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Llamó a Dong Min inmediatamente y buscando como calmarse, le contó absolutamente todo lo que había pasado. Estaba molesto, explotando de la ira y solo su omega podía ayudarle a controlarse.

—¿Pero la niña está bien?

—Sí. Gracias al cielo, ese maldito no le dejó la marca del golpe en su carita.

—¿Y tú...? ¿Estás bien? —preguntó preocupado por Bin porque conocía lo explosivo que era.

—No te imaginas como me siento, estoy sumamente enfadado, molesto con ese hijo de puta pero, gracias a ti ya todo va calmandose. —respondió con total franqueza y Dong Min no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa que para su suerte el alfa no podía ver.

—¿Cuando vas a venir?

—Dame unos días, ahora tengo que viajar con Sua y sacarla del país sin el permiso de ese bastardo será difícil.

—Está bien, espero sepas cuidar a la bebé. —su voz tenía un efecto en él como ninguno, su omega era todo lo que necesitaba en la vida.

—Min... Mañana mismo le llevo los documentos del divorcio... —esperó respuesta al otro lado de la línea, pero nada, solo fue un silencio. —Te amo... Lo sabes, ¿verdad?

—¿Qué si él no te lo da? —dijo con la voz entre cortada, Dong Min tuvo que acostarse en su cama para poder controlar todas sus emociones.

—Quiera o no, voy a estar divorciado en un par de días más. Él sabe que no puede ganarme, que no hay manera de retenerme a su lado ahora que tú y yo estamos juntos nuevamente.

—Pero estamos hablando de Boo, él encontrará una forma de-...

—Minnie, no va a hacer nada. Además, vamos a  casarnos...

—¿Qu-qué?

—Tú y yo necesitamos unirnos después de mucho, tú lugar siempre fue ser mi esposo y mi compañero de vida, tardé en darme cuenta, pero espero que ahora que las cosas van bien, finalmente podamos ser uno hasta que la muerte nos separe.

—¿No crees que hablar de matrimonio es muy-...?

—Min, eres mi omega, ¿No crees que es necesario que tú y yo nos enlacemos en un altar también?

—No estamos marcados ya...

—Pero pronto te haré mío otra vez y tendrás mi marca en tu cuello para que nadie la rompa... —escuchó a Dong Min sonar su nariz y supuso que estaba llorando. Y no estaba equivocado. —Quiero hacerte feliz, ser tu compañero, unirme a mi alma gemela y amarte hasta en mis sueños... Solo quiero que me aceptes en tu vida otra vez.

—¿Y si las cosas salen mal?

—Nada saldrá mal porque yo te protegeré y me quedaré a tu lado siempre.

No eran simples palabras era una promesa que esperaba cumplir.

En cuanto a Dong Min, lloró en medio de aquella llamada porque parecía que estaba soñando... Que todo era como estar en un cuento de hadas, con un final feliz ya escrito.

Y aunque le emocionaba en sus adentros, su prioridad era no hacerse sufrir más.

Solo era miedo.

Miedo irracional a su naturaleza y a todo lo que su mente distorsionaba.

Por la mañana, San visitó a Seungkwan, encontrando la casa hecha un desastre de vidrios rotos, preguntó a una de las empleadas y le hizo saber que la noche anterior el señor de la casa había discutido con Boo. Para sorpresa de nadie, el rumor de que lo había dejado rápidamente llegó a su oído y por esa misma razón estaba allí ahora mismo.

Le dijeron que Seungkwan estaba en su habitación junto a su mejor amigo y que lo llamarían para que le atendiera, pero solo pidió ser anunciado ya que imaginó que el omega no estaba en condiciones de nada ese día.

Y así fue, porque los ojos inflamados de Seungkwan no eran un chiste y fue más grande su odio hacia Moon cuando vio como vomitaba sangre en un orinal.

—¿Estás bien, Boo? ¿Qué pasa?

—Todo es culpa de esos malditos... Estoy muriendo por ellos.

—Debe de haber una manera de como ayudarte, ir a ver a un médico.

—¿Qué más va a ser? Es el desvinculo, Bin renegó de mí y mi omega está sufriendo... Sabes que no se puede hacer nada en contra de eso. Yo—Y San se preocupó aun más por el omega, porque si Bin llegaba a marcar a Dong Min, Seungkwan podía morir.

—Haremos lo que sea para mantenerte con bien.

