Capítulo 16 "Starlight, la historia de la bella y la bestia" Parte 2
Al principio de todos los tiempos... el mundo se encontraba dividió en tres partes iguales: The world, The Underworld y The Overworld, los tres con formas diferentes de ver la vida y por ende la supervivencia, a pesar de que dentro de los estudios realizados por cada parte del mundo integraban la existencia de los tres como poseedores de fuerza vital, nadie tenía permitido el estudio más allá de las fronteras de sus respectivos estados, por lo que mucho menos se aprobaría las relaciones extraoficiales entre miembros de cada mundo o peor que eso, la mezcla de las razas.
Situación que tarde o temprano desataría el caos y la confrontación entre las naciones, por la lucha de identidad, de poder, de soberanía... pero sobre todo de justicia. Al ver caer frente a ellos a sus representantes que al unirse en coalición para detener el devasto de la guerra terminaron sucumbiendo al entregar sus vidas por defender a su gente, sus territorios ahora compartidos, pero sobretodo el amor que los unía. Ella... La princesa Stacia venerada en su mundo The Underworld como una diosa y él, el príncipe Alistair, el guerrero cuya fuerza y valor eran comparables al destello luminoso de las estrellas, brillante por sí sólo y aferrado a sus ideales como la más fiera de las bestias, conocido como el Starlight, representante de The Overworld.
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Capítulo 16 "Starlight, la historia de la bella y la bestia" Parte 2
Devastadora... no había otra forma de calificar aquella escena frente a mis ojos. ¿Qué había ocurrido?... Un desastre monumental se había desatado y no había podido controlarlo. De un momento a otro todos los secretos... todos los engaños se vieron a la luz de los ojos de los que se escondían... las heridas escocían la piel de una manera casi imperceptible, mientras el corazón apenas y lograba seguir palpitando... falto de fuerzas, sin la menor voluntad de seguir viviendo luego de todo lo ocurrido. Pensar que había sido yo la causante del infortunio y que nuevamente... me encontraba sola, en un lugar desconocido, observada como criatura extraña al mundo... como remedo de ser humano y condenada a la inmundicia, no lo quería... no podía volver a eso... no quería abandonarlo... ¿Pero qué podía hacer yo?... Yo que tratando de protegerlo terminé hundiéndolo dentro de la más profunda miseria, todo se sumó en un segundo creando una bomba de tiempo que en menos de lo jamás planeado terminó explotándonos a todos en el rostro.
Se lo llevaron... no pude protegerlo... sintiéndome indigna de seguir peleando junto a él... Ahora sólo me queda la decisión... Porque lo amo... ¡Porque en verdad lo amo, no encuentro otra salida!... La única capaz de hacer algo es ella... porque ella... es la verdadera... Aún y cuando yo desaparezca de este mundo... este corazón dentro de mi pecho, seguirá latiendo... y este hijo suyo que llevo en las entrañas seguirá existiendo... como prueba de que yo estuve aquí... que estuve con él... que lo amé... pero sobre todo... que lo lamento tanto... Kazuto... como quisiera volver a ver esa sonrisa... esa misma que pusiste cuando te dije que ibas a ser papá de nuevo...
Asuna... por favor... cuídalos...
Las manos temblorosas de la joven, sostenían entre sí la pequeña bola luminosa que apareció frente a ella cuando el White Butterfly se activó. Se notaba demasiado nerviosa y triste. La faz manchada de polvo y sangre, las ropas rasgadas y sucias, junto al inmenso vacío que le había quedado al ser separada de su amado, que terminó por ser raptado por Mortred. Miró hacia Yuuki que yacía inconsciente a unos cuantos metros de ella y las lágrimas se le derramaron.
