𝓔𝓹𝓲́𝓵𝓸𝓰𝓸

Al momento de cerrar sus ojos, un vacío le hizo caer de golpe sin tener de donde agarrarse, los recuerdos vinieron uno tras otro cayendo con fuerza y girando alrededor de Dong Min quien intentaba aferrarse al menos a la imagen en donde su esposo aparecía, pero nada...

La oscuridad lo consumió...




































La paz reinaba en aquella habitación, la luz del sol anunciando un nuevo día despertó al omega quien dormía, pero... Al momento de abrir sus ojos, brincó en su lugar de miedo y solo pudo ver al hombre que se encontraba a su lado durmiendo.

Estaba sudando frío, con su corazón acelerado y los latidos haciendo un zumbido en su oído que en el simple roce con la almohada podía escucharlos con claridad.

No entendía nada.

Bin estaba ahí, con él y sin poderlo evitar, lágrimas cayeron por sus ojos y gritó sin medirse.

—Bebé... ¡Cariño, ¿Estás bien?! —el alfa se sentó de inmediato para ver que ocurría, sin esperar que los brazos del castaño rodearan con fuerza su cuerpo.

—Binnie... —tocó su rostro sin poder creer lo que estaba viendo.

Todo había sido un mal sueño.

Sí, así tal cual. Todo había sido producto de la imaginación de Dong Min y agregando los efectos secundarios del tratamiento que tenía el omega contra las convulsiones.

¿Pero en qué momento pasó? Es fácil de adivinarlo y aunque parezca una pésima broma, todo fue durante el accidente de Dong Min.

El impactar con un camión y quedar vivo de por sí fue cosa de milagro, Dong Min sobrevivió por supuesto, pero quedó en coma durante tres largos años debido a un fallo en su cerebro. En el momento del accidente y el traslado al hospital, Sunmi fue avisada y fue a verlo, en el hospital el médico le hizo saber que debían ser cuidadoso con Dong Min a partir de ese momento ya que se encontraba embarazado, pero era imposible hacerle despertar cuando él mismo se estaba protegiendo de una lesión permanente.

Las ganas por salvar a su hermano no le dio ni tiempo de reaccionar al hecho de que Dong Min era un omega y estaba esperando un bebé, y decidió dejar su rencor y llamó a Bin para que supiera de la situación.

Por supuesto que el alfa cambió de parecer totalmente al saber todo y se creó un nuevo plan para poder librarse de Boo y quedarse con su familia. Porque él estaba seguro que ese bebé naceria y Dong Min despertaría del coma inducido.

Canceló la boda, se enfrentó a Boo y sufrió la ira del alfa, pero por momentos ya que reveló todas las pruebas en su contra y Dokyeom terminó en la cárcel. En cuanto a Seungkwan, le pidió perdón y le explicó todo, y como el omega realmente estaba enamorado de Vernon, incluso le dio su apoyo y le dijo qué lo apoyaría en lo que fuera, agradeciendole el que haya sido sincero con él.

Los meses pasaron y Dong Min seguía sin presentar mejorías, pero el embarazo avanzó y seguía en monitoreo, hasta que tuvieron que hacer una cesárea y traer al mundo a la pequeña Moon Suyeon.

Dong Min estaba marcado y al Bin pasar todo ese tiempo a su lado, ayudó a que el parto no se complicara, aunque lo peor fue después, porque Dong Min no parecía dar señales de despertar y, entre Sunmi y el mismo Bin cuidaron de la bebé.

Aunque hubieron momentos en los que Bin se desesperaba, lloraba a su lado y le pedía al cielo que su omega despertara, debido a la situación abandonó su trabajo por mucho tiempo, pero contó con el apoyo de su círculo y mantuvo su nuevo empleo como canciller aunque alguien más se ocupó de sus asuntos por un tiempo, al menos cuando tenía que viajar al extranjero.

El único deseo persistente, era que Dong Min despertara, que se diera cuenta que serían felices, sin que nadie se metiera entre ellos, que tenía una bebé, que ambos tenían más razones para estar juntos.

Y en el momento que lo hizo después de tanto, se dieron cuenta que el pasar en aquel estado crónico, afectó su cerebro significativamente. Dong Min sufría de convulsiones, aun sin ir a casa aveces se quedaba ido en la nada como si estuviese en otro mundo, su mente aún no entendía cual era su realidad y distorsionaba todo convirtiendo sus dudas en escenarios ficticios qué bueno, muy bien conocemos.

Han pasado 10 años desde el accidente y ahora que ha regresado, entiende bien porque el rostro de Bin es más joven y porque hasta él se nota diferente. Pero lo mejor de todo, fue bajar a la cocina después de su pequeño shock y encontrarse a su pequeña hija desayunando.

Corrió a ella y la abrazó como nunca antes lo hizo.

