno mientras Doori y Miu lo acompañaban para hablar. En otro lado, Aeris hacía lo mismo junto a su hermana y Xiuying de apoyo. Chung-ae se encontraba junto a los padres de mi novio y sus hermanas, intentando tranquilizarlos. Yo no hice más que pasar por la cinta de seguridad tras mostrar mi identificación a los oficiales y correr con cierta dificultad hacia Dan.

Lo aprese en mis brazos en cuanto él pidió espacio y camino hacia mí. Besé su cabeza sintiéndome más aliviado de tenerlo conmigo.

—¿Qué ocurrió? —susurré, acariciando su cabello—. Lo siento, no sé qué pasó. No debí irme, perdón, amor.

—Tenía mucho miedo —fue lo único que respondió, llevándome a cerrar los ojos y aferrarlo a mí.

—Perdón, bebé.

La palpitación en mi cabeza continuaba, así como la punzada en mi cuello debido a la jeringa. Mis ojos vagaron por el lugar, ignorando las miradas de los chicos sobre mí pidiendo explicaciones. No tenía ninguna.

Mi respiración se cortó notando un brillo por la parte trasera de la casa.

—Amor... —llamé, fijando mi atención en aquel punto, descifrando aún más el dije a la lejanía—. Bebé, ¿alcanzaste a ver algo en quien hizo esto?

Quería concentrarme en estar con Dan, por la mierda que lo quería, pero la idea de ir tras los que lo hirieron estaba taladrando mi mente con más facilidad.

—Yo... s-sí. Un dije —Bingo—, ¿por qué?

Sonreí de forma agria, mirándolo a los ojos—. Probablemente no pueda dejar de seguir siendo un idiota.

Como si aquello fuese suficiente explicación, Dan miró a donde yo, y sonrió con ligereza, como si la situación la entendiera. Me miró, tomó de mi cabello y acarició antes de besarme con calma. Una sensación que entendía indiferente y extraña de producirse en este momento, pero con él parecía que nada era imposible—. Aún así, te amo.

—Yo a ti —susurré, respondiendo a sus ojos seguros y tranquilos, con tantas cosas que me hacían desear protegerlo de todo.

Besé su frente y me alejé del lugar, llegué a aquel brillo misterioso, encontrando el mismo dije de aquel león y el cervatillo. Tragué saliva, recogiéndolo del suelo e ignorando la palpitación en mi cabeza cuando un grabado en la parte posterior del broche fue suficiente.

"MinSeo"

De pronto todo pareció tener más sentido. No sólo aquella cuenta de noticias en redes, sino el mismo mantenimiento de seguridad en la empresa del señor Kang. Y ya estaba asegurando que no sería ninguna coincidencia si, investigando más a fondo, encontrábamos más de esas personas en otras empresas.

MinSeo no era un grupo de dos chismosos reporteros. Sino una organización de personas aliadas a Bae.

Tomé una foto, enviándola a Man-Shik y corrí hacia la casa de la persona que ya me había traicionado tantas veces.

Porque mi mente siempre la había visto como a una nutria. Seres que, del lado de las hembras, ante el peligro, podrían entregar a sus crías para salir ilesas.

¿Por qué no arriesgar el pellejo de un amigo por estar a salvo, Byeon?

☼🐰☼

Llegar a la casa azul que pertenecía a Jina y la que, decía, ser mi amiga años atrás, fue extraño. Más si recordaba el hecho de que había sido la chica que había lanzado a mi rostro una taza con café hirviendo y más, me había rasguñado un poco con el vidrio.

Toqué después de tomar un tiempo para pensar y esperar a la confirmación de Man-Shik. Espere un momento, escuchando el desorden que había dentro y haciéndome hacia atrás al escuchar los pasos de la mujer caminando en mi dirección. No tomó mucho cuando la puerta fue abierta, y su suéter oscuro junto a la falda negra fue suficiente para exaltarme, sorprendiéndola incluso antes de que la tomara del cuello y la acorralara contra la pared.

—¿Qué mierda...? —Byeon rasguño mi brazo y ni querrá me importó verla colorarse rápido de rojo ni sentir sus piernas intentando golpear mi entrepierna.

