𝟸𝟽

Cuando volvió en sí, sus nervios se alteraron, tuvieron que inyectarle un calmante y sobretodo, enseñarle a como controlar sus pocas feromonas ya que el olor a canela y vainilla se estaba filtrando por todo el pasillo de aquella sala de hospital.

Min Hyuk no se quitó de su lado por nada del mundo, no obstante, el asombro por lo dicho de la doctora lo mantenía en euforia. Estaba feliz de que Dong Min fuera un omega ahora, pero de cierto modo, le hacía sentir extraño, confuso.

El alfa abrazó al ahora omega, quien lloraba con fuerza hasta llenar por completo su rostro de lágrimas. Y era peor la situación puesto a que recordó lo que había estado pasando los últimos días, ese sentimiento de decepción, amargura y desamor lo atacaron hasta el punto de colapsar en aquella camilla y pegar gritos al cielo.

-Minnie, cálmate. -pedía el alfa sin saber de que forma ayudarlo.

-Mátame, ya no quiero vivir, Hyuk.

-No digas eso, Minnie.

-Ya no quiero, ¡Estoy harto!

-Estás tan mal, todo esto tiene solución.

-¿Ah, sí? ¡Entonces dime! ¡¿Dime como hago para dejar de ser omega?! -él un día lo deseó con su alma para cumplir con el estándar que su ex novio necesitaba y ahora solo podía lamentarse.

-Min...

-Yo no quiero esto, yo no necesito esto. No soy yo y él-... -tuvo que callarse, moder su lengua para no soltar nada, pero ya estaba al límite.

-¿Qué pasa? -negó con la cabeza, pero el alfa sabía que le estaba mintiendo -Solo dime ¿qué pasa? No estás así por ser un omega, hay algo más y yo lo sé.

-Hyuk-... -intentó decir algo, pero su voz se cortó y no pudo.

-¿Quien te hizo tanto daño? -Y solo bastó esa pregunta para que nuevamente llorara, y ahora el omega solo podía pensar en todo lo que lo ha llevado a ese estado y decidió hablar con toda sinceridad porque de alguna forma hallaba consuelo entre los brazos de Min Hyuk y este sería la única persona aparte de su hermana y Wooyoung qué lo entendería sin condición.

Le contó a Min Hyuk todo desde un inicio, como fue su relación con Bin y lo que descubrió el día del accidente. El alfa estaba sorprendido, jamás se imaginó que alguien podría jugar con aquel hermoso chico, menos de una forma tan devastadora.

Si antes detestaba a Moon, ahora lo odiaba por haber destruido a su más preciada flor.

-Está bien, Minnie -el alfa lo abrazó, cubriendolo con sus feromonas y agradecía bastante que el chico recibía muy bien su olor. Y solo pudo pensar en el momento, en cómo reaccionaria Moon si supiera que Dong Min es un omega.

Él jamás se lo diría y tampoco iba a permitir que el alfa lo supiera.

Aunque, también pensaba en aquel cambio, en que era Moon el culpable de que Dong Min ahora enfrentara tantos problemas de identidad y emocionales, pero eso solo significaba que ellos estaban destinados a ser uno.

-Hyuk, no le digas a nadie sobre esto. Me siento culpable de lo que le pasó a tu padre, pero te prometo que lo resolveré de alguna manera.

-Está bien, Minnie. No te culpes por eso, son cosas que pasa y después de todo, tu eres el único que está sufriendo y solo mereces ser feliz.

El omega al sentirse tan reconfortado con sus palabras y sentirse dormitado gracias al calmante, le pidió luego al alfa qué no soltara su mano por nada del mundo y minutos más tarde, se quedó completamente dormido...







































En medio de un río de agua dulce y cristalino se halló, nadando en sus profundidades buscando algo que su mente desconocía, pero su cuerpo lo guiaba sin rumbo.

Nadó sin descanso hasta que en su vista una perla brillante se puso en su camino, aquella perla hermosa era del tamaño de un huevo y por sorprendente que sonara, aquella perla se convirtió frente a sus ojos en un lobo blanco de pelaje frondoso. Un bebé lobo que se arrimó a sentir su calor y cuando se dio cuenta, estaba sobre tierra, en una cabaña en medio del bosque, sosteniendo en sus brazos aquel bebé y dándole su calor. Un bebé de lobo que buscaba desesperadamente a su madre.

