𝟸𝟽
Un nuevo día y parecía que el celo de Dong Min ya iba pasando, solo que, su omega buscaba como ser mimado y pasó desde la mañana hasta la tarde abrazado a él sin importarle nada. El alfa liberaba sus feromonas tranquilas y relajantes qué ayudaban a que el omega al fin sintiera paz en su alma.
Una pregunta salió a flote de repente, muy innecesaria e incómoda, pero que hizo que al final el alfa pudiera marcharse.
-¿Cuando tenías tus celos... También te comportabas así con Min Hyuk? -el omega exhaló y soltó luego el aire para poder hablar.
-Respeta la memoria de mi difunto esposo.
-¿Cumplió con tus expectativas?
-Mi celo fue doloroso, alfa... Nunca sentí placer, solo dolor aquí. -señaló su pecho y se abrazó a su brazo.
-¿Lo amaste? ¿Te hizo feliz? -por supuesto que vivía bajo aquellos celos, ¿Pero que más podía hacer?
-Fueron los días mas lindos de mi vida... Mi cachorrita-... -su humano volvía en sí, por lo que se dio cuenta de lo que iba a decir.
-Te amo, Dong Min. -parecía que al final después de estar sumido en tanta calma, todo fue desvaneciendo, hasta finalmente ser él.
-No seas tonto.. -se levantó de la cama envuelto en las sábanas y fue hacia la sala de estar para pensar en todo lo que acababa de hacer. Se sentía culpable.
-Mi amor-...
-No me llames así... Bin, esto es muy difícil, no sé porque actúe de este modo, colo terminé enredado contigo otra vez cuando nunca quise esto. -tomó asiento en el sofá y, alfa se puso de rodillas frente a él y besó sus manos una por una.
-Esto es normal, es algo que teníamos que hacer.
-No cuando tienes-...
-Familia. Lo sé, es por eso que ya estoy buscando la manera de librarme todo. No más Seungkwan, no más problemas, no más cargas.
-¿Qué pasa con tus hijos? ¿Dónde queda el niño y sus problemas? Bin, hay problemas más grandes e importantes como para pienses en nosotros ahora.
-Yo me encargo de él después.
-No. No se trata de después o mañana, puedo haber estado en celo hace poco, pude haber robado tu tiempo, pero no olvidé que tu hijo está en metido en cosas malas y necesita ayuda.
-Ya te dije, voy a solucionarlo, pero primero quiero que tú y yo-...
-¡No va a haber ningún nosotros si no eres capaz de cuidar a tus hijos! -ya estaba enojado, demasiado molesto con su actitud. -Bin, escúchame, tu hijo necesita que vuelvas a casa, que hables con él y lo ayudes.
-¿Y si no quiere escucharme?
-Lo va a hacer si usas las palabras adecuadas. -solo para convencerlo de irse, le dio un beso en la boca, corto, pero suficiente para hacerle entrar en razón.
-Hablas como toda una madre. -el rostro del omega se volvió serio y se dio cuenta de su error. -Lo siento.
-Descuida. Yo perdí a mi única hija, tú no pierdas a tu primogénito.
No supo que le dolió más, si mentirse así mismo por creer que el chico era el primer hijo de Bin o el no poderle gritar en la cara que su hija llevó su sangre.
Planchó su ropa ahora seca y lista mientras Bin tomaba una ducha. Y antes de despedirlo, el alfa le consultó.
-¿Estás bien? ¿Quieres que Wooyoung venga? -el omega negó, estaba bien solo y así se sentía más en paz con su mente. Al menos eso creía.
-Estoy bien, solo quiero descansar.
-Voy a venir a verte mañana. Descansa.
Un último beso en su frente como despedida y sin percatarse, Dong Min desprendió un aroma nuevo y depositado en el alfa...
-¡Mi amor! -Seungkwan salió a encontrarlo en cuanto vio el vehículo estacionado afuera.
-Hola. -saludó solo con un abrazo, comenzando a guardar distancia si en algún momento quería librarse de él.
-Me tenías preocupado, pensé que te habías ido.