La mirada de Hime sobre ella, no denotaba más que pánico, mientras Yui y Silica la miraban con lástima. Una combinación de sentimientos que terminó de devastarla. Ya no había cabida para ella en ese mundo... odiaba pensarlo... pero no era lo suficientemente fuerte como para luchar por ellos... por mucho que en el pasado haya sido reconocida como la bandida más intrépida y sangrienta del mundo virtual. Todo aquello no era más que lo que consideraba su trabajo... y todo estaba relacionado con la fantasía. No era así en el mundo real... donde se sentía una extraña a las cosas que debería amar... viviendo una vida que se sentía robada... amando a un hombre que aunque lo sintiera como suyo, dentro de su interior sabía que el vínculo que lo unía a ella principalmente era su viejo yo y eso tal vez jamás iba a poder superarlo, el hecho de competir contra ella, contra sí misma, sin siquiera conocerse en realidad era una carga demasiado pesada para sus hombros, pero que había podido aligerar con las demostraciones de afecto que esas mismas personas de las que en un principio trataba de huir le brindaban. Jamás hubiera pensado en traicionarlos... aún y cuando en un principio esa era la idea de la misión que se le había encomendado. Los amaba... los amaba tanto que ese mismo amor la impulsaba a hacer lo que para el momento... consideró como la mejor opción.
-No soy yo la que puede luchar con esto... por favor... perdóname... y recupéralos... -Se introdujo la esfera luminosa dentro del pecho, mientras sus cabellos y ropas flotaron al aire por el impacto de la energía.
-¿Qué fue eso?... –miró desde lejos Kazuki que abrió los ojos despacio.
-Creo que... no... no sé... -le respondió igual de expectante Silica.
Los párpados le pesaban y las heridas en todo el cuerpo se hicieron sentir la realidad de lo que estaba viviendo en un instante. Como si le costara acostumbrarse a la posición en que estaba sentada en el suelo, estiró los dedos contra el piso y los miró por algunos segundos, mientras su visión se aclaraba poco a poco. El viento movía sus cabellos haciéndolos ondear frente a su rostro, extrañándole la ligereza con la que se movían, sumida en un pequeño letargo del que poco a poco fue saliendo hasta darse cuenta de donde se encontraba, mirando a los presentes sin poder creerlo, todo hasta hace un minuto parecía una antigua película guardada en sus más profundas memorias, ver el rostro de Yui la regocijó al instante, sin embargo toda la información parecía rondarle la mente sin tregua al tiempo, la imagen de sus padres y hermano, su casa, su escuela, las reuniones a las que asistía con su padre, su estadía en Aincrad, estar atrapada en la jaula de Sugou, mirar el torneo de BoB desde Iggdrasil, mostrarle a Kazuto el CD de IHO, ser la única sobreviviente del PvP Royal, el accidente en la motocicleta, pelear con su madre sobre el aborto que le sugería, ir a vivir a casa de Kazuto y su familia, ser convertida en virus, hablar con Kotori y regresar a IHO como Asuna the Angel, Pasar la noche tomada de la mano de Kazuki, reencontrarse con Kirito una vez activado el Black Butterfly, despedirse de Kirito con el uso del Memory Dump, sin embargo lo que le siguió a eso... abrió sus ojos de manera alucinante. –Despertar en el hospital con dolores de parto, dar a luz a una pequeña y perder el conocimiento, ser llevada a una habitación, donde podía escuchar muy al fondo los gritos de Kazuto llamándola y golpeando la puerta, ser llevada a Quirófano y al siguiente despertar encontrarse en el basurero, para ver venir a Sugou a salvarla de todo eso. Haber estado trabajando en los laboratorios de NervCo, cuidar de Yuuki, encontrar sus fotografías con Kirito en el archivo de Sugou, empujar a Hime por el barranco, pelear contra Kirito en el club de la pelea, ser encontrada por él en la fiesta de disfraces y toda su vida a partir de ese momento a su lado hasta hace unos segundos...
-Ahh... ahhh.... –se llevó las manos a la cabeza y apretó fuerte los párpados. -¡AAAHHHGGGGG!
-¡Qué!, ¿Qué le pasa?... –trata de reincorporarse Kazuki.
-Ha recuperado la memoria. –explica serena Cardinal. –Después de todo lo sucedido... lo que tanto se temía ha finalmente pasado... no pudimos evitarlo...
-¿Querían evitar... la liberación del White Butterfly? –pregunta la Dragon Meister.
-Después de todo lo que ocurrió con la liberación del virus de la corrupción en Inmortal Heart Online... era lo último que necesitábamos que volviera a ocurrir... y más aún en un lugar como este. –Explica Arthur. -¡¿Por qué demonios lo hicieron?!
Al escucharlo, Kazuki, se sentó con la ayuda de Silica.