—Mamá, ¿Estás bien? —preguntó Suyeon mirando con extrañeza al omega.

—Te extrañé tanto, mi amor... Incluso quise morir cuando te perdí. —ni Bin ni Suyeon entendieron a que se refería, sin embargo, lo abrazaron dándole la protección qué en sus sueños había perdido.

Después de todo, Suyeon si creció con su padre, Bin nunca marcó a nadie más, Dong Min se casó con su alfa y Min Hyuk encontró el amor en una omega que en verdad lo valoraba y tuvo hijos con ella aparte que se fue a vivir al extranjero. Y no solo eso, Dong Min no solo tenía a su hija de regreso, sino que también...

—¡Mamá! —San Ha ahora llevaba su sangre y la bebé que su suegra llevaba en brazos hacia ellos, era nada más y nada menos que Sua, su bebé de 5 meses.

Miró a Bin con sus ojos temblorosos y el alfa le pidió a Jong Sun qué cuidara a sus hijos un momento.

—Vayan a tomar sol y hablen, hoy no trabajas, Bin.

—¿Suegra..? —tampoco caía en cuenta que Jong Sun estaba con ellos.

—No te preocupes, Minnie. Yo me quedo con mis nietos.

Ambos salieron al jardín de aquella mansión y se dio cuenta que estaban en la casa que solía ser solo de la omega, Bin notó lo raro que estaba, así que quería preguntarle que pasaba.

Tomaron asiento en el césped y lo abrazó, haciendo que terminaran acostados, mirando el cielo resplandeciente debajo de un árbol que les brindaba sombra.

—¿Quieres decirme porqué estás así hoy? Pensé que los dolores de cabeza habían acabado. —Dong Min lo abrazó y nuevamente lloró.

—Tuve un sueño... Donde tu me habías dejado y te casaste con Seungkwan... Donde perdí a mi hija y me casé con alguien más... Donde perdí todo y me convertí en tu amante... Donde San Ha y Sua no compartían nada conmigo y aun así los crié durante años... Donde morí y nunca fuimos felices...

El llanto se incrementó y el alfa lloró con él también, porque aveces Bin también tenía esos sueños, donde una mala decisión le había arrebatado al amor de su vida, sin embargo, agradecía inmensamente el haberse dado cuenta con tiempo y cumplir su promesa de luchar por él.

—No llores por eso, bebé...

—Bin, yo aun no me creo esto... Es tan confuso...

—Solo mira lo que tienes enfrente... Tenemos tres hijos, nuestras reina de 10, el príncipe de 6 y la princesa que se nos acaba de unir a la familia... Estamos casados y ambos estamos marcados por el otro... Vivimos muy bien, felices, unidos, nos amamos y esta es la realidad que importa.

—Nunca me dejes, Bin.

—Jamás lo haría, aun cuando en tu mentecita retorcida fui capaz de hacerlo, te prometo ahora mismo que siempre te escogeré, en esta vida, en la que viene y en la que nos falten... Yo estoy unido a ti de por vida y aun en muerte, siempre seré tuyo...

Porque de eso se trataba ser destinados, vivir por él otro, encontrarse cuantas veces fueran de cualquier manera y seguir amandose aún después de la muerte.

Ahora estaba en paz, porque su realidad era hermosa, pero lo cierto era que una mala decisión podía crear un efecto mariposa y destruir la vida de inocentes sin medir las consecuencias de lo que implicaba una sola y pequeña palabra.

Con una sonrisa débil miró al cielo, recordando todo lo que había soñado, las pruebas y tribulaciones que habían enfrentado. A pesar del dolor y las dificultades, había encontrado su camino de regreso a la vida y al amor verdadero aunque fue duro sin duda.

En ese momento, entendió que, aunque su vida real estaba llena de felicidad y amor, los recuerdos de su tribulación dolorosa, eran un recordatorio de su fuerza y resiliencia.

Era como si hubiese sido guiado a través de la tormenta, trayendolo a este momento de paz y satisfacción. Sabiendo que el pasado siempre formaría parte de él, se prometió a sí mismo vivir plenamente en el presente, valorando cada instante junto a su familia.

Porque olvidaría al chico ingenuo que era antes, la manera en la conoció a su alfa, la forma en la que pagó cada mínimo error con sus lágrimas... Sería feliz sin estar atado a nada ya que el amor curó todo a su paso y ahora les guiaba bajo un camino divino donde la dura etapa fue superada.

Estaba al lado del hombre que amaba y siendo feliz, ¿Qué más le podía pedir a la vida si ya le había dado una nueva oportunidad y un nuevo amanecer?

No vivió más en las sombras, mi atado a un ayer lleno de rencores.

Solo quedó un susurro en su oído que le recordaba no volver a equivocarse...

ೋ° F I N °ೋ

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