-Solo tuve trabajo es todo. -Seungkwan sintió un olor a omega sobre él, un aroma que le hizo asquearse de inmediato.
-¿Dónde estuviste?
-Fui hace poco a una casa materna o algo así, habían muchos omegas en ella. -mintió porque era consciente del olor de Dong Min, de su fragancia territorial a pesar de que el omega decía no querer nada mas con él.
-Con razón hueles a uno.
Y justo en ese momento, San Ha entró a la casa y lo miró como se asustó al verlos afuera. Trató de caminar despacio, pero Bin notando cada una de sus tácticas y para evitar problemas grandes, envió a Seungkwan adentro.
-Ve. Tengo que hablar con San Ha.
-De paso, correlo de la casa, ya no lo soporto. -se fue y el alfa fue en su encuentro.
-Sanhie, ¿Qué tal? -el chico asintió, no quería que notara el olor alcohol que llevaba. -¿Podemos hablar?
-Tengo prisa. -dijo apartando su rostro y dando pasos rápidos a la puerta, pero el alfa lo detuvo.
-San Ha, ¿Qué-...?-al momento de jalarlo de la chaqueta, pudo al fin ver sus ojos rojizos.
-¿Qué quieres? -se cansó de fingir, en su mente ya estaba condenado.
-¿Sabías que mezclar marihuana y alcohol es una pésima combinación?
-¡Déjame en paz! -a pesar de su lucha por alejarse del alfa, su cuerpo estaba débil y se le hizo más fácil a Bin, llevárselo lejos de donde Seungkwan o Jong Sun los escuchara.
-¿Qué demonios has estado haciendo? ¿Quien te dio esa mierda?
-¿Podrías callarte?
-¡Responde de una maldita vez, Moon San Ha!
-¡No me grites! ¡No me llames así! -estaba temblando, de miedo, de frustración, de todo.
-Hijo-...
-¡No lo hagas! ¡No me llames así!
-San Ha, solo quiero tu bien, me preocupa que estés así... Drogado...
-¿Qué te puede importar, eh? ¿O es que acaso ya vas a formalizar las cosas con tu puta barata? -escucharle hablar así, le dolía en lo profundo de su pecho. Entendió lo que Dong Min le dijo.
-¿De qué hablas?
-¡¿Qué quieres? ¿Qué te respalde cuando Seungkwan sepa que tienes a tu amante viviendo en un buen piso y que te vas a casar con él?! ¡¿Qué quieres de mí? ¿Por qué te importa ahora como estoy?!
-San Ha, yo no me voy a casar con nadie, no sé de que me hablas. -el que le mintiera en la cara fue el colmo. La cereza del pastel.
-¡Maldigo el día en que nací! ¡Me avergüenza ser tu hijo! ¡No quiero llevar tu maldita sangre, eres el hombre más repugnante que he conocido en mi vida! ¡Solo sabes decepcionarme!
-¡San Ha! -el chico corrió a la calle, no quería estar más en aquella casa, no quería saber nada de Bin, mucho menos de Seungkwan, necesitaba relajarse...
San Ha no volvió a casa esa noche, ni fue a la escuela tampoco y lo sabe porque fue a buscarlo. Se dio cuenta del bajo rendimiento educativo qué tenía, como aveces ni asistía a la escuela y vivía durmiéndose en clases.
Y se puso a pensar en desde cuando su hijo había estado consumiendo drogas, en que momento se destruyó la vida y que lo llevó a odiarlo tanto. Incluso se maldecia a sí mismo por haber destruido la vida de otro ser humano con sus actitudes horribles.
Y seguía pensando en su hijo mientras llegaba al apartamento de Dong Min. Necesitaba verlo, escucharlo, desahogarse y sentirse entendido por alguien con razonamiento y justo.
Al llegar y abrir la puerta, miró a Dong Min en la cocina, el omega acababa de llegar a casa después del trabajo y se hizo algo para merendar. Al verlo tan ido, aprovechó, por lo que solo corrió a él para tomarlo de la cintura y sorprenderlo.
