𝟷𝟾

En la antigüedad, muchos sucesos extraños ocurrieron, las razas se cruzaban y cambiaban repentinamente gracias al poder majestuoso de las feromonas. Cuenta una leyenda antigua, que quienes nacían como betas y no estaban conformes con su raza, usaban a omegas y principalmente a alfas para que los lavara en sus feromonas, ese olor característico e influyente en la tierra que hace a estos seres únicos y especiales.

Se cree que todos llevan a un alfa o a un omega en su interior y principalmente el cambio ocurría cuando la conexión era pura.

La diosa luna regó la tierra de almas destinadas, de cuerpos separados qué necesitaban encontrarse en algún momento, omegas y alfas como ella ordenó y también en su travesura que experimentaba con el amor, unió a personas normales con razas dominantes.

Al pasar los años se convirtieron en rumores, casi extintas estás posibilidades, pero aunque fuera un tabú entre la población, la minoría seguía creyendo en esto y hasta ahora se cuidan para no influenciar en las pobres almas ajenas al sufrimiento...































La cena se dio, Jong Sun recibió una llamada por lo que tuvo que dejar a la pareja sola y estos decidieron regresar a la habitación. En unos cortos minutos, los mimos por parte de Bin fueron notorio y es que desde que el beta tocó su cama, el mayor lo envolvió en sus brazos y se dedicó a dejarle besos cariñosos por su cuello, besos inocentes qué no iban a ningún otro lado, pero que en el momento aquella feromonas liberadas produjeron algo diferente en Dong Min.

El alfa liberó sus feromonas sin avisarle realmente puesto a que ya tenía el permiso de Dong Min y no veía la necesidad, lo que no notó fue que a medida que Dong Min recibía aquel olor inexistente para su nariz, su cuerpo reaccionaba como si pudiese sentirlo. El escalofrío que recorrió su cuerpo no era juego y sobretodo la paz qué le transmitió, tal y como la reacción que tendría un omega en esa situación.

Se dejó llevar por la solemne tranquilidad, dejando que su ser interior ansioso por los cuidados de Bin fuese complacido, su alma se sentía plena con solo estar acostado a su lado, siendo abrazado y besado como si fuese lo más preciado en la vida del alfa. Aunque lejos de la realidad no estaba.

-¿Por qué te amo tanto? ¿En que momento pasó? -mencionó repentinamente y aunque sonó hermoso proveniente de él, en el fondo esa era la pregunta que más trataba de averiguar.

Incluso le parecía patético que luego de casi obligarse a mantener esa relación ahora este tan enganchado con el beta quien quitó la venda de sus ojos y lo volvió a la vida.

-¿De verdad me amas? -preguntó acariciando su nariz.

-Como no te imaginas, mi amor -sonrió tímido y un tanto eufórico, sin creer realmente que estuviese viviendo en ese paraíso cuando toda su relación ha sido ansiosa y llena de inseguridades sin respuestas completas.

Había algo en sus adentros qué siempre le decía que no confiara tanto, que descubriera qué era lo que había de más y que parecía que era el único que era ajeno a ello, sin embargo, su parte egoísta se negaba y quería seguir a su lado a pesar de que un día su corazón saldría lastimado.

La ansiedad nuevamente llegó, por lo que rápidamente trató de desviar la conversación a cosas que lo llegasen a distraer.

-Por cierto, hoy el señor Park me dijo que pronto tendré vacaciones.

-¿En serio? -el beta asintió -Me alegra tanto, así Podrá descansar, ¿o planeas hacer algo esos días?

-¿Dormir cuenta? -con una risita negó -Realmente no espero mucho tiempo, lo más dos días libres como mucho.

-Pero en dos días puedes hacer mucho, incluso... -pensó a detalle lo que su mente tiró con espontaneidad. -¿No te gustaría viajar?

-¿Viajar?

-Sí, no sé, tal vez ir a la playa o al campo a dar una paseo, acampar, algo.

-Para hacer esas cosas extracurriculares se necesita dinero y es algo que no tengo, incluso si lo tuviera no gastaría en algo así.

-Pero tienes un novio con dinero que te puede cumplir todos los caprichos que quieras.

-¿Quién crees que soy? ¿Acaso soy una mujer sin empleo que le quita todo a su esposo? Obviamente no, soy un hombre que trabaja para su casa, no para que le den. -explicó muy serio en sus palabras.

-Lo sé perfectamente, cariño, pero si ya tienes la oportunidad de descansar lejos del estrés de la oficina y a tu novio que se muere por pasar tiempo contigo, ¿Por qué no aceptas?

-¿Qué estás insinuando? -se puso boca abajo solo apoyándose de sus codos para no quedar completamente acostado.

-Me muero de ganas de pasar contigo, de salir a un lugar alejado donde seamos solo nosotros dos. -Sería especial poder ir con Dong Min a un lugar donde nadie los conozca.

-¿Estás seguro?

-Por supuesto que sí, mi amor. Quiero y necesito irme contigo a donde sea, pero contigo. -Dong Min se rió.

-Eres todo un romántico, pero te haces el hombre frío.

-Tú me haces así -depositó un pequeño beso en su mejilla. -Entonces, ¿Qué dices? ¿Aceptas viajar conmigo?

-¿Pero a donde iríamos?

-Solo dime si aceptas o no, por lo demás no te preocupes.

