En el auto fue un silencio errático, Dong Min no dijo nada, ni el alfa tampoco, era como querer decir todo y al mismo tiempo nada salía de sus bocas.
San le comentó que Dong Min le dijo que no tenía a donde ir, así que él tomó la decisión de llevarlo al apartamento donde vivió a su lado unos meses. En cuanto el auto se detuvo frente a aquel edificio, Dong Min negó.
-¿No se suponía que este lugar ya no existía? -fue lo primero que salió de su boca.
-¿Cómo podía borrar tu recuerdo de mi vida? -y mientras el alfa bajaba su maleta, él caminó hasta su antiguo piso.
Al menos esta vez encontró consuelo en muchas cosas, principalmente en el hecho de que el entrar a donde sus días se comenzaron a tornar grises, no le hizo sentir mal. Agregado que su nariz no sentía el olor de Bin y su omega tampoco lo buscaba.
Era como si hubiera vuelto a ser aquel beta de hace 15 años atrás.
Se sentó en la sala sin decir ni una palabra, prendió un cigarrillo y cruzando sus piernas lo miró esperando por algo incierto.
Extrañamente, el alfa se sintió cohibido con su mirada por lo que optó por sentarse frente a él, y prosiguió a hablar.
-Te veo y es como si estuviera en un sueño... Realmente está frente a mí otra vez.
-¿Y qué? ¿Qué importa?
-Claro que importa mucho, eres mi todo, Dong Min. No me dio tiempo de decirte nada cuando te miré después de casi 11 años... Eres un omega.
-¿Cambia eso algo?
-No, solo no me lo puedo creer. Verdaderamente me doy cuenta de que siempre estuve ligado a ti.
-Eres un ridículo payaso. No te luce.-dijo con voz sería tirando el humo como chimenea.
-Sé que me equivoqué-...
-¿Equivocar? ¡Ja! Tú ni mereces estar vivo, eres una maldita escoria sin sentimientos.
-No digas eso...
-¿Y cómo quieres que le llame al ser más despreciable de este maldito mundo? ¿Cómo quieres que te diga, mi amor? -su tono fue sumamente sarcástico sin duda.
-Quiero que tratemos de arreglarnos, Minnie.
-Yo no tengo que arreglarme con nadie. Dile eso al Dong Min de hace 15 años porque yo no te creo nada. -intentaba ser un poco más coherente, pero realmente no le importa lo que Dong Min dijera. De alguna manera, el estar sentado frente a él, admirar a aquel hermoso hombre y su espléndida silueta despertaba muchas cosas dentro de él que creyó muertas.
Comenzando con el deseo...
-Minnie... -se acercó a él, arrebatandole el cigarrillo y dándole una calada larga, Dong Min no se movió, incluso su respiración quedó atrapada en sus pulmones. -¿Te imaginas todo lo que me has hecho sufrir?
-¿Más de lo que tú me has hecho sufrir a mí? -el cigarrillo fue apagado y Bin llevó su rostro al cuello del omega.
-Todo este tiempo... He extrañado sentirte... -el olor de sus feromonas se fue intensificando, las del alfa también se presentaron pero no tenían efecto en él.
-¿Ah, sí? -dejó que el alfa repartiera besos por su cuello, solamente dándole espacio.
-No te imaginas como ansiaba besarte, mi amor... -llevó sus manos al cabello negro del hombre, acariciandolo y hubiera sido como un regalo para Bin el que Dong Min se haya dejado hacer todo en ese momento, de no ser por el omega que jaló su cabello y lo separó.
-¿Crees que yo necesito esto? ¿Crees que te llamé para tener sexo?
-Min-...
-Usa un poquito la cabeza, no hemos hablado por mucho tiempo, ni siquiera tenemos algo, ¿Y lo primero en que piensas es en sexo?
-Entiéndeme, he pasado mucho tiempo sin ti.
-¡No justifica lo que acabas de tratar de hacer! -el alfa se puso de rodillas frente a él y bajó su mirada.
-¿Soy un idiota, verdad?
-Bin-...