Un bebé...







































Al día siguiente, Dong Min ya estaba más tranquilo por lo que pudo dar su primera comida después de mucho tiempo de sueño, Min Hyuk tuvo que irse porque recibió una llamada del abogado, así que Sunmi iría ese día a cuidarlo y mientras pasó solo, pensó en una forma de cómo solucionar todos sus problemas de raíz. Sabía que debía desaparecer antes de que la boda de Bin sucediera, sabía que Boo dokyeom lo seguiría hostigando, sabía que debía de defender a Park Jin Woo de ellos y sobretodo, mantener a su pequeña familia fuera de aquellas manos poderosas.

Solo pudo llegar a una conclusión: Era momento de desaparecer de la vida de todos ellos y comenzar una nueva donde su principal trabajo será aceptar aquella nueva raza a la que pertenece.

...

Tocó la puerta de la oficina de su jefe y este le dejó entrar.

-¿Qué se te ofrece, Sunmi?

-Señor Cha, ¿Podría hablar con usted? -preguntó la omega con temor. No es que le tuviera miedo o que su jefe fuera un ogro, pero cuando estaba a su alrededor se sentía un poco ansiosa... Nerviosa de compartir un espacio tan pequeño con tan magnífico hombre.

-Claro, Sunmi. Pasa y siéntate, cuéntame que quieres. -el alfa siempre estaba dispuesto a prestar atención a lo que su secretaria dijera.

-Señor Cha, yo siempre he tratado de ser un buen elemento para usted y ayudarlo en todo, y nunca he faltado, pero necesito por lo menos tres días libres.

-¿Pasó algo? -el alfa rompió la distancia para mirar más a detalle el rostro afligido de la omega. -¿Tú hijo está bien?

-Sí, señor, Yesung está bien, pero... Mi hermano está delicado de salud y necesito cuidarlo.

-¿Dong Min, cierto? ¿El chico que trabajaba con Park?

-Sí. Yo realmente no sé ni que hacer y por eso-... -el alfa interrumpió, puso su dedo sobre su boca y la calló.

-Shh, está bien, bonita. Puedes tomarte los días que quieras. -el alfa siempre ha sentido un interés por su secretaria y al parecer... Sunmi no se siente en peligro a su lado, más bien se relaja cuando este la trata bien y la apoya.

-Muchas gracias, señor. -la omega tímida sonrió y se puso de pie. -Dejaré todo listo para irme.

-Avísame cualquier cosa, por favor. Si necesitas algo, no dudes en llamarme. -la chica salió y el hombre se dio cuenta que Lee Sunmi siempre le hacía sentir en las nubes y lo volvía completamente débil.

Ella sería su omega.

Mientras que en la mente de Sunmi estaban Dong Min y sus problemas, y su guapo jefe que siempre le ha tendido la mano cuando más lo necesita. Tal parece que se trataba de un amor mutuo el que se tenían.

Hace unos días, Jong Sun le preguntó a su hijo sobre Dong Min, el alfa destrozado por su suerte no le quiso responder y dado a que se sentía inquieta por saber de él, decidió investigar donde vivía y fue ahí.

Lastimosamente no dio con el número del apartamento al haber tantos edificios juntos y no sabía exactamente cual de todos era.

-¡Muchacha! -le habló a la primera persona que se apareció y afortunadamente, la omega a la que le había hablado se detuvo -¿Vives por aquí?

-Sí, ¿Se le ofrece algo?

-Estoy buscando a un chico, se llama Lee Dong Min, ¿Lo conoces? -el rostro la omega dejaba al descubierto su confusión.

-Sí...

-¿Podrías decirme donde vive?

-¿Para qué lo busca? -el tono diferente con el que respondió la chica llamó su atención.

-Necesito hablar seriamente con él.

-Mi hermano no la puede atender, está en el hospital.

-¿Qué? ¡No puede ser posible! -al ver el rostro preocupado de la mujer, Sunmi sintió curiosidad.

-De hecho, voy para allá. Si gusta, puede acompañarme, solo recojo unas cosas y-...

-Yo te espero, nos vamos en mi auto, chica. -Sunmi sorprendida por como hablaba aquella mujer, se apresuró para ir a casa y llevar todo lo necesario para Dong Min.