-Aun no sé cuando me den libre, pero si estás dispuesto a esperar, entonces está bien.

-Solo avísame unos días antes para yo hacer las reservaciones y todo -un puchero reflejando su descontento se formó -¿Qué pasa?

-Vas a creer que soy un aprovechado. En serio no tienes que pagar por eso, yo podría ayudar con algunos gastos.

-Tómalo como un premio, mejor dicho, como un regalo por todos los meses que me has hecho feliz, ¿Te parece? -dijo para convencerlo, y lo logró.

-Está bien, pero que sea la primera y última, ¿De acuerdo?

-No prometo nada.

Se besaron plenos y necesitados del otro como si llevasen años separados y honestamente, habían momentos que ni siquiera se podía decifrar a que se debía tanta ansiedad. ¿Por qué sus cuerpos se extrañaban tanto? ¿Qué hacía que se desesperaran por el otro cuando no había nada biológico que los uniera como al resto del mundo? ¿Qué era lo especial y extraño entre ellos dos?

Tiempo después Jong Sun caminó a la habitación de su hijo con un rostro afligido, realmente preocupada por todo. Se sorprendió al ver la puerta abierta y al pararse al umbral, miró a su hijo acostado en la cama, dándole la espalda y acariciando los cabellos de Dong Min quien yacía dormido a su lado.

A pesar de que la imagen fue sin duda tierna y conmovedora, debía de arruinar el momento, avisarle a Bin que estaba pasando.

-Binnie -el alfa se giró -¿Podríamos hablar un momento?

-Estoy ocupado. -dijo sin dejar de acariciar el lacio cabello de su castaño.

-Es importante -al ver que no le importó, lo soltó -Es sobre Seungkwan... -su cuerpo casi se congela de los nervios al escuchar aquel nombre y solo asintió. Depositó un beso en la frente de Dong Min y se levantó tratando de no despertarlo.

-Vamos al jardín. -salieron, cerraron la puerta y todo, sin percatarse que Dong Min se había despertado.

-¿Ahora que quiere? -dijo con clara molestia.


-Bin, esto es serio, él no ha parado de llamarme y reclamarme el porqué no lo has llamado.

-¿Por qué no le dijiste que no quiero saber nada de él, eh? Sale hasta muchísimo mejor.

-Bin, él me preguntó por el paquete que te mandó, quiere saber tu opinión y también acordar contigo la fecha del vuelo.

-No puedo salir del país, no voy a dejar todo al sonar de los dedos. Estoy harto que Seungkwan crea que cuando el dice tengo que obedecerle. -la frustración se notaba en su voz. Odiaba tanto que los Boo lo usarán como a una mascota.

-Bin, yo sé que nunca has amado a Seungkwan, pero el compromiso con Dokyeom es algo que no puedes romper. -claro que comprendía, pero habían tantas cosas que la obligaban a impulsar a su hijo a ese forzoso matrimonio aunque destruyera su vida-Dijo que si no le respondías, el mismo compraría el boleto de avión y le iba a decir a su papá que te enviara. Bin, involucrar a Dokyeom sería hacer esto peor.

-Lo sé, mamá, pero créeme que estoy tratando de organizar hasta mis suspiros. Debes de entenderme, ya no quiero jugar con Dong Min, quiero amarlo de verdad-...

-¡No se trata de amar a alguien! ¡Estás jugando con el corazón de dos hombres que te aman mas de lo que tú lo has hecho alguna vez! ¡¿Acaso no eres consciente del daño que les estás haciendo a ambos?!

-Yo nunca me quise casar-...

-¡Pero siempre has querido el lugar de Boo, siempre se trató del maldito dinero y eso te llegó a cagarla! -trató de tranquilizarse, si seguía gritándole y regañandolo solo iba a lograr despertar al beta -Sé también que tengo culpa en esto, pero debes de entender que no tenemos otra opción. -su rostro afligido solo hizo comprimir el suyo -Bin, puedes amar todo lo que quieras a Dong Min, puedes ignorar a Seungkwan todo lo que se dé la real gana, pero ese matrimonio al final va a pasar y va a ser peor.

-¿Quieres que lo corte? ¿Qué me deshaga de Dong Min ahora que no quiero soltarlo? No me pidas eso cuando es él a quien quiero amar.

-Se trata de un acto de amor, porque si tú lo sueltas, él no sufrirá tanto.

-Él no va a sufrir por eso...

-¿Ah no? ¿Crees que será fácil que te vea en el altar casandote con un omega? ¿No te das cuenta de lo inseguro que es tu novio tanto que duda del amor que dices solo por su raza? Dong Min no está hecho para ser tu amante -Jong Sun notó más en Dong Min en esos dos encuentros, que Bin en todos esos meses y aparte, el chico era tan recto y amoroso que obviamente el estar en una relación de extra, no era lo suyo.

-Nada tiene que ver. Volviendo a Seungkwan, ya veré que se me ocurre, por lo pronto, espero que no vuelvas a mencionar mi matrimonio cuando Dong Min esté cerca.

-Debes de pensarla bien. Si dejas a Seungkwan y Dokyeom se entera de que fuiste infiel, te cuelga y a Dong Min también.

No respondió, solo caminó de regreso a la habitación molesto, tan enfadado por aquella situación tan complicada y sin remedio, con su mente fría sin saber que hacer. El ruido de un teléfono en su habitación lo hizo salir un momento de sus pensamientos, al entrar se dio cuenta que era el de Dong Min y al ver el nombre de la hermana del beta reflejada en la pantalla, decidió contestar.