-Sabíamos perfectamente lo que pasaría... pero si no lo hacía... si no se los entregaba como ellos querían... ¡Iban a matar a mi hermano! –defiende su punto el Dragon Lord.
-¿A matarlo?, ¿Y acaso crees que la vida de ese individuo vale mucho más que la de todos los habitantes de la Tierra? –le respondió igual de furioso.
-Ese joven tiene razón... -mira hacia el pelinegro de ojos grises la chica de gafas. –Tú ya sabías... no... ambos sabían lo que le ocurriría al Starlight si seguían presionándolo. –menciona refiriéndose a Asuna, antes Asagi y a Kazuki.
-No era un secreto... desde que fue secuestrado para su activación en el sistema Dendrita, el fin principal era explotar las habilidades del Starlight que habían sido descubiertas por el sistema, pero jamás me imaginé que llegara a evolucionar tanto que pudiera adquirir la forma de Alistair. –explica el gemelo.
-No pudieron evitar nada... es más... ayudaron a desencadenarlo prematuramente...
Ante la aseveración de Cardinal, Kazuki bajó la mirada, seguido de Asuna, que aún no sabe cómo reaccionar ante todo lo que tiene frente a ella. Pero al recuperar un poco el ánimo levanta el rostro buscando a Yuuki y la localiza con la mirada, se levanta entonces tambaleante y llega hasta ella, tomándola entre sus brazos.
-Mamá... -tiemblan felices los ojos de Yui, que quiere acercársele pero es detenida de la mano por Hime, quien permanece inmóvil, suplicante de que no se mueva de su lado. Yui se regresa a abrazar a la pequeña, quien la aprieta con fuerza y cierra los ojos contra su pecho.
-Lo mejor será reunirnos todos en un solo sitio para poder trazar un plan. –Les explica el rey.
-¿Un plan?... -los mira cansada Silica.
-Por supuesto... aunque no esperábamos la deserción de Mortred... -baja la mirada por unos instantes al degustar aún el sabor de la traición de alguien en quien confiaba. –Debemos encontrar al Starlight... porque si esto continúa... podrían incluso utilizar su poder para crear una rebelión. Todo el mundo ha estado funcionando como una sola nación, pero los bandos poco a poco han ido formándose y no es de sorprenderse que de un momento a otro se levanten en nuestra contra. Hablo de todos aquellos que desean que el mundo permanezca tal y como está ahora.
-¿Vivir en un mundo virtualizado para siempre?... –se preocupa la dueña de Pina ante las palabras del rubio, pero es tomada de la mano por su novio, lo que la tranquiliza hasta cierto punto. Después de todo lo que había sucedido... hasta ella no sabe en qué o quién confiar...
-No me mires así Silica... -le dijo sin poner sostenerle la mirada el chico Kirigaya.
-Vamos... levántate, debemos obedecer a Arthur-sama... -le respondió simplemente y así ambos se pusieron de pie, aún con dificultad.
-¿En el lugar al que vamos... hay algún médico?... –escucho entonces la voz de Asuna, llamando la atención de todos, al haberse puesto de pie con su pequeña en brazos.
-Por supuesto, está el médico de la corte y también está Merlín. –Explica Arthur bajando rápido el pequeño monte hasta llegar a ella y ofrecerle la mano. Tras un poco de duda reflejada en la mirada, Asuna se la tomó, sintiendo la fuerza del apretón que le dio, aunque delicado, mostraba decisión.
-Déjame ayudarte con ella, -bajó también el monte Eugeo y llegó a pararse al lado de Arthur, frente a Asuna.
-¿Eugeo...-kun?... –Sentía extraño reconocerlo a pesar de que no lo había conocido ella misma. Las memorias de Asagi rondaban en su mente como pequeñas lagunas que le explicaban la situación. Comprendía lo que sucedía pero no podía evitar sentirse extraña y fatigada, al punto que al pasarle a Yuuki al rubio, perdió fuerzas y cayó arrodillada contra la hierba.
-¡¿Estás bien?! –se agachó frente a ella el caballero vestido de azul y brillantes ojos verdes.
-Si es verdad lo que dijeron está embarazada, debemos tratarla con más cuidado. –Les explica Alice desde arriba.