Y ya listo todo, subió al auto de la rubia mujer.

...

Tal vez fue apresurado subir sin más, sin preguntar que relación tenia la señora con su hermano y en el camino, intentó entablar una conversación con la omega.

-¿Desde cuando conoce a Dong Min? -Jong Sun la miró de reojo y sonrió con los labios cerrados.

-Conozco a Dong Min desde hace unos meses, lastimosamente nuestra relación no duró mucho, creo, y es por eso que quiero hablar con él -Dijo con total franqueza la omega.

-¿Relación?

-Hay cosas que prefiriria no decir por ahora, pero puedes confiar en que no busco dañar a tu hermano, quiero que Dong Min esté bien.

Aunque las palabras de Jong Sun no fueron suficientes para calmar sus interrogantes, prefirió quedarse callada hasta llegar al hospital.

En su llegada afortunadamente eran horas de visita, así que Jong Sun entró sin problemas. En cuanto la puerta de la habitación de Dong Min fue abierta, el omega se quedó congelado al ver a Jong Sun en aquel lugar.

-¡Minnie, santo cielo! ¿Estás bien? -la mujer corrió a verle y no supo que decir.

-Él no está aquí, ¿Verdad? -preguntó con temor.

-Min, encontré a la señora afuera de nuestro edificio.

-Tranquilo, Dong Min. Vine sola, él ni siquiera sabe que estoy aquí. -respondió Jong Sun, mismo que hizo que Sunmi se pusiera en alarma.

-Espero que no le incomode, pero no quiero saber nada de él, estoy por olvidar todo y-...

-Minnie, solo quiero que hablemos. -Pidió Jong Sun tomando la mano del omega. -No estoy aquí para rogarte que perdones a Bin, estoy aquí porque no quiero perder la comunicación contigo.

Sunmi se mantuvo en una esquina escuchando todo. Sin decir nada, ni interrumpir.

-Quiero que olvides que soy la madre de Bin, que me mires más que tu suegra, quiero ser tu amiga, escucharte. -Dong Min mordisqueó el interior de su mejilla, eran demasiadas emociones mezclandose.

-No es mi suegra, jamás lo fue, señora Moon.

-Claro que sí, Bin puede estar apunto de casarse con ese omega, pero desde el primer momento que hablé contigo supe que eras el chico que mi hijo necesitaba, mi yerno preciado. Y por eso, también quiero pedirte perdón, porque creí ciegamente en que Bin si cambiaría y te iba a escoger, qué iba a ver lo que tu dulce corazón daba y olvidaría su ambición.

La omega sentía su interior apesadumbrado, lleno de tristeza y pena, tanto que quería ponerse en el lugar de Dong Min con tal de que no sufriera.

-No es su culpa, no es culpa de nadie, más que mía por ser un idiota.

-¿Ser una persona de principios y sentimientos te hace ser idiota? No, Minnie, eso te hace en alguien con valor en la vida.

-Señora Moon, yo realmente quiero huir de todo, olvidar a Bin y dejar ese pasado.

-Y te apoyaré, porque deseo que seas inmensamente feliz con quien sea, con alguien que te sepa valorar y te llene de verdadero amor. -sostuvo sus manos y las acarició. -Es momento que brilles lejos de los monstruos que te hicieron daño.

Él omega sonrió con tristeza y resopló -Habla de su propio hijo con si fuera un animal.

-Y lo es, es una bestia sin corazón. Un verdadero idiota para no notar-.. -un leve aroma llegó a su nariz y eran nada más y nada menos que las feromonas qué desprendia el omega. -Minnie... ¿Eres un omega?

Su nerviosismo no pudo ocultarlo, ¿Cómo era que su suegra lo supo en un instante? Ni siquiera podía desprender feromonas, bueno, eso creía, entonces, ¿Cómo?

-Claro que no, Señora Moon, yo soy un beta.

-Minnie... Hablas y el aroma es más dulce. -Acarició su mejilla y notó el calor de ellas -Eres un omega... -el chico bajó rostro y asintió levemente sin poder decir más.

Sunmi quiso aguantarse, pero no pudo y terminó llorando, salió de la habitación con una mano en el pecho y la otra en su boca aprs evitar soltar un sollozo y en cuanto giró en su andar, se encontró con Wooyoung quien al verla mal, la abrazó.