-Sunmi-...

-¿Por qué Dong Min está contigo? ¿Es que acaso no tienes nada que hacer o qué? -maldijo internamente aguantandose las ganas de contestarle de mala manera.

-Mi madre lo invitó a cenar, ahorita está dormido y creo que se quedará durmiendo conmigo.

-Moon, esto ya es enserio, deja a mi hermano en paz.

-¿Quien eres para decirme que hacer y que no? -su cambio de voz fue notoria, incluso para el beta que yacía fingiendo estar dormido.

-Soy la hermana de tu "novio", y lo único que quiero es que mi hermano sea feliz.

-Tu hermano es feliz conmigo, aunque no quieras aceptarlo.

-¡Deja de mentir, hipócrita! ¡Estoy harta de ver a mi hermano ilusionado con un maldito idiota como-...!

-Baja tu tono, Sunmi. No estoy jugando. -ya estaba totalmente enojado. -Si quieres creer o no que yo amo a tu hermano, es tu maldito problema.

-¿Cómo vas a hablar de amor cuando te vas a casar con otro? ¡Eres un idiota! Dong Min va a saber de esto pronto, solo te estoy dando la oportunidad de decírselo, pero si no lo haces yo misma me encargaré de mostrarle la escoria qué eres.

-El día que tu hables, te corto la lengua y creo que valoras tu trabajo como para perderlo por tonterías, ¿Verdad? Así que deja de joder y cierra la maldita boca. No te entrometas. -colgó y lo puso en la mesa de noche conteniendo su rabia. Si la omega llegaba a hablar él mismo se encargaría de hacerla desaparecer aún cuando eso significaba perder a Dong Min.

-Bin... -se obligó a poner su mejor cara y se acercó a la cama donde Dong Min fingía estar despertando. -¿No dormiste?

-No tenía sueño, pero ahorita ya venía para acostarme contigo. -acarició su cabello y el beta se dejó llevar por sus mimos.

-Tengo que regresar a mi casa.

-Descuida, ya hable con tu hermana y le expliqué que estabas dormido. Quédate esta noche, por favor. -el castaño asintió y solo se levantó para quitar su ropa, tomar prestada una camiseta del alfa y unos boxers nuevos y se metió nuevamente, esta vez esperando a que su novio se metiera debajo de las sábanas y lo abrazara.

-Buenas noches, bebé.

-Buenas noches.

Nuevamente fingió dormir, pero aunque sus ojos se hayan cerrado, su mente hecha un lío exigía respuestas, ¿qué fue a hablar Bin con su mamá? ¿Quien era Seungkwan? ¿Por qué su hermana odiaba a Bin? ¿Qué era lo que el alfa le estaba ocultando todavía?

Aprovechó que Jin Woo andaba de buenas para pedirle la salida temprano, de caminó pasó comprando víveres y siguió su rumbo a casa de Wooyoung, su nuevo amigo.

La verdad es que el chico lo había invitado a su casa hace unos días, lo llamó y quedaron en verse, aunque no exactamente que día puesto a tantas responsabilidades qué se le vinieron encima. Primeramente, la búsqueda de apartamento comenzó, usaba sus almuerzos para acompañar al alfa en sus citas con bienes raíces y así encontrar un buena opción. Pasó una semana entera tratando de encontrar el lugar perfecto para vivir, pero nada le convencía, y me refiero al alfa inconforme quien quería que su novio viviera en un buen sitio, con un vista hermosa desde su ventana. Muy exigente realmente.

Las últimas citas las tenía programa para la semana entrante y debía de dejar todo organizado puesto que en esa misma semana, comenzarían sus vacaciones y Bin necesitaba viajar. A Dong Min no le dio detalles, más que decirle que era por trabajo - aunque tampoco había hablado con Seungkwan al respecto -.

Llegó al barrio del omega, dejó su auto estacionado a unas calles y caminó al lugar un tanto pensativo. Pero trataría de ignorar todo hasta no estar seguro.

-¡Minnie! -el omega lo recibió con un abrazo.

-¡Hola, Woo! Esto es para ti. -dijo entregándole las bolsas.

-No te hubieras molestado, Min, pero gracias.

El omega desde el primer segundo comenzó a hablarle de cualquier cosa, Dong Min le contó sobre lo que había estado pasando con Bin, el omega lo llevó a su habitación para hacer más íntima la plática donde lo sentó en su cama y se puso a peinar su cabello desarreglado, así como también le quitó su corbata para que estuviera más cómodo.

-¿Cómo puedo hacer para verme más... femenino y bonito? -preguntó con vergüenza y el omega solo lo abrazó por detrás.

-Ya eres bonito, hermoso, precioso, Minnie, no veo porque quieres verte femenino.

-Quiero tratar de verme bien para Bin. -comenzó a explicar -El otro día te conté sobre querer cambiar, usar ropa más suelta, maquillarme, arreglarme, no sé.

-Pero dime algo - se giró para ver al omega y este le tomó las manos -¿Quieres hacerlo por Bin o por ti? Porque yo puedo ser un prostituto, pero he aprendido a que uno no cambia por otro, menos por un hombre.

-Es que quiero sentirme bien conmigo mismo, experimentar qué se siente verte bonito y sexy.

