𝟷𝟷

Pasó un tiempo en donde la salud de Suyeon se mantuvo estable, se enfermaba, pero gracias al cielo mejoraba sin necesidad de ir al hospital. Se llegó a un acuerdo con la escuela para que la niña asistiera día de por medio, teniendo en la semana tan solo tres días de clase, un método de que encontraron para que Suyeon evitara contagiarse hasta de una pequeña gripe ya que como se sabe, su cuerpo tiene un mal sistema inmunologico.

Y cuando se dieron cuenta, ya había llegado el cumpleaños número nueve de la bonita niña. Min Hyuk junto a Dong Min organizado una fiesta grande en su hogar donde los suegros del omega, Sunmi y su familia, Wooyoung con San, sus gemelos de siete años y su niña de cinco, además de Jong Sun, llegaron a casa a celebrar un año más de vida de la pequeña consentida.

Un castillo inflable para que diviriteran los pequeños, palomitas, algodón de azúcar, un enorme pastel y comida deliciosa y variada también. La mimada de la casa vestía un vestido con una falda pesada como el de una princesa, una tiara con perlas plateadas y rosadas brillaba de su cabeza, Dong Min se encargó de peinarla y su cabello negro y largo caía como ondas en su espalda.

Para los adultos hubo un asado con diferentes cortes y variedad de embutidos, música para ambientar acompañando los gritos y risas de los niños que jugaban por todas partes.

La casa estaba adornada completamente de cosas rosadas y moradas qué eran los colores favoritos de su hija, todo era simplemente maravilloso y Suyeon no podía estar más que enamorada con la fiesta que sus padres.

Le cantaron el feliz cumpleaños, sopló las velas junto a Dong Min entre risas y llenando la cara de  su papá de pastel.

El día eterno hasta que fue oscureciendo y sus invitados se fueron yendo. La pequeña ayudó a Dong Min a llevar todos sus regalos a su cuarto donde también estaba decorado como si estuviese en un cuento de hadas.

Tan feliz que fue ese día que ni siquiera quería quitarse el vestido y la tiara, pero Dong Min la convenció de tomar un baño y luego, le pondría otro vestido que le compro para dormir.

Tal cual cumplió vistiendola con un vestido más cómodo y de suave tela de pijama, la acostó en su cama.

—¿Te gustó tu cumpleaños?

—¡Sí, papá! ¡Me gustó mucho mucho mucho mucho! —estaba tan emocionada.

—Ese era el propósito que te gustara todo lo que hicimos para ti, mi vida. —Dong Min dejó un beso en su mejilla, alejándose luego de haberla arropado.

—Sabes que todo lo que quieras, estamos ahí para complacerte. —Suyeon meditó un poco mientras sus padres organizaban un poco las bolsas de sus regalos.

—Papás, hay algo que quiero pedirles.

—Dime, mi muñequita. —Min Hyuk jaló suavemente su mejilla.

—Tengo tres cosas que quiero.

—¿Qué quieres, mi amor?

—La primera, es que cada cosa que les pida, me la den. —Dong Min la miró con curiosidad, pero al ver a Min Hyuk asentir ya no tenía opción.

—Tu padre acepta, pero con la condición de que si es algo peligroso, no. —el alfa volteó a ver a su esposo y asintió.

—Está bien.

—¿Y tus otros deseos? —pregunto curioso el alfa.

—No se los voy a decir ahorita... —esos ojos de la pequeña pudieron decirle a Dong Min ciertas cosas, principalmente que lo que deseaba no iba a decírselo a Min Hyuk.

—Está bien, cachito. Descansa porque estoy muerto.

—¡Buenas noches, papá! —Min Hyuk le dio un beso al alfa y se acomodó en su hermosa y cómoda cama.

Y salió la pareja de la habitación al ver que la niña ya buscaba como dormir.

Dong Min durmió abrazado a Min Hyuk sintiendo curiosidad sobre lo de su hija, así que, temprano por la mañana, el alfa se fue primero al trabajo y él mientras la ayudaba a vestir, preguntó.

—Princesa, ayer hablaste de tus deseos, pero no terminaste de decirlos. —La niña soltó una risita.

—Mamá, no podía decirle a papá.

—Lo sé, por eso quiero que cuentes. —la niña asintió y le pidió que se sentara con ella en la cama.

—¿Qué pasa, mi amor?

—Mamá, mi primer deseo en realidad no es tanto que compren cosas, quiero salir, jugar lejos de casa y pasear con ustedes. —eso le hizo pensar más en lo que ya había estado hablando con Min Hyuk desde hace días.

—Y por supuesto que lo haremos, tesoro. ¿Y lo otro? ¿Qué es?