—Olvídalo. Como sea, lamento que tengas que conocer a tu socio de esta manera.

—Descuida. Mucho gusto, Soy Choi San, aunque ya hemos hablado antes.

—Encantado de conocerlo finalmente, señor Choi.

Ambos alfas eran socios ahora, por medio de Seungkwan harían una inversión grande en un nuevo proyecto que la empresa de la familia de Vernon tenía, una empresa de arquitectos encargados de diseñar para grandes marcas y líderes del mercado. San no sabia nada de negocios, pero Seungkwan le prometió que comprar acciones y ser socio de su amigo más íntimo le generaría el triple de lo invertido.

Había invertido un capital de más de 100 millones de dólares, porque su avaricia lo llevó a eso y si iba a ganar el triple, entonces invirtió casi todo su dinero en ello.

—Espero que este negocio nos abra más puertas y que el señor Choi pueda en un futuro ser incluso uno de los accionistas mayoritarios.

—Sé que la empresa de sus padres no va muy bien y que su hermano es el director general. —No iba a mentir, tenía sus sospechas, pero también quería confiar ciegamente.

—Es solo una mala racha, pero yo como gerente, le aseguro que esto será un éxito.

Estrecharon sus manos cerrando el negocio, sin imaginar lo que el karma les tenía preparados.

Tal cual Bin dijo, por la tarde de ese mismo día, fue el personalmente a visitar a Seungkwan a la mansión para dejar los papeles del divorcio. Había dormido la noche en el apartamento con su hija y antes de irse, llamó a su ama de llaves ya que era la persona en la que más podía confiarle a su hija.

Aunque lo extraño fue lo que le hizo saber.

«Voy a salir ahorita que el señor está con el señor Vernon y el señor San».

De seguro le estaba llorando lágrimas de cocodrilo a su amigo, pero al saber que estaba allí le haría más fácil el trabajo. Lo notó desde el primer momento que los conoció, Vernon no estaba feliz con la unión de ellos y todo lo malo que él hizo -porque reconoce por supuesto que se equivocó-, Hansol le decía a Seungkwan que se separara de él y que fuera feliz.

En cuanto a San... No entendía que hacía su amigo en esa casa, ni mucho menos imaginaba los motivos por el cual lo fue a buscar.

Tenía tanto en la cabeza respecto a eso que cuando entró a la casa se sorprendió, había un silencio en la sala y en la mayor parte de la casa que decidió ir a la habitación... Subió las escaleras, llegó y al abrir la puerta, una sonrisa se asomó en su rostro, no había motivo para que sorprenderse.

Seungkwan y Hansol estaban dormidos en la cama, desnudos con la sabana cubriendo sus desgracias. Y con malicia golpeó la puerta fuertemente, haciendo que con el sonido se despertaran.

—¿Qu-..? ¡¿BIN?!

—Lamento haber venido sin avisar y molestarlos, pero necesito que me firmes el divorcio, cariño.

—N-no-... —Seungkwan se levantó de la cama rápidamente y se cubrió.

—Te doy tiempo para que bajes. —el alfa dio media vuelta y salió. El omega no hallaba qué hacer.

Despertó a Vernon y se vistió lo más rápido posible. Después de que San se fue, su amigo lo siguió consolando y en un intento de olvidar todo el rencor que le tenía a Moon, se acostó con el alfa y se quedaron dormidos. Pero no creyó que Bin lo fuera a visitar tan pronto.

En cuanto bajó las escaleras, el alfa hablaba con sus empleados y como todo maleducado, interrumpió.

—¡No vas a darme el divorcio! ¡No nos vamos a divorciar! —el alfa les hizo un gesto con la mano indicándoles qué se retiraran.

—¿Para qué quieres seguir con esta farsa si tú y yo no nos queremos? Tú tienes a tu "amigo" y yo a mi omega, solo firmalo.

—¿Qué? ¡No te voy a dar nada! ¡Hasta el día que me muera-..!

—Kwan.. —interrumpo Vernon quien avergonzado había decidido bajar. —Dáselo.

—No-...

—No tiene caso que retengas a Moon, solo firma.

—Hazle caso a tu amante, Seungkwan. —Y como si las palabras de Vernon hicieron un efecto grande en él, accedió.

Bin le pasó el documento y un bolígrafo para que finalmente, su firma rompiera todo lazo entre ellos.