-Entonces si es porque tu quieres y está bien, ahora, ¿realmente estarás cómodo? -se quedó pensativo sin responder -Min, no es para que dudes.

-Es que realmente no sé. -el omega apretó sus labios y asintió.

-Está bien. Bueno, la otra vez me contaste que habías ido de compras, puedes comenzar a probar con algunas prendas, incluso si quieres sentirte sexy, trata con alguna lencería o ropa interior que nunca hayas usado. Mírate a un espejo y si te agrada la vista, entonces no hay necesidad de segundas opciones.

-Lo haces ver tan fácil -se tiró sobre el omega abrazándolo, cayendo en la cama escuchando su risa. -¿Crees que si trato un día de seducirlo cuente como regalo?

-Si tu finalidad es que te folle bien, entonces sí.

-Cállate -usó sus manos para tapar su rostro avergonzado.

-Por favor, Minnie, conozco a Moon y sé que ese seducir va a terminar en algo sexual.

-¿Pero crees que funcione? -el omega asintió.

-Moon no ha ido al club desde el día que habló contigo y me contaste, he escuchado rumores sobre que rechazó a dos omegas según porque está enlazado o quien sabe y por lo que me contaste sobre el apartamento y el anillo que andas con sus iniciales parece ser que realmente va enserio contigo.

-¿O sea que no volvió?

-Nou, a ningún lugar que solía frecuentar. El agua de calzón qué le diste está potente -Dong Min se carcajeó con su comentario.

-Tampoco puedo confiarme, ¿O sí? -Wooyoung dudoso en sí hablar o no, terminó por revelarle algo.

-En realidad no, no cuando él tiene compromisos que cumplir con el señor Boo y su hijo.

-¿Boo tiene hijos?

-Así es y el único. Se llama Seungkwan, es el único heredero de toda la fortuna del senador y antes habían rumores de que Bin estaba casado con él, pero quien sabe, dicen que vive en el extranjero y por como es Moon no creo que haya algo serio. -era el mismo nombre que escuchó hace unos días en casa de Jong Sun y ahora al escuchar lo relatado tenía a un más curiosidad por saber que estaba pasando.

-¿Entonces ellos están casados?

-¡Obvio no! Todos esos son rumores -trató de que no se notara la mentira, aunque también quería defender el corazón de su amigo. -Hasta ahora no ha salido nada sobre eso.

-¿Y tú como te enteraste?

-Soy chismoso, aparte que conozco a Moon de años y al ser una figura importante en el gobierno quise investigar sobre su vida.

-¿Crees que hay una probabilidad de que ellos sean solo amigos?

-La verdad, si lo creo. Tienen años de conocerse y si no se han casado es porque lo más probable no haya nada romántico.

Wooyoung desvío la conversación aunque Dong Min seguía pensando en aquello sin hallar paz y obligandose a sí mismo a desviar la conversación, se puso a ver a detalle la habitación del chico.

-¿Quieres que te maquille para ver con te ves?

-Probemos. -el omega emocionado fue a traer su maquillaje mientras que Dong Min seguía mirando su casa. Wooyoung era un chico dulce, bonito, inteligente qué en su opinión, había sido una alma desdichada con problemas que lo arrastraron a esa vida y solo tal vez necesitaba una nueva oportunidad.

-Woo, ¿alguna vez soñaste con tener un trabajo distinto o una vida diferente?

-Ay, Min, si supieras que nunca tuve la oportunidad de cambiar, tanto así que esto lo único rentable para mí.

-¿Pero no te gustaría cambiar? ¿Acaso no tuviste sueños de niño? -el omega sonrió con tristeza.

-Siempre soñé con vivir en paz, convertirme en un abogado y salir adelante solo, conseguir un trabajo estable y tener una familia. -respondió con su alma rota.

-¿Y si esa oportunidad viniera a ti, no te gustaría tenerla? -sabía que no se estaba arriesgando, sino estaba haciendo una bonita acción con el chico que le dio su confianza.

-Es difícil, no puedo ir a pedir un trabajo de medio tiempo y decir que mi única experiencia es ser un servidor sexual.

-No es imposible, pero para eso, quiero y necesito que me digas que renunciarás a esta vida para crear una nueva. -el omega se ilusionó por supuesto y asintió -¿Es un sí?

-No sé a donde quieres llegar, pero supongo que viniendo de ti todo es bueno. Realmente yo confío mucho en ti, Dong Min.

-Y créeme que yo jamas me atrevería a hacerte daño. -se dieron un abrazo donde Wooyoung pudo respirar con tristeza, pero con el anhelo de una nueva esperanza de vida.

Caída la noche y después de tanto que pasó compartiendo con el chico, se despidió. Agendando una cita con él para hacer algo especial qué tenía en mente.

-¡Que llegues bien, Dong Min bonito!

-Gracias, Woo. Cuidate.

Sus vacaciones al fin llegaron, dejó su escritorio organizado, cada uno de los documentos importantes a la mano por si el señor Park los necesitaba. Llamó al hotel para confirmar su reservación y en especial al restaurante donde llevaría a su novio esa noche.

-Realmente espero que en tu regreso vengas con más energía y que sigas siendo mi mejor empleado.

-Por supuesto que sí, señor Park. Realmente usted sabe que por mí no hay ningún problema con quedarme, pero usted insiste.