Era cierto... Asagi había mencionado esas palabras, como si fueran las vivencias de otra persona, podía recordarlo, como la narración de un cuento... aún y cuando su piel se estremecía al recordarlo. Haber estado en compañía de su amado todo ese tiempo... haberse entregado a él de la forma tan dulce y especial en que pasó. Se llevó una mano al vientre aún tratando de procesas los acontecimientos. ¿Cómo era posible desaparecer así de su propia vida?... Ver a alguien más viviendo su vida... ¿Quién era ella? ¿De dónde había salido?... ¡¿Por qué le había robado su mundo?! ¡¿Por qué estaba donde ella debía haber estado?!
Lo último que recordaba con claridad... fue haberse despedido de Kirito al activar el Memory Dump... y ahora se despertaba años después encontrándose que había estado en el mundo viviendo una vida de mentiras...
-Por favor... ¡Necesito encontrar a Kirito-kun! –se levantó de golpe, pero fue detenida por las palabras de Cardinal.
-Lo mejor será que por ahora todos descansen... el próximo encuentro con el Starlight no será nada fácil... y lo más probable es que ya se encuentren en la búsqueda del núcleo...
-¿...Descansar?... –la volteó a ver molesta y apretando los puños dio un paso al frente. -¡¿Quién diablos eres tú para decirme lo que tengo que hacer?!
-Asuna-san... -mira preocupada la conversación Silica, mientras Kazuki aguarda el momento de intervenir.
-Cardinal... soy la personificación del sistema de activación...
-¡¿QUÉ?! –Abrieron grandes los ojos todos los presentes.
-Tú... -Los ojos le prendieron en furia al enterarse, junto con un par de lágrimas que brotaron espirales, dándole una apariencia brillosa a sus orbes avellana. -¡¿Cómo... cómo pudiste?!... –le gritó sin terminar su frase, llevándose las manos a la cabeza.
La chica de gafas sabía perfectamente de qué se trataba.
-Jamás lo vi venir... desde el primer momento que entró al mundo virtual... mis secuencias lo clasificaron como el portador del poder del Starlight... Nunca me percaté de la segunda presencia... mi mundo... es manejado en base a los datos y las estadísticas... no existe ningún procedimiento cualitativo de identificación de personas... además... Alistar nunca tuvo un hermano gemelo... -Con estas últimas palabras volvió a ver hacia Kazuki, quien se preocupó con sus explicaciones. –Era imposible la coincidencia...
-¿Estás diciendo que porque el tal Alistair nunca tuvo hermanos... Kazuki-kun no existe? –la miró reprochante.
-Así es... -respondió seca. –Todos los rasgos y datos psicológicos agrupados en la rama de los sentimientos serían exactamente iguales para todos los procesos de la misma índole.
Ante la explicación de Cardinal, Kazuki tambaleó. Significaba entonces que se le podía comparar con un árbol replicado, las mismas ramas, las mismas hojas, el mismo tiempo de frondosidad... jamás tendría características propias ya que no era más que una copia virtual.
Los recuerdos de sus encuentros con Asuna le vienen a la mente entonces. Haberla besado cuando utilizó la herramienta del espejo y conseguir su apariencia original, haciéndose pasar por Kirito, haber pasado la noche tomado de la mano junto a ella, el que lo besara en el cuello luego de que la retuvo de saltar por el balcón de la recámara del hotel y finalmente haber estado con ella antes del último enfrentamiento. Nada de eso era cierto... Si Asuna tenía aquellos sentimientos no era más que porque su avatar lo reconocía como Kirito... -Las lágrimas se le saltaron en un instante dejándolo estupefacto.
Asuna cerró fuerte los ojos también, sabía el dolor inmenso que aquellas palabras le causarían al mencionado. Porque se lo causaba a ella misma... Jamás hubiera querido prestarse para ese juego de engaño entre los hermanos... pero terminó siendo la manzana de la discordia que los separó, sin proponérselo les había arruinado la vida a ambos... por culpa de un amor, del que se sentía dueña absoluta. El amor que siente por Kirito la llevó a verlo y sentirlo en otros brazos de la misma manera.
-¡Por fin los alcanzamos! –se escucha a lo lejos la voz de Klein.
-¡Teníamos mucho miedo! ¡Vimos que el cielo se oscureció! –lo acompaña Leafa.