—Mami, yo siempre he sabido que el señor Moon es mi papá real, la abuela y tú me han enseñado cosas de él y hasta he hablado con él, pero en mi corazón no deseo conocerlo, ni saber más a partir de ahora. —Suyeon siempre se ha sentido confundida y más porque aunque trata de pensar, no encuentra explicación al porqué no creció con él y porque fue Min Hyuk quien desde un principio estuvo ahí.

Tampoco comprendía porque su madre aveces lagrimeaba después de verlo aunque sea por medio del teléfono. Y no quería saber de alguien que lastimaba a lo más sagrado en su vida, su mamá.

—Está bien, princesa. Ya eres una niña grande, sabes muchas cosas y eres tan inteligente que puedes tomar decisiones como estás por si solo.

—¿No quieres saber porque no quiero al señor Moon?

—Tendrás tu razones, cariño, y quiero también dejarte claro que en ningún momento busqué obligarte a saber de tu padre. —por Dong Min y que Suyeon viviera una mentira y que jamás supiera de Bin, pero su moral y el amor a ella no le permitía mentirle, ella tenía derecho a saber de Bin.

—Nunca me has obligado, solo lo mencionaste cada que yo te pedía.

—Mi amor, si bien me causa curiosidad saber porqué tomaste esta decisión, yo solo-...

—Mamá, ¿Por qué no crecí con él? —tocar temas del pasado lo ponía indefenso, pero debía hablar con la verdad.

—Sabes que tu papá tiene otra familia, ¿No es así? —ella sintió —Por eso fue, Bin era mi novio, pero ya tenía un compromiso, debía casarse y no quise entrometerme.

—¿Por qué no se casó contigo?

—Porque el destino nos unió, pero la vida marcó que nosotros no estuviéramos juntos jamás. —y era una realidad, por más destinados que estuvieran, ellos no podían estar juntos.

Esa era otra de las cosas que Dong Min guardó en su corazón por años, aceptar que por más que ese fuera su alfa, la otra mitad de su vida y la razón por la que mutó a omega, Bin tenía una familia y odiaría con toda su alma ser la razón de que aquel hogar se destruyera.

Tenía la certeza de que el alfa lo extrañaba, aún su tacto sigue marcado en sus dedos y en cada rincón de su cuerpo, sin embargo, su corazón está lejos de volver a ese punto de inicio donde estaba perdidamente enamorado. Puede quererlo, puede estar unido a él sin necesidad de un lazo, pero el dolor en su alma es mayor a cualquier sentimiento.

Lo único bueno que le dejó Bin fue su hija, y aunque hayan recuerdo bueno, fue más su dolor al ser usado y engañado por tanto tiempo.

Y eso, jamás lo olvidaría.

Por esa razón fue que prefirió huir, usando las amenazas de Dokyeom como un escape, pero iba huyendo de su antiguo beta y de los errores que ese cometió.

En Japón renació, sintió amor nuevamente, Min Hyuk hizo que despertaran muchas cosas en su interior, pero el miedo a salir lastimado estaba ahí y es esa razón por la que no abre por completo su alma al alfa. Sintió en algún momento que su relación con Min Hyuk fue tan repentina, que no debió ser y se dejó llevar por la idea de proteger a su cachorrita desde el vientre, por eso no se quedó solo, pero eventualmente, sus besos, sus abrazos, el calor que le daba fueron las primeras cosas que hicieron que se sintiera atraído hacia él.

No fue por obligación, no fue por sentir culpa y estar agradecido realmente, comprendía que Min Hyuk si había sabido ganar ese lugar en su corazón y que si se casó fue por el cariño que sentía hacia él, porque amaba todo cuanto el alfa hacia por él y por su hija. Se fue enamorando de Min Hyuk lentamente, aunque algo más pasara por su mente...

—No vuelvas con alguien que no está destinado a ti. —dijo Suyeon con decisión en sus palabras. —Mami, lo último que quiero pedirte, es que seas muy feliz y que papá también lo sea. Papá te ama mucho y aunque tú no eres igual, dale una oportunidad.

—¿Tu papá me ama? —ella asintió con una sonrisa. —Lo sé, Hyuk siempre lo ha dicho y lo ha demostrado. —le dio un abrazo a su hija muy fuerte. —Prometo ser feliz, princesa, y tratar de amar abiertamente a tu papá.

—Mi único papá.

—Así es, Hyuk es tu único padre y el que siempre ha velado por ti.

—Y a quien yo quiero y necesito, nadie más.

—Desde hoy, Moon queda enterrado y nunca lo vamos a volver a mencionar, ¿De acuerdo? —Suyeon se refugió en su pecho.

—Te amo, mami. Te amo mucho.

—Yo te amo mucho más, princesita.