-Myungjun me hizo reflexionar, sé que eres excelente en todo lo que haces y valoro tanto tu entusiasmo, necesito premiarte para que te motives.

-Muchas gracias.

-Ten un buen descanso.

Llegada las 4 de la tarde, salió directo a casa de Wooyoung quien lo estaba esperando para ayudarle a arreglarse. En ese tiempo, llamó a Bin y le pidió que llegase al restaurante más tarde.

Cuando Wooyoung terminó de vestirlo, se quedó maravillado por como se miraba, no parecía él sin duda, pero amó realmente esa nueva imagen.

-Te debo miles, gracias, Woo.

-Es un placer. Ahora vete, que de seguro Moon te está esperando y ese tipo es impaciente.

Se despidió, yendo directo al restaurante. En realidad, al principio pensó que odiaría a Wooyoung por haberse acostado con su novio, pero lejos de sentirse incómodo o algo por el estilo, realmente no se arrepentía de haber iniciado esa amistad con el omega.

En el sitio, Moon Bin esperaba a su novio un tanto ansioso, de la nada Dong Min llamó, le hizo saber que vieran en ese lugar sin darle ni una pequeña explicación, así que le parecía extraño. Al tratarse de un lugar bastante lujoso se sentía fuera de lugar y un tanto simple para la cita ya que ni le dio tiempo de cambiarse.

Escuchó una voz conocida y giró su rostro a la entrada, sus ojos brillaron al ver a Dong Min acercarse a él. Su bello beta lucia diferente esa noche, vestido todo de beige con un pantalón ajustado, con una camisa delgada con cuello de tortuga debajo de su saco, su cabello castaño peinado en ondas visibles gracias al largo de su cabello, sus ojos maquillados y sus labios especiales pintados de un rosa leve.

-MI amor...

-Buenas noches, Bin -se atrevió a besarlo en público sin importarle qué las personas los vieran mal. Debía de dejar su miedo y mostrarle a todos que ese hermoso alfa tenía pareja.

-Estás... Precioso... -Dong Min tomó asiento tratando de calmar a su ser emocionado. -¿Usas maquillaje? -le tomó delicadamente el rostro con su mano.

-¿Me veo mal? -negó, depositando un pequeño beso en sus labios.

-Te ves divino, demasiado precioso... -sonrió felizmente porque podía sentir como que sus objetivos se iban cumpliendo uno por uno esa noche.

-¿Quieres ordenar?

La noche apenas empezaba.

...

Después de salir del restaurante, Dong Min le dio una nueva dirección y sin dar explicaciones, le informó que lo veía en la habitación 504 y le entregó la llave sin más.

Cada uno se fue en su auto dado que al día siguiente debían de salir temprano al aeropuerto y sería un atraso que Dong Min dejara su auto en cualquier lado. Al final, la Isla de Jeju sería su destino, un lugar cercano y bonito donde Dong Min se relajaria, especialmente por esa razón Bin lo escogió y al beta le pareció bien.

Bin en su auto seguía ido en la imagen tan hermosa de su novio, en toda la cena no hubo ni un pequeño momento en el que no se haya comido a Dong Min de pies a cabeza. Aquel beta tenía un aura diferente, se miraba femenino hasta en sus delicados gestos, incluso si fuera otro, lo hubiera confundido con un omega, bueno, de no ser por su aroma artificial a canela y si lo hubiese creído.

Llegó al hotel, buscó a Dong Min para cerciorarse si había llegado, pero al no ver su auto, decidió subir a la habitación. Al abrir la puerta de la suite muy elegante, encontró el suelo regado con pétalos de rosas, decorado con serpentina y velas aromáticas iluminando la oscura habitación. Se acercó a la mesita en la pequeña sala y miró un pequeño pastel y sonrió por el detalle. Tomó la tarjeta a un lado y lo leyó:

"Te amo con mi vida, mi alfa".

-Y yo te amo a ti, príncipe... -nunca nadie había tenido un detalle tan único como ese, por lo que amó tanto que Dong Min fuera tan detallista.

A los pocos minutos, el beta entró a la habitación con una botella de champagne rosado y unas copas en manos.

-¿Qué día es hoy? ¿Acaso se me olvidó nuestro cumplemes? -fue en su encuentro, tomándole de la cintura y pegando su cadera a su cuerpo. Dong Min influenciado por sus deseos negó con su cabeza atrapando sus labios entre sus dientes.

-Solo quiero mimar a mi alfa, ¿se puede?

-Por supuesto, cariño..

Se dieron espacio para poder partir el delicioso pastel y beber un poco del champagne.

-Te amo -dijo Dong Min con total franqueza.

-Te amo más, Dong Min... -llenó su mejilla de merengue y la lamió, el beta decidido, agarró entre sus dedos el cabello del mayor y lo besó, le hizo abandonar la copa qué tenía en sus manos solo para poder acariciar su brazos y rostro y apoderarse de él. Luego, se detuvo para actuar como si nada hubiese pasado y sonrió orgulloso de haber dejado su labial marcado en la boda del alfa.

Tomó su copa y se levantó camino a la habitación para quitar su saco y enrollar las mangas de su camisa, se quedó de pie y con una sonrisa arrogante en su rostro al ver al alfa como un cachorro deseoso de atención. Otro objetivo más logrado, su novio iba a comer de su novio dentro de poco.