-¡Hola, nene! -la forma en la que lo llamó trajo consigo de vuelta el pasado y por un momento se sintió aquella alma joven y sin desgaste emocional que solía ser.
-No trates de asustarme otra vez, ya sabes que no me gusta.
-Obvio lo sé, sé todo sobre ti, lindito. -el omega negó con un gesto y siguió cocinando.
Pudo sentir las feromonas del alfa cargadas, como también una frustración plantada en su pecho. Apagó la cocina y se giró a verle.
-¿Qué pasó ahora? ¿Hablaste con el niño? -el alfa lo abrazó de la cintura y dejó su rostro sobre su hombro.
-San Ha no ha vuelto a la casa desde anoche que llegué.
-Ven, hablemos. -lo llevó a su lugar de costumbre, el sofá. Se enrolló en el sitio y el alfa se medio acostó para dejar su cabeza en las piernas de su amado. -Cuéntame todo.
-Traté de hablar con él, definitivamente mi hijo está con drogas y no solo eso, sino que también con alcohol y quien sabe que más. -Dong Min liberó feromonas para liberar toda mala vibra de su ambiente, aquello que estaba ahogando a Bin.
-No puedes abandonarlo, él te necesita.
-Mi niño-... -tuvo que tapar sus ojos para no mostrarse débil ante Dong Min ya que, sus lágrimas estaban saliendo una por una.
-Está bien, llora... Libera todo lo que tienes guardado.
-Minnie... Mi hijo me odia... Me dijo en mi cara que desearía cambiarse la sangre con tal de no ser nada mío. -el omega limpió con sus dedos las lágrimas qué caían a su sienes.
-Todos cometemos errores, muchas veces no somos capaces de notarlos de tan ciegos y frustrados qué nos sentimos, pero eso no significa que no podamos remediarlo, al menos que la muerte se interponga en nuestro camino.
-Solo quiero que mi hijo esté bien, tener una buena relación con él, explicarle todo... Que te llegue a conocer también...
-Dale tiempo al tiempo, deja que las cosas se vayan organizando poco a poco, solo si tú realmente estás dispuesto a cambiar tu maldita actitud.
-Te amo tanto. -dijo sin pensarla dos veces. -Siempre sabes que decir. -le robó un beso qué después de todo, fue correspondido.
Enderezando su espalda y sentándose bien para acorralarlo, sus labios dejaron de sentir ese miedo y besaron al omega muy consciente de lo que hacía y como Dong Min en sus cinco sentidos también lo aceptaba.
-Por cierto... -dijo rompiendo el beso, dejando a Dong Min pensativo. -Hay algo que te quería comentar y quiero que me saques de dudas.
-Dime.
-Durante tu celo me corrió muchas veces dentro de ti, pero... El nudo no se formó... -Dong Min soltó una risita y asistió.
-Al menos te diste cuenta de mi problema.
-Minnie, ¿acaso eres-...?
-¿Estéril? Lo soy. -Aun cuando el omega sonreía al decirlo, a Bin no lo engañaba. A Dong Min le dolía aquella.
-¿Cómo-...?
-Mi lazo un día se rompió, a raíz de ello, muchas desgracias fueron viniendo a mí. -Él era culpable de eso también, no podía creerlo.
-Debió ser un infierno.
-Me di cuenta hasta que intenté tener un hijo con Min Hyuk y no se podía.
-Ya tenías una hija de él, ¿Por qué dices-....? -lo calló con un nuevo beso, no quería hablar de ese tema y que mejor manera de detener todo dándole lo que siempre quería.
La culpa era más que cualquier deseo reprimido, pero cuando lo besaba al menos apagaba un poco su mente ansiosa.
Lo acostó en el sofá, poniéndose encima de él, besando su cuelo en el proceso, sus manos abrieron uno por uno los ojales de su camisa, Dong Min solo le dio una mirada de desagrado, pero no sé quejó cuando sus prendas inferiores también fueron arrancadas.
-¿Quieres probar a hacer un bebé?
-Eres un idiota...