-Te traigo a este lugar y lo primero que hago es tratar de besarte, de hacerte el amor y que me aceptes nuevamente como si no pasó nada. -quería llorar, de alguna forma no se sentía él.
-Todo es culpa de tu alfa, es él quien quiere eso.
-No, mi alfa no tiene nada que ver, porque soy yo quien te ha deseado y amado desde el primer momento que te vi, y sin embargo, fui un estúpido y te perdí.
-¿Para qué recordar el pasado? Estás casado, tienes hijos, has vivido bien-...
-¡Las cosas no han ido bien nunca! -al ver al alfa desesperado, dejó que este le tomara las manos y pusiera su rostro sobre sus muslos. -¿Tienes alguna idea de todo lo que he hecho para poder estar contigo?
-No. No tengo idea porque nunca vi los resultados de eso que dices.
-Min, sacrifiqué mi vida por ti..
-De acuerdo. -se puso de pie y comenzó a caminar por la sala mientras Bin tomaba asiento. -¿Quieres revivir el pasado? Está bien, hablemos de todo eso. Comenzando con que nunca hiciste nada para cambiar la situación.
-Debes de entenderme, estaba atado de pies y manos.
-¡No hiciste nada porque no quisiste! En cambio yo, si tenía los pies y las manos atadas. -respiró profundo y continuó -Tu suegro me amenazó, se metió con mi familia, me convertí en un omega justo en ese momento lo que significaba ser más vulnerable a cualquier cosa. Yo si tenía que huir...
-Te rogué qué te quedaras a mi lado ese último día...
-¿Qué querías que hiciera cuando el hombre que amaba se iba a casar al día siguiente? ¿Cómo querías que reaccionara al saber que me viste la cara de idiota por mucho tiempo?
-¡Qué al menos me dejaras explicarte!
-¡¿Qué me ibas a decir? ¿Qué jugaste conmigo y te enamoraste en el proceso?! -el alfa no respondió nada, realmente no sabía que más decirle. -¿Cómo querías que te quisiera después de caer en la realidad? Me sentí engañado por mucho tiempo, incluso las personas que quiero lo sabían... Menos yo...
No derramó lágrimas por más sensible que se sentía su corazón, un dolor en el pecho ya anunciaba la cerradura de una de tantas heridas que tenía su alma.
-Quise seguirte... Pero Boo me amenazó con hacerte daño... Solo podía protegerte si ese hombre se moría o algo-...
-Y sucedió, ese viejo murió en la cárcel, se suicidó para no enfrentar todos los años que le quedaban.
-No. -interrumpió. -Las cosas no fueron así...
Cuando lo volteó a ver, se dio cuenta que Bin lloraba amargamente y quiso saber porqué lo hacía.
-Min... No digas que no hice nada por ti cuando mis manos se ensuciaron para ser libre...
-¿De qué estás hablando?
-¡Yo mandé a que mataran a Dokyeom y que lo hicieran parecer suicidio! -Dong Min se quedó helado cuando escuchó aquello, no podía ser cierto.
-Dime que eso es mentira.
-No lo es, es la pura verdad... Por ti fui capaz de hacerlo, para estar bien, para que él no te hiciera daño y te destruyera.
-¿Por qué si llegaste a esos extremos no me buscaste en el momento?
-Seungkwan lo descubrió, no sé cómo, tal vez me escuchó o algo, y cuando traté de divorciarme me amenazó diciendo que iría a la cárcel por eso. -el omega se sintió mareado por lo que tuvo que tomar asiento nuevamente y procesar todo.
El dolor de cabeza lo atacó y escuchaba a lo lejos una voz distorsionada, extraña, como si su cuerpo no estuviera en ese realidad alternativa y estaba volviendo a la realidad.
-Minnie, yo quise irme muchas veces, nadie me dijo de ti o algo de tu vida y cuando supe que te habías casado con Park-... Me morí de rabia.
-Min Hyuk fue un hombre honesto que me trató muy bien durante todos esos años.
-Le tuviste una hija. -soltó sin siquiera pensarlo y Dong Min maldijo.
¿Sería el momento indicado para decirle?