—Espero que nunca más nos volvamos a ver. Sé feliz, Boo.

Y Bin se marchó de aquella casa, dejando a Seungkwan llorando, pero no de tristeza, sino de impotencia porque no lo pudo retener y parecía que él ahora era muy feliz.

—Kwan...

—No tenias que intervenir.

—Es lo mejor para todo, no tiene caso seguir con esto, ya te lo dije.

—¡No me importa! Ahora solo queda una última cosa... Haz que Lee Dong Min pague lo antes posible todo mi sufrimiento.

Era un capricho tan insano que lo pagaría con creces...

Mientras la pareja trataba de planear su nueva vida juntos, el plan por deshacerse de Dong Min había comenzado, Seungkwan no tuvo descanso para tener oídos y ojos en el país vecino, pero hubo un problema y el más grande de todos. No podían hacer nada cuando su hijo estaba cerca.

Habían vigilado al omega por días y se pudieron dar cuenta que San Ha estaba con el castaño todo el santo día. Y era una realidad, Dong Min ha sido un gran apoyo para el chico, junto a su hermana y sobrino han sabido manejarlo y animarle a estudiar todo cuanto quisiera.

Pero por supuesto que la espera cesó y justamente este día, Bin iba a llegar a Japón también. Ya le había avisado a Dong Min qué llegaba esa misma noche con Sua para quedarse aunque sea un mes. Que ya había despejado su agenda para vivir una nueva vida como pareja y sobre todo le hizo saber que Seungkwan ya le había dado el divorcio.

—Estaba con su amante, no podía negarme nada.

—Lo importante es que... Bueno... Tú y él al fin tomaron caminos diferentes.

—Eso es lo de menos, lo importante aquí es que tú y yo somos libres de tomar cualquier decisión sobre nuestra relación. —Dong Min no respondió nada al respecto, sin embargo, trató de desviar la pregunta.

—Entonces, ¿Vienes hoy?

—Así es, mi amor.

—Llegas en el momento indicado... —calló, esperando que el alfa entendiera a lo que se refería.

—¿Es sobre tu celo? —el silencio del Omega respondió su pregunta. —¿Vas a dejarme estar con tu omega?

—S-si tu quieres...

—Voy a marcarte. —más que una afirmación parecía una advertencia, el hecho de que volverían a unirse no era juego y por más decidido que estuviera Bin, no iba a hacer algo que Dong Min no quisiera.

—No me importa... Es algo que debemos hacer, ¿No es así?

—¿Tú quieres?

—Tal vez... —sus últimas palabras llegaron a su corazón porque Dong Min sonaba tan tímido qué le causó ternura. —Voy a ir al supermercado con los chicos, prepararé tu comida favorita.

—¿Vas a prepararte a ti mismo? —Bromeó.

—¡Voy a colgar! —la queja del omega no se hizo de esperar.

—Tienes que mejorar tu sentido del humor, nene.

—Solo cállate. Te espero en la noche. —colgó y se dispuso a alistar su bolso para salir. —¡Chicos, ya nos vamos!

Iba a ir con Yesung y San Ha para distraerse un rato ya que desde que su sobrino se hizo amigo del alfa, en el apartamento no hubo más silencio.

Yesung a pesar de estar en la universidad, la mayor parte del tiempo se la pasaba en aquel apartamento, ya sea haciendo tareas, aveces cocinando o simplemente escuchando a San Ha tocar la guitarra y ayudándolo a aprender Japonés, ambos chicos se habían vuelto inseparables.

San Ha al principio fue tímido, pero descubrió que aquel chico era una buena compañía y un gran amigo, por lo que no temía en mostrar su verdadero ser, tan infantil y bromista. Algo que por supuesto le dio gusto a Bin saber.

Incluso en el momento de que Yesung y Bin volvieron a encontrarse, San Ha se dio cuenta del lazo familiar que había entre todo ellos, claro menos Sunmi quien con solo una mirada hacia notar el odio a su padre.

Pero en ese rato que tenía de vivir en Japón ha sido inmensamente feliz. De eso no hay duda.

Aunque ese día en especifico sintió una extraña vibra, tal vez sea porque está algo mareado por su próximo celo, tal vez sean las ansias de ver a su alfa, pero de que había algo extraño, lo había...

Hicieron las compras, sin imaginar lo que se avecinaba...

Ya habían facturado en caja todas sus compras, estaban echando las cosas en bolsas cuando San Ha tocó el brazo de Dong Min.