-Sunmi...

-Dong Min... Es omega... -abrió los ojos en sorpresa, no podía creerselo.

-¿Qué?

-Min Hyuk no me dijo nada de eso, pero... Ahí dentro está la mamá de Moon y ella lo notó. Min está soltando feromonas. -explicó entre cortado ya que habían muchos sentimientos y pensamientos intrusos atacandola.

Dong Min era un omega forzado a ser, su hermanito tendría que sufrir el doble de lo que ellos lo hacen, acostumbrarse a los dolores de celo, a caer en contra de su voluntad, a ser personas dominadas por olores más fuertes y dominantes. A sufrir toda su vida por su estatus porque ahora que sabía que era omega, lo más probable es que fuera recesivo.

Y ella no quería ese infierno para él.

En la habitación el silencio aún reinaba, no supo que responderle, pero la omega sorprendida tampoco lo forzó a dar una respuesta.

-Está bien, Minnie.

-¿Va a contarle a Bin sobre esto? -preguntó su mayor miedo.

-¿Crees que soy capaz de semejante estupidez? ¡Jamás! ¿Qué ganaría con contarle? Él te convirtió en esto, ¿No es así? Él usaba sus feromonas en ti.

-Él liberaba demasiadas cuando teníamos... Sexo... Me dijo que se sentía estresado, que estaba al límite...

-No te culpo, quien no conoce como funcionamos, jamás sabrá el poder que ejerce. Pero, Min, ahora que eres omega, ¿No has pensado en que puedes estar embarazado? -su cabeza dio vueltas con solo esa palabra. Odiaría tener una criatura en vientre justo en ese momento.

-Estoy seguro que es algo reciente y nosotros no tuvimos nada desde el viaje. -se sinceró con su mejillas sonrojadas y la omega sonrió.

-Eres una alma pura y dulce, Min. Nadie, pero nadie, merece que lo ames. Nadie.

-Señora Moon...

-Dime, Dong Min.

-¿Podría darme un abrazo? -Jong Sun sin pensarla dos veces abrazó al chico con cuidado de no lastimarlo.

-Toda la vida, aun cuando hallan pasado años, para mí tu siempre serás mi hermoso yerno, el beta más precioso que alguna vez conocí. Un chico lleno de vida, con una sonrisa bella y cristalina. El chico ideal de cualquier persona.

Cada una de las palabras dichas por la omega, venían desde el fondo de su corazón, porque no quería ver sufrir a Dong Min, porque su corazón se hizo un ovillo al ver sus ojeras, su delgadez y la tristeza que reflejaba en sus ojos.

-Prometo apoyarte en este proceso y sobretodo, a mantener tu secreto sin importar qué. Me aseguraré de que nadie sepa en que te has convertido y así puedas vivir una vida lejos de todo.

-Gracias, señora Moon. Gracias por ser buena conmigo.

-Es lo menos que puedo hacer, Minnie..

Llevaba días sin saber de Dong Min, nadie le daba noticias y aún cuando mandó a investigar de su paradero, tampoco lo hallaban. Por supuesto que Dokyeom había mantenido todo en silencio para que Bin se enfocara en una sola cosa.

Su boda.

Tan solo a una semana de que se dieran las nupcias y el alfa indeciso esperaba por noticias de su amado, para ir tras él y pedirle de rodillas si era necesario que regresaran, para decirle que no era nadie sin él y que ya no podía vivir sin tenerlo a su lado.

Esa tarde, salió de la iglesia luego de un ensayo y fue directo a la oficina de San para entregarle todo lo que tenía en contra de Boo, la cual era una táctica para deshacerse de aquel matrimonio forzado y quedarse en el puesto del alfa. Incluso si era necesario, renunciaria y se iría a otra oficina en otro estado.

En su paso, escuchó unas murmuraciones y una voz que por nada del mundo se le perdería.

-¿Lo has mantenido quieto?

-Es como un perro. Debes de mantenerlo con su correa para que no te salte encima y te muerda.

-¿Y su amante?

-Sencillo. Está hospitalizado, sin ganas de vivir y próximamente, en otro país, porque me encargaré de que ese hombre no perturbe a mi hijo y que Bin se olvide de una vez por todas de su tonto romance.