-¡Mierda!... Olvídate de mi hija, no la metas en esto. -por supuesto que no le diría, jamás de su boca saldría algo. -Independientemente de todo lo que hiciste, al final nada dio fruto. Por más amenazado qué estés.
-Min, Seungkwan enfermó, tenía cáncer y tuve que cuidar a mi hijo. No podía dejarlo solo.
-Exacto. Tuviste que cuidar a tu hijo, por lo tanto es necesario que sigas haciéndolo y que me mires como solo un conocido hasta que pueda desaparecer y nuevamente.
-No puedo mandar a mi corazón.
-Pero eres muy bueno fingiendo, así que de la misma manera, finge que no tienes interés en mí y listo. Se acabó el asunto.
No encontraba qué palabras decirle, se sentía destrozado por dentro y aunque Dong Min lo negara sabía que el también se sentía de esa manera.
-Está bien, Min. Ahora, dime lo que necesitas realmente de mí. -iba a ser como si no le importara, aunque la verdad fuera que desde ese día y los que le quedaran iba a tratar de ganarselo nuevamente.
-Solo necesito un lugar donde estar, en la clínica van a ayudarme a conseguir un trabajo de medio tiempo y podría buscar otra forma de mantenerme y tal vez pagar un lugar para estar.
-Vas a quedarte aquí el tiempo que necesites, no me importa si pasas meses.
-No quiero ser una molestia, solo necesito ayuda por al menos unos días. Voy a pedirle prestado a Wooyoung o buscaré-...
-No. -dijo rotundamente. -Dong Min, todo cuanto necesites, te daré. Déjame hacer algo, aunque sea lo más mínimo por ti, pero ayudarte en lo que quieras y necesites.
-No quiero que tu esposo se entere.
-Seungkwan puede irse a la mierda, ya no hay forma de que me amenace. Yo tengo poder, influencias que muevo con solo el sonar de mis dedos. Estos años he intentado borrar mi nombre de todas las fechorías que cometí, así que si intenta algo en mi contra, no habrá manera de probarlo.
-¿Y yo? ¿Qué hay de mí? ¿Qué me asegura que yo estoy a salvo? -el alfa se acercó a él y le tomó sus manos.
-Voy a protegerte con mi vida. -dio un beso en sus nudillos y sonrió para sí mismo. -Toma. -buscó su billetera y sacó una tarjeta negra y se la entregó. -Gasta cuanto quieras, si quieres arreglar este lugar y ponerlo a tu manera, también hazlo. Si quieres comprar ropa o algo-...
-No, no es necesario. -intentó devolversela, pero rápidamente se apartó.
-Hay algo de comida en el refri, yo me tengo que ir. Mañana vendré a verte.
No dijo más nada, ni dio tiempo a que Dong Min dijera algo. Se marchó dejando al omega melancólico y con sus pensamientos alborotados.
Cuando llegó a casa, su esposo lo estaba esperando, Seungkwan estaba preocupado porque Bin se fue sin decirle nada, más que un «Necesito hacer algo, ya vuelvo». Y sin embargo, ya era de noche y no había regresado.
-¡Cielo! -el omega fue en su encuentro y el como buen alfa lo besó en saludo. -¿Dónde estabas? Ni siquiera respondiste el celular.
-Tuve que entregar algo, lo que te dije anoche.
San Ha estaba a unos cuantos pasos junto a la pequeña Sua, el chico le ayudaba a abrir sus regalos.
-¡Papi, mira!
-¿Qué pasa, mi muñequita?~ -respondió melosamente y San Ha se apartó.
-Binnie, el niño estaba ayudando a la bebé. -Seungkwan lo atrapó en un abrazo antes de que se pudiera ir. San Ha no podía describir cuanto odiaba que Seungkwan actuara de esa forma tan absurda.
-Qué bueno. -dijo con desinterés. -Sua~, ya es hora de que vayas a la cama. Mañana tienes que ir al jardín.
-Vamos, bebecita. -Seungkwan se la llevó a la habitación mientras que Bin Recogía algunos regalos para guardarlos.