—Min... —estaba tan tímido que no pudo decirle.

—¿Qué pasa?

—Tío Min, ¿Podemos comprar un pie de manzana?

—¡Claro, bebé! ¿Es por eso que no hablaste, Sanhie?

—Me da pena...

—No seas tontito. Mejor dime que más quieren para que lo compren, recuerda que hoy viene tu padre con Sua.

—¿Podemos comprar cualquier cosa? —preguntó y él asintió.

—Sí, cariño. Vayan, y traigan una docena de manzanas y algunos plátanos, de ahí ustedes deciden que más, pero no se tarden qué no estoy muy bien. —los dos muchachos fueron nuevamente a ver los exhibidores mientras que él terminaba de arreglar todo.

Si era honesto, el mareo y la debilidad qué sentía no era juego, cada minuto que pasaba su omega le avisaba que estaba a nada de entrar en celo, sabía que era peligroso andar así en la calle, pero realmente necesitaba salir de compras porque su alacena estaba algo vacía.

Fue a dejar algunas cosas al auto para hacer tiempo que los chicos pagaran sus comprar y cual fue su sorpresa, que al volver a la área de empaque, sintió en su espalda algo duro tocarlo e intentó girarse y no pudo.

—Más te vale que no hagas ruido, omega. —la voz alfa le hizo sentir tan débil, más de lo que ya estaba.

—O-por fa-...

Camina. —Y tuvo que salir del supermercado con su mejor cara por más asustado que estuviera.

En el estacionamiento junto a otro hombre le obligaron a subir a una camioneta, y fue entonces que forcejeó e intentó gritar, pero fue demasiado tarde puesto a que habían vertido en él feromonas y al estar pronto a su celo, crearon confusión.

Dejó de forcejear y cuando su cuerpo ardió y perdió fuerzas, un pañuelo fue puesto en su nariz hasta quedarse totalmente desmayado.

San Ha Y Yesung pagaron, notaron las compras faltantes y decidieron llevárselas para encontrar a Dong Min, pero las llaves del auto estaba puestas y el auto sin seguro, pero lo más importante... Dong Min no estaba y por más que lo esperaron, no apareció.

—¡Mamá, tío Min desapareció!

Lo último que les quedó fue llamar a la omega para avisarle lo que había pasado.

El pelinegro había llegado justo a tiempo a Japón junto a a su hija, estaba emocionado ya que esa misma noche le explicaría a Sua su relación con Dong Min y harían oficial su relación.

Ya había hablado con el omega y Dong Min había aceptado, no pudo evitar que también sentía lo mismo que él. No habrían más tropiezos.

En cuanto quitó el modo avión de su teléfono, este por poco explota. Sunmi y su hijo no paraban de llamarlo, y sintió miedo, estaba sumamente asustado y solo respondiendo iba a salir de tanta incertidumbre.

—Hijo-...

—¡Papá, Dong Min desapareció!

—¡¿Qué estás diciendo?!

—¡Ven a la casa de Sunmi rápido, es urgente!

No esperó más y sin parecer tan alterado emprendió camino hacia allá.

En cuanto llegó, su hijo estaba llorando Y Yesung también ya que se sentían culpables de haber descuidado al omega, pero Bin trató de calmarlos.

—¿Pero cómo pasó? — Bin estaba qué temblaba de miedo, pero trataba de no demostrarlo.

—Fuimos a comprar algo y tío Min quedó esperándonos cerca de la caja, cuando volvimos no estaba y esperamos a que apareciera porque dejó todas las compras en el carro, pero nada...

—¡Bin tienes que hacer algo! ¡Mi hermano tiene que aparecer! ¡Él no se iría así por así, algo tuvo que haber pasado!

—Vamos a la policía ahora mismo. —se levantó dispuesto a irse.

—Espera. ¿Estás bien? —Todos notaron lo desconcertado qué estaba y como incluso sus palabras parecían incompletas.

—S-sí. Acompáñame, por favor. —Sunmi asintió un tanto ko convencida, pero al final fue sola con Bin hacia la estación.

Los chicos y la pequeña se quedaron al cuidado del  esposo de la omega para evitar que otra desgracia sucediera.

Que mas da que la principal ayuda que buscaban no sirvió de nada, porque en la estación de policía no hubo respuesta.