O lo comerían a él.

Fingió acomodar su ropa, paseó sus manos por su cuerpo dándole una indirecta invitación para que lo tomara, palmeando su trasero como si se hubiese ensuciado o algo, cuando en realidad es que se moría por que lo tomara como a una bestia esa noche.

El olor del perfume de Dong Min se intensificó como si lo hubiese regado en ese mismo instante y fue tan atrayente que terminó por beber de su copa de un solo.

-Tengo... -comenzó a decir mientras caminaba a él por lo que Dong Min trató de quitarse de la pared, pero el castaño ya lo había hecho detener su paso justo al lado del sofá -la leve impresión que me estás seduciendo.

-¿Yo..? Por favor, como se te ocurre... -puso su copa en la mesita y fingió un puchero -¿Acaso crees que soy un mal novio como para jugar así con mi alfa? -sus ojos coquetos destellaban con una chispa atraviesa una inocencia fingida a legua y más porque mientras sus ojos parpadeaban, una mano curiosa se dirigía a la entrepierna del alfa, acariciando su extensión.

Cansado de toqueteo descarado e insinuaciones tontas por parte de Dong Min, decidió ponerlo en su lugar, lo orilló a la parte trasera del sofá, apoderandose de sus labios y apretando sus glúteos, haciendo con esto que Dong Min se pegara a su cuerpo.

-¿Qué es lo que tratas de hacer? -lo vio morderse el labio, para seguidamente apartarlo y comenzar a quitar su camisa, seguido de su pantalón, mientras besaba lentamente al alfa.

-Espero que te guste, mi amor... -el pantalón cayó a suelo, su boca quedó entre abierta dejando escapar un gemido. Quería creer que era un sueño, pero para su suerte era la realidad misma y no se dio cuenta que tenía una necesidad de ver a Dong Min con lencería hasta que lo tuvo frente a sus ojos.

Un pantie apretado, de encaje puro y oscuro, que dejaba a relucir su miembro bien dotado y principalmente su trasero enorme. Aún más sorprendente fue verlo descender hasta quedar de rodillas frente a él y llevar sus manos al cinturón para empezar a abrir su pantalón. ¿Acaso Dong Min iba a hacer lo que estaba pensando?

-Bebé, ¿qué tú-...?

-Siempre soy el único que recibe, así que quiero devolverte el favor... -ingresó su mano para agarrar la base y sacar su pene qué aun no se encontraba tan erecto. -Enséñame que debo hacer para hacerte sentir bien...

Besó la punta siguiendo lo que ya había visto, tratando de copiar lo que su novio hacía con él. Acarició con su lengua el orificio para producirle más placer y lentamente fue metiéndola en su boca, teniendo cuidado de no rasparle.

-Cuidado con tus dientes... Lame y bésame la polla, bebé...

Atrapó solo un pedazo de su carne y succionó sintiendo el miembro de su pareja ponerse duro completamente. El pelinegro excitado llevó sus manos a la cabeza del beta y lo instó a que siguiera, soltando un gemido cuando Dong Min trató de ir más profundo, aquel calor se sentía malditamente bien y eso que lo estaba haciendo con torpeza. Sacó la extensión dio besos a lo largo del falo, acariciando con su lengua sus venas y cada terminación nerviosa que lo ponía al límite.

Sucumbió en sus deseos tanto que perdido en ellos, decidió abrir grande y atragantarse casi por completo sintiendo el sabor del líquido preseminal en su garganta. El líquido viscoso comenzaba a emanar del cuerpo de su pareja haciéndole sentir poderoso y aún mayor excitado.

Y el pelinegro pudo haber dejado a Dong Min seguir con aquella deliciosa felación, pero algo se le ocurrió, algo que sabía, Dong Min estaría dispuesto a hacer.

-Arriba, bebé, ven -lo levantó y lo llevó rápidamente a la cama, entre besos hambrientos Dong Min lo despojó de su ropa hasta que el alfa quedó totalmente desnudo y acostandose en la cama lo llamó. -Pon tu culito sobre mi cara, bebé...

Su rostro se puso furiosamente rojo de vergüenza, pero aún así decidió ir. Al momento de ubicarse sobre él, sintió un escalofrío, su aliento caliente caía en piel y era como una llama que lo mantenía ardiendo sin parar.

-Qué sexy te ves con esto puesto... Me encanta.. -con sus dientes apartó la tela y depositó un beso sobre su entrada. Dong Min apretó los dientes debido a los choques eléctricos qué recibió y cayó en cuenta que debía seguir con su trabajo, así que sin pudor, acomodó su trasero para que el alfa lo comiera mejor y él solo se lanzó nuevamente a chupar el pene de su pareja.

Decidió esta vez jugar con sus bolas mientras abría grande y metía la extensión lentamente para no ahogarse nuevamente y fallar en su primer intento. Su caderas se acudieron ante el placer al momento que la lengua del alfa se introdujo en su interior, expandiendo sus paredes con sus dedos y acariciando cada parte de su intimidad.

El alfa encantado con sus jodidos atributos, envuelto en pura excitación disfrutando de la dulce esencia que emanaba de su interior. Tan ido para notar que sucedía.

Los toques, chupadas y lamidas hicieron que sus cuerpos solo buscaran más placer, sintiendo aquello quemar por lo que rápidamente y sin previo aviso, el alfa se quitó de debajo suyo para dejarlo tan como estaba, romper el encaje con sus manos y dejarse ir en su interior de una sola estocada. Olvidándose por completo de usar protección.