San Ha solo lo observó en silencio sin despegarle la mirada por nada del mundo y el alfa lo notó.
-¿Qué?
-¿No estás cansado, Moon? -el alfa asintió.
-Lo estoy. ¿Por qué?
-No, nada. Me imaginé que después de andar por todas partes podría cansarte.
-De hecho, sí. Ha sido un día muy cansado, para todos realmente. -respondió extrañado de que San Ha le estuviera hablando normal.
-¡Cariño! ¡La niña te está esperando para su cuento! -se escuchó el grito de Seungkwan.
-¡Ya voy, amor! -en cuanto el alfa respondió San Ha soltó una risa.
-¿No es ridículo? -dijo irónico.
-¿De qué hablas?
-¿No es ridículo como llamas a Seungkwan de esa forma? Porque para mí si lo es. -quería verse burlesco, reírse un rato en la cara de su padre. Después de todo estaba bajo efectos de sustancia qué aún no abandonaban su cuerpo del todo. Sin embargo, al contrario de poner a Bin nervioso, el alfa se paró frente a él con autoridad y prepotencia.
-¿A quien le importa tu opinión? -la forma en la que le habló por supuesto que hizo que todo el poco ánimo decayera. -Vete a dormir, San Ha.
Caminó alejándose del chico y sin siquiera importarle algo, salió por la puerta para no volver esa noche.
Le enojaba como era la actitud del alfa, aun cuando estaba por ser descubierto el muy desgraciado se puso arrogante, sintiendo superior con esa actitud de mierda qué tanto detestaba. Recordándole cuando discutía con Seungkwan y le terminaba pegando.
Definitivamente, ncesitaba un lugar donde desahogarse, donde pudiera estar solo y a la vez, sentirse acompañado.
Y todos podemos hacernos una idea de que pasó haciendo San Ha esa noche.
Al día siguiente, entró por la puerta trasera sin ser visto por nadie, corrió a su habitación para ver en que estado estaba y se percató qué aun sus ojos estaban rojos, por lo que fue a darse una ducha rápidamente.
Cuando al fin salió para ir a la escuela, dio gracias al cielo no encontrarse con nadie en su andar y se fue tranquilamente a clases.
En el receso, fue con sus " amigos", quienes eran realmente los que le vendían lo que se metía a su sistema a diario. En parte, esos tres chicos sabían de la vida de San Ha y parecía que eran los únicos que no lo jugaban por ser hijo del canciller y ser un inepto, pero detrás de todo aquello, siempre había un propósito.
-Todo me cagan.
-Ay, Sanhita, Sanhita. Me duele verte así de frustrado por tu padre. -dijo Hongjoong, la cabeza de aquel grupito y quien era más cercano a San Ha.
-¡Estoy harto de ese maldito asqueroso y de su perra! ¡Mientras ellos se revolcaban mi casa era un infierno.
-¿Por qué no solo lo haces desaparecer? Al final, esa perra es quien te ha hecho sufrir, ¿No? -planteó el alfa. -Si quieres puedo decirle a unos amigos que hagan el trabajo..
-No. -dijo decepcionado. -¿De que sirve? No quiero escuchar los lamentos de Moon, odio cuando se pone sensible. -porque no creía en sus lágrimas, porque por más que intentara convencerlo de que era otra víctima más, sabía que Moon tenía toda la responsabilidad en sus manos.
-Bueno, si un día decides algo, cuenta con nosotros y ya sabes, nos recompensas con algo...
-Sí. Dame lo mío. -estiró su mano para que le dieran sus pastillas. Un shot completo compuesto de drogas diferentes. Porque le gustaba experimentar al punto de buscar algo que alivie su dolor.
-Te va a costar más que la otra vez-... -San Ha le tiró el dinero y encendiendo un cigarrillo se fue.
Poco le importaba gastar el dinero de su estúpido padre en algo que le daba paz al menos momentáneamente.
Bin llegó al apartamento alrededor de las 8 de la mañana antes de ir al trabajo, pasó comprándole unas cosas a Dong Min para que pudiera comer y no muriera de hambre.