—Hay que esperar 48 horas para que se inicie una investigación si es que se trata de secuestro.

—¡En esas malditas 48 horas mi omega puede morir! ¡¿Se da cuenta de la estupidez que está diciendo?!

—Señor, le pido que se calme.

—¡No me voy a calmar! ¡No sé donde diablos está mi omega y ustedes hijos de puta no hacen nada para apoyarnos!

—Lo siento, pero son protocolos que hay que seguir.

La frustración fue demasiada, quería incluso llorar.

—Busquemos en las calles o preguntemos en el supermercado si alguien lo vio. Ven. —la omega trató de animarlo, aun cuando ella estaba desquiciada por dentro, entendía que Moon mucho más.

El alfa aceptó andar en el auto por las calles buscandolo, pero ni porque pasaron horas haciéndolo, preguntándole a las personas en el supermercado si habían visto a Dong Min, no tuvieron respuesta pronta.

Dong Min no iba a aparecer tan fácilmente.

Mientras era buscado bajo cielo, mar y tierra, muy cerca de donde vivía el omega, esperaron a que amaneciera para ver a Dong Min en su estado de sufrimiento. Estaba con lo ojos vendados y sus manos atadas, y sobre todo, inducido en un celo doloroso donde pasó horas quejándose del dolor que sentía, pero fue abandonado a la suerte tratando que aquellas lágrimas que brotaban fueran suficiente entretenimiento para Seungkwan, incluso lo golpearon varias veces para dar con su aprobación.

Ciertamente para Vernon era difícil estar en aquella habitación por más inhibidores que tomó, pero tenía claro una cosa es específico: Lee era el omega de Moon y solo estaba haciendo eso porque Seungkwan se lo pidió.

La verdad es que le daba igual la vida de ellos, al final lo único que necesitaba era que Seungkwan lo aceptara y confesara que realmente lo amaba. Aunque estaba encapricado con Moon.

De igual forma, esperaba un día ser correspondido totalmente de acuerdo aunque ahora esté obligado a hacer algo tan inhumano por amor.

—¿Qué quieres que hagamos con él?

—No me importa, solo que sufra y que Bin lo odie.

—Bebé, ¿De que sirve esto si yo ya estoy contigo?

—¿Y? ¿Es que acaso no puedo hacer infeliz a quienes me hicieron infeliz? Encargate de él.

—Pero si ya está sufriendo, lleva más de 8 horas con dolor y llorando, ¿No crees que es suficiente?

—Déjalo con esas bestias y que se encarguen de él. No me importa si se muere, quiero que sufra el desprecio de Bin y el dolor que yo sentí.

El hecho de tener a aquel omega contrayendose de dolor en una esquina de aquella habitación si tocó su corazón, pero no tenía más opción.

—¿Qué dijo el jefe que hiciéramos?

—Este omega es muy bonito, ¿No sería una lástima no probarlo siquiera? —estaba entre la espada y la pared, no sabía que hacer.

Entendía que aquellos alfas al igual que él reaccionaban a las feromonas de Dong Min, pero al menos él tenía un poco más raciocinio.

—Hagan lo que quieran. Yo me voy.

Y solo dio un paso fuera y escuchó el lamento del omega, entre ambos hombres destrozaron al omega a golpes y violaron sin compasión siendo guiado por sus mismos instintos.

Un hecho atroz qué marcaría la vida de Dong Min para siempre.

Su interior aun temblaba de necesidad, pero las incontables veces en las que ha terminado vomitando dicen más que mil palabras.

Su omega podia estar calmando su instinto cada que entraban en su interior, pero su humano aún consciente era quien lloraba y maldecia. Quería soportar aunque el sentirse una mierda le hacía pensar que estaba pagando su pecado más grande, pero no podía.

Ya no.

Una última penetracion, el asco creció en su garganta y fue tirado al suelo.

—¿Terminaron? —Vernon entró, tapó sus ojos para no sentirse un bastardo de primera.

—Él sigue igual, pero no te niego que es todo un encanto.

—Me importa una mierda tu porquería. —sacó de su pantalón un pequeño vaso con píldoras y se lo tiró —Tomen estos supresores y hagan que se los beba.

—El señor no dijo eso. —respondió uno de los alfas, refiriéndose a Seungkwan.

—El que manda ahora mismo soy yo, así que vistanlo, déjenlo dormir y mañana lo van a dejar a cualquier lugar... Si es cerca de donde vive mucho mejor.