«¿Dong Min hospitalizado?» Fue lo primero en lo que pensó, así que sin perder tiempo, marcó a su amigo esperando por todos los cielos que Wooyoung, quien parece es ahora el novio o lo que sea de San, le dé una respuesta de lo que antes escuchó.

Ya casi lleva la semana completa en aquel hospital, lleno de cuidados de los doctores y enfermeras, y sobretodo de sus amigos y Sunmi quienes no lo dejan solo. Y aunque Sunmi tiene que ir a cuidar a Yesung e ir al trabajo, y Wooyoung a clases y su trabajo de medio tiempo, Min Hyuk siempre se queda con él.

-¿Estás seguro que no te quito tiempo?

-Ya te dije que no. Tengo un mes libre porque pronto me van a trasladar a una base en Japón, así que gasto el tiempo en cuidarte y ver la situación de mi papá.

-Hyuk mañana me dan de alta y me encantaría bastante ir contigo a ver al señor Park. Quiero saber cómo está, si no lo ha tratado mal.

-Papá conoce a todos en la cárcel y los policías que están agradecidos con él lo han llenado de beneficios. Con decirte que ni siquiera ha sido llevado a la real cárcel, sigue en la estación durmiendo en un colchón más o menos, teniendo tres tiempo de comida, con derecho a visitas, aseo personal. En fin, papá está bien.

-El señor Park siempre ha sido bueno, pero por mi culpa ahora está ahí metido.

-No es culpa de nadie más que de ese bastardo y es todo. -jaló una silla para darle de comer a Dong Min.

-Hyuk, he estado en esto, en cómo ahora soy un omega inútil y quiero que me ayudes.

-¿Qué quieres que hago? Yo estoy dispuesto a todo con tal que seas feliz.

-Hyuk, quiero entrar a la naval. -su petición lo sorprendido -No me importa si soy un omega, eso no será problema para mí, solo ayúdame.

-Min, entrar al ejército no es un juego, ¿Está seguro?

-Sabes perfectamente que no puedo quedarme aquí, tampoco tengo un trabajo y buscar algo en lo que me he desarrollado todo este tiempo sería imposible.

-Descuida, Minnie. Yo te ayudaré, haré lo posible para que entres a la naval y cambies tu vida.

Ahora estaba en manos de Min Hyuk hacer feliz al chico aunque sea una vez.

La puerta de la habitación fue tocada y la doctora entró a darle un revisión.

-Señor Lee, ¿Cómo se siente? -preguntó esta con entusiasmo, aunque en su rostro se plasmaba un rostro preocupante.

-No tengo mucho que decir, aún no me gusta mi nuevo yo.

-Señor Lee, hay algo que me gustaría decirle sobre eso.

-Doctora, no quiero saber sobre ello. Créame apenas y me estoy tratando de explicar que pasa como para llevar más carga.

-Es importante que usted lo sepa, señor Lee. -al ver el rostro afligido y casi frustrado de Dong Min, Min Hyuk prefirió interferir.

-Puede decirmelo a mí, doctora. Cuando este más tranquilo, yo sé lo haré saber. -miró al omega y este asintió dando su permiso.

-Está bien, señor Park. Sígame.

El alfa siguió a la beta hasta su consultorio, aquella corta caminaba lo mantuvo en constante preocupación, pero trataba de mantenerse cuerdo sobretodo.

-Siéntese, señor Park.

-Doctora, ¿Pasa algo grave con Dong Min?

-Antes que nada, me gustaría saber su relación con el señor Lee. -Min Hyuk pensó en que decir, si mentía o no al respecto, y al final solo...

-Soy su pareja, su alfa.

-Lo supuse por la forma en la que está pegado a él. Ahora respondiendo a su pregunta, no sé si lo llamaría grave o no, pero encontré algo más en la resonancia qué le hicimos al señor Lee. -sacó las imágenes del expediente clínico y se la mostró, adjunto con un sobre que provenía del laboratorio.

-Doctora, esa mancha-...

-Esa mancha no es más que un bebé de siete semanas que se está formando en el vientre del señor Lee.

-No puede ser cierto...

-El señor Lee está esperando un bebé. Felicidades, señor Park, será padre.

El mundo que soñaba con Dong Min estaba a punto de derrumbarse y mientras Min Hyuk salía del estado de shock, Bin luchaba por salir de su hogar...






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