Al entrar se encontró con un silencio vacío y a pesar de que llamó al omega, este no le respondió. Fue a la habitación antes de entrar en pánico y se encontró con la dulce escena de su omega durmiendo.
Caminó a la cama para verle de cerca y apreciarlo más, su rostro estaba lleno de ojeras, se miraba qué ni una sonrisa se había asomado por aquel bello rostro y su cabello hecho un desastre con algunos nudos en sus largas puntas.
¿Qué tanto había pasado el castaño en su ausencia? ¿Qué dolor llevaba adentro y por qué se derrumbó tan rápido?
Eran cosas que trataba de entender y simplemente parecían no cuadrar.
Y mientras su mirada se perdía en él, también se desviaba a aquellas piernas finas que tanto extrañaba sentir alrededor de su cintura, aquellos brazos que se colgaban de su cuello y se aferraban con fuerza mientras se hacían uno.
Se maldijo internamente, odiando terriblemente el hecho de que solo Dong Min podía hacerle sentir como un adolescente promiscuo, pero no iba a negar que deseaba tanto al menos besar aquellos labios que lo mataban a más no poder.
Y antes de que Dong Min despertara, decidió irse, no sin antes dejarle una nota junto al refrigerador para que pudiera verla.
El alfa se fue por supuesto, sin saber que Dong Min todo el tiempo que pasó viéndolo, estaba despierto.
Toda la tarde, Dong Min se la pasó encerrado, viendo a la nada mientras cortaba unas manzanas qué el alfa le llevó. Se sentía extraño por supuesto, estar ahí, nuevamente donde todo terminó es como frenar de golpe y darse contra el muro que separaba su imaginación de la realidad.
Era tan confuso.
En su ventana vio correr las horas y a la puesta del sol, su puerta fue abierta nuevamente. Bin entró sintiendo un deja vu al instante, tal cual aquellos días en los que esperaba a que llegara y casi siempre estaba sentado en la sala.
-Hola, Minnie. -el omega movió su cabeza en saludo e intentó rápidamente levantarse.
Sin embargo, muy decidido a todo, el alfa se quitó su saco mientras se acercaba a él lentamente para luego sentarse a su lado y abrazarlo. Dong Min al haberse impulsado hacia arriba y sentir el jalón, terminó sentado en sus piernas.
-¿A donde vas? -dijo el alfa poniendo su rostro sobre su hombro, liberando sus feromonas con toda consciencia para que fuera el omega de Dong Min y que quien lo traicionara.
-Suéltame. -dijo enojado, pero al contrario, no intentó librarse de aquellos suaves brazos que rodeaban su cintura.
-Déjame tenerte cerca... Después de todo eres mi omega, Minnie...
No supo que responder, ni que hacer, se quedó estático incluso hasta cuando el alfa estiró una de sus manos al recipiente con manzana cortada qué sostenía. Lo miró de reojo y se encontró con la sonrisa victoriosa del pelinegro.
-¿Pasa algo? -dijo completamente fingiendo, porque había sentido hace unos cortos segundos el olor a canela llegar a su nariz. El aroma de su amado...
-Suéltame.
-Yo no estoy sosteniendote. -se dio cuenta que era verdad aquella y rápidamente se levantó, ocultando su rostro sonrojado. -Por cierto, vístete.
-Estoy vestido.
-Pero no para salir. Ve a vestirte.
-Yo no iré a ningún lado.
-No me importa. Vas a irte a vestir porque te llevaré de compras así que no atrases. -dijo mandon tal cual lo recordaba.
Moon Bin estaba loco, no iba a hacerle caso, ni tampoco movería un solo pie para salir con él.
Estaba equivocado.
¿O no?
❖•ೋ°•°ೋ•❖
Cap dedicado a Arohamo_.Te odioooo🖕🏻😻 JAJAJAJ MENTIRÍS MOR💋
Vuelvo a preguntar💋
¿Si creen que halla final feliz o nel?😻☝🏻
Ojote que hay algo esencial en este cap.
(actualicé tarde pq me dormí y en la tarde me quise distraer leyendo manhwas xd. Pido perdón)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top