Y mientras ellos estaban en su asunto, San Ha se sentía con un pie en el cementerio y otro en su corta vida. Cuando salió de aquella casa, se refugió donde su amigo, en un cuarto de azotea donde pudo respirar aire fresco y además, sentirse pleno.
Había probado la famosa hoja verde y definitivamente, aquello le hizo sentir mejor que sus tontas pastillas. Aunque era gracioso para Hongjoong ver a San Ha mareado y hablando tonterías, pero de eso se trataba, de avergonzar al niñito rico drogadicto y que fuera un bufón de primera.
Le gustaba verlos agonizar y burlarse de sus miserables vidas, aunque para él, era mejor ahogarse siendo rico que pobre.
Por supuesto que su entretenimiento no paró ahí, nuevamente instó a San Ha a ir a aquel apartamento, había escuchado que su padre le negó a su amante y que más divertido que desenmascarar al alfa idiota.
Temprano por la mañana, le dieron una de sus pastillas y lo llevaron en el auto junto a dos chicos más hacia aquel lugar, el espectáculo sabía que comenzaría al momento de detener el vehículo y notar el auto de pelinegro afuera como de costumbre.
-¿Ahora si vas a ir? -estaba tan mareado y fuera de sí, que solo salió del vehículo y fue directamente al piso donde fue la última vez.
Estuvo a unos pasos de aquella puerta, con sus ojos rojos y llorosos por tanto contenido, se armó de valor y antes de que pudiera tomar, la puerta mal cerrada dejó ante sus ojos una escena difícil de borrar de su mente.
Su padre semi desnudo entre las piernas del omega, besandole el cuello.
-¿San Ha? -se dieron cuenta de la presencia del menor y Bin trató de acercarse a él mientras Dong Min se cubría.
-¿No dijiste que no tenías un amante? -dijo en reclamo a punto de explotar en llanto. -¡Nunca en tu maldita vida te vuelvas acercar a mí!
-Hijo, puedo explicarl-...
-¡Ya basta de tanta mierda, Moon! ¡Me das asco! -Dong Min quedó sorprendido al escucharlo y solo miró a aquel niño saliendo de prisa del lugar y a Bin siguiendolo.
Todo era un desastre.
Dos horas, pasaron dos malditas horas en las que no supo a donde estaba San Ha. Lo último que Bin miró fue a su hijo subir a un auto sin placas y ya, no había señal de él por ninguna parte.
Dong Min intentó calmarlo, pero de alguna manera era imposible. Se sentía con el alma en un hilo, si algo le llegaba a pasar a su hijo sería su culpa y eso jamás se lo perdonaría.
Y después de colapsar, tuvo a Dong Min abrazándolo, sentados en el suelo mientras lloraba por su misma impotencia.
-Debí decirle cuando me preguntó, no debí ocultarselo.
-Bin, está bien-...
-¡Mis malditas mentiras siguen destrozando todo lo que amo! ¡Me odio a mí mismo por todo lo que ye he hecho!
-No digas eso. -intentaba ayudarle, pero... ¿Qué podía decirle? Él en algún momento sintió esa misma frustración cuando perdió todo y se arrepintió.
-Mi niño... Mi pequeño hijo... -Ahora sentía que lo había perdido para siempre, que no había forma de remediar su error.
Estuvo así al menos por una hora más hasta que decidió ir a su casa por si la bomba explotaba en aquella mansión.
-Si un dado caso, necesitara tu apoyo... ¿Puedo venir? -el omega asintió y aunque se sentía demasiado mal, le dio un beso en la mejilla.
-Ven si tanto lo necesitas, te estaré esperando.
Bin volvió a casa y aunque esperó encontrar un desastre la verdad es que no había siquiera seña de que algo iba a pasar.
El tiempo se hizo extremadamente largo, al menos en un sentir, tres días habían pasado después de aquel suceso y San Ha seguía sin aparecer. Seungkwan comenzó a notar la ausencia del chico gracias a que Sua fue quien preguntaba por su hermano y cuando le preguntó a su esposo, Bin lo levantó en el aire.
-¿Tu hijo no vuelto a casa durante cuatro días y hasta hoy te das cuenta? ¡¿Qué clase de madre eres?!