Tomó ambos brazos dejándolo elevado solo de adelante y mirando su cuerpo retorcerse de placer a medida que eran incrementadas las embestidas.

-Me vas a partir la polla de lo apretado que estás... -Dong Min no siquiera estaba en sus cinco sentidos, con solo sentir como lo invadia su mente dejó de funcionar, su cuerpo reaccionaba a cada sucia palabra salida de su boca, importandole poco que el alfa azotara su culo con fuerza mientras lo penetraba.

Y el pelinegro estaba tan excitado que no notó como Dong Min estaba mojando la cama y no porque se haya corrido, sino que su entrada estaba lubricando a más no poder, dejando que el efecto de las feromonas dominaran su cuerpo y despertaran al ser que apareció sin invitación.

-¡Mierda! ¡Dame más duro! -exigió entre gemidos entre cortados, recibiendo las estocadas lentas, pero profundas del alfa.

-¡Joder, mi amor! ¿Desde cuando usas esas palabras? -dijo sarcástico salieron y arremetiendo con dureza está vez hasta que sus testículos chocaron contra su piel.

-¡Aah! Sigue... Por.. Favor-¡Ughm!

Enteró su cabeza en el colchón, elevó aun más sus caderas para tener a su disposición total el trasero del beta, consiguiendo así una vista hermosa donde aquella entrada jugosa derramaba con exceso el néctar qué su cuerpo producía. Imagen que lo excitó aun más.

El alfa empujaba con salvajismo en su interior, escuchando su ronca voz quebrarse al sentir su punto dulce ser martillado sin descanso, su propia erección dolía de tanto que se rozaba en las sábanas, pero el extasis del momento lo mantenía eufórico y deseoso de más.

Fue tanto su deseo que terminó moviendo sus caderas como nunca antes para profanarse lo más profundo posible, llevando sus manos a la pierna del alfa para emoujarse y su mano libre acarició su pezon buscando complacerse.

-¡Bin! ¡Por favor! ¡Alfa-aaah! -Por supuesto que Bin notó sus desesperación y esas conductas extrañas, pero estaba tan segado en el placer que solo pudo elevarlo para que su espalda se pegara a su pecho y casi y sentarlo sobre él para tener mayor dominio en su cuerpo caliente. Una de sus manos la llevó al goteante pene del beta mientras que la otra mantenía al mismo en su posición.

Su cuerpo especialmente ese día se sentía extraño, más delgado en su toque, más voluptuoso de lo que ya era, sentía como si realmente estuviese tocando a un omega y no al hombre con el que se solía acostar, pero lejos de sentirse incómodo, le agradaba el tener que llevar sus manos al pectoral de su novio y sentir lo suave y aterciopelado de su pezon hinchado y erecto, el llevar sus manos a aquel culo y sentir la suavidad de su piel y lo gordo que era cada glúteo bien formado, lo mágico que se sentía acariciar su silueta y definir con sus dedos una cintura pequeña y caderas anchas qué se acoplaban a sus gustos exigentes.

Algo tenía Dong Min ese día que lo mantenía con una constante hambre de su ser, una sed por tener a Dong Min en sus brazos y no soltarlo.

-Sigue gritando mi nombre, mi amor...- lo acostó en la cama girando su cuerpo y poniéndolo boca arriba, saliendo solo por segundos de él.

-Bin-Bin... Métela... -miró sus ojos llenos de lágrimas por la desesperación y le fascinó aquello. Era maravilloso. El beta enrolló sus piernas en su cintura y se pegó buscando el mínimo contacto que calmara su calentura.

-¿Qué quieres que te meta? -acarició con sus dedos su húmeda entrada. Y ni aun así lo notó.

-Tu polla... Métela, cogeme...¡AH!- se introdujo nuevamente mirando su rostro deformado de placer.

-¿Por qué hoy estás tan exigente? -preguntó quitando su cabello húmedo de su rostro.

-Por-porque eres mi novio y... y soy yo tuyo...

-¿De quien eres? -por pura maldad dio cuatro embestidas profundas en su próstata y masturbó rápidamente a Dong Min para hacerle tocar el cielo.

-Tuyo-¡ah! Tuyo, tuyo... -contestó desesperado, sentía el orgasmo a nada de explotar y solo quería que el alfa se viniera en su interior en abundancia para calmar sus ansias.

-Eres mío, bebé... Todo mío... -impulsado por la bestia influenciada por feromonas, enterró sus dientes en el cuello de su novio. Dong Min se corrió al instante, gritó por tantos sentimientos mezclados y de pronto... Una punzada en su interior le hizo removerse, pero hubiera deseado no hacerlo, porque el dolor en sus entrañas no eran un juego.

Y no es para menos cuando un alfa dominante termina anundando en abundancia.

Cuando Bin se dio cuenta de su error, fue demasiado tarde, pero la reacción de Dong Min lo tranquilizó, miró su rostro post-orgasmico, a su bebé mordiendo el labio y un calor relajante qué abrazaba su polla mientras terminaba de correrse.

-Ya, bebé... -el chico negó y en sus espasmos lo apretó aun más. -Min... -el nudo había bajado por lo que salió de él y sus sentidos animales se alteraron al ver su cuerpo lleno de marcar, humedad, su esencia dejando una marca en cada rincón y su jodido rostro demostrandole lo satisfecho que estaba. -Bebé...