—El señor dijo que-...

—¡Ya se los dije, carajo! ¡Él que manda soy yo!

Obedecieron por supuesto y Vernon lamentandose de lo que hizo, se acercó a Dong Min y le susurró:

—Moon estará contigo dentro de poco... Haré que te reunas con tu alfa.

A pesar de que Dong Min estaba casi desmayado, solo pudo entender ciertas cosas, sin embargo, la identidad del hombre estaba totalmente cubierta porque no lo había conocido antes.

Lo dejó totalmente dormido y se marchó, al día siguiente lo entregaría a su dueño.

Y llegó el momento, pero para ese punto, Bin ya estaba por volverse loco. Casi tres días sin saber absolutamente nada de su omega, sin escuchar siquiera algo que le ayudara con el paradero del castaño. Era un calvario.

Al final, de tanta insistencia, la policía terminó apoyándolo y comenzaron la investigación. Revisaron las cámaras del supermercado, dieron con la identificación de los secuestradores y rápidamente se movilizaron hacia los domicilios registrados.

Y aunque aquellos datos parecían ser la respuesta a donde estaba Dong Min, sentía en su interior qué algo andaba mal y que no solo se trataba de tipos que raptaron a su omega por dinero o por su celo.

Había algo.

Ya estaba cayendo la noche nuevamente y la incertidumbre lo estaba matando y justo en ese instante, su celular sonó y al ver la pantalla, se sorprendió ver que era su omega quien llamaba.

—¡Mi amor! —respondió desesperado. —¡Bebé, ¿Dónde estás? Dime algo!

—B-Bin... Bin ven... —afortunadamente el detective estaba en casa, así que puso el teléfono en altavoz para que lo escuchara.

—Bebé, ¿Estás bien? Dime dónde estás, voy a buscarte.

—No lo sé... Estoy en un lugar oscuro, pero... te necesito...

La conversación hizo que el corazón de Vernon se ablandara más, eran alfa y omega, ¿Por qué debían intervenir en esa unión hecha por el destino.

Contó los segundos necesarios y antes de que Dong Min dijera algo más, cortó la llamada.

—No le quiten la venda de los ojos, llevenlo a donde sea, pero que sea cerca de su casa, les pasaré la dirección. —Ordenó. —Como última cosa... Mantenga su celular con él y no dejen que se pierda o algo.

—Pero, el señor Boo.

—Ya se los dije, esto es entre nosotros. Seungkwan no se va a enterar si ustedes no abren la boca.

Y como era una orden, no desobedecieron y dieron forma a lo dicho.

Vernon ya se había lavado las manos, no se metería más entre aquella pareja y estaba decidido en hacer qué Seungkwan eligiera qué camino tomar.

Mientras la llamada estaba, fue monitoriado todo hasta dar con el paradero del omega. La ubicación encendida permitía saber el punto exacto en donde estaba y mientras se movían al lugar, se percataron qué se estaban moviendo.

—¿Qué podemos hacer?

—Seguir ese punto, ya está una cuadrilla siguiendo la ubicación, nosotros debemos esperar.

Y en su espera, dieron con que cada vez se acercaba más al apartamento, así que decidieron actuar, desplazandose al punto donde estuvieron fijos.

...

Dong Min fue bajado de la camioneta casi y desmayandose, lo dejaron en un parque desolado donde sería rápida su localización y donde ellos también no quedarían involucrados.

Mala idea.

Justo en ese instante, la policía llegó. No hubo tiempo de escapar por más que corrieran, estaban rodeados. Y por supuesto, que Bin bajó del auto rápidamente al ver a su omega deshecho.

—¡Dong Min! —Corrió a abrazarlo, no podía estar ni un segundo más sin él. —Mi bebé...

—B-Bin...

—Ya, mi amor. Nadie más te hará daño, aquí estoy.

Y era una realidad, porque el daño ya estaba hecho...

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Cap dedicado a _BerenSaat_. Gracias por leer, lindura♡

MAJEE QUE ONDA CON WTTPD. Les juro que traté de poner a las personas a quienes me faltan por dedicarles cap y no salen, como si no existieran🤡

Sepa la gaver qué pasa, pero anyways.

En menos de 6 capítulos oficialmente esta historia llegará a su fin.

(Pido total discreción en cuanto al tema tocado en los siguientes capítulos, plis y gracias ♡)

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