-Está bien lo siento, me equivoqué. Solo creí que realmente lo habías echado.
-¿Por qué demonios voy a correr a mi hijo de su casa? ¿Qué ha hecho para que yo lo desprecie?
-Es insoportable, me vive llevando la contraria, no respeta ni a su abuela.
-Ene se caso, Jong Sun es la que se tiene que ir de esta casa.
-¡No puede correrla! Tu madre es la única que me acompaña.
-No me interesa... Mira nada que poca sangre tienes, con razón no te importó que matara a tu padre si al ser que salió de ti lo tratas como si fuera basura.
-¡San Ha destruyó mi vida, me hizo vivir el peor de los embarazos, deformó mi figura!
-¡No pidió nacer! ¡Tú eras el necio de que querías un hijo y solo demostraste que la vida que tu procreas solo la arruinas!
-No trates de echarme la culpa, esto también es tu culpa.
-Yo quise divorciarme muchas veces, llevarme a mi hijo lejos donde pudiera tener una madre que si supiera cuidarlo.
-¿Tu plan siempre fue que esa perra de Dong Min criara a mi hijo?
-Deja de meterlo en conversación, Dong Min no se menciona en esta casa y lo sabes. Además, te ves tan ridículo diciendo «mi hijo» cuando ni siquiera sabes por lo que está pasando.
El alfa salió de su estudio dejando al omega hecho una llama de furia. Estaba harto de escuchar sus estupideces, principalmente, de sentir ese aroma desagradable sobre él que no comprendía.
Y pasó un cuarto día, y al ver que realmente San Ha no pensaba volver, entró en pánico. Le pidió a Bin que encontrara a su hijo, que lo buscara hasta debajo de la piedras, pero él ya está a haciendo lo suyo y no estaba solo, porque Dong Min también lo estaba ayudando.
Estuvo a nada de que se emitiera una alerta Amber para buscarlo por todo el país, pero Dong Min le dijo que no era necesario.
«Eres una figura pública y más en en gobierno, si ellos encuentran al niño y saben que está con drogas, será peor para ti.»
Y no mentía, de solo pensar en las probabilidades de perder su trabajo por un descuido seria horrible, ni por mucho que comprara a los policías.
Así que el omega le dijo también que no se preocupara, que él trataría de encontrarlo y con la ayuda de Wooyoung qué conocía mejor que nadie punto específicos, comenzó la búsqueda.
Wooyoung también estaba preocupado, podría odiar a Bin y a Seungkwan, pero San Ha para él siempre fue un niño muy tierno y amable, solo que esos dos se encargaron de convertirlo en alguien que originalmente no era y aunque perdió un poco el hilo de la conversación con él, ahora estaba dispuesto a apoyarle y hacerle ver que realmente si habían personas que le importaba su vida.
Y mientras buscaban por todos los rincones conocidos iban preguntando por el tal famoso Kim Hongjoong. Dong Min fue a la escuela de San Ha también, se presentó como su tío ante el director y descubrió que aquel alfa era cercano a San Ha, pero que tampoco había llegado a clases.
Wooyoung y su arte de seducir a los alfas en la calle fue de gran ayuda, porque aunque ya no era el mismo jovencito, la hermosura y su rostro y lo fino de su cuerpo ayudaba rápidamente a olvidar ese detallito y justamente dieron con el paradero del chico.
Dirigiéndose a aquellas direcciones que le habían dado, solo surgía una pregunta: ¿Dónde realmente estaba San Ha?
San Ha estaba lastimado emocionalmente como nadie podría imaginar, las mentiras de su padre habían hecho un hueco en su pecho hasta tocar fondo. No le dolía tanto el escuchar las palabras de Seungkwan, tal vez un poco las de Jong Sun, pero el dolor más grande fue el que le provocó Bin. Su héroe.