-¡Espero no lleguemos muy tarde! –Se para en seco Sinon al ver el rostro de todos, por lo que la angustia la carcome de inmediato y busca entre la multitud a Kirito.
-No está... -le responde seca Asuna y voltea a verla. La mirada cansada y de ojos llorosos de la ex vice comandante le transmite que definitivamente las cosas no estaban bien. Sinon frunce el seño y separa despacio los labios, cual tratara de ver en ella a Asagi, pero no logra ver más que la fiereza del destello veloz.
La noche había caído y todos fueron encaminados al castillo de gobierno en compañía del rey Arthur y los caballeros de la integridad que quedaban.
Silica observaba las estrellas desde el balcón de la habitación, el viento se había tornado un tanto más intenso, por lo que sus cabellos se movían en azotes y sus labios empezaban a tomar una tonalidad violácea, las preocupaciones la tenían ensimismada, tanto que no se había percatado del frío que estaba haciendo.
-¿Qué estás haciendo?.. Te vas a congelar... -se escuchó la voz de Kazuki desde el lumbral de la puerta, de sólo oírlo, un par de lágrimas se le saltaron, pero rápidamente se las limpió con las manos.
-Nada... voy enseguida...
-¿Estás llorando?... –preguntó casi al instante en que ella respondió.
-NO...
-No seas tonta... -se le acercó por atrás y la envolvió en un cobertor al mismo tiempo que la abrazó.
-No hagas esto... -se escuchó ya su voz cortada. –¿Eres tú el que está triste no?... Porque después de todo... -se detuvo sabiendo que tocaba terreno delicado.
-¿Después de todo... todo fue una farsa?... Creo que puedo entenderlo... -dijo apoyando su mentón sobre la cabeza de la chica. –Después de todo... todo en mi vida ha sido una mentira... Todo menos tú...
-Estoy enojada Kazuki-san... -le dijo como respuesta.
-Lo sé... pero tal vez... es lo mejor... -la soltó y le puso las manos en los hombros, volteándola hacia él, sorprendiéndola por el distanciamiento. –Será mejor que me odies... así las cosas que tengan que pasar... no te dolerán.
-¿De qué estás hablando?... –lo miró con ojos temblorosos, ese tono era preocupante. Él sólo le sonrió. -¡Dime! –se armó de valor y le pegó con el puño cerrado contra el pecho. -¡Dime! –le volvió a pegar. -¡Dimelooo! –le pegó esta vez con las dos manos y las lágrimas finalmente se le derramaron, escurriéndose sobre su rostro, que enseguida arrimó contra el pecho del caballero estrella. ¡Dimeee! ¡Tú siempre te quedas callado! ¡Y yo tengo que saber que estás pensando! ¡Quiero saberlo! ¡Quiero ayudarte!
Ante su reacción, Kazuki se agachó sobre ella y despegando su rostro de su pecho al poner una mano sobre su mejilla, la llevó a rozar su nariz contra la suya y acto seguido sus labios contra los suyos. Las manos que se habían convertido en puños, se fueron soltando despacio, estirándose sobre el pecho de la camisa negra.
-Besarte Keiko... es como darle una mordida a una deliciosa fresa... -le dijo retirándose un segundo y volviendo a besarla, obligándola a cerrar los ojos con cada uno de sus contactos.
Yo lo sabía... desde un principio lo supe... que él no me amaba... que vivía sufriendo por la pérdida de Asuna-san... pero si por lo menos podía ayudarlo a sobrellevar su dolor... estaría dispuesta a hacer lo que fuera por verlo feliz...
En la habitación de al lado; Asuna, Yui, Yuuki y Hime se encontraban acostadas luego que el médico de la corte examinara a Yuuki y a Asuna misma. Las dos camas repartidas de dos en dos personas, Asuna y Yuuki en una y Yui y Hime en la otra. Por el momento la menor de las gemelas, no puede hacer más que seguir a su hermana mayor a donde vaya, pero sin haber mencionado una palabra desde el incidente.
-Alistair... Starlight... -Niega con la cabeza que ya mantenía apoyada contra la almohada la peliroja. –Sólo Kirito-kun... voy a encontrarte... voy a ir por ti... –aunque trataba de darse fuerzas y convicción, el cansancio pudo más con ella y terminó por cerrar los ojos y quedarse dormida, al mismo tiempo que un par de lágrimas se le derramaron, recorriendo el camino de lado sobre su rostro.