-¿Por qué eres... tan grande...? Abundante.... -cansado, fue lo último que dijo antes de caer dormido, casi desmayado en sus brazos.

Bin no entendió que acababa de pasar, pero por supuesto que disfrutó cada momento.

Temprano por la mañana lo primero que hicieron fue arreglar todo el lugar y cada uno se fue a su casa para ir a recoger sus maletas. Su viaje a la isla de Jeju había llegado.

Dong Min llegó a casa lo más ante posible, entró a su habitación y buscó todo lo necesario para el dichoso viaje. Sunmi de largo solo observaba en silencio, no se iba a entrometer, la última vez intentó decirle y Dong Min no entendió por lo que si su hermanito quería salir estaba en todo su derecho, al fin y al cabo era un adulto y sabía lo que hacía.

-¿A qué hora te vas? -fue lo único que preguntó.

-Bin vendrá por mí -avisó.

-¿Cuantos días estarán en Jeju?

-Según me dijo 4 días, porque tiene que viajar por un asunto del trabajo.

-Ya veo. -no había visto bien la habitación del castaño, pero notó tres maletas más listas. -¿No vas a llegar todas tus cosas o sí? Cuatro maletas son demasiado.

-No, tonta. Es que... -realmente nunca pensó que de esa forma Sunmi se enteraría -Hace unas semanas, Bin me pidió que viviera con él.

-¡¿Qué?! ¡Min, ¿Te volviste loco?! -lo que faltaba.

-¿Por qué? No le veo nada de malo, Bin solo quiere estar más cerca de mí y la verdad no veo mal la idea.

-No, no, no, no puede ser. Min, reacciona, eso está mal. No puedes irte a vivir a con él, tienes una casa, una vida, un trabajo. No te arruines por ese hombre. -cada palabra sonaba a lamento y a ruego.

-Sunmi, es el hombre que yo amo y quiero estar con él.

-Pero no te conviene, es muy maldito, él no te merece, Min.

-No hables así de él si no tienes base-...-el beta calló, pero la mujer siguió.

-¡Tengo base para hablar! ¿Pero de que sirve si siempre le vas a creer? Ese perro labioso no hace más que engañarte y jugar contigo.

-¿Lo hago, cuñada? -la chica se asustó al escucharlo, sin embargo, no se dejó intimidar.

-Sí, lo haces y me importa una mierda lo que digas.

-No tienes con que acusarme, pero entiendo que mi cuñada me odia.

-No solo odiarte, te aborrezco por toda la mierda que estás haciendo.

-Ya basta, Sunmi, Bin. Ya. -tuvo que intervenir antes que algo más pasara. -Sunmi, me quiero ir de vacaciones sin tener preocupaciones de algo, descansar y más nada, así que espero que no me des problemas y que aceptes que Bin es mi novio y viviré con él. Es más, él está aquí ahora, pregúntale todo lo que quieras.

Miró de reojo a Dong Min -Haz lo que quieras, pero luego no quiero verte llorar. -Salió de la habitación dejándolo con el alfa, fue a la suya y se quedó uj momento pensativa, afortunadamente Yesung estaba donde su papá ese día por lo que pudo incluso llorar por la frustración tan grande que sentía al no poder decirle a su hermano la verdad.

Mientras que la pareja trató de hacer como si nada había pasado, Bin solo lo abrazó tratando de disimular lo molesto que estaba con Sunmi, pero encontraría una forma de callarla.

-¿Ya hiciste tu maleta? -Dong Min soltó de su garganta su sonido de afirmación.

-¿Ya está listo todo?

-Sí, bebé.

-Vámonos ya, quiero irme cuanto antes, por favor. -pidió, la situación le dio hasta dolor de cabeza.

-Ve subiendo al auto, ya te alcanza, ¿Sí, bebé? -el castaño asintió y salió de la casa.

Sunmi escuchó la puerta cerrarse por lo que creyó que ambos se habían ido, salió a la sala tratando de encontrar un poco de paz y justo cuando iba a encender el televisor, la mano del alfa apretó su cuello con fuerza.

-Ah-...-sus ojos revelaban el miedo, su voz ya no pudo salir debido a la fuerza impuesta.

-¿Por qué maldita sea te gusta joder todo? ¿Quien pidió que metieras tus narices? -apretó con más fuerza y sunmi golpeó su mano para que la dejara ir, aunque aquello no lograba nada. -Ya estoy harto con tus amenazas y tu tonta excusa de querer cuidar a Dong Min, ¿dime cuanto quieres? Cada millón que pidas te lo daré, pero cierra la boca.

-Cr-crees...que yo-...me voy a... Quedar C-callada...

-No se trata de que si lo quieres o no saber, se trata de que es tu obligación no meterte. Así que si vuelves a insinuar algo frente a él y a llenarlo de ideas desde ahorita, después no llores.

La empujó al suelo dejándolo temblando de miedo y tosiendo, tratando de conseguir el aire que le había estado faltando. No le importaba aunque Bin la amenace, ella necesita que Dong Min sepa toda la verdad antes que se desplome desde lo más alto...














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Denme chance de terminar el siguiente cap para subirlo a más tardar mañana temprano💋💋

Este está largo como les gusta🫦

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