Y pasaron solo un par de meses donde las cosas cambiaron un poco. Dong Min había hablado con Min Hyuk sobre renunciar a su trabajo y pasar más tiempo con su hija. El alfa por supuesto lo apoyó y le hizo saber con toda certeza que el dinero jamás les iba a faltar en aquella casa y que no se preocupara por eso.

En realidad, nada les faltaba, tenían todas la comodidades necesarias y afortunadamente, hasta Suyeon era tratada con los medicamentos más caros y mejores del mercado, además de que la alimentación era muy buena y Min Hyuk jamás dejó de darles lo necesario.

Ahora bien, volviendo al caso, Dong Min usaba su empleo para distraerse, vivir ocupado y así al menos salir de una crisis depresiva a la que estaba propensos a caer cuando llegó a Japón. Y ahora, ya tenía días en los que dejó de trabajar, la rutina nueva resultó ser menos estresante puesto a que se entregaba más en servir a su casa, a su familia y eso lo hacía sentir bien.

Aveces pasaba las tardes haciendo tareas con Suyeon o  viendo series o películas junto a ella en su habitación. Está de más agregar que el tiempo que pasaba junto a su hija eran las mejores horas de su vida y siempre lo será, era un tiempo valioso en donde su vínculo se reforzaba y se daba cuenta de el gran trabajo que ha hecho como padre.

No era el reflejo de su niñez y eso lo hacía sentir orgulloso de sí mismo.

Y luego de un tiempo, Min Hyuk pidió permiso y tuvo unas vacaciones con su familia, cumpliendo así la primera petición de su hija. Visitaron unas Islas en donde pasaron dos semanas visitando todas las atracciones turísticas qué habían, Suyeon fue muy feliz puesto a que sus padres se miraban más románticos entre ellos y sobre todo unidos, principalmente amaba la forma en la que Dong Min se ponía tímido cuando el alfa lo besaba en público y bromeaba con él.

Fueron días tan hermosos, días que quedaron grabados en la memoria de ambos para siempre...

Caminaron una noche en la playa junto a Suyeon quien jugaba con la arena que pisaban sus pies, era una noche acalorada donde todos necesitaban de el aire puro y refrescante que corría sin cesar.

—Minnie, ¿Qué te ha parecido el viaje? —el omega entrelazó sus dedos juntos a los de Min Hyuk y puso su cabeza en su hombro.

—Los mejores días de mi vida.

—¿Te gustaría venir aquí otra vez? —El omega asintió con una sonrisa en su rostro. —Voy a traerte aquí para tu cumpleaños. —le dio un beso en la boca haciendo que el omega se sintiera tímido.

—¡Mamá, ya viene tu cumple! —dijo emocionada la niña.

—Vamos a hacerle una fiesta aquí a tu mami, cucarachita. —Dong Min escuchó su emoción y negó.

—No le digas así de feo a la niña.

—Pero si es mi cucarachita. —se fue alejando, preparándose para perseguir a Suyeon y comenzaron a correr por la playa siendo solo mirados por el omega que no paraba de reír.

Esa era su familia, la que lo llenaba de risas, amor y ternura. Su familia que le daba todo lo que necesitaba. Ya no buscaba más por mucho que quisiera ver otro panorama en sus ojos.

Su destino estaba ahí, en seguir siendo protegido por los seres que llenan de luz su vida.

Miró la luna y el cielo estrellado, aquella luz hermosa alumbrando su camino como una señal divina.

Y solo deseó que aquello que lo hacía feliz, jamás lo dejara.

Aquella noche en el hotel, su alfa se puso un poco travieso y sin necesidad de sentirse obligado a algo, terminó uniéndose a Min Hyuk como siempre, amando sentir sus dedos entrelazados mientras lo penetraba tan suavemente, sentir su respiración pegar en su cuello creando escalofríos por todo su cuerpo, escuchar sus "te amo" sueltos en el aire mientras se besaban insaciantes.

Una noche como nunca, donde su esposo con su permiso lo marcó, enterró sus dientes donde la marca aun morada se reflejaba y sintió su alma salir de su cuerpo. Un fuerte dolor de cabeza se presentó, sin embargo, al momento de que Min Hyuk retiró sus dientes de su piel, nada había cambiado. La marca morada se hizo roja viva con en un principio y el alfa con dolor solo lo abrazó.

—Minnie... Minnie...

—Está bien, Hyuk, te amo...

Ambos cayeron en cuenta que había una barrera entre ellos que no permitía crear un vínculo mayor, sin embargo, el amor una vez más resultaba doloroso.

Porque Dong Min aprendió a amar a Min Hyuk a su manera, pero su pasado lo seguía condenando a la desgracia.




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Cap dedicado a RosanaMallea. Ily, mor lindo💗

(prepárense mentalmente para lo que se viene☝🏻😔)

No me maten

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