Lo reconoce, su padre cuando era un niño siempre estuvo para él, sabe que él lo alimentaba cuando era un bebé porque Seungkwan nunca quiso darle el pecho, sabe que era él quien lo cargaba en las mañana y le daba un baño de sol para que creciera bien, sabe que su padre muchas veces peleó con Seungkwan porque lo trataba mal y recuerda como cada que tenía miedo o se lastimaba, el alfa estuvo ahí para llevarlo al hospital y darle protección.
No quita eso de su mente y es por eso que le duele, porque en algún momento el hombre dulce qué lo cargaba, se convirtió en su peor pesadilla. Porque su héroe resultó ser el villano de la historia, el hombre sin corazón que golpeaba a su omega, que le gritaba quien comenzó a dormir fuera de casa por mucho tiempo, quien le exigía más de lo que podía, quien llegaba ebrio y con ese asqueroso olor a cigarrillo.
Y principalmente, quien renegaba de su familia solo por estar enamorado de otro hombre. El hecho de que su padre ha pensado todo ese tiempo en huir tras alguien más y dejarlo fue algo que no pudo enfrentar.
Y le cogió odio cuando se dio cuenta que toda la frustración del alfa se la descargaba regañándolo, incluso aveces llegaba a las cachetadas o jalones de cabello para obligarle a sentarse. La forma en la que le hacia entender que él era el padre y el señor de la casa no fueron las correctas, y fue así que todo el poco cariño que aún existía en sus recuerdos se desvaneció por completo.
Prefirió la calle, descubriendo que allí nadie le iba a gritar, prefirió drogarse para dejar de sentir ese vacío en medio de su búsqueda por hallar paz, se convirtió en lo que más odiaba porque el cigarro que se ponía entre los labios e inhalaba le hacia sentir mejor de alguna manera.
Porque ebrio no era consciente de nada, porque solo usando un método alterno y dañino podía olvidar que le arruinó la vida a dos personas, que era el hijo no deseado, que era el estorbo y vergüenza de la familia, que perdió su brillo, su inocencia por culpa de ellos, pero que al final, solo era un niño asustado tratando de sobrevivir a un gigante qué se lo tragaba de un solo bocado sin compasión.
Esta vez, buscó refugio en el lugar menos indicado, confió ciegamente en su "amigo" y fue llevado a un club nocturno donde el mismo chico le consiguió a unos omegas para que escogiera y se desestresara. Por supuesto que eso no le hizo gracia y no quiso, no era esa su solución y cuando intentó salir de aquel lugar, entre palabritas manipuladoras terminó aceptando probar nuevas cosas.
Una mesa frente a él, un polvo blanco y una larga franja que le enseñaron a inhalar por la nariz el mismo. Sintió su cabeza explotar, su conducto nasal desgarrado de tantos intentos y cuando finalmente sintió el toque que le "ayudaría" a olvidar todo, se desmayó.
En cuanto abrió sus ojos nuevamente, no supo donde estaba, solo escuchó risas y luego, sintió los golpes en su cuerpo, patadas de quienes decían ser sus amigos y las burlas porque estaba a punto de colapsar.
Su cuerpo temblaba horrores, sus manos estaban adormecidas junto a su piernas, sentía el mareo pegarle con fuerza y un ardor en todo su cuerpo al que no le hallaba explicación.
Pasaron unos minutos en donde aquellos golpes cesaron, escuchó algo en su oído, pero no entendió que era porque su corazón comenzó a latir con fuerza y solo escuchaba el sonido de sus palpitaciones.
Sentía que estaba a punto de morir, no era para menos si estaba sufriendo los efectos de una sobredosis, estaba a punto de desmayarse cuando escuchó unos pasos rápidos acercándose y luego... Unos brazos cálidos lo envolvieron.
No supo que más pasó, quedó dormido en cuanto sintió ese calor tan amoroso, ni se percató qué era Dong Min quien lo cargaba hacia el auto y lloraba al verlo tan mal.
-Llévame a la clínica, Woo. -esa pobre criatura nunca más volvería a estar solo de nuevo.
De eso se iba a encargar él.
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Cap dedicado a Am78ka. Gracias por leer, cosita bella💗
Les dije que lo tenía controlado, ya mero el sanhastacio va a ser un niño normal, se los prometo☝🏻🥺
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