Gruñí acercándome a ella—. Es lindo volver a vernos, "amiga". —susurré con una sonrisa que intentaba fuese amigable, pero por el miedo en su rostro atiné que no había funcionado. Mejor para mí—. Tanto tiempo, ¿recuerdas cuando amenazabas con herir a Dan? Felicidades, cumpliste, y ¡adivina! Yo también.

—Yo- yo no...

—¿Tú, tú qué? —pregunté, liberando su cuello tan sólo un poco, escuchándola toser y retorcerse por el aire que le era brindado.

—No fui yo. Te lo he dicho, lo que pasó con Dan... el intento de secuestro. No fui yo. —Quizá mi mirada le brindó alivio en cuanto la solté—. Te lo dije, quiero cuidar... de ti.

La duda en su voz fue suficiente para compensar de nuevo mi corto análisis. Volviendo a tomarla del cuello y alzarla, mientras sonreía de forma sarcástica—. Amiga mía, ¿quién hablo de un intento de secuestro?

Byeon-Ho me miró sorprendida, sabiendo que la había cagado.

—¡Seong-su!

Solté a la mujer en cuanto la voz de Hana se acercó hacia nosotros por el pasillo. No me alejé de Byeon aún cuando ésta parecía estar por vomitarme debido a la tos que tenía.

—Es- Estoy bien, cariño. Yo...

"Cariño" Aún no sabía cómo sentirme respecto a lo que ambas chicas hacían y me tome un segundo para respirar en lo que intercalaba mis ojos entre ambos. La bata que cubría a Hana revelaba que se había estado bañando antes de todo esto. ¿En serio?

—No la lastimes. —Sugirió la chica de cabello largo y lacio, sonreí.

—Claro —Adoro seguir órdenes. Volví a tomar del cuello a Byeon-Ho golpeando ahora su pared contra la estructura de la casa, y Hana gritó por ello—. Habla.

—¿Y-yo? —volvió a tragar con fuerza, sus ojos lagrimeando y su rostro casi morado. ¿Qué tan mal me vería admitiendo que estaba disfrutando de aquello?—. Será mejor que le preguntes a tu... padre. Ese imbécil... Él- pagó por tu... chico. Tú...

No lo pensé mucho, ni siquiera supe porque. Saqué las esposas que había robado a Man-Shik hace tan poco y la aprese contra el barandal de su puerta.

—Ni siquiera pienses en liberarla —miré a Hana, reconociendo en ella un rasgo que no había notado antes cuando llevó las manos a su cabello—. Eres una testigo, alégrate... Tu amante se enfrentará contigo a la corte.

Me alejé de ellas, sintiéndome confundido, escuchando a Byeon-Ho luchar a mis espaldas.

—¡Eres un imbécil! ¡No sabes en qué mierda te estás metiendo, infeliz!

Saqué el dedo medio ante sus palabras, escuchando las patrullas llegar al lugar. Sonreí para mirarlas antes de subir a mi auto—. Saluden a Christian... a diferencia de Dak-ho, él sí es mi padre.

Entre al auto, decidiendo ir por Dan y dar la opción a la familia de los Jeon de mudarse, sintiéndome confundido con todo en aquel día. Y recetándome mentalmente ir a algún hospital por aquel molesto piquete y el golpe en mi cabeza. Desearía no pensar de más.

Pero Hana tenía un lunar en su dedo, justo como aquella fotógrafa...

Justo como mi madre.

𝒥ℯℴ𝓃 𝒮ℯℴ𝓃ℊ-𝓈𝓊
⒊⒋
"金色的: Dorado"

Los leones y los gatos son parecidos... junto a demás felinos. "Familia".

Consejo: lean entre líneas.
He de decir que aunque hay cosas revueltas cada una tiene su sentido, pero me pregunto cuánto de ello lograrán descifrar. 🧐

A todo esto, Seong-su comienza a ser uno de los personajes más complicados que he escrito jajaja Su historia me tiene intrigado, y soy el que escribe.

Espero les haya gustado, B! team. 💜🐺

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