ANTIGÜEDAD-INICIO DE LOS TIEMPOS
Los fuegos artificiales explotaban en toda su gloria sobre el cielo nocturno. El viento soplaba a las afueras de un castillo cuyo centro se notaba demasiado bullicioso y abarrotado de gente.
Bajando las escaleras de la salida, se llegaba hasta una preciosa fuente en forma de sirena de la que de sus manos brotaba el chorro de agua dulce.
El sonido de un par de zapatos rebotando contra el suelo, se apoderó de la calma que reinaba en las afueras, llamando la atención del joven que yacía recostado sobre la rama mayor de un árbol a unos cuantos metros de distancia. Apenas y era posible verlo en medio de la frondosidad de las demás ramas y sus cabellos y ropaje negro no ayudaban demasiado.
-¡No entiendo por qué yo tenía que ser la que viniera! ¡Tengo tantas cosas que hacer! ¡Tengo que planear el contraataque! –la voz, o más bien las palabras que mencionaban interesaron al joven, que se acomodó mejor en la rama para poder balancearse hacia adelante y escuchar mejor. –Lo mejor hubiera sido que Terraria viniera...
-¿Terraria?... –repitió en su mente el joven, cuyos iris grises se posaron en la figura de la dama que había salido gritando de la fiesta y aventado sus zapatos al lado de la fuente. Los cabellos castaños largos y sedosos lo atraparon al instante, juntándolo a aquella piel de apariencia tan tersa que lo llamaba a acercarse.
-Y todo por ese desgraciado que ni siquiera se dignó a aparecer...
-Disculpe señorita... no pude evitar escuchar el dulce sonido de su voz... ¿Se encuentra bien? –Pregunto con cierta burla en la palabra, al saber ella perfectamente que su voz no había sonado nada melodiosa.
-¿eh?... –volteo nerviosa hacia el árbol, para parpadear un par de veces y enfocar al joven. -¡¿Pero qué está haciendo usted ahí?! –Dio dos pasos hacia atrás, pero tropezó con la fuente y cayó sentada a la orilla.
-Por favor no se espante... -simplemente pasaba por aquí... -eleva su mirada al cielo. –Al darme cuenta de lo hermosa que se encuentra la noche me pareció un completo desperdicio entrar a la muchedumbre...
-Comprendo... -lo miro extrañada y empezó a buscar sus zapatos.
-Lamento interrumpirla... sería un desperdicio que tan bello peinado se estropeara... permítame por favor... -tomó la sandalia en su mano y levantando un poco el vestido, descubrió su fino pie, lo que enseguida la ruborizó.
-¡No tiene que hacerlo!
-Es un honor para mí... -se lo colocó y enseguida prosiguió con el otro. –Será muy entrometido de mi parte pero... alcancé a escuchar que esperaba a alguien que no apareció... -la mira de reojo.
-Sí... -se sintió un poco más en confianza. –Me citaron aquí con el príncipe de Overworld... pero tal parece que todo lo que dicen de él es verdad... -le sonrió.
Sus palabras abrieron grandes los ojos del pelinegro. -¿Y qué es lo que se dice de su alteza?...
-Se dice que es un imbécil, altanero, engreído, egocéntrico, narcisista, idiota –se levantó con la última palabra.
-Ahhh... jaja... que pocas referencias... más bien ninguna buena... Pero la gente dice muchas cosas. –Se paró a su lado.
-No creo que se equivoquen... si tiene cuernos en la cabeza como dicen no es más que un simple cabro... -lo miró respaldando su punto.
-Sí... supongo que cuando uno nace con esos atributos es fácil que se le clasifique como tal...
-Bueno... atento joven... es hora de regresar a ver si apareció el cabro que busco. Ahora debo retirarme –le tendió la mano. –Mi nombre es Stacia, representante de la tierra de Underworld.
El joven le tomó la mano y la besó por encima del guante. –Alistair... el cabro que busca. –le sonrió.
Los ojos de la princesa se abrieron en sorpresa masiva.
Continuará...
SAO, WHITE BUTTERFLY, Capítulo 17 "Starlight, la historia de la bella y la bestia